CABA
De lo malo, lo bueno: el fin del neoliberalismo, la ciencia no exacta y el momento de invertir en lo común
Cuarta parte del intercambio entre Claudia Acuña y América Vera Zavala, de Buenos Aires a Estocolmo. Los dos países mantienen estrategias totalmente distintas: Argentina va por su segunda semana decuarentena obligatoria, mientras Suecia mantiene abiertos los lugares públicos. ¿Cómo se vive el mismo virus? La estrategia intermedia en México, y la idea de que nuestras vidas dependen «del epidemiólogo que nos toque en suerte». Quién está pensando en el post corona, la preocupación por los trabajos sin ingresos fijos y cómo aprovechar para sentar una base de derechos.
Buenos Aires, Argentina, 28 de marzo de 2020
Querida América:
Dos temas me preocupan y ocupan estos días.
El principal es para mí el prioritario y definitorio: cómo afecta el aislamiento de un país a aquellos que no tienen un ingreso fijo.
A partir de hoy el Estado argentino otorga un subsidio de 10 mil pesos (115 dólares, aproximadamente) a aquellos trabajadores precarizados, que aquí están clasificados bajo un régimen tributario especial, llamado “monotributo”, que nació en 1998, en plena pandemia neoliberal. Y que ningún gobierno corrigió, por cierto. Esta medida llega después de muchos reclamos, pero llega y comienza a tramitarse hoy en forma online y durante los próximos días, según el número en el cual termina tu documento de identidad. Para los que no tienen ni siquiera una categoría impositiva, se están repartiendo bolsas de comida. El ejército lo hace en villas y periferias urbanas, el sector más afectado por el stop de la actividad económica llamada “informal” que implican estas medidas. En esto días tuve que hacer de puente entre esos bolsones y muchas amigas que trabajan limpiando casas y quedaron atrapadas en una habitación de pensión, con sus hijos y sin ingresos. Se trata de mujeres que nunca tramitaron ayuda estatal porque se las han arreglado arremangándose y que ahora quedaron fuera del radar de la asistencia social. Sus hijos habitualmente desayunan y meriendan en las escuelas públicas, pero el gobierno porteño –el distrito más rico del país que sigue en manos del partido que gobernó el país los últimos cuatro años, destrozando los servicios públicos y endeudándonos- ha cerrado varios y los que funcionan, solo entregan sándwiches. Es imposible aguantar este desastre con sándwiches. Los comedores escolares, integrados por madres y padres, se organizaron y plantearon este reclamo a las autoridades porteñas, que se comprometieron a comenzar a entregar bolsones nutricionalmente completos. ¿Cuándo? En los próximos días, aseguran.
Esperemos.
Leo ahora un reportaje que le hizo el diario El País de España al secretario de salud mexicano, Hugo López-Gatell, a quien presentan como “investigador, epidemiólogo y la voz de (el Presidente) López Obrador en la lucha contra el coronavirus”. Son muy interesantes los argumentos con los que cuestiona las proyecciones que obligaron a tomar medidas drásticas a otros gobiernos (el nuestro, el más estricto). Con argumentos similares a los emiten en mi país las autoridades para defender la política sanitaria de aislamiento total, él argumenta lo contrario: “ En México tenemos una enorme inequidad, ofensiva, alarmante, la mitad de la población vive por debajo de la pobreza, al día. Pensemos en un comerciante de alimentos o en un albañil: esa es la población a la que nos interesa proteger. El balance correcto entre proteger la salud y la vida y proteger a la sociedad, no solo en el presente, sino en meses, en años después, es una delicada tarea. Para decirlo de una manera dramática, pero que no deja de ser real, quien pierda el trabajo pero esté dentro del empleo formal, cuando se recupere esta recesión, tendrá cierta posibilidad de volver. Pero quien viva al día, no va a tener esa posibilidad en el corto plazo y eso va a crear una disrupción social mayúscula”.
Replica entonces el periodista:
-Diría, entonces, que la economía prevalece sobre la crisis sanitaria…
Responde Lopez-Gattel: “Lo social, que es parte de la responsabilidad primaria del Estado. Eso es lo que queremos cuidar junto a la parte sanitaria. Queremos tener un equilibro, un balance entre las medidas que son correctas desde el punto de vista de la ciencia y la metodología de la salud pública sin vulnerar, hasta donde sea posible, a las personas con las economías más debilitadas”.
Estamos entonces frente a otro epidemiólogo que dicta otras medidas, diferentes a las que tú estás cumpliendo en Suecia y diferentes también a las que yo estoy cumpliendo en Argentina.
Me queda claro que la epidemiología no es una ciencia exacta. Y que nuestra vida cotidiana se afecta según el epidemiólogo que nos toque en suerte.
Esperemos.
Sin embargo, el mexicano tiene la virtud de señalar que el límite de las medidas sanitarias lo va a poner el contexto social. Es decir, cuánto soporte la gente más debilitada por estas economías desiguales, concentratarias e ineficientes, que en nuestro continente colapsan década tras décadas. Antes las llamábamos crisis, ahora por reiteradas, agotadoras y enfermantes, pandemias.
Sigue luego el reportaje:
López-Gatell: … otra crítica a los Gobiernos del mundo: las medidas de contención en las fronteras marítimas, aéreas… Reto a cualquiera a que me dé una colección razonable de artículos científicos o simplemente técnicos que muestren cuál es el rendimiento de esa intervención en términos de disminuir el riesgo de introducción [del virus], ya sea porque lo difieren temporalmente o porque se disminuye la probabilidad de que entre a un país.
Periodista: Igual es que en estas crisis se va aprendiendo al paso de esta nueva epidemia. Es legítimo que los Gobiernos procuren proteger de la mejor manera que entiendan.
López-Gatell: Va. Eso lo doy por legítimo. Vamos a suponer, como dicen los abogados, suponiendo sin conceder, que la aspiración es legítima y que el compromiso como gobernantes es ético. Quieren proteger a su población, va. Pero la dinámica que vivió el mundo fue la de un dominó. Después de que Trump anunció que cerraban los vuelos, le siguió El Salvador, con muy pocos casos y pocos vuelos internacionales; Colombia; luego, Ecuador y luego.
Hoy la noticia es que Argentina cerró sus fronteras.
Ya nadie podía entrar, pero ahora nadie puede salir.
Nos dicen que debe ser así porque estamos esperando la peor etapa de la pandemia.
Leo entonces en el principal portal de noticias una nota sobre “Cómo será el peor día de la pandemia en la ciudad de Buenos Aires”: ese es el título. Lo que narra esa noticia es cómo se preparan las autoridades sanitarias de esta ciudad para darle batalla a “la bestia”: así denomina esta nota al virus, en su segunda línea. Lo que sigue es la descripción de un escenario de ciencia ficción: entre el domingo 26 y el jueves 30 de abril proyectan que 2.500 personas necesitarán en simultáneo atención en centros hospitalarios, el 5% en terapia intensiva. No existe en toda la nota una fuente con nombre, ya sea institucional o que a título personal se haga cargo de estas afirmaciones. Ni hablar de tres fuentes, lo cual es ya una costumbre perimida para la prensa argentina. Ningún editor con oficio editaría una nota semejante. Consulto entonces con colegas de ese medio sobre con qué pautas este tema están trabajando y me responden con una frase del Presidente: “estamos en una guerra contra un enemigo invisible”.
Otra vez, la memoria: comencé a trabajar en periodismo dos meses antes de que un dictador borracho declarara la guerra a Inglaterra ocupando las islas Malvinas. Aprendí así, muy rápido y muy cruelmente, que en una redacción la primera víctima mortal de una guerra es la verdad.
¿Así estamos?
Esperemos que no.
La respuesta llega hoy.
Ese mismo portal publica ahora una entrevista a Pablo Goldschmidt, un virólogo argentino radicado en Francia, en la que cuenta que el científico del College de Londres que elaboró las estadísticas que precipitaron la decisión del Primer Ministro británico (aquella escena Black Mirrow que te conté en la segunda carta) acaba de admitir un error. “(Neil) Ferguson dijo que la proyección que hicieron debía ser masivamente disminuida -tal la palabra que usó en inglés- con respecto a las cifras de muertes”.
Informa, también, las causas que hay detrás de las masivas muertes en Italia: años de desfinanciación de la salud pública. Y en particular, qué hay detrás de tantas muertes en Lombardia. Cito textual ese fragmento de la entrevista: “Todas las fábricas de fibrocemento que usaban amianto estaban ahí. Hasta 1992, que lo prohibieron, estaba en techos y aislante de fábricas. Las paredes tenían amianto, que larga cristalcitos que llegan al pulmón, que luego puede cicatrizar, o no. El mesotelioma es el cáncer de pulmón producido por asbestosis o amianto. En las autopsias que se hicieron en Lombardía en los últimos diez años, el 85 por ciento eran por exposición laboral. Tumores malignos con localización pulmonar y peritoneal. Y hasta el 92 nadie prohibió el uso. Lombardía tiene diez millones de habitantes, es el lugar que tiene más empleados en la industria del amianto, el lugar del mundo con más asbestosis. Pero además, el amianto se pega a la ropa, a las fibras. La ropa de alta costura del norte de Italia las hacen señoras costureras. Puede creer que entre el 2000 y el 2012 hubo 4442 mesoteliomas malignos (2850 en hombres y 1592 en mujeres), cáncer de pulmón invasivo por exposición al amianto. Y crece más. Este año hubo 3,6 por ciento más que en años anteriores en hombres y 3,3 en mujeres mayores de 65 años. Y hasta el 2030 habrá 20 mil más.
-¿Qué relación existe con el coronavirus?
-Que en esa región, castigada por falta de medios, el cierre de camas, falta de aparatos de respiración, se encuentra la gente mayor, con pulmones con cáncer o lastimaduras crónicas, que hace que una infección viral se transforme en una infección mortal. Un pulmón agredido por una fibra mineral, tendrá una reacción distinta a un pulmón sano. Y no es casualidad que muera más gente donde están las fábricas de amianto”.
Le envío por wasap a una colega esta nota y me responde:
-Lo escuché en la radio. Y al terminar la entrevista, pidió que el gobierno argentino lo nombre delegado en la Organización Mundial de la Salud.
Otra vez, la ciencia no exacta, en este caso en términos de media timming.
Buscamos entonces la admisión de error del científico que hizo los cálculos. Por suerte, tiene Twitter y el chequeo fue rápido: ahí explica que fue malinterpretada su declaración ante el Parlamento británico. No admite error: ratifica sus pronósticos de letalidad.
¿Entonces?
¿Quién tiene razón?
¿Y cuáles son las razones valederas?
No se trata de que gane un epidemiólogo u otro porque esto no es una apuesta. Se trata de ninguna de nosotras, las millones de personas que habitamos este mundo que se ha puesto horrible, pierda.
Por ahora, lo que estamos padeciendo millones en el planeta es, sin duda, este modo espera, cual Godot
Recuerdo un diálogo en especial de esa obra, cuando un personaje pregunta:
-¿Qué hacen cuando caen un lugar en donde no hay quién pueda ayudarlos?
-Esperamos poder levantarnos. Y después, nos vamos.
Esperemos a poder levantarnos: esa parece ser por ahora la tarea.
El otro tema que me desgasta la energía estos días es la violencia que sufren las mujeres durante este encierro obligado, pero eso te lo contaré en la próxima carta, porque es largo y complicado.
Te abrazo.
Estocolomo, Suecia, 30 de marzo de 2020.
Claudia
Es domingo en la noche y estoy cansada.
Mi mejor amiga tiene cáncer de mama, y no sabe cuándo le van a hacer la operación, y justamente esta noche, una bomba explotó en el restauran de su casa y sus hijas se despertaron en shock. Ni me puede imaginar el estrés que está padeciendo. Y como ella es grupo de riesgo no pueden salir de la casa.
La criminalidad aumentará, como siempre en tiempos difíciles, y como si fuera poco, el trámite para cobrar el seguro es otro crimen, lo que me hizo acordar a otra película argentina: Carancho. ¡Qué buenas películas se hacen en Argentina!
Me dormí acostando a mis hijos, así que sigo hoy, lunes medio día en Estocolmo, que está en plena ola de frio: esta mañana hacia 2 grados. ¡Estoy harta del frio!
Bueno.
Hablemos de la economía con Corona (virus).
Es obvio, pero igual lo escribo: existe una gran diferencia entre las realidades económicas de nuestros países. Nosotros no tenemos grandes villas, no tenemos un sector informal grande, ni tenemos gente ”afuera” del sistema. Por ejemplo, en Suecia todas las personas tienen derecho a la salud pública y jardines públicos, no importa cuan pobre seas.
El tiempo de la Corona (virus) acá comenzó el 9 de marzo. Desde ese momento el gobierno propuso varios «paquetes económicos”. Anunció también los paliativos de subsidios: los afectados por suspensiones de empleo por el coronavirus recibirán el 90 % del salario. Otro: las empresas podrán diferir además el pago de varias tasas e impuestos, con efecto retroactivo desde el 1 de enero, según un plan valorado en hasta 300.000 millones de coronas suecas (27.785 millones de euros). Y varias medidas más.
Las grandes tendencias que veo son:
- La doctrina del shock, que Naomi Klein nos explicó en su libro. En todos los países existe una derecha, lobbyistas, empresarios, asociaciones de empleadores que tienen un PLAN. Nosotros tenemos que tener uno, otro.
- En Suecia los que trabajan en el sector público son los héroes y heroínas en tiempos de Corona (virus), más que todo los trabajadores de salud. Eso también crea una opinión muy fuerte en favor de los común, o sea en contra de soluciones privadas. Eso se tiene que utilizar políticamente para que en el tiempo de post-Corona (virus) reforzar el sector público y a las y los que trabajan ahí.
- Varias de las medidas tomadas por el gobierno sueco ahora, en un tiempo extraordinario, son importantes en tiempos ordinarios. En Suecia, por ejemplo, existe un día que se llama Karensdag (google translate me pone solo la palabra “calificativo”), un día que no te pagan por estar en casa enferma. Mucha gente tiene entonces que ir al trabajo enferma y así puede enfermar a otros. En tiempos de Corona (virus) nos dicen que es muy importante quedare en casa si estás enferma, y así debería de ser siempre.
- Los derechos de la gente que trabaja en forma temporal o por horas se están reforzando: eso sería importante mantenerlo.
- Finalmente, cada país debería de crear un grupo responsable de elaborar un PLAN post-Corona virus, para un mejor futuro. Ese plan debería tener en cuenta temas centrales, como el cambio climático, la pobreza, el trabajo precario, la redistribución de la riqueza, entre otros.
Lo llame en aun amigo, diputado del parlamento Nacional por el partido de Izquierda, representante en la comisión de trabajo. Se llama Ali Esbati y es uno de los sobrevivientes de la masacre de Utoya (22 Julio 2011).
Le pregunté:
Suecia, otra vez, es el país diferente, ¿cuál es tu reflexión?
Tengo mucha confianza en la Agencia de Salud Pública. Pero diría que el país que más se distingue en estos momentos es Estados Unidos, con un Presidente que primero no dio importancia al coronavirus, después comenzó a tomar medidas, y ahora terminó convocando a que en Pascua llenemos las iglesias.
¿Qué opinión tienes sobre las medidas sanitarias que ha tomado el gobierno sueco?
Me parece que las medidas no están mal. Nosotros proponemos complementar con medidas que se destinen directamente a trabajadores con bajos salarios, por ejemplo, no pagar alquiler un mes, o dar posibilidad de pagar más tarde, aumentar la ayuda para familias con niños etc.
¿Qué ves más allá del tiempo coronavirus?
Tenemos una posibilidad histórica de terminar totalmente con el neoliberalismo. Ya está muerto desde hace tiempo, pero ahora podemos sacar el cadáver y botarlo. Es tiempo de invertir en lo común.
Ahora que estoy terminando esta carta veo por la ventana que comenzó a caer nieve. Mis amigos que reciben noticas de familiares en Estados Unidos me cuentan que en Nueva York hay personas muriendo en las calles. Y en España, muchas organizaciones de salud propusieron que niñas y niños puedan salir, pero el gobierno respondió: no. Me da pánico pensar en todos los niños del mundo encerrados, muchas veces en casa muy chicas, con adultos nerviosos.
Muchos abrazos Claudia.

Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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