Nota
Nuevas condenas en EE.UU: 176 millones de dólares contra Bayer-Monsanto por los efectos cancerígenos de su agrotóxico Roundup

Un jurado de Filadelfia le ordenó a la firma Bayer AG –que compró Monsanto en 2018– pagar 175 millones de dólares a Ernest Caranci quien sufre de Linfoma no Hodkin (cáncer en el sistema linfático) al dar por probados los efectos cancerígenos del Roundup, agrotóxico fabricado a base de glifosato. El fallo se conoció este viernes 27 de octubre. El 20 de octubre otro jurado, en un tribunal estatal de St. Louis, había otorgado una cifra menor, pero muy importante (1,25 millones de dólares) por daños y perjuicios a John Darnell, paciente oncológico en remisión que también venía litigando contra la corporación de origen alemán. Así, en una semana Bayer recibió dos nuevas condenas en Estados Unidos por los efectos del Roundup, que sigue siendo el agrotóxico más pulverizado en Argentina. Los abogados demandantes sostuvieron que el ingrediente principal del Roundup, el glifosato, es un carcinógeno tóxico pero la formulación final es un cocktail venenoso aún más grave. Lo que plantearon los jurados, la negligencia de la empresa, el ocultamiento de información a los usuarios.
Texto: Anabel Pomar para lavaca
Las dos condenas conocidas en las últimas semanas en los Estados Unidos rompen una racha de nueve victorias para la corporación y vuelven a poner en jaque a Bayer, que compró Monsanto en 2018, adquiriendo también un litigio que pareciera no tener fin. Sobre todo porque a pesar de las sobradas pruebas de la peligrosidad del herbicida, la corporación insiste en sostenerlo en el mercado.
Monsanto-Bayer a través de un acuerdo extrajudicial en 2020, y con el pago de aproximadamente 11 mil millones de dólares, había logrado desactivar unos 100.000 casos en su contra. Ese acuerdo fue apurado por la compañía luego de tres derrotas consecutivas en los tribunales, que involucraron cifras también millonarias en los casos, Dewayne “Lee” Johnson, en 2018, Ed Hardeman, y el matrimonio Pilliod, ambos en 2019.
En otros términos: tras perder aquellas demandas, Bayer asumió la estrategia de negociar directamente con las víctimas querellantes ofreciéndoles resarcimientos monetarios sin llegar a juicio.
Fuera de ese arreglo de 100.000 casos, quedaron pendientes en Estados Unidos unas 40 mil demandas más. Un número que no deja de crecer y que muestra también que aquel acuerdo no logró enterrar el problema de fondo.

Bayer, Monsanto y Cáncer: No solo el glifosato
En los recientes juicios de Filadelfia y St. Louis los abogados de los demandantes hicieron un hincapié especial en que los efectos cancerígenos del Roundup no se deben únicamente al glifosato. Señalaron que la fórmula, lo que finalmente llega a los territorios, el agua y los cuerpos humanos, es aún más peligroso que el ingrediente activo en sí mismo. Los cócteles químicos potencian hasta un punto desconocido el efecto devastador de sustancias como el glifosato. Un tema de suma importancia ya que las agencias de regulación que permiten y aprueban los agrotóxicos, asignan la peligrosidad basados en la toxicidad del principio activo y sin tener en cuenta la formulación final.
Daños compensatorios y punitivos
El juicio Caranci vs. Monsanto, (210602213, Philadelphia County Court of Common Pleas (Philadelphia).), que comenzó el 10 de octubre y estuvo presidido por el juez James C. Crumlish III en el Tribunal de Apelaciones Comunes del Condado de Filadelfia, otorgó a Caranci 25 millones de dólares en daños compensatorios y 150 millones de dólares adicionales en daños punitivos.
El demandante acusó a la compañía de provocarle su enfermedad oncológica y no haber advertido sobre la presencia de carcinógenos en el Roundup, herbicida hecho a base de glifosato.
El jurado de 12 miembros llegó a su decisión, este viernes 27 de octubre, después de aproximadamente cinco horas de deliberación, emitiendo un veredicto a favor del demandante Ernest Caranci.
“Es hora de poner fin al glifosato”
El jurado determinó que Monsanto exhibió negligencia tanto en el diseño del herbicida como en sus etiquetas de advertencia, y que esta negligencia fue un factor importante que contribuyó al linfoma no Hodgkin (LNH) de Caranci.
Además, concluyó que el Roundup era intrínsecamente defectuoso porque no informaba adecuadamente a los usuarios, y que esta deficiencia era un factor causal directo en el cáncer de Caranci.
Tras conocerse el veredicto, el abogado Brent Wisner, abogado de los demandantes Dewayne “Lee” Johnson y Alva y Alberta Pilliod que lograron también condenas contra Monsanto-Bayer, celebró la noticia de este fallo. «Es un resultado tremendo. Este caso siempre ha girado en torno a la ciencia y este nuevo veredicto pone un enorme signo de exclamación en ese punto”.
“Ya es hora de que Monsanto finalmente, de una vez por todas, retire este producto del mercado y negocie un acuerdo global. Es hora de poner fin al capítulo del glifosato en nuestro país”, concluyó Wisner.
El ocultamiento de información al público
En el caso Durnell vs. Monsanto (Missouri 22nd Judicial Circuit Court, No. 1922-CC00221.) el jurado halló culpable a Bayer AG y la condenó a pagar 1,25 millones de dólares en daños y perjuicios. El veredicto de fecha 20 de octubre, reconoce que Monsanto-Bayer conocía los riesgos cancerígenos del glifosato y que Monsanto ocultó esta información al público para proteger las ventas de Roundup.
Durnell demandó a Monsanto alegando que Roundup le causó cáncer. Diagnosticado con Linfoma no Hodgkin en 2020, había comenzado a usar el producto en 1996. Su cáncer actualmente está en remisión. El oncólogo de Durnell, el Dr. Hsiao-Ou Hu, testificó en en mayo de 2023 diciendo que Durnell no puede curarse mediante cirugía y que es probable que su cáncer de linfoma reaparezca.
El cocktail y el futuro
Durante el transcurso del juicio, los abogados demandantes sostuvieron que el ingrediente principal del Roundup, el glifosato, es un carcinógeno tóxico pero la formulación final es un cocktail venenoso aún más grave por la presencia de cancerígenos conocidos como el 1-4 dioxano, NNG (N-nitroso glifosato), formaldehído y arsénico.
Al cierre de este artículo seis nuevos juicios ya tienen programada fecha de inicio en diferentes cortes de los Estados Unidos. Las repercusiones de estas nuevas condenas, se prevé, como ha sucedido con las anteriores, harán crecer el número de nuevas demandas. Los veredictos se conocen en el momento en que la Unión Europea analiza la re-aprobación del glifosato en sus países miembros y cuando en Australia se conocería el primer veredicto en un juicio contra el Roundup por provocar cáncer.
Mientras, en Argentina, el agrotóxico está presente en todas las matrices ambientales y en sangre, orina y materia fecal de habitantes de las zonas fumigadas, como lo hemos publicado en lavaca.
El caso es testimonio vivo de la gravedad de la emergencia socio-sanitaria-ambiental producto del modelo agrotóxico, tema que en la Argentina sigue siendo ignorado por las autoridades de todos los poderes del país, mientras las comunidades de los pueblos fumigados parecen las únicas que reclaman por este tema crucial de salud pública y ambiental.
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Algunas fuentes consultadas para este artículo
Justice Pesticides Org/Centro de Información Judicial de la Firma Miller y Zois LLC/Wisner Baum LLP
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
Nota
Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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