CABA
#DosMesesSinSantiago La enorme familia de Santiago Maldonado
lavaca en Buenos Aires y en Esquel. Desafiando todos los pronósticos políticos, meteorológicos y policiales una multitud se reunió en Plaza de Mayo y otra recorrió el centro de Esquel hasta el juzgado federal que investiga la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Los dos actos se convirtieron en una ceremonia sensible que dejó un mensaje contudente: Santiago tiene que aparecer y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, renunciar.
No es una marcha. No es una movilización. No es un acto. Es un sentimiento. Y duele. Hay gente llorando arriba y abajo del escenario. Hay lágrimas. Hay preocupación. Y hay gente desbordando la Plaza de Mayo por todas sus aristas, con rostros de dolor, abrazándose, sosteniéndose, acariciando la foto que llevan en el pecho, en la mano o en el corazón, al lado del pin que proclama Juicio y Castigo, que fue emblema en la construcción de ese Nunca Más que hoy cuestiona la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Arriba y abajo del escenario está su familia.
Arriba, los hermanos, su cuñada, las Madres de Plaza de Mayo.
Abajo, la señora que reza, el chico que se muerde los labios, la pareja que se aferra a una cartulina amarilla que grita El Estado es responsable, la joven que tiene la mano en el corazón, conteniendo el llanto, el señor en sillas de ruedas, la mamá con el carrito del bebé y hasta el vendedor que despacha hamburguesas acongojado.
Ese es el sentimiento: el de integrar un tejido social que sufre una ausencia y se reúne para responder a ese dolor con presencia.
En este día de cielo amenazador, con el alerta de los servicios infiltrados y a la hora de la modorra dominguera, esa familia es una multitud dispuesta a desafiar a los pronósticos meteorológicos, políticos y policiales, para dar un mensaje contundente: Santiago tiene que aparecer y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich tiene que renunciar.
Esa multitud desafiante se sintió convocada por la familia Maldonado y eso que parece tan simple es en sí mismo un acto de comunicación que cuestiona el rol de los medios y el de los periodistas. Germán, el hermano de Santiago, lo hizo explícito cuando les dedicó estas palabras: “Sean un poco más profesionales. Investiguen, indaguen. No se imaginan el daño que causan al inventar noticias. Tengan un poco de amor propio. No se dejen usar como marionetas por un par de billetes”.
Luego, puso el dedo en otra llaga: «¿Dónde están que no los veo, a ustedes políticos que quieren que aparezca Santiago? ¿Vieron a Carrió por ahí? ¿Vieron a Peña, a Vidal, a Macri, a Bullrich?. Ellos que quieren que aparezca Santiago. Van dos meses y nunca vienen a apoyar, ni nunca llaman».
Dos meses.
61 días.
1.464 horas.
No son números. O sí y miden el peso que carga esa familia y esa voz quebrada con la que Sergio lee la carta que le escribió a su hermano desaparecido, que comienza diciendo:
Santiago:
Donde estés, quiero que sepas que te quiero. Cada día que pasa te extrañamos. Necesito que aparezcas pronto, no puedo dejar de pensar en vos. Cada día que pasa te lloro más y me pregunto por qué sos vos quien está pasando por esto y no yo. La respuesta es inmediata: nunca me involucré en diferentes causas como lo haces vos”.
Arriba y abajo del escenario hay un silencio tan silencio y hay unas lágrimas tan lágrimas que convierten a esa escucha de la multitud en un acto único, especial, diferente.
Histórico, dirá cualquiera que haya estado y nadie más, porque en los cuerpos y no en las pantallas está la verdadera dimensión de lo que significó para cada integrante de esa multitud la lectura de esa carta, que siguió así:
“Las personas como vos nos enseñan, nos abren los ojos, nos muestran el camino; pero también dejan en evidencia las miserias humanas. Ojalá puedas escucharme y entender la demora en encontrarte. No es porque no te busque, ni tampoco porque haya gente a la que no le importes. Todo lo contrario. Es mucha la gente que te quiere sin haberte conocido y que reclama por vos. Ver tu cara en todos lados, siempre con tu sonrisa, me da mucho orgullo. Pero también me da tristeza e impotencia porque no estás con nosotros. Hay muchos intereses en el medio y vos te preguntarás ¿estos intereses son más importantes que mi vida o la de cualquier persona? Lamentablemente, para algunos estos intereses son más importantes que la desaparición de una persona en manos de una fuerza del Estado. Para ellos solo somos un número, una estadística, un casillero. Pero somos hijos, hermanos, amigos y personas con derechos que exigimos justicia.
