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Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

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(Desde la Lof Lafken Winkul Mapu) Se cumplió una inspección ocular de los jueces, imputados y testigos en el juicio por el crimen de Rafael Nahuel, asesinado en 2017 durante una represión propiciada por el gobierno de Mauricio Macri y su entonces ministra de seguridad Patricia Bullrich. Los hallazgos y reflexiones en un la escena del crimen: un lugar mapuche arrasado por la violencia. Los avances judiciales y la voz de la machi de la comunidad. Para lavaca, desde Río Negro, por la agencia Perycia.

Texto: Luciana Avilés

Fotos: Jaime Carriqueo

Cobertura colaborativa entre Perycia y agencia lavaca.

Son las 11 de la mañana. Un gran operativo a cargo de diversas fuerzas de seguridad ha sido desplegado una vez más en la zona de Villa Mascardi, Rio Negro. El foco está puesto nuevamente en la tranquera que da inicio al territorio que reivindica territorialmente la Lof Lafken Winkul Mapu aunque las zonas linderas también están colmadas de efectivos de la Policía Federal, la de Río Negro y Gendarmería. 

Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

Durante la inspección ocular, una casa quemada en la Lof, bajo la mirada mapuche.

A esa hora de la mañana del 24 de octubre ya hay un corte parcial en la ruta sentido Bariloche- Bolsón y viceversa a la altura de la estación YPF y del lado contrario, ni bien se pasa el desvío, a la zona de Pampa Linda y Cerro Tronador.

El paisaje es soñado: el lago Mascardi está totalmente planchado ya que no corre una gota de viento, el cielo está totalmente despejado y un sol radiante ilumina las puntas de los cerros nevados. A pesar de las postales, los vehículos demorados esperan con gente con caras de pocos amigos mientras escuchan a los efectivos explicarles que es para “garantizar que el operativo judicial pueda desarrollarse con normalidad”. 

El operativo del que hablan es la inspección ocular solicitada días atrás por el Ministerio Público Fiscal y forma parte de la causa que busca esclarecer el asesinato de Rafael Nahuel. El joven mapuche murió de un tiro que ingresó por su espalda en noviembre de 2017 mientras se encontraba resistiendo junto a su comunidad en las tierras en disputa. El violento desalojo ordenado por la gestión del ex presidente Mauricio Macri y su ministra de Seguridad Patricia Bullrich, dejó como saldo varixs adultxs y niñxs mapuches detenidxs, heridxs con balas de plomo y una muerte. 

Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

Funcionarios judiciales recorriendo la escena del crimen de Rafael Nahuel, asesinado por la espalda en 2017.

A 500 km del crimen

Por este grave hecho, se encuentran imputados 5 efectivos del grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina: Sergio Guillermo Cavia, Juan Obregón, Sergio García, Carlos Sosa y Francisco Javier Pintos. Este comando especial de Prefectura se sumó a los más de 300 efectivos de Gendarmería y Policía Federal que intervinieron aquel día en el lugar.

Hay dos teorías girando:

Por un lado, la del enfrentamiento armado que sostiene que ambos bandos actuaron en legítima defensa.

Por el otro, la de una especie de cacería humana hacia lxs integrantes de la Lof, replicando las épocas más violentas y de barbarie que tuvo la historia argentina con la Campaña del Desierto.

El juicio llega 6 años después y no en las mejores condiciones. Desde el 15 de agosto de este año, la ciudad de General Roca se convirtió en el escenario principal ya que el Poder Judicial Federal resolvió que las audiencias sucedan allá, a más de 500 km de donde se produjeron los hechos. Familiares, testigxs, amigxs, comunidades mapuches y quienes acompañan la causa pidieron seriamente que el mismo se desarrollara en Bariloche por cuestiones ligadas a distancias, viáticos y cotidianidades. A pesar de los pedidos a los que se sumaron incluso los de los abogados de la familia Nahuel e integrantes de la APDH, Rubén Marigo y Ezequiel Palavecino, no se tuvo éxito. 

Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

Mapuche en su territorio: el conocimiento de la montaña. A los visitantes no les resultó tan sencillo moverse entre el bosque y los cerros.

En Bariloche, a 30 km aproximadamente de donde sucedió todo, existe un Juzgado Federal en condiciones de asumir un caso con estas características. Sin embargo, se decidió hacerlo en General Roca y es por eso que diferentes organismos de derechos humanos han descripto públicamente al hecho como otro gesto de racismo hacia el pueblo nación mapuche. 

A lo largo de estos meses sucedieron diversas audiencias, algunas virtuales, otras presenciales. Ya se expusieron las pruebas recabadas y brindaron testimonio lxs testigxs. Jornadas tensas y emotivas fueron las que tuvieron como protagonistas a Johana Colhuan, Fausto Jones Huala y Lautaro González Curruhuinca, integrantes de la comunidad y piezas claves en el armado del rompecabezas ya que fueron ellxs quienes estuvieron cuando Rafael recibió el disparo y luego bajaron su cuerpo. De hecho, el mismo día de la muerte, Colhuan también recibió un disparo en su brazo y resultó seriamente herida. Es por eso que durante la inspección ocular tuvieron un papel crucial. 

Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

La gente de la comunidad frente a la policía, mientras se realizaba la recorrida por el escenario del crimen de Rafa Nahuel en 2017.

Comienza el operativo 

A la altura de la tranquera que da ingreso al territorio que está en disputa, se ha formado un cordón humano de efectivos de la Policía Federal que toman lista de las personas autorizadas a ingresar e impiden el paso de quienes no. Hasta allí, han llegado integrantes de comunidades mapuches con sus hijxs e instrumentos musicales, algunxs trabajadorxs de prensa y la comitiva autorizada para realizar la inspección ocular. 

Hay varios autos estacionados a los costados del ingreso al territorio y un grupo de pocas personas reunidas en círculo escuchando lo que los jueces a cargo del operativo tienen para decir. 
“Les pido que pidan la palabra para que sea lo más prolijo y dinámico posible. Va a haber tiempo para asentar lo dicho, tenemos todo el día. Como somos muchos y los senderos son chicos, si no ponemos un poco de orden va a ser un lío”, dijo uno de los tres jueces intervinientes para dar inicio” dijo uno de los jueces. 

Y siguió: “Si las defensas necesitan que los imputados se acerquen a los testigos avisen. Vamos a estar todos separados, Nosotros adelante con los testigos e imputados atrás. Vamos en función de los requerimientos de lo que van manifestando los testigos, observando y si necesitan alguna consulta, acercamos a los imputados. Como si estuviéramos en juicio. Tratemos de pedir la palabra para no pisarnos porque la ansiedad está”. 

La charla fue encabezada por los jueces del Tribunal Oral Federal de Roca, Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Díaz Lacava y fue pensada para despejar cualquier tipo de duda sobre el operativo. “La inspección ocular no es una reconstrucción ni una declaración testimonial. Se refiere a lugares, reconocimiento del lugar y realizar observaciones”, sostuvo uno de los magistrados. 

El fiscal de la causa, Rafael Vehils Ruíz, también se encontraba presente, así como Mariano Przybylski, director nacional de Políticas Contra la Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos, ya que el organismo estatal interviene como querellante en la causa. 

Último tramo de la introducción de los jueces: “La propuesta es hacer paradas. Primero Puesto Tranquera, después Puesto Mochila, Antena 1, Antena 2, donde se visualizó el perro. Me parece que Lescano es el que nos tiene que ir guiando porque es el que estuvo y es el suboficial de mayor graduación. Va a ir diciendo por dónde ascendieron, dónde los binomios se separaron, dónde ubicaron el perro, dónde se ubicaron los otros binomios, cómo bajaron y cómo se replegaron. Van a surgir cosas, vamos a parar, paciencia y orden”, finalizaron. 

Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

Mujer y niño mapuche, frente a policías pertrechados como para una guerra. En 2017 se cumplieron los peores presagios cuando los uniformados recibieron la orden de atacar la Lof.

Montaña arriba

La pequeña comitiva inició trayecto de más de 1000 metros montaña arriba para llegar al lugar exacto donde murió Rafael. Recién descendieron pasadas las 17.30, luego de 6 horas intensas y emotivas. Bajaron primero integrantes de la Lof, a quienes se vio como conocedorxs del territorio y la vida en la montaña. El resto de la comitiva tardó un poco más, reflejo de las dificultades del terreno tanto para subir como para bajar. 

Los tres jueces fueron los primeros en dejar Villa Mascardi rápidamente, escoltados por efectivos de seguridad, sin tener contacto con la poca prensa que había hecho guardia a la vera de la ruta 40, ni con integrantes de la comunidad. El resto de los presentes aprovechó para reunirse nuevamente cerca de la tranquera, de forma espontánea, para charlar sobre lo vivido montaña arriba. “Fue muy duro”, se escuchó decir. En todo ese tiempo convivieron imputados y testigxs, recorriendo, reviviendo y regresando al lugar de los hechos por segunda vez. Colhuan, Jones Huala y González Curruihunica no habían vuelto después de aquel día de 2017. Y brindaron su versión, pero también escucharon a los Albatros. 

El operativo de seguridad seguía intacto. Muy agotado se lo vio al fiscal de la causa Rafael Vehils Ruiz, quien luego de hidratarse y tomar un poco de aire, aceptó el dialogo con este medio.   

¿Cuál es el balance que hacen? 

–Fue muy interesante porque lo que nosotros buscábamos era lo que obtuvimos. Ver el lugar. Preguntamos a la gente sobre las condiciones climáticas de ese día y fueron muy parecidas. Lo mismo con la visibilidad. Hay lugares que tienen más maleza pero está bastante bien conservado el lugar de los hechos. Se indicó dónde cayó Rafael Nahuel. Cada una de las partes dio su versión y en definitiva lo que queríamos con la Fiscalía era conocer in situ el lugar de los hechos para tener una noción más acabada de lo que ocurrió. 

Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

La belleza del paisaje, y el rol del Estado en el conflicto.

¿Quién disparó el proyectil?

Vehils Ruiz explicó que lo narrado por testigxs sí estuvo bajo juramento, en cambio lo que expusieron los imputados no. Por lo tanto: “En su derecho de defensa pueden decir lo que les parezca. Pueden mentir, no se le puede decir nada al respecto. No así los testigos que si mienten están bajo juramento y les acarrea una consecuencia penal. Por supuesto que la Fiscalía tiene una teoría del caso y esta inspección nos aportó bastante a lo que venimos conversando”. 

Por cuestiones procesales el funcionario no pudo adelantar conclusiones pero sí sostuvo que “seguramente pidamos algo más todavía antes de terminar porque tenemos un campo que sería el último para despejar todas las dudas. Tenemos un camino marcado que es el que marcó la doctora Little a través de su acusación originaria. Esa es la guía nuestra, veremos si estamos de acuerdo con ella o no”.

En este sentido, es posible que el fiscal solicite un careo entre los peritos que hicieron la primera y la tercera peritación balística, porque llegaron a conclusiones contradictorias, a pesar de haber analizado el mismo proyectil y las armas secuestradas a los sospechosos. 

En el peritaje realizado a mediados del 2018 los peritos oficiales Roberto Nigris y Karina Uribe, del Poder Judicial de Río Negro, con la adhesión de la perito designada por la querella Silvia Bufalini, informaron que la bala había sido disparada del subfusil MP5 del albatros Francisco Javier Pintos. Pero a principios de 2021, peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) del Ministerio Público de Salta concluyeron que el proyectil calibre 9 milímetros que mató al joven mapuche, salió del arma que portaba el albatros Sergio Guillermo Cavia. 

