Nota
Cecilia Basaldúa: a 3 años del femicidio, la familia reclama nueva investigación y juicio
3 años después de que se encontrara el cuerpo sin vida de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte, Córdoba, la familia encabezó una movilización en esa localidad para reclamar una nueva investigación seria sobre el femicidio, después de un juicio bochornoso en el que se demostró cómo la fiscalía a cargo de Paula Kelm, conjunto con la policía, desvió la investigación. En la movilización de ayer estuvo presente el joven al que intentaron involucrar sin pruebas, Lucas Bustos, sosteniendo una bandera que reclama justicia por Cecilia. El llamado a que la comunidad cuente lo que sabe, y la voz de la abogada respecto al inicio de un nuevo proceso: «No vemos una verdadera intención de finalizar con este proceso de encubrimiento e impunidad judicial. Reclamamos entonces, una vez más, que la fiscalía realmente proceda a reunir y evaluar todos los elementos probatorios que quedaron pendientes de investigar para poder dar con los verdaderos abusadores y asesinos de Cecilia”.


Por Bernardina Rosini desde Capilla del Monte, Córdoba
El 25 de abril del 2020 encontraban el cuerpo de Cecilia Basaldúa en un codo del Río Calabalumba, en Capilla del Monte, Córdoba. Su desaparición los primeros días de abril, el hallazgo de su cuerpo y la investigación del femicidio se dieron en plena pandemia. Al cumplirse tres años del hallazgo del cuerpo, sus padres Daniel y Susana, junto a organizaciones feministas, convocaron a una marcha por las calles del pueblo.
Desde aquel 25 de abril ocurrió todo y nada: el simulacro de una investigación por parte de la fiscalía y el cuerpo policial, que incluyó el apriete por parte de los uniformados a un joven poblador rural, Lucas Bustos, para lograr una confesión de un crimen que no cometió; la orden de cerrar la instrucción y elevar a juicio sin disponer de pruebas que fundamenten la imputación. Un juicio bochornoso en el que la querella y la defensa se encontraban juntas señalando lo que se exhibía en cada una de las audiencias del juicio: la desprolijidad, el incumplimiento de los procesos, la deficiencia de la fiscal Paula Kelm primero, y luego del fiscal de Cámara Sergio Cuello. Se logró la absolución para el joven de- ahora- 25 años. Y también la orden de iniciar una nueva investigación; una nueva investigación para un crimen ocurrido hace 3 años, periodo en el que todos los esfuerzos fueron dirigidos al ocultamiento.
En la marcha, frente a la Comisaría de Capilla del Monte, Daniel Basaldúa hizo un breve recorrido de lo sucedido desde el momento de la desaparición de su hija, y volvió a mencionar a cada uno de los policías y funcionarios implicados en el caso: Diego Concha, Director provincial de Defensa Civil, preso por abuso sexual a una bombera voluntaria que posteriormente se suicidó; el oficial Ariel Zárate, preso por “robo, lesiones leves calificadas y privación ilegítima de la libertad” a una joven de 21 años; el comisario inspector Diego Bracamonte, desplazado de sus funciones y procesado por encubrimiento en el caso de la muerte en la comisaría de La Falda de Jonathan Romo; y así continuó el relato del ocaso de esa red de impunidad que funcionaba regionalmente en sintonía con la fiscalía. Pero Daniel sabe que es necesario avanzar en la investigación para asegurarse que la red mafiosa no se vuelva a fortalecer: “Necesitamos de ustedes; muchos se acercaron a nosotros y nos contaron cosas, muchas cosas. Necesitamos que vuelvan a hacerlo y que la gente de Capilla del Monte brinde su testimonio: no tengan miedo. Del miedo se alimentan para crecer”.
«Necesitamos que la gente de Capilla del Monte brinde su testimonio: no tengan miedo».
Daniel Basaldúa, papá de Cecilia, sobre el inicio de una nueva investigación.
Una de las abogadas representantes de la familia Basaldúa, Giselle Videla, reclamó celeridad a la nueva fiscalía a cargo: “Desde octubre del año pasado la fiscalía que debe hacer la investigación es la de Cruz del Eje, a cargo del fiscal Daniel Barrera. Pero no vemos desde entonces una verdadera intención de finalizar con este proceso de encubrimiento e impunidad judicial. Reclamamos entonces, una vez más, que esta fiscalía realmente proceda a reunir y evaluar todos los elementos probatorios que quedaron pendientes de investigar, testimoniales, pruebas y elementos recogidos en la casa de Mario Mainardi nunca analizados, y que finalmente se de lugar a la línea de investigación que viene proponiendo esta querella para poder dar con los verdaderos abusadores y asesinos de Cecilia”.



La marcha que se inició en la plaza del pueblo se detuvo ante el edificio Municipal y luego en la comisaría para finalizar en la peatonal junto a los y las artesanas de la región en un festival; resalta la presencia del joven absuelto Lucas Bustos. Lucas sostiene la bandera que clama “Verdad y Justicia para Cecilia” junto a los padres de la joven a lo largo de todo el recorrido.
Estremece, sobre todo, verlo frente a la comisaría. Aún hoy a Lucas le llegan aprietes por parte de la policía local. Daniel Basaldúa lo hace saber con el megáfono: “Cortenla con las amenazas a Lucas, todos estamos con él, sabemos quiénes son y vamos por ustedes”.
Nuevamente la madre de Cecilia y Lucas están juntas, una al lado de la otra. Emocionadas, escuchan, asienten y se acompañan.
Una ronda, percusión, flores y hierbas para Cecilia y la voz que anunciaba “así fue, así es y así será. Escrito está”. Como cierre, anuncio, destino o una promesa, un lema común: Justicia para Cecilia.
En Capital Federal, una acción replicó el grito de justicia frente a la Casa de Córdoba, a 3 años del femicidio. Las fotos:







Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

Nota
Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
- Revista MuHace 1 día
Mu 204: Creer o reventar
- Derechos HumanosHace 3 semanas
Memoria, verdad, justicia y Norita
- MúsicasHace 2 semanas
Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad
- #NiUnaMásHace 3 semanas
Caso Lucía Pérez: matar al femicidio
- Mu202Hace 4 semanas
Comunicación, manipulación & poder: política del caos