Santiago: te estoy buscando, te sigo y te seguiré buscando. Más allá de intuir donde te tienen, es difícil encontrarte. Cuando esta pesadilla comenzó, nuestro hermano Germán les pidió colaboración de los gendarmes. Confieso que creí que eso podía funcionar para que aparecieras rápido. Ahora estoy convencido de que no existe la bondad en los efectivos, ni en los jefes que participaron de la represión en la comunidad mapuche: junto a ministros, jueces y fiscales solo cuidan sus intereses. No sé cuánto tiempo va a llevar encontrarte. Sé que tal vez hubiera sido distinto si te quedabas en casa y no salías a reclamar por los más desprotegidos, por las causas justas y los pueblos originarios.
Hoy me vuelvo a preguntar dónde estás, Santiago. ¿Tan difícil es pedir que te devuelvan? Quiero que los viejos, la abuela y toda la familia dejen de sufrir y que esta pesadilla termine.
Quiero preguntarle al presidente Mauricio Macri y a todos sus ministros donde está Santiago Maldonado. Que aparezca con vida urgente, lo necesitamos”.
Y así fue como ese discurso personal, íntimo, sensible, leído en Plaza de Mayo y compartido con una multitud, se convirtió en un nosotros plural, integrador.
Creó una familia.
La enorme familia que necesita que aparezca Santiago.
Después, intentaron lo mismo de siempre los mismos de siempre, pero la reacción fue otra. Un grupo de encapuchados atacó a periodistas –la cronista de Crónica Tevé, el camarógrafo de C5N- e intentó armar el tole tole que luego justifica las detenciones arbitrarias. No pudieron: una familia es capaz de reconocer a quiénes no son parte de ella. “Infiltrados, infiltrados”, comenzaron a gritar de aquí y de allá. Los rodearon, los enfrentaron, los fotografiaron y los hicieron escapar como lo que son: ratas.
Así se sintió en Esquel
“Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables”. El canto explota en uno de los puntos centrales de la marcha por la aparición con vida de Santiago Maldonado: el cruce de las calles 25 de Mayo y San Martín, donde está la sede del Juzgado Federal de Esquel. Allí llegó esta semana el nuevo magistrado de la causa, Guillermo Gustavo Lleral. Y por allí pasa esta columna sensible y emotiva, llena de niños y niñas con pancartas, que hace minutos salió desde la plaza central y ahora, frente al juzgado, canta la consigna más triste:
“No estamos todos: falta Santiago”.
Verdad y justicia
La nena mira fijo a las cámaras que la retratan con un cartel en la mano que dice: «Dónde está Santiago. Sami, 8 años». De fondo, se escucha a la abogada Verónica Heredia, encargada de leer el comunicado de la familia Maldonado:

La abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia. #DosMesesSinSantiago en Esquel. Foto: Nacho Yuchark para lavaca
“Santiago es hijo, hermano, cuñado, amigo. Es el dolor constante de saber quiénes son los responsables de su desaparición forzada. De no saber dónde está. Ese dolor aumenta de sólo pensar que los responsables quedarán impunes. Desde el principio anhelamos una justicia imparcial, pronta y eficaz. Sin embargo, fuimos testigos y víctimas de una justicia parcial, lenta e ineficaz. La designación de otro juez abre una esperanza y nos da fuerza para llegar a la verdad sobre Santiago. Nuestra familia, nuestro país, necesita comprobar que el Poder Judicial puede resolver el caso de la desaparición forzada de Santiago sin interferencias ni presiones de ningún tipo. El Ministerio de Seguridad de la Nación no hizo más que entorpecer el proceso para llegar a la verdad. Por todo esto y su mala actuación durante estos dos meses, exigimos la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich”.
Verónica Heredia se detiene ante la ovación de la Plaza.
Luego, continúa.
“Además lamentamos el destrato para con la familia del secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj, quien debería haber generado un espacio de contención desde el primer día en lugar de distraer el correcto accionar de la causa con su proceder y declaraciones de prensa. Seguiremos, Santiago, pidiendo por vos, preguntando por vos, cada día de nuestras vidas hasta saber por fin qué te sucedió. Aún con esta mochila de dolor, angustia e incertidumbre, no vamos a bajar los brazos. Lo haremos en honor a tu compromiso y solidaridad. Acompañamos a todas las familias que atraviesan o han atravesado este dolor y siguen peleando como nosotros para que nada quede impune y se castigue a los culpables. Nos solidarizamos con las comunidades de los pueblos originarios, que se han visto avasallados en sus derechos y han sido perseguidos por la defensa de su territorio. Agradecemos cada una de las muestras de solidaridad y acompañamiento en nuestro país y en el mundo, el apoyo de todas las personas que hoy y día a día siguen reclamando junto a nosotros la aparición con vida de Santiago. Verdad y justicia”.
