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Amenazas, lobby empresario y apoyo presidencial: cómo se gestó el fallo del Superior Tribunal de Entre Ríos que permite fumigar cerca de poblaciones y escuelas
El Superior Tribunal de Entre Ríos desconoció cinco fallos y ratificó la validez de un decreto provincial que permite fumigar a 100 metros terrestres de escuelas rurales y a 500 metros aéreos. La medida llega luego de un fuerte lobby de las entidades de la Mesa de Enlace a nivel provincial que incluyó amenazas a los referentes de la Coordinarora Basta es Basta y el apoyo público del presidente Macri. En los argumentos los jueces hablan sobre «el ingreso que genera la producción agroindustrial» y utilizan biliografía aportada por Monsanto. La Coordinadora ya está trabajando en la apelación a la Corte Suprema, junto otras organizaciones territoriales que lo acompañarán como amicus: “Hay una gran alarma en Entre Ríos frente a este retroceso».
“Lo que revela este fallo es el sostenimiento de la producción agroindustrial sin analizar otro modo de producir. Y expone que tampoco existe política, programa o gestión para la sostenibilidad de la vida de los niños que tienen comprobado daño genético en las escuelas”. Así sintetiza a lavaca la abogada del Foro Ecologista de Paraná, Aldana Sasia, la última decisión del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos: pese a cinco fallos judiciales que señalaban lo contrario, ratificó la validez de un decreto provincial que establece distancias de 100 metros para fumigaciones terrestres y 500 para las zonas con escuelas rurales, rechazando un fallo previo que había estipulado 1000 metros para terrestres y 3000 para áreas.
“Sabemos que hay soluciones a esta problemática, porque había políticas publicas para favorecer a otro tipo de producción, como la transición agroecológica, pero tampoco se ve un interés por generar ninguna política pública proteccionista”, explica Sasia.
El fallo llega luego de un fuerte lobby de las entidades de la Mesa de Enlace a nivel provincial que incluyó movilizaciones y la amenaza pública de un importante dirigente de las entidades rurales a un referente de la Coordinarora Basta es Basta, que lucha contra los efectos de los agrotóxicos.
El fallo de los jueces Susana Medina, Germán Carlomagno, Bernardo Salduna, Martín Carbonell y Juan Smaldone se explica en un enredo judicial y político. El primer amparo que presentó el movimiento tenía como objeto fijar una distancia ante la inexistencia de una iniciativa que protegiera a las escuelas. “El fallo aplicaba límites de 1000 o 3000 metros hasta que el Estado estableciera un límite”, contó María Fernández Benetti, otra de las abogadas. “Ante eso, sale un primer decreto del Gobierno, que baja las distancias a 100 y 500 metros. Lo judicializamos porque es regresivo. La justicia nos vuelve a dar la razón en un segundo amparo, mientras la Corte provincial dijo que no tenía fundamentos para disminuir esas distancias. El gobierno saca un segundo decreto: insisten en 100 y 500 metros, pero suma un poco de argumentación. La Justicia vuelve a emitir un tercer amparo a favor, pero lo nuevo es que nos permitió pedir un comité de expertos. Eso fue lapidario porque logramos una prueba tremenda: presentamos 6 expertos y ellos, 2. Fue contundente: la Corte nos respaldó”.
Un nuevo decreto del gobernador Gustavo Bordet llevó la discusión otra vez al ámbito judicial y dejó la decisión nuevamente en el Superior Tribunal de la provincia. Pero el escenario era otro. Explica Sasia: “En el medio de estas idas y venidas, por instancias del Ejecutivo, la Legislatura modifica la Ley de Procedimientos Judiciales. Los jueces que venían decidiendo correspondían a la sala de Procedimientos Constitucionales, la especializada a tal fin. Con la reforma, se apartó a esa sala natural, y abrieron paso a estos cinco jueces que no tenían relación con los expedientes ni antecedentes en la materia”.
Desde el movimiento hicieron llegar a la Justicia mensajes que circularon por celular en los que los productores se jactaban de una resolución a favor con la nueva composición del tribunal.
-¿Cómo se explica este fallo?
-Lo que dicen ahora los jueces es que en la primera sentencia no hubo cosa juzgada, apoyándose en un requisito formal. Pero dicen que, no obstante si estuviera vigente ese fallo, el Estado fundamentó suficientemente su decreto en las recomendaciones de Buenas Prácticas Agrícolas o el informe del Conicet del 2009 (basado en bibliografía aportada por la propia Monsanto). En ese sentido, la sentencia tiene una orfandad argumental muy grande. Nos sorprende porque estábamos acostumbradas a sentencias con sustento técnico y jurídico. Les da valor de dictamen técnico cuando en realidad no lo tienen, pero no valoran el comité que conformarmos con los expertos, los mismos que se expidieron en la causa de Pergamino y por cuyos dictámenes hoy hay procesados tres productores.
-¿Qué implica este fallo?
-El fundamento es el ingreso que genera la producción agroindustrial sin analizar otro modo de producir y sin siquiera tratar de apaciguar esta situación, tendiendo a proponer un diálogo entre los sectores. Entre las marchas que encabezaron los productores, el propio presidente del Superior Tribunal los recibió y les dijo: “Ustedes son quienes nos hacen llegar los ingresos para que nos paguen los sueldos a fin de mes». Esa política cortoplacista viene de la mano de pensar que el único ingreso de nuestra provincia lo da la soja. Es tan grave el fallo y tan poca la preocupación del Estado respecto a la salud de los niños: el decreto hoy vigente crea unidades centinelas, que son las encargadas de controlar cuando se fumiga al lado de las escuelas. Esas unidades tienen que están conformadas por un ingeniero agrónomo designado por el productor que va a aplicar y por la directora de la escuela: nosotros hicimos acción de amparo pidiendo que se proteja a los docentes, y el Estado lo soluciona diciendo que manden a la directora a las aspersiones a controlar que no se pasen de la distancia. Es insólito.
El fallo afirma que los 100 metros de distancia se debe medir desde una “barrera vegetal”, a modo de protección. Sasia: “Eso no existe en ninguna escuela. Si implementa en las 1083 escuelas, recién van a crecer en 10 años. Entonces los niños que hoy tienen daño genético irreversible ya no van a estar más”.
Desde el movimiento ya están trabajando en la apelación a la Corte Suprema, junto otras organizaciones territoriales que lo acompañarán como amicus. “Hay una gran alarma en Entre Ríos. Los fallos previos habían dado una solución muy innovadora en la necesidad de proteger a la vida y a la producción, en la necesidad de que interactúen derechos fundamentales, pero esta sentencia no sólo es regresiva, sino que es empezar de cero. Muestra una orfandad argumentativa absoluta y evidencia la falta de interacción que tiene cotidianamente los que representan los máximos escaños de la justicia, sin relación con derechos humanos vulnerados ni con la víctima. Desde un escritorio es muy fácil resolver en favor de las entidades productivas”.
La batalla de las velas: Cómo Entre Ríos frenó una ley pro agrotóxicos
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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