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Cuentos mineros para adoctrinar niños con apoyo del Estado
La gota Carlota y Piedra y montaña son dos cuentos para niños que aparecieron este fin de semana en San Juan, en el marco de la feria del libro de Rawson. Llevan el auspicio del gobernador Sergio Uñac, del ministro de Minería Valentín Hensel y de la Cámara Minera de San Juan. Y están escritos por la esposa del titular de esta última. Los vecinos aseguran que se imprimieron 50 mil ejemplares con intención de llegar a las escuelas. El contenido es desopilante, salvo porque está dirigido a los niños y ocurre a un mes del segundo derrame de la minera canadiense Barrick Gold. El ministro de Educación provincial, Felipe De los Ríos, aclaró que la publicación es de exclusiva responsabilidad del ministerio de Minería, sin aval pedagógico.
La familia minera
La gota Carlota se va de “viaje” y cuenta que “los mineros la trataron muy bien”; la piedra no quiere subirse al “camión” pero la montaña la convence, y así viven felices por siempre. Las tramas de los cuentos para niños que aparecieron este fin de semana en Rawson, San Juan, no son muy elaboradas. Tienen dibujos que buscan dotar de humanidad a la naturaleza, sin éxito. Grandes letras plantean, por ejemplo: “Todo lo que rodea al hombre es minería, piedra amiga”.
“No entendemos cómo pueden ser tan torpes”, argumenta Domingo Jofré, periodista y uno de los integrantes de la Asamblea Jáchal No Se Toca, sobre la calidad del material: “Es de baja estofa”, dice sobre las publicaciones de calidad muy discutible, por otra parte.
El ministro de Educación sanjuanino, Felipe De los Ríos aclaró al periodista Ernesto Lloveras que la publicación corre por exclusiva responsabiidad del ministerio de Minería, y que no tiene aval pedagógico.
Los vecinos de Jáchal estiman que se imprimieron 50.000 ejemplares, lo que implica un costo no menor a 3 millones de pesos con fines de adoctrinamiento pro minero.
Domingo fotografió los manuales y los subió a su cuenta de Facebook como forma de dar a conocer lo que los anuncios gubernamentales y los medios provinciales buscaron ocultar. Tituló al posteo como “vergüenza infinita” y debajo se sucedieron una mezcla de comentarios indignados con algunos que aportaron información sobre el origen y los detalles de los cuentos.
La gota Carlota y Piedra y montaña aparecieron en la feria del libro anual que organiza en Rawson, municipio muy cercano a San Juan Capital. El lugar no es casualidad: “¿Quién es el intendente de Rawson?” pregunta retóricamente Domingo. “Juan Carlos Gioja, el hermano del ex gobernador”, se contesta, recordando la serie de batallas que la Asamblea tuvo con su gobierno tras el derrame de millones de litros de cianuro en 2015.
En tierras de los Gioja, los textos aparecieron con el logo del Ministerio de Minería, comandado por Valentín Hensel, sumado a la firma del actual gobernador Sergio Uñac y la Cámara de Minería. El nombre de la autora completa el círculo minero: Alejandra Araya, autora de ambos relatos, es la esposa de Jaime Bergé, el titular de la Cámara Minera.
Bergé es recordado por su célebre frase tras el derrame de septiembre de 2015: “Podés tomar medio vaso de agua con cianuro que no te va a hacer nada”.
Los cuentos de su esposa son del mismo tenor. Pero presentan una rareza más: La gota Carlota, por ejemplo, es un cuento para niños español, y con el mismo nombre se la chilena Valentina Fuentes hizo una obra de teatro infantil, pero siempre con la idea de conocer cómo es el ciclo del agua, y los riesgos que representa su escasez. La señora Araya ha usado el mismo título, evaporándole su contenido.
Cuentos para grandes
“Nosotros mismos nos hemos creído en algún momento los cuentos de la minería”, dice Jorge Morales, integrante de la Asamblea y Concejal en Jáchal. “Tuvieron que pasar dos derrames para darnos cuenta. Pero que esto vaya dirigido a los niños es muy peligroso, es fascista. Y no es peligroso solamente que alguien lo escriba: lo peligroso es que el gobierno los reparta”.
Domingo Jofré interpreta: «Nos están llevando al límite de lo insultante”. El momento de la publicación es indigesto en Jáchal: hace una semana, un nuevo informe de la Universidad de Cuyo halló que los niveles de mercurio y otros metales crecen en la cuenca, y ya dejaron a tres de los ocho departamentos de Jáchal sin agua potable.
https://www.lavaca.org/notas/encadenados-contra-barrick-gold-otro-estudio-demostro-contaminacion/
Mientras se conocía el informe, el juez de paz de Iglesia, Hugo Quiroga, reabrió la mina Veladero de Barrick Gold que se mantenía cerrada preventivamente tras el segundo derrame conocido el 8 de septiembre de este año.
Semejante combo hizo que los vecinos se presentaran en la Municipalidad de Jáchal a mostrarle el estudio al intendente, Miguel Vega, y reclamarle la creación de un comité de crisis departamental. Sobre el reclamo vecinal dentro de la propia Municipalidad, Domingo explica: “Nosotros no íbamos a tomar el municipio, pero cuando llegamos el intendente escapó. Nos quedamos haciendo permanencia, en un edificio público que es de libre acceso, hasta que el intendente apareciera”.
La toma que se transformó en un encierro (los dejaban adentro al cerrar las puertas) y algunos vecinos se encadenaron hasta que finalmente al día siguiente se concretó la creación del comité de crisis.
Cuenta Domingo: “Cuando intentábamos convencer a los que estaban adentro de que salieran, llorábamos de impotencia. Y varios policías también: son gente del pueblo, y era todo muy fuerte lo que estaba pasando”.
El comité de crisis departamental, si bien se creó, todavía no está conformado: la Asamblea tendría dos representantes, junto al Municipio, Hidráulica de la provincia, Salud Pública, OSE (la empresa estatal que maneja el agua potable) y el Concejo Deliberante. ¿De qué serviría?: “La idea es canalizar nuestros reclamos. Lo único que se está haciendo son las cosas que impulsa la Asamblea”.
En este contexto, la aparición de los libros infantiles tira aun más de una cuerda ya tensa. En la publicación se revela el momento de la impresión: “Septiembre de 2016”, es decir, mientras ocurría el segundo derrame en la mina Veladero.
No es la primera vez: “Ya habían entregado otro librito similar en el departamento de Iglesia. Y lo mismo hicieron en La Rioja en su momento, con otro cuento”, recuerda Jofré, sobre la persistente propaganda. “Minera Argentina S.A, que es la empresa de Barrick Gold, ha construido canchitas de fútbol, o los días del niño dan chocolatadas”, enumera sobre las campañas subliminales de mejora de imagen de la mina que produjo dos derrames en menos de un año.
Los destinatarios de estas prebendas parecen ser los mismos: los niños.
Domingo les cuenta otra historia: “La gota Carlota está contaminada. Y Piedra y Montaña ya no están: ninguna de las dos existe”.
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Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
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Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
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