Actores sociales
Matías Santana es uno de los integrantes de la Pu Lof y es el principal testigo en la causa: detalló cómo la Gendarmería se llevó a Santiago el 1 de agosto: “Aquí hay un conflicto político, histórico, que no podemos sacar de contexto. Nos tenemos que levantar como gente mapuche: estamos iniciando un proceso de recuperación y de reconstrucción social. Somos actores sociales. La represión, los servicios de inteligencia y la violencia es continua”. Santana recuerda a través de un comunicado a Santiago como un detenido desaparecido por razones políticas: “No te olvidaremos. Tu memoria, valiente, no será negociada”.

Matías Santana, de la comunidad mapuche Put Lof. #DosMesesSinSantiago en Esquel. Foto: Nacho Yuchark para lavaca
Elvira Gauna, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Esquel, también leyó un emotivo comunicado:
“La disputa es por el territorio y sus recursos. La disputa es económica, política y social. Esta disputa es la que determinó la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Creemos un acto de justicia nombrar a Santiago en estos términos y en este contexto, porque es justo darle este sentido a su existencia e imaginarnos las posibles palabras que nos diría si estuviera entre nosotros. Nos solidarizamos y repudiamos la violencia en Vuelta del Río. El brutal allanamiento en Cushamen. Repudiamos las tareas de inteligencia ilegal llevadas adelante por Gendarmería sobre familiares y amigos de Santiago y nuestros compañeros de la APDH Regional Noroeste del Chubut. Bregamos por los derechos a la vida, a la justicia, a la tierra y a la libertad. Hermano, amigo, peñi, compañero Santiago Maldonado: estamos aquí como el primer día pidiendo por verdad y justicia, pidiendo por tu aparición con vida ya”.

Frente del juzgado federal de Esquel. #DosMesesSinSantiago en Esquel. Foto: Nacho Yuchark para lavaca
Lo inaceptable
La movilización llega hasta el Centro Cultural Melipal. Un grupo de vecinos presentó un mes y medio atrás una nota al Concejo Deliberante para colgar un banner con el rostro de Santiago en la fachada del centro: “Es un artista y así debemos recordarlo”. La respuesta nunca llegó, pero hoy montan dos escaleras y lo cuelgan. Candy -26 años, tres hijos- filma el momento: “Esquel está dividido: hay personas que opinan qué tenía que hacer en la comunidad si no era mapuche. Es tremendo: estamos hablando de un desaparecido en democracia, de una persona que se había acercado a apoyar. Por eso estoy aquí: es importante que mis hijos entiendan esa conciencia”.
Maximiliano, docente: “Si hay división es a partir de la desinformación. Cuando el cerco mediático llega a una ciudad pequeña como esta, se nota fuerte. Aquí hay muchos que tienen familiares gendarmes y muchos que tienen familiares mapuche. Eso se ve, aunque en el aula no tanto, porque a veces se evita: te etiquetan si hablás, por lo que muchos no dicen lo que piensan con tanta facilidad. En algunas escuelas se llegaron a labrar sumarios por hablar de las dos cuestiones: la desaparición de Santiago y de la lucha mapuche. Son dos temas totalmente relacionados, y lo que le pasó a Santiago no sólo es una tragedia sino una brutalidad. Y eso viene sufriendo desde hace mucho a la comunidad”.
A su lado camina Patricia con un cartel que dice: «El Estado es responsable».
¿Por qué marcha?
-Porque no nos vamos a quedar quietos, no nos vamos a callar. Tiene que haber justicia. Esto no puede pasar. Simplemente no puede: es inaceptable desde todo punto de vista.
Cómo romper el cerco
Inán tiene 17 años y Sharon, 19. Caminan juntas por la avenida Ameghino. Inán: “Marcho porque estamos hablando de un desaparecido en democracia y, también, porque quiero que liberen a Facundo. Quiero que haya paz: no pueden seguir reprimiendo, ni puede seguir este nivel de racismo. De chica vivo la recuperación mapuche, porque mi papá vivía en una comunidad, y hoy los medios hegemónicos están haciendo todo a favor del Estado: eso lleva a que haya gente que diga que la represión es necesaria. Son cosas que no entiendo. Uno ya sabe qué te van a decir los medios hegemónicos, pero a muchos no les interesa. Estoy en modalidad de Comunicación y hemos aprendido las ´falacias argumentativas´, que me sirvieron mucho para hacer análisis de la información. Es lo que vemos hoy: día a día vemos una falacia tras otra”.
¿Cómo se rompe eso?
Sharon: Estamos en un circo mediático, y Esquel es un punto clave. La Patagonia en general lo es. Quieren nuestros recursos. Y hay temas que aquí empiezan a hervir la sangre y la gente no aguanta: no sólo hay movilizaciones, sino muchas expresiones artísticas. En la calle, en las escuelas: es una manera de avanzar, de no callar, porque mañana los medios masivos van a dejar de hablar de esto y van a pasar a hablar de otra cosa. Para eso salimos a la calle: dejamos en claro que si los medios no están con la mirada en el tema, el pueblo sí. Y por eso vamos a seguir luchando.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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