“Lo que podemos hacer es adecuar y resignificar la calificación legal en base a elementos que se aporten en esta etapa que es la de la certeza porque justamente venimos de una etapa de sospecha. Se modificará siempre y cuando existan elementos de convicción”, concluyó el fiscal sobre lo sucedido en la jornada.  

Recordando un disparo

Otra voz resonante y dispuesta al diálogo fue la del director nacional de Políticas Contra la Violencia Institucional, Mariano Przybylski. El organismo que depende de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación es querellante en la causa. 

“Esta prueba era importante porque venimos hasta ahora en todas las audiencias escuchando testigos. Nos van contando cada uno su punto de vista pero es la primera vez que tanto el Tribunal como los abogados pudimos ver en el lugar los hechos y donde los testigos nos fueron contando acá pasó tal cosa, acá tal otra. Eso te genera otra visión, sobre todo para el Tribunal que tiene que resolver”, dijo ni bien empezada la entrevista.  

“Fue fuerte para todos”, siguió “sobre todo para Johana Colluan, Fausto y Lautaro que estuvieron ahí. Johana estuvo al lado de Rafa y ella misma recibió un disparo. Nos dijo que no había vuelto a ese lugar desde aquel momento. Llegar al lugar donde cayó Rafa fue muy fuerte. Fue muy importante también marcar el lugar en donde le pegaron el tiro y después pudimos visualizar y paramos donde teníamos la referencia de las vainas de 9mm que se habían encontrado. Todos pudimos ver el ángulo que coincide de abajo para arriba y de izquierda a derecha que son los orificios de bala que tuvo Rafa. Coincidieron con los restos de las vainas que habían disparado. Esto confirma todo lo que venimos hablando y viendo y te da una referencia in situ de eso. Es fuerte verlo”, insistió. 

El funcionario reflexionó: “Ningún gobierno ni funcionario está exento de que una fuerza de seguridad que dependa de si, un agente o una fuerza de seguridad cometa un hecho de violencia institucional. Puede pasar. Ahora la diferencia es cómo reacciona un gobierno ante eso. Un gobierno puede salir a justificarlo, apoyarlo, marcarlo como ejemplo que es lo que pasó o sancionar y decir esto no puede pasar más. Separar o ponerse a querellar e investigar qué es lo que pasó para que haya responsables. Esas son las diferencias que te van marcando y bajando línea para que las cosas no pasen más porque si vos lo marcás como un ejemplo es bastante probable que siga pasando”.

Inspección judicial en territorio mapuche buscando una respuesta: ¿Quién mató a Rafael Nahuel?

La mujer señala la destrucción a la que ha sido sometido el territorio.

La intención de matar

¿Qué expectativas hay con este juicio? ¿Se iniciarán algunas acciones judiciales más que apunten a la responsabilidad estatal más allá de los cinco integrantes del grupo Albatros?

“La expectativa y el optimismo como litigante, como secretaria siempre lo tenemos que mantener. No podemos pensar que el Poder Judicial se va a tapar los ojos y no va a ver lo que estuvimos viendo nosotros durante todo el juicio. Llegamos al juicio y dijimos que por las pruebas que teníamos en instrucción, acá lo que había habido era una persecución a los tiros montaña arriba, con los miembros de una comunidad corriendo y escapando y los 5 prefectos imputados disparando por lo menos 130 municiones de plomo con intención de matar. Eso fue lo que llevamos a juicio y la verdad que con el tiempo fuimos corroborando todos esos hechos. Hoy lo pudimos transitar. Vimos donde empezaron los primeros disparos que estaban marcados con la recolección de las vainas, seguimos subiendo, vimos donde terminó muriendo, lo vimos en el terreno y lo vio el tribunal. La expectativa es que esto termine como tiene que terminar, que es por una condena por homicidio. Yo no veo otra posibilidad que no sea esta. 

En cuanto a la responsabilidad estatal más allá del grupo Albatros, “este juicio tiene a estos imputados. Tendría que ser otro juicio eventualmente si existiera algún vínculo que eso no siempre es fácil porque vos tenés lo que se vio en este juicio por ejemplo. Un operativo, cinco efectivos de Albatros que en un determinado momento abren fuego con intención de matar. Ahora, ¿cómo unir eso y decir que hubo una orden superior que les haya dicho: ‘ustedes tienen que ir al lugar y asesinar a las personas que están ahí’?. Bueno ese es un paso más que no siempre es tan fácil de poder acreditarlo. Una cosa es lo político y otra cosa es lo penal. En lo político tenemos claro que son responsabilidades políticas pero en lo penal necesitás pruebas fehacientes que acrediten una orden concreta, y eso es más difícil”.  

La voz de la machi 

Mientras se desarrollaba la inspección, integrantes de comunidades mapuches, allegadxs a la Lof Lafken Winkul Mapu y representantes de la Multisectorial contra la Represión pudieron hacer la guardia desde el rehue, espacio sagrado de suma importancia para la Lof y la cultura mapuche. No fue fácil porque en un primer momento y a pesar de haber dialogado con los jueces, ese vallado humano conformado por efectivos de seguridad no les permitía el acceso. Luego, gracias a la presión ejercida, se consiguió el objetivo que era realizar ceremonias para brindar newen o fuerza espiritual a sus lamngen (hermanxs) quienes estaban encabezando el operativo.

Allí pudimos conversar con la machi (autoridad espiritual) Betiana Colhuan.  

A diferencia de todo lo que se había escuchado ese día, ella inició la conversación con este medio en su idioma, el mapudungun. Un rato antes había compartido mates alrededor del fuego con quienes pudieron ingresar a esta parte del territorio que reivindican. Entre amargo y amargo surgieron charlas interesantes sobre feminismos, luchas de los pueblos originarios, reflexiones en torno a los derechos humanos y a ser una sociedad verdaderamente plurinacional.

Dice mientras amamanta a uno de sus hijos. 

“Hemos llegado nuevamente al territorio que está muy militarizado. Rafael Nahuel dejó su vida resistiendo, defendiendo este territorio donde hoy se encuentra el rehue, un espacio de celebración sagrado para nosotros, para nuestra conexión y nuestro ser mapuche. Este territorio ha sufrido tanta represión, atropellos, nos han tirado tiros, nos han gaseado. Es en este mismo territorio donde de esa misma forma le quitan la vida por la espalda a Rafael. Hemos vuelto hoy con tanto despliegue policial de distintas fuerzas, federales, gendarmería. Nuevamente nos vimos hostigados, agredidos por la policía”. 

Sobre el regreso al lugar del crimen: “Es difícil volver al territorio, encontrarlo en el estado en que está, con tanta violencia hacia el espacio, está destruido. Nuestras casas están demolidas, nuestro rehue profanado que es nuestro ser más sagrado. Por eso nuestra cultura espiritual, nuestro ser mapuche también se ve agredido y violentado. Vinimos la semana pasada en el marco del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias. Vimos el estado del espacio y del rehue. Una semana después volvemos a venir y volvemos a ver esto. En nuestra ausencia siguen profanando, siguen manoseando, cambian las cosas de lugar, las tocan. Ni hablar de los tratos y violencias recibidas de parte de fuerzas policiales y represivas del Estado”. 

Mientras observa cómo uno de los integrantes de la Lof acomoda escombros de lo que antes era su ruka, su casa, dice que “estamos esperando que los lamngen puedan bajar, estamos apoyándolos espiritualmente y anímicamente para que ellos tengan la fortaleza porque es un proceso difícil volver a recordar los momentos en los que la policía se llevó la vida de un hermano acá en el territorio y para nosotros como comunidad revivir esos momentos”. 

“Recordamos lo que pasamos el 4 de octubre pasado. Otro violento desalojo en el que nos detuvieron 8 meses injustamente. Por una causa de usurpación estuvimos detenidas cuatro de nosotras, y por la misma causa hoy se encuentra detenida Jessica Bonefoi con prisión domiciliaria”, sostuvo al tiempo que denunció “la persecución y estigmatización que hacen hacia nuestro pueblo mapuche, hacia este territorio particular, hacia las comunidades que luchan por la defensa de los espacios sagrados, los territorios limpios y puros. Es una tristeza hoy volver al territorio y verlo atropellado. Igual que a nosotros”.

Hay palabras que vuelven a Betiana al contar la realidad del lugar: “Atropellado, herido, contaminado, violentado”. 

“Nos sentimos con esta fortaleza que da el espacio para seguir luchando y no bajar los brazos, para seguir defendiendo este espacio incansablemente. Nos da tristeza y seguimos denunciando aunque nosotros ya sabemos cómo se maneja el Estado, sus fuerzas policiales y todas las formas desde la Campaña del Desierto: la colonización de nuestro pueblo mapuche y todos los pueblos originarios hasta hoy”. 

Reflexiona: “Sigue siendo lo mismo. No ha cambiado. Somos pueblos pre-existentes que vivimos en esta sociedad, que se nos ha impuesto una nacionalidad, un idioma, una forma de educación, de salud, pasando por encima nuestra propia cultura y creencias. Hoy estamos siendo parte de esta sociedad, empobrecidos. Gran parte de nuestra gente mapuche ha sido lanzada a las periferias de las ciudades, despojados de sus territorios e identidades lamentablemente. Pero estamos en una lucha por recuperar lo robado, por fortalecer nuestra cultura, nuestra espiritualidad, nuestro ser mapuche. Entendemos que eso es grave porque para el Estado es un peligro que nosotros hoy estemos tratando de fortalecernos. Nos estigmatizan llamándonos violentos, terroristas. Nos tildan de indios salvajes, ignorantes y hoy somos terroristas, delincuentes, violentos siendo que nuestro único objetivo es la protección de los territorios sagrados para proteger el agua, las montañas, que no solo son nuestras sino que somos parte de este territorio y no es solo por nosotros esta lucha sino por todas las generaciones”. 

El respeto no es un folklore

Betiana añade que la lucha es por la defensa de la vida, de la propia, de los espacios sagrados y la de todos los territorios porque “siempre los muertos los hemos puesto nosotros, el pueblo mapuche, los pueblos originarios, preexistentes”.

Así es que “estamos poniendo la fuerza espiritual para que el territorio se levante, para que las comunidades se levanten, para que el pueblo mapuche se levante, para que haya una unión como pueblo mapuche y para que la sociedad en general, aquel no mapuche pueda concientizarse, pueda respetar que hoy estamos en una plurinacionalidad y que es importante que el respeto sea concreto, sea real. El respeto no es un folklore sino apoyar los reclamos porque se confunde mucho. Se dice que las comunidades hoy tratan de generar una nación aparte, que somos terroristas, violentos pero en verdad nosotros buscamos vivir en paz en los territorios. Buscamos sumar a la conciencia, a la solidaridad, a los espacios que están en lucha, que se acerquen a conversar para tener la voz en primera persona y ver por lo que realmente estamos luchando”. 

“Es una situación que estamos viviendo como comunidad pero también como pueblo porque estamos siendo despojados de todos los territorios, los atropellos son en todos los territorios. Son de parte de empresas extractivistas como las mineras, las petroleras, grandes terratenientes que nos siguen corriendo el alambrado, alambrando nacientes de ríos como es el río Chubut, como lo es Lewis que tiene un lago entero. Nuestra lucha es contra esto, contra los grandes extractivistas terratenientes que lo único que quieren a la vez que nos asesinan como pueblo preexistente, también asesinan a los territorios y a nuestra Mapu. Agradecemos a la gente que apoya, que difunde y acompaña. Marichiweu” dice para despedirse, término que significa “cien veces venceremos”.  

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4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

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Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

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La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

Un abrazo contra la motosierra

Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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