Nota
De lo malo, lo bueno: el fin del neoliberalismo, la ciencia no exacta y el momento de invertir en lo común
Cuarta parte del intercambio entre Claudia Acuña y América Vera Zavala, de Buenos Aires a Estocolmo. Los dos países mantienen estrategias totalmente distintas: Argentina va por su segunda semana decuarentena obligatoria, mientras Suecia mantiene abiertos los lugares públicos. ¿Cómo se vive el mismo virus? La estrategia intermedia en México, y la idea de que nuestras vidas dependen «del epidemiólogo que nos toque en suerte». Quién está pensando en el post corona, la preocupación por los trabajos sin ingresos fijos y cómo aprovechar para sentar una base de derechos.
Buenos Aires, Argentina, 28 de marzo de 2020
Querida América:
Dos temas me preocupan y ocupan estos días.
El principal es para mí el prioritario y definitorio: cómo afecta el aislamiento de un país a aquellos que no tienen un ingreso fijo.
A partir de hoy el Estado argentino otorga un subsidio de 10 mil pesos (115 dólares, aproximadamente) a aquellos trabajadores precarizados, que aquí están clasificados bajo un régimen tributario especial, llamado “monotributo”, que nació en 1998, en plena pandemia neoliberal. Y que ningún gobierno corrigió, por cierto. Esta medida llega después de muchos reclamos, pero llega y comienza a tramitarse hoy en forma online y durante los próximos días, según el número en el cual termina tu documento de identidad. Para los que no tienen ni siquiera una categoría impositiva, se están repartiendo bolsas de comida. El ejército lo hace en villas y periferias urbanas, el sector más afectado por el stop de la actividad económica llamada “informal” que implican estas medidas. En esto días tuve que hacer de puente entre esos bolsones y muchas amigas que trabajan limpiando casas y quedaron atrapadas en una habitación de pensión, con sus hijos y sin ingresos. Se trata de mujeres que nunca tramitaron ayuda estatal porque se las han arreglado arremangándose y que ahora quedaron fuera del radar de la asistencia social. Sus hijos habitualmente desayunan y meriendan en las escuelas públicas, pero el gobierno porteño –el distrito más rico del país que sigue en manos del partido que gobernó el país los últimos cuatro años, destrozando los servicios públicos y endeudándonos- ha cerrado varios y los que funcionan, solo entregan sándwiches. Es imposible aguantar este desastre con sándwiches. Los comedores escolares, integrados por madres y padres, se organizaron y plantearon este reclamo a las autoridades porteñas, que se comprometieron a comenzar a entregar bolsones nutricionalmente completos. ¿Cuándo? En los próximos días, aseguran.
Esperemos.
Leo ahora un reportaje que le hizo el diario El País de España al secretario de salud mexicano, Hugo López-Gatell, a quien presentan como “investigador, epidemiólogo y la voz de (el Presidente) López Obrador en la lucha contra el coronavirus”. Son muy interesantes los argumentos con los que cuestiona las proyecciones que obligaron a tomar medidas drásticas a otros gobiernos (el nuestro, el más estricto). Con argumentos similares a los emiten en mi país las autoridades para defender la política sanitaria de aislamiento total, él argumenta lo contrario: “ En México tenemos una enorme inequidad, ofensiva, alarmante, la mitad de la población vive por debajo de la pobreza, al día. Pensemos en un comerciante de alimentos o en un albañil: esa es la población a la que nos interesa proteger. El balance correcto entre proteger la salud y la vida y proteger a la sociedad, no solo en el presente, sino en meses, en años después, es una delicada tarea. Para decirlo de una manera dramática, pero que no deja de ser real, quien pierda el trabajo pero esté dentro del empleo formal, cuando se recupere esta recesión, tendrá cierta posibilidad de volver. Pero quien viva al día, no va a tener esa posibilidad en el corto plazo y eso va a crear una disrupción social mayúscula”.
Replica entonces el periodista:
-Diría, entonces, que la economía prevalece sobre la crisis sanitaria…
Responde Lopez-Gattel: “Lo social, que es parte de la responsabilidad primaria del Estado. Eso es lo que queremos cuidar junto a la parte sanitaria. Queremos tener un equilibro, un balance entre las medidas que son correctas desde el punto de vista de la ciencia y la metodología de la salud pública sin vulnerar, hasta donde sea posible, a las personas con las economías más debilitadas”.
Estamos entonces frente a otro epidemiólogo que dicta otras medidas, diferentes a las que tú estás cumpliendo en Suecia y diferentes también a las que yo estoy cumpliendo en Argentina.
Me queda claro que la epidemiología no es una ciencia exacta. Y que nuestra vida cotidiana se afecta según el epidemiólogo que nos toque en suerte.
Esperemos.
Sin embargo, el mexicano tiene la virtud de señalar que el límite de las medidas sanitarias lo va a poner el contexto social. Es decir, cuánto soporte la gente más debilitada por estas economías desiguales, concentratarias e ineficientes, que en nuestro continente colapsan década tras décadas. Antes las llamábamos crisis, ahora por reiteradas, agotadoras y enfermantes, pandemias.
Sigue luego el reportaje:
López-Gatell: … otra crítica a los Gobiernos del mundo: las medidas de contención en las fronteras marítimas, aéreas… Reto a cualquiera a que me dé una colección razonable de artículos científicos o simplemente técnicos que muestren cuál es el rendimiento de esa intervención en términos de disminuir el riesgo de introducción [del virus], ya sea porque lo difieren temporalmente o porque se disminuye la probabilidad de que entre a un país.
Periodista: Igual es que en estas crisis se va aprendiendo al paso de esta nueva epidemia. Es legítimo que los Gobiernos procuren proteger de la mejor manera que entiendan.
López-Gatell: Va. Eso lo doy por legítimo. Vamos a suponer, como dicen los abogados, suponiendo sin conceder, que la aspiración es legítima y que el compromiso como gobernantes es ético. Quieren proteger a su población, va. Pero la dinámica que vivió el mundo fue la de un dominó. Después de que Trump anunció que cerraban los vuelos, le siguió El Salvador, con muy pocos casos y pocos vuelos internacionales; Colombia; luego, Ecuador y luego.
Hoy la noticia es que Argentina cerró sus fronteras.
Ya nadie podía entrar, pero ahora nadie puede salir.
Nos dicen que debe ser así porque estamos esperando la peor etapa de la pandemia.
Leo entonces en el principal portal de noticias una nota sobre “Cómo será el peor día de la pandemia en la ciudad de Buenos Aires”: ese es el título. Lo que narra esa noticia es cómo se preparan las autoridades sanitarias de esta ciudad para darle batalla a “la bestia”: así denomina esta nota al virus, en su segunda línea. Lo que sigue es la descripción de un escenario de ciencia ficción: entre el domingo 26 y el jueves 30 de abril proyectan que 2.500 personas necesitarán en simultáneo atención en centros hospitalarios, el 5% en terapia intensiva. No existe en toda la nota una fuente con nombre, ya sea institucional o que a título personal se haga cargo de estas afirmaciones. Ni hablar de tres fuentes, lo cual es ya una costumbre perimida para la prensa argentina. Ningún editor con oficio editaría una nota semejante. Consulto entonces con colegas de ese medio sobre con qué pautas este tema están trabajando y me responden con una frase del Presidente: “estamos en una guerra contra un enemigo invisible”.
Otra vez, la memoria: comencé a trabajar en periodismo dos meses antes de que un dictador borracho declarara la guerra a Inglaterra ocupando las islas Malvinas. Aprendí así, muy rápido y muy cruelmente, que en una redacción la primera víctima mortal de una guerra es la verdad.
¿Así estamos?
Esperemos que no.
La respuesta llega hoy.
Ese mismo portal publica ahora una entrevista a Pablo Goldschmidt, un virólogo argentino radicado en Francia, en la que cuenta que el científico del College de Londres que elaboró las estadísticas que precipitaron la decisión del Primer Ministro británico (aquella escena Black Mirrow que te conté en la segunda carta) acaba de admitir un error. “(Neil) Ferguson dijo que la proyección que hicieron debía ser masivamente disminuida -tal la palabra que usó en inglés- con respecto a las cifras de muertes”.
Informa, también, las causas que hay detrás de las masivas muertes en Italia: años de desfinanciación de la salud pública. Y en particular, qué hay detrás de tantas muertes en Lombardia. Cito textual ese fragmento de la entrevista: “Todas las fábricas de fibrocemento que usaban amianto estaban ahí. Hasta 1992, que lo prohibieron, estaba en techos y aislante de fábricas. Las paredes tenían amianto, que larga cristalcitos que llegan al pulmón, que luego puede cicatrizar, o no. El mesotelioma es el cáncer de pulmón producido por asbestosis o amianto. En las autopsias que se hicieron en Lombardía en los últimos diez años, el 85 por ciento eran por exposición laboral. Tumores malignos con localización pulmonar y peritoneal. Y hasta el 92 nadie prohibió el uso. Lombardía tiene diez millones de habitantes, es el lugar que tiene más empleados en la industria del amianto, el lugar del mundo con más asbestosis. Pero además, el amianto se pega a la ropa, a las fibras. La ropa de alta costura del norte de Italia las hacen señoras costureras. Puede creer que entre el 2000 y el 2012 hubo 4442 mesoteliomas malignos (2850 en hombres y 1592 en mujeres), cáncer de pulmón invasivo por exposición al amianto. Y crece más. Este año hubo 3,6 por ciento más que en años anteriores en hombres y 3,3 en mujeres mayores de 65 años. Y hasta el 2030 habrá 20 mil más.
-¿Qué relación existe con el coronavirus?
-Que en esa región, castigada por falta de medios, el cierre de camas, falta de aparatos de respiración, se encuentra la gente mayor, con pulmones con cáncer o lastimaduras crónicas, que hace que una infección viral se transforme en una infección mortal. Un pulmón agredido por una fibra mineral, tendrá una reacción distinta a un pulmón sano. Y no es casualidad que muera más gente donde están las fábricas de amianto”.
Le envío por wasap a una colega esta nota y me responde:
-Lo escuché en la radio. Y al terminar la entrevista, pidió que el gobierno argentino lo nombre delegado en la Organización Mundial de la Salud.
Otra vez, la ciencia no exacta, en este caso en términos de media timming.
Buscamos entonces la admisión de error del científico que hizo los cálculos. Por suerte, tiene Twitter y el chequeo fue rápido: ahí explica que fue malinterpretada su declaración ante el Parlamento británico. No admite error: ratifica sus pronósticos de letalidad.
¿Entonces?
¿Quién tiene razón?
¿Y cuáles son las razones valederas?
No se trata de que gane un epidemiólogo u otro porque esto no es una apuesta. Se trata de ninguna de nosotras, las millones de personas que habitamos este mundo que se ha puesto horrible, pierda.
Por ahora, lo que estamos padeciendo millones en el planeta es, sin duda, este modo espera, cual Godot
Recuerdo un diálogo en especial de esa obra, cuando un personaje pregunta:
-¿Qué hacen cuando caen un lugar en donde no hay quién pueda ayudarlos?
-Esperamos poder levantarnos. Y después, nos vamos.
Esperemos a poder levantarnos: esa parece ser por ahora la tarea.
El otro tema que me desgasta la energía estos días es la violencia que sufren las mujeres durante este encierro obligado, pero eso te lo contaré en la próxima carta, porque es largo y complicado.
Te abrazo.
Estocolomo, Suecia, 30 de marzo de 2020.
Claudia
Es domingo en la noche y estoy cansada.
Mi mejor amiga tiene cáncer de mama, y no sabe cuándo le van a hacer la operación, y justamente esta noche, una bomba explotó en el restauran de su casa y sus hijas se despertaron en shock. Ni me puede imaginar el estrés que está padeciendo. Y como ella es grupo de riesgo no pueden salir de la casa.
La criminalidad aumentará, como siempre en tiempos difíciles, y como si fuera poco, el trámite para cobrar el seguro es otro crimen, lo que me hizo acordar a otra película argentina: Carancho. ¡Qué buenas películas se hacen en Argentina!
Me dormí acostando a mis hijos, así que sigo hoy, lunes medio día en Estocolmo, que está en plena ola de frio: esta mañana hacia 2 grados. ¡Estoy harta del frio!
Bueno.
Hablemos de la economía con Corona (virus).
Es obvio, pero igual lo escribo: existe una gran diferencia entre las realidades económicas de nuestros países. Nosotros no tenemos grandes villas, no tenemos un sector informal grande, ni tenemos gente ”afuera” del sistema. Por ejemplo, en Suecia todas las personas tienen derecho a la salud pública y jardines públicos, no importa cuan pobre seas.
El tiempo de la Corona (virus) acá comenzó el 9 de marzo. Desde ese momento el gobierno propuso varios «paquetes económicos”. Anunció también los paliativos de subsidios: los afectados por suspensiones de empleo por el coronavirus recibirán el 90 % del salario. Otro: las empresas podrán diferir además el pago de varias tasas e impuestos, con efecto retroactivo desde el 1 de enero, según un plan valorado en hasta 300.000 millones de coronas suecas (27.785 millones de euros). Y varias medidas más.
Las grandes tendencias que veo son:
- La doctrina del shock, que Naomi Klein nos explicó en su libro. En todos los países existe una derecha, lobbyistas, empresarios, asociaciones de empleadores que tienen un PLAN. Nosotros tenemos que tener uno, otro.
- En Suecia los que trabajan en el sector público son los héroes y heroínas en tiempos de Corona (virus), más que todo los trabajadores de salud. Eso también crea una opinión muy fuerte en favor de los común, o sea en contra de soluciones privadas. Eso se tiene que utilizar políticamente para que en el tiempo de post-Corona (virus) reforzar el sector público y a las y los que trabajan ahí.
- Varias de las medidas tomadas por el gobierno sueco ahora, en un tiempo extraordinario, son importantes en tiempos ordinarios. En Suecia, por ejemplo, existe un día que se llama Karensdag (google translate me pone solo la palabra “calificativo”), un día que no te pagan por estar en casa enferma. Mucha gente tiene entonces que ir al trabajo enferma y así puede enfermar a otros. En tiempos de Corona (virus) nos dicen que es muy importante quedare en casa si estás enferma, y así debería de ser siempre.
- Los derechos de la gente que trabaja en forma temporal o por horas se están reforzando: eso sería importante mantenerlo.
- Finalmente, cada país debería de crear un grupo responsable de elaborar un PLAN post-Corona virus, para un mejor futuro. Ese plan debería tener en cuenta temas centrales, como el cambio climático, la pobreza, el trabajo precario, la redistribución de la riqueza, entre otros.
Lo llame en aun amigo, diputado del parlamento Nacional por el partido de Izquierda, representante en la comisión de trabajo. Se llama Ali Esbati y es uno de los sobrevivientes de la masacre de Utoya (22 Julio 2011).
Le pregunté:
Suecia, otra vez, es el país diferente, ¿cuál es tu reflexión?
Tengo mucha confianza en la Agencia de Salud Pública. Pero diría que el país que más se distingue en estos momentos es Estados Unidos, con un Presidente que primero no dio importancia al coronavirus, después comenzó a tomar medidas, y ahora terminó convocando a que en Pascua llenemos las iglesias.
¿Qué opinión tienes sobre las medidas sanitarias que ha tomado el gobierno sueco?
Me parece que las medidas no están mal. Nosotros proponemos complementar con medidas que se destinen directamente a trabajadores con bajos salarios, por ejemplo, no pagar alquiler un mes, o dar posibilidad de pagar más tarde, aumentar la ayuda para familias con niños etc.
¿Qué ves más allá del tiempo coronavirus?
Tenemos una posibilidad histórica de terminar totalmente con el neoliberalismo. Ya está muerto desde hace tiempo, pero ahora podemos sacar el cadáver y botarlo. Es tiempo de invertir en lo común.
Ahora que estoy terminando esta carta veo por la ventana que comenzó a caer nieve. Mis amigos que reciben noticas de familiares en Estados Unidos me cuentan que en Nueva York hay personas muriendo en las calles. Y en España, muchas organizaciones de salud propusieron que niñas y niños puedan salir, pero el gobierno respondió: no. Me da pánico pensar en todos los niños del mundo encerrados, muchas veces en casa muy chicas, con adultos nerviosos.
Muchos abrazos Claudia.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani