Nota
#DosMesesSinSantiago La enorme familia de Santiago Maldonado
lavaca en Buenos Aires y en Esquel. Desafiando todos los pronósticos políticos, meteorológicos y policiales una multitud se reunió en Plaza de Mayo y otra recorrió el centro de Esquel hasta el juzgado federal que investiga la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Los dos actos se convirtieron en una ceremonia sensible que dejó un mensaje contudente: Santiago tiene que aparecer y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, renunciar.
No es una marcha. No es una movilización. No es un acto. Es un sentimiento. Y duele. Hay gente llorando arriba y abajo del escenario. Hay lágrimas. Hay preocupación. Y hay gente desbordando la Plaza de Mayo por todas sus aristas, con rostros de dolor, abrazándose, sosteniéndose, acariciando la foto que llevan en el pecho, en la mano o en el corazón, al lado del pin que proclama Juicio y Castigo, que fue emblema en la construcción de ese Nunca Más que hoy cuestiona la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Arriba y abajo del escenario está su familia.
Arriba, los hermanos, su cuñada, las Madres de Plaza de Mayo.
Abajo, la señora que reza, el chico que se muerde los labios, la pareja que se aferra a una cartulina amarilla que grita El Estado es responsable, la joven que tiene la mano en el corazón, conteniendo el llanto, el señor en sillas de ruedas, la mamá con el carrito del bebé y hasta el vendedor que despacha hamburguesas acongojado.
Ese es el sentimiento: el de integrar un tejido social que sufre una ausencia y se reúne para responder a ese dolor con presencia.
En este día de cielo amenazador, con el alerta de los servicios infiltrados y a la hora de la modorra dominguera, esa familia es una multitud dispuesta a desafiar a los pronósticos meteorológicos, políticos y policiales, para dar un mensaje contundente: Santiago tiene que aparecer y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich tiene que renunciar.
Esa multitud desafiante se sintió convocada por la familia Maldonado y eso que parece tan simple es en sí mismo un acto de comunicación que cuestiona el rol de los medios y el de los periodistas. Germán, el hermano de Santiago, lo hizo explícito cuando les dedicó estas palabras: “Sean un poco más profesionales. Investiguen, indaguen. No se imaginan el daño que causan al inventar noticias. Tengan un poco de amor propio. No se dejen usar como marionetas por un par de billetes”.
Luego, puso el dedo en otra llaga: «¿Dónde están que no los veo, a ustedes políticos que quieren que aparezca Santiago? ¿Vieron a Carrió por ahí? ¿Vieron a Peña, a Vidal, a Macri, a Bullrich?. Ellos que quieren que aparezca Santiago. Van dos meses y nunca vienen a apoyar, ni nunca llaman».
Dos meses.
61 días.
1.464 horas.
No son números. O sí y miden el peso que carga esa familia y esa voz quebrada con la que Sergio lee la carta que le escribió a su hermano desaparecido, que comienza diciendo:
Santiago:
Donde estés, quiero que sepas que te quiero. Cada día que pasa te extrañamos. Necesito que aparezcas pronto, no puedo dejar de pensar en vos. Cada día que pasa te lloro más y me pregunto por qué sos vos quien está pasando por esto y no yo. La respuesta es inmediata: nunca me involucré en diferentes causas como lo haces vos”.
Arriba y abajo del escenario hay un silencio tan silencio y hay unas lágrimas tan lágrimas que convierten a esa escucha de la multitud en un acto único, especial, diferente.
Histórico, dirá cualquiera que haya estado y nadie más, porque en los cuerpos y no en las pantallas está la verdadera dimensión de lo que significó para cada integrante de esa multitud la lectura de esa carta, que siguió así:
“Las personas como vos nos enseñan, nos abren los ojos, nos muestran el camino; pero también dejan en evidencia las miserias humanas. Ojalá puedas escucharme y entender la demora en encontrarte. No es porque no te busque, ni tampoco porque haya gente a la que no le importes. Todo lo contrario. Es mucha la gente que te quiere sin haberte conocido y que reclama por vos. Ver tu cara en todos lados, siempre con tu sonrisa, me da mucho orgullo. Pero también me da tristeza e impotencia porque no estás con nosotros. Hay muchos intereses en el medio y vos te preguntarás ¿estos intereses son más importantes que mi vida o la de cualquier persona? Lamentablemente, para algunos estos intereses son más importantes que la desaparición de una persona en manos de una fuerza del Estado. Para ellos solo somos un número, una estadística, un casillero. Pero somos hijos, hermanos, amigos y personas con derechos que exigimos justicia.
Santiago: te estoy buscando, te sigo y te seguiré buscando. Más allá de intuir donde te tienen, es difícil encontrarte. Cuando esta pesadilla comenzó, nuestro hermano Germán les pidió colaboración de los gendarmes. Confieso que creí que eso podía funcionar para que aparecieras rápido. Ahora estoy convencido de que no existe la bondad en los efectivos, ni en los jefes que participaron de la represión en la comunidad mapuche: junto a ministros, jueces y fiscales solo cuidan sus intereses. No sé cuánto tiempo va a llevar encontrarte. Sé que tal vez hubiera sido distinto si te quedabas en casa y no salías a reclamar por los más desprotegidos, por las causas justas y los pueblos originarios.
Hoy me vuelvo a preguntar dónde estás, Santiago. ¿Tan difícil es pedir que te devuelvan? Quiero que los viejos, la abuela y toda la familia dejen de sufrir y que esta pesadilla termine.
Quiero preguntarle al presidente Mauricio Macri y a todos sus ministros donde está Santiago Maldonado. Que aparezca con vida urgente, lo necesitamos”.
Y así fue como ese discurso personal, íntimo, sensible, leído en Plaza de Mayo y compartido con una multitud, se convirtió en un nosotros plural, integrador.
Creó una familia.
La enorme familia que necesita que aparezca Santiago.
Después, intentaron lo mismo de siempre los mismos de siempre, pero la reacción fue otra. Un grupo de encapuchados atacó a periodistas –la cronista de Crónica Tevé, el camarógrafo de C5N- e intentó armar el tole tole que luego justifica las detenciones arbitrarias. No pudieron: una familia es capaz de reconocer a quiénes no son parte de ella. “Infiltrados, infiltrados”, comenzaron a gritar de aquí y de allá. Los rodearon, los enfrentaron, los fotografiaron y los hicieron escapar como lo que son: ratas.
Así se sintió en Esquel
“Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables”. El canto explota en uno de los puntos centrales de la marcha por la aparición con vida de Santiago Maldonado: el cruce de las calles 25 de Mayo y San Martín, donde está la sede del Juzgado Federal de Esquel. Allí llegó esta semana el nuevo magistrado de la causa, Guillermo Gustavo Lleral. Y por allí pasa esta columna sensible y emotiva, llena de niños y niñas con pancartas, que hace minutos salió desde la plaza central y ahora, frente al juzgado, canta la consigna más triste:
“No estamos todos: falta Santiago”.
Verdad y justicia
La nena mira fijo a las cámaras que la retratan con un cartel en la mano que dice: «Dónde está Santiago. Sami, 8 años». De fondo, se escucha a la abogada Verónica Heredia, encargada de leer el comunicado de la familia Maldonado:

La abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia. #DosMesesSinSantiago en Esquel. Foto: Nacho Yuchark para lavaca
“Santiago es hijo, hermano, cuñado, amigo. Es el dolor constante de saber quiénes son los responsables de su desaparición forzada. De no saber dónde está. Ese dolor aumenta de sólo pensar que los responsables quedarán impunes. Desde el principio anhelamos una justicia imparcial, pronta y eficaz. Sin embargo, fuimos testigos y víctimas de una justicia parcial, lenta e ineficaz. La designación de otro juez abre una esperanza y nos da fuerza para llegar a la verdad sobre Santiago. Nuestra familia, nuestro país, necesita comprobar que el Poder Judicial puede resolver el caso de la desaparición forzada de Santiago sin interferencias ni presiones de ningún tipo. El Ministerio de Seguridad de la Nación no hizo más que entorpecer el proceso para llegar a la verdad. Por todo esto y su mala actuación durante estos dos meses, exigimos la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich”.
Verónica Heredia se detiene ante la ovación de la Plaza.
Luego, continúa.
“Además lamentamos el destrato para con la familia del secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj, quien debería haber generado un espacio de contención desde el primer día en lugar de distraer el correcto accionar de la causa con su proceder y declaraciones de prensa. Seguiremos, Santiago, pidiendo por vos, preguntando por vos, cada día de nuestras vidas hasta saber por fin qué te sucedió. Aún con esta mochila de dolor, angustia e incertidumbre, no vamos a bajar los brazos. Lo haremos en honor a tu compromiso y solidaridad. Acompañamos a todas las familias que atraviesan o han atravesado este dolor y siguen peleando como nosotros para que nada quede impune y se castigue a los culpables. Nos solidarizamos con las comunidades de los pueblos originarios, que se han visto avasallados en sus derechos y han sido perseguidos por la defensa de su territorio. Agradecemos cada una de las muestras de solidaridad y acompañamiento en nuