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Buscarle la quinta pata al chancho

La Cooperativa Los Chanchitos gestiona hace 2 años un bodegón porteño que se llena mediodía y noche. De sus anteriores dueños, que fueron a quiebra, sólo quedan los muebles que la justicia quiere enviar a remate público.

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La Cooperativa Los Chanchitos gestiona hace 2 años un bodegón porteño que se llena mediodía y noche. De sus anteriores dueños, que fueron a quiebra, sólo quedan los muebles que la justicia quiere enviar a remate público. En el medio, otro capricho judicial los intima a cobrarles un alquiler retroactivo. Pero los trabajadores tienen una receta especial.
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A las 2 de la tarde de cualquier día hábil el restorán Los Chanchitos está lleno. Repleto. 92 cubiertos al mediodía, que a la noche llegan a dar 3 vueltas. “Ese señor que ves allá – señala José Martín, mozo y presidente de la cooperativa- cuando cumplimos 2 años nos regaló una torta así de grande que decía Felicitaciones Cooperativa Los Chanchitos” . El hombre, ensimismado en su plato, es uno de los tantos fieles clientes de este restorán que ya es un clásico porteño.
La mesa en la que apoya el hombre los codos, que sostiene a su vez el plato, los cubiertos, la botella de agua, y la silla en la que está sentado ese hombre, deberían estar en este momento en remate. Es decir que en lugar del hombre comiendo en un salón lleno, hoy debería haber un martillero público, un oficial de justicia y los interesados en comprar el inmueble de Los Chanchitos.
Pero no: los trabajadores se plantaron de la mejor forma que conocen, trabajando, y piden renegociar las condiciones del remate y que se les validen los créditos laborales adeudados por la antigua gerencia.

Mirá las comisiones

Los Chanchitos es parte de la primera camada de restoranes recuperados en 2013, junto a Alé Alé, La Soleada, Don Battaglia y La Mangiata, todos pertenecientes a los mismos dueños y a la misma receta: vaciamiento, quiebra y toma del lugar por parte de los trabajadores.
Ocuparon el restaurante el 25 de abril del 2013, y ya en mayo estaban conformados como cooperativa y funcionando. Este año cumplieron dos años y ahora les toca dar la última batalla legal respecto a la quiebra de la firma anterior, Pizzanesa S.A., comandada por Jorge Andino y Sergio Lipovich.
Según José Martín, la firma quebrada desapareció del mapa pero ahora se enfrentan a la propia justicia, figurada en la síndico Ana Graciela Ventura, representante de la quiebra en el Juzgado Comercial n° 13. “Ella quedó adueñándose de la indagación y ahora quiere negociar. Es sabido que con la quiebra, al no haber activos de la empresa, los profesionales no cobran. Entonces quiere cobrar sus honorarios a costa de la cooperativa”.
La maniobra de la sindicatura, avalada en todos los casos por el juez Fernando Perillo, consta de tres actos:

  • Por pedido de la síndico y disposición del juez fueron sujetos a remate todos los bienes de la empresa recuperada por sus trabajadores: sillas, mesas, muebles, heladeras, cocinas, aires acondicionados y hasta una camioneta y dos motos.
  • El Juzgado Comercial n° 13 fijó que, en caso de ser la cooperativa la ganadora del remate, que la misma abone “en el momento y al contado” un 20% en concepto de “comisiones”.
  • También, la síndico pidió y el juzgado aprobó que los trabajadores paguen un canon locativo de 125 mil pesos por el uso de los bienes de forma retroactiva, es decir, por estos dos años pasados que estuvieron funcionando.

Los trabajadores la hacen corta: “No vamos a pagar ningún canon y vamos a renegociar las condiciones del remate. Nos cansamos. Estamos hartos de las trabas que nos impone la justicia. Si no le ponemos freno, el día de mañana nos van a venir con otra cosa”.
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Lo que cuestan las cosas

La forma en que van a hacer efectiva esta decisión es no permitiendo el remate y yendo a discutir jurídicamente las condiciones del litigio: “Es una persecución judicial para un beneficio propio de ellos aduciendo que perjudicaría el funcionamiento del juzgado, que quedaría sin fondos para respaldar los actos legales… Sentimos una actitud maliciosa hacia la cooperativa. Dice que no tiene que tener beneficios especiales, porque nosotros nos estamos amparando en un respaldo político-social que no concuerda con lo legal. Pero no es así. Que seamos cooperativa no quiere decir que nos tengan lástima: somos un restorán que está funcionando gracias al esfuerzo nuestro”.
Los trabajadores tienen un arma concreta: el 15 de abril compensaron sus créditos laborales, es decir todas las deudas que tenía la empresa Pizzanesa S.A. con ellos al momento de la quiebra: cargas sociales, sueldos atrasados, etc. El monto total de esos créditos, determinó la justicia, es de 345 mil pesos que los asociados donaron a la cooperativa.
Cuenta el presidente: “Días después la sindicatura presentó una notificación al juez pidiéndole el rechazo de los créditos laborales presentados por la cooperativa”. Los trabajadores insisten en que se validen esos créditos para el remate, ya que la cuenta les cierra a favor: los bienes fueron valuados en 297 mil pesos, 46 mil menos que el monto a favor de Los Chanchitos.
A su vez, los trabajadores discuten el propio monto en que fue valuado el mobiliario: “Hay que tener en cuenta todo lo que nosotros invertimos en reparar ese equipamiento. Heredamos un negocio abandonado con las cosas en desuso: heladoras, cocinas y fritadoras que no funcionaban. Eso lo pusimos en condiciones nosotros. Una camioneta que hoy la tenemos trabajando estaba tirada en un taller; fuimos, pagamos el arreglo y la pusimos a trabajar. Inclusive hay otra camioneta que está secuestrada por la justicia, que está en una cochera que pagamos nosotros; eso debería estar en un estacionamiento judicial. Hay dos motos en la terraza, que nunca las usamos. También les están poniendo precio dentro de la subasta: no tiene sentido. Hay un montón de cosas que no sirven, están inutilizadas y no tienen valor de reventa. Es para discutir y negociar”.
Los trabajadores cuentan que repusieron 8 motores de las diez heladeras, dos de los tres motores de los extractores, repararon la mecánica de la camioneta y compraron tres aires acondicionados.
Recalculando: “No tenemos problema con la subasta. Vamos a la subasta pero a renegociar el valor de los bienes y para que validen los créditos laborales”.
Por último, la batalla más insólita que les apareció ahora es el pago de un alquiler de esos bienes retroactivamente por los dos años que los usaron: 120 mil pesos a pagar en 20 días. “No lo aceptamos, es una decisión unánime de todos los compañeros. Como tampoco aceptamos cuando quisieron meternos un interventor”.
La historia del interventor demuestra que la discriminación judicial a la cooperativa estuvo desde el inicio y fue sostenida: “A los dos meses que arrancamos acá nos quisieron meter un interventor. ¡A nosotros! Estábamos laburando sin un peso. Yo, sentado en frente del interventor, le dije: usted tendría que haberle intervenido la empresa a Pizzanesa, que son los que crearon todo este fraude, esta deuda que la están sufriendo no solo los trabajadores, sino los proveedores, la AFIP, el Gobierno de la Ciudad… Ahí se ve el trato discriminatorio”.

Recetas sin patrón

Hoy Los Chanchitos es uno de los mejores lugares donde comer en Buenos Aires: platos abundantes, originales y precios muy accesibles. “Estamos haciendo las cosas como corresponde. Aprendimos durante muchos años de los errores de la patronal, siendo empleados. Por eso anda tan bien. Hoy somos 35 asociados, empezamos 28, o sea que hemos creado fuentes de trabajo cuando todos los demás restoranes están achicando. Quiere decir que esto funciona”.
¿Por qué en estos dos años cerraron tantos restoranes? “Es muy difícil este rubro. Nosotros necesitamos de muchos insumos, hay que comprar prácticamente todos los días mucha mercadería perecedera. El tema es que nosotros como cooperativa somos 35 asociados interesados, de los cuales al menos 10 nos preocupamos por pensar esas compras. Vamos en la camioneta dos veces por semana al mercado central. Ahí conseguimos todo lo que es fruta verdura; negociamos mucho los proveedores de bodega, vamos a Mataderos, donde sea. Entonces achicamos el costo por ahí, y lo que es carne no se toca: lo pagamos caro pero es la mercadería que queremos laburar y la gente prefiere. De esa manera mantenemos la calidad y bajamos el costo por otro lado. Eso un empresario no lo puede hacer. Un empresario está solo. No puede más que agarrar el teléfono y hablar con el proveedor. Y si aumenta la carne, él aumenta el precio, y si aumenta el vino, lo sube en la carta, y así”.
Los Chanchitos se enorgullece de que el último aumento que hicieron fue en noviembre de 2014 -hace seis meses- y fue de 10%.
José: “Entonces el empresario lo que hace es recortar los salarios de los compañeros, a los proveedores, a generar un poquito de deuda, y cuando te querés acordar ya no te rinde. Si a mí hace dos años me decían: vamos a cerrar porque no viene gente, Los Chanchitos no trabaja, fenómeno, me voy a mi casa. Pero si es por una maniobra fraudulenta, ni loco”.
Los detalles del fraude pueden conocerse en la MU 65.
La receta de Los Chanchitos quizá sea una enseñanza para muchos en tiempos de inestabilidad económica: “Salir a buscar costos te ayuda un montón, y esa es la razón por la que mantenemos la clientela. Encontramos la medida. Un restorán normal no tiene el tiempo que tenemos nosotros”.
Bingo: lo más valioso en la autoegestión es el tiempo, y no el dinero.
Más recetas autogestivas: “Hoy en día una cooperativa de trabajadores no se llena de plata. Nosotros creamos un mercado interno para manejarlo acá, conservamos nuestras fuentes de trabajo, conservamos el local en estado. Es una economía chica para nosotros lo esencial es tener un retiro que nos permita vivir y que lo podamos cobrar en tiempo y forma, cosa que acá no sucedía”. Aclaración: los socios de una cooperativa de trabajo no reciben sueldos ni salarios, sino que realizan retiros o retornos. No hay relación de dependencia, sino una red de trabajadores haciendo las cosas juntos. Sin patrón, de modo autogestionado.
“También el hecho de recuperar nuestra jubilación, la obra social, un montón de cosas que se habían perdido, para nosotros es una ganancia enorme, porque te crea estabilidad en la familia, que era lo que se iba deteriorando. Nosotros lo vivimos, nos damos cuenta de esas diferencias, y no pretendemos llenarnos de plata. Si entra plata de más intentamos crear una fuente de trabajo”.
La familia y el futuro: “Los asociados nuevos son todos pibes jóvenes, la mayoría familiares de los compañeros. Estamos tratando de que el día de mañana nuestros hijos y sobrinos puedan seguir con esto. Tenemos el gran trabajo de cuidarlo ahora. Nos mentalizamos para defenderlo como sea”.
El round de esta semana: “Te quieren debilitar, te quieren hacer bajar los brazos. Pero no se dan cuenta que atrás de todo esto hay mucho apoyo, un montón de gente.
Este miércoles, desde temprano, invitan a agruparse dentro del local para recibir al martillero público con un “no” contundente. El resto, lo discutirán en la justicia y, si es necesario, en la calle. También las cooperativas de trabajo pueden plantearse: Ni una menos.

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57 femicidios en el año, infancias huérfanas cada dos días: Informe mensual del Observatorio Lucía Pérez

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Según datos del Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez, hubo 26 femicidios durante febrero, contabilizando un total de 57 en los dos primeros meses del año. Estos crímenes dejan, a la vez, un saldo de 35 infancias huérfanas. Si bien existe una ley que obliga al Estado a brindarles una protección integral económica, de acompañamiento y de acceso a la salud, desde que asumió la actual gestión no se otorgó ninguna: la Ley Brisa no se cumple. Los otros indicadores de la violencia patriarcal de este 2025: 43 intentos de femicidio, 15 desaparecidas, 595 funcionarios denunciados.

El cuerpo de Carolina Ríos, 43 años, fue encontrado por una de sus diez hijas. Maite y Carolina, las mayores, le pidieron luego a la prensa que difundiera este mensaje : “Necesitamos ayuda para poder criar, vestir y mandar a nuestros hermanitos a la escuela. Hoy estamos destruidas, y hacemos todo lo posible para seguir adelante y no quebrarnos ante nuestros hermanos menores». 

Tres días antes asesinaban a Ailén Oggero, de 32 años, delante de sus hijos de 11  y 4 años. El mayor fue quien avisó del crimen a los vecinos. 

A Otilia Cubilla Jara, de 65 años, también la encontró asesinada su propio hijo. 

Estos son solo tres de los 26 femicidios y travesticidios que ocurrieron durante febrero. 

Una síntesis de la violencia que marca los dos primeros meses del año:

Toda la información sobre cada uno de estos casos está disponible en la web del Observatorio Lucía Pérez, el primero y único autogestionado y público.

Una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por nuestra cooperativa. 

www.observatorioluciaperez.org

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Trabajadores de Morvillo toman la fábrica tras el anuncio del cierre de la planta, que implica 200 despidos

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Una histórica empresa gráfica de Avellaneda -donde se imprimen títulos de la editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias– anunció su cierre dejando a 200 trabajadores en la calle. Se enteraron por un comunicado pasadas las once de la noche del martes y la respuesta fue unánime: ingresaron a la imprenta e iniciaron una permanencia pacífica en defensa de los puestos de trabajo. El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la firma faltó a la audiencia. Los argumentos empresariales de caída de la producción y los argumentos obreros: “Somos las principales víctimas de esta situación”.

Por Lucas Pedulla

El obrero gráfico Enrique Andina terminó su jornada de trabajo en Anselmo Morvillo SRL a las 22 horas y se marchó a su casa, como todos sus compañeros, como todos los días. Muchos estaban llegando a sus hogares cuando pasadas las 23 horas les llegó un comunicado de la histórica imprenta, que terminaba de la siguiente manera:  

“Con una tristeza difícil de describir tenemos que contarles que ya no podemos seguir adelante. Sabemos acerca del impacto, no sólo económico, sino emocional que tiene para cada uno dejar parte de nuestra historia en el recuerdo, y los relatos que hemos compartido siempre con nuestras familias. Le dejamos a cada uno de ustedes, nuestra gratitud por su invaluable esfuerzo y el deseo de que todos puedan superar este trago amargo con la capacidad de levantarse que los caracteriza”.

El texto cerraba con esta firma: “La Dirección”.

Así como llegaron a sus casas, los obreros volvieron a la gráfica, ubicada en Avellaneda, municipio al sur del conurbano bonaerense. Andina contextualiza: “Somos 200 compañeros; yo tengo 17 años de trabajo y muchos tienen más de 30 y 40 años de antigüedad. En la pandemia vivimos una situación similar pero logramos mantener nuestras conquistas. Somos la gráfica que más cobraba dentro del gremio, pero esto fue imprevisto”.

La respuesta fue unánime: los trabajadores votaron la permanencia.

Avon, papel & toma

Anselmo Morvillo SRL inició sus actividades en 1974 desarrollando folletos cosméticos. En su página web cuentan que en 1988 incorporó la primera rotativa de tecnología de punta, “única en el país en esa época”, y sumó la segunda tres años después. Cuentan que crecieron más del 70% en la segunda década de los noventa y que hoy, en su planta de 13500 metros cuadrados de Avellaneda, los folletos comerciales representan un 70% de la producción, mientras que los trabajos editoriales significan el 30% restante. Andina cuenta que, entre las publicaciones, se encuentran títulos de la Editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias.

En el comunicado que “la Dirección” les mandó a los obreros, a quienes se refirió como “queridos compañeros de tantos años”, la empresa expresó su posición:

  • “Hemos atravesado las reiteradas crisis económicas de nuestro país, los cambios en el mercado gráfico con la marcada implosión por el avance tecnológico y el comportamiento poco ético de algunos de nuestros colegas competidores”. 
  • “Fuimos golpeados por la Presentación en Concurso de algunos de nuestros clientes y por la Quiebra de nuestro cliente número dos, ARCA Distribuidores. Luego, a la escalada de precios internacionales de la mayoría de los insumos y repuestos, se le sumó la exigencia de pago anticipado del papel y la desaparición del crédito internacional. Todas situaciones que enfrentamos con mejor éxito que muchos de nuestros colegas”. 
  • “En el año 2014 RR Donelley cerró su planta de Argentina, en enero de 2016 AGR también cerró sus puertas, y en enero de 2020 IPESA cerró la mayor parte de su operación”. Una aclaración: tras el abandono empresarial, Donelley fue recuperada por sus trabajadores y trabajadoras y, hoy, es una cooperativa gestionada sin patrón.

La empresa describe un contexto “tan negativo” en el que inscribió la caída del 63% del volúmen de producción: “Avon, que como bien saben representa más de la mitad de nuestro trabajo, dejó de imprimir catálogos y mudó su comercialización a internet. Esto nos dejó en una situación económica y financiera terminal”.

Los trabajadores respondieron con la permanencia pacífica y otro comunicado que respondía los argumentos de la empresa: “Todos factores ajenos a la responsabilidad de los trabajadores, que somos las principales víctimas de esta situación”.

Gris de espera

Enrique Andina integra la Comisión Interna y explica: “Estamos en permanencia pacífica para preservar las fuentes de laburo. A lo largo del día se hizo presente el sindicato. Exigimos una presentación en el Ministerio de Trabajo y también hicimos un pedido de plenario de delegados para discutir con todos los delegados los pasos a seguir”.

El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la empresa no se presentó a la audiencia. “Está incumpliendo -dice Andina-. Mientras tanto, nosotros seguimos sin tener comunicación de la empresa. Tampoco atienden los teléfonos. La última comunicación oficial fue el comunicado de anoche. Eso deja un gris, porque estamos en la calle sin un mango, pero no hay un telegrama de despido ni nada”.

Los trabajadores tienen sólo rumores, desde un cierre definitivo hasta la posibilidad de la llegada de inversionistas “que reclaman despidos masivos”, según denuncian. “Se olfateaba que la situación venía rara, pero nadie pensó que todo fuera de esta manera -dice-. La convocatoria acá fue masiva, y agradecemos también que se acercaron de otras ramas, como médicos del Garrahan. La intención es difundir el conflicto y rodearlo de solidaridad para lograr lo que necesitamos, que es que la patronal se siente a discutir”.

Mientras esperan, en las próximas asambleas decidirán los pasos a seguir: “Es un golpe fuerte, pero uno tiene que estar fuerte, también, por la familia. La mayoría de los compañeros son sostén de hogar. Estamos dispuestas a lucharla hasta el final y no aflojarle hasta encontrar una solución, que es sostener las fuentes de trabajo con las mismas condiciones que teníamos hasta ayer antes de recibir el comunicado”.

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Juicio a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: absurdos sin pruebas

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Empezó el segundo proceso judicial a integrantes de la lof mapuche, a quienes se les endilga el delito de usurpación en la localidad de Villa Mascardi, en Bariloche, Río Negro. 

El juicio, a cargo del Tribunal Oral Federal de General Roca y que se realizará de manera virtual, tendrá 132 testigos que serán llamados a declarar y como mínimo, se espera que dure hasta abril. Expresan desde la comunidad: “Somos sometidos injustamente, acusados de usurpar nuestro propio territorio, el mismo que libremente caminaron nuestros kuifikecheiem (antepasados) cuando aún no existían alambrados, ni parques nacionales, ni ningún winka que con su ambición destructora mirara nuestra tierra”.

Para entender el conflicto hay que retroceder a 2017, cuando la lof inició la recuperación de su territorio a partir del levantamiento de una machi –guía espiritual y sanadora del pueblo mapuche–, y la construcción del rewe –un sitio sagrado de conexión con otras energías del espacio en donde la machi atendía a quien fuera a curarse–. La respuesta del Estado fue de terror: un operativo de desalojo comandado por la vigente ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que terminó con el asesinato de Rafael Nahuel, a manos del grupo Albatros de Prefectura, el 25 de noviembre de aquel 2017. Todo ese proceso derivó en el primer juicio contra la comunidad, donde fueron condenados siete mapuche.

Tiempo después del crimen de Rafita, la comunidad volvió al territorio hasta que en 2022, ya en el gobierno de Alberto Fernández, se ejecutó otro desalojo represivo.

En el juicio que arrancó hoy y continúa mañana, se juzga de la usurpación de distintos terrenos a Luciana Jaramillo, Yéssica Bonnefoi, Romina Rosas, Betiana Colhuan, Celeste Ardaiz Guenumil y Matías Santana. Se defienden desde la comunidad: “Nos encontramos frente a un contexto muy difícil alimentado por un sistema político y judicial perverso, que agudizó la persecución hacia el Mapuche con más violencia y encarcelamientos, con el fin de debilitarnos y quitarnos nuestro territorio”. 

El juez a cargo se llama Alejandro Silva y es el mismo que presidió el proceso por el fusilamiento de Rafael Nahuel y que condenó a sus responsables con penas ínfimas. 

Ataques

El contexto al que hacen referencia refiere a un gobierno que agudizó el hostigamiento preexistente hacia el pueblo mapuche, además de un avasallamiento de derechos a las 40 naciones originarias que habitan lo que hoy es Argentina. Algunos ejes de esa persecución: el desguace del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI); el decreto que barrió a la Ley de Emergencia Territorial Indígena (26.160) que mantenía la suspensión de los desalojos sobre tierras comunitarias de los pueblos originarios y que allanó el terreno para el desarraigo de la comunidad Paillako a principio de este año; y el señalamiento sin pruebas como causantes de los incendios en la Patagonia. Por citar un caso, Victoria Heredia Núñez, integrante de Lof Pillan Mahuiza, cumple arresto domiciliario desde el 12 de febrero acusada del incendio en la Estancia Amancay, en la localidad chubutense de Trevelin, pese a demostrar mediante georreferenciación que al iniciarse el fuego estaba a más de 90 kilómetros.

La gente de la comunidad frente a la policía durante una inspección ocular en octubre de 2023. Fotos: Jaime Carriqueo

Absurdos

La defensa de la comunidad está a cargo de la Gremial de Abogadas y Abogados. Uno de ellos, Gustavo Franquet, le dice a lavaca ni bien concluida la primera audiencia: “Esto comenzó en 2017 y estamos en 2025; llevamos más de 7 años donde se supone que juzgados de instrucción federal, fiscalías federales, fuerzas federales de investigación como Gendarmería, la Policía Federal y Prefectura investigaron a la comunidad y no pudieron conseguir elementos para acusarlos de otra cosa que no fuera usurpación, motivo por el que ni tendrían que estar en el banquillo. El Estado argentino, desde la Constitución de 1994, reconoce los derechos preexistentes de los pueblos originarios, por lo que no puede ni debe criminalizar el conflicto territorial; en una recuperación, no hay delito. Si esto fuera juzgado como corresponde, no pueden de ninguna manera condenar a nadie”.

En cuanto a cómo abrió el juicio, cuenta: “Sólo en un par de horas que duró, ya se cometieron varios despropósitos jurídicos, aunque estamos seguros que lo más horroroso de este juicio está por venir; vamos a escuchar cosas muchísimos más jodidas, hoy fue un precalentamiento”.

¿Qué despropósitos?

Entre las barbaridades que dijeron, hubo tres que no se pueden creer. 

A una de las mujeres, Yéssica Bonefoi, la quisieron acusar de la usurpación de una cabaña, que cuando la fiscalía pidió la elevación a juicio, ni se mencionó. Fue algo insólito, porque no pueden inventar elementos nuevos. Pidieron un cuarto intermedio y cuando volvimos retiraron ese planteo porque obviamente estaba fuera de lugar. Es tanta la voluntad de persecución, de acusación gratuita, que ni se fijaron en eso.

Un segundo despropósito es que cuando se produce lo que llaman la usurpación del ex Hotel Mascardi, una de las acusadas (la machi Betiana) seguía siendo menor. Por ley de minoridad, hay todo un proceso que en este caso no se cumplió cuando se acusa a menores de entre 16 y 18 años y que ahora imposibilita al juez a dictar sentencia contra ella. Como una cuestión lógica le exigimos al juez que no la someta al juicio, y en vez de aceptarlo, dijo que lo va a decidir al final del proceso. Algo totalmente absurdo y re victimizante para la machi.

Y un tercer punto que es la pretensión de la fiscalía y de las querellas de que consideren a la usurpación como un delito continuado. Se denomina con esta tipificación a delitos como la desaparición forzada, o un secuestro, pero no a una usurpación, que es un tipo específico de hurto o de robo, en este caso de un inmueble. Si alguien comete un robo, el delito es en ese momento, no continúa en el tiempo. Ahí hay otro absurdo.

Truchos

En 2022, antes del segundo desalojo a la comunidad Lafken Winkul Mapu, se incendió un trailer y un remolque de Gendarmería. Desde los gobiernos provinciales y nacionales se acusó al pueblo mapuche, al igual que de usurpar una cabaña. Recuerda Gustavo: “Ahí empezó toda esta farsa. Esa zona está protegida por fuerzas federales, pero señalaron a la lof y así allanaron el camino para desalojarlos”. 

Ese desalojo fue brutal, con más de 250 efectivos del Comando Unificado que irrumpieron en el territorio. Romina Rosas, una de las mapuche detenidas, estaba embarazada de ocho meses y fue golpeada y arrastrada por el piso; días después, parió a su bebé rodeada de policías. Celeste, decía esto de aquel 4 de octubre de 2022: “Me tiraron al suelo, a mí y a mi nena de 5 años. Nos apuntaron con el arma en la cabeza. Fue una cacería”.

Retoma Gustavo Franquet: “A las seis personas que están enfrentando el juicio jueces federales les dictaron su falta de mérito, porque no hay ningún elemento que los ligue a lo que se los acusa. Toda esta causa es trucha porque fue creada para criminalizar, para desalojar y para allanar a la comunidad. Y por ende, todo este juicio es trucho”.

Lafken, en mapudungún, significa espejo de agua. Winkul, espíritu guardián de la montaña. Y Mapu, tierra. Desde la lof Lafken Winkul Mapu, concluyen: “Seguimos llamando a la unión, a mantenernos fortalecidos en nuestro feientun (creencia) y esencia mapuche. A enfrentar al winka con nuestra verdad, por más que el aparato estatal utilice todos los medios a su alcance para difamarnos pretendiendo poner a la opinión pública en nuestra contra, con falsas acusaciones. Pero tenemos total confianza en la fortaleza de nuestro pueblo milenario que ha resistido y preservado el territorio a pesar de los atropellos”.

Juicio a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: absurdos sin pruebas

Matías Santana, la Machi Betiana, Luciana Jaramillo y Romina Rosas son cuatro de los seis acusados, durante la primera audiencia del juicio en su contra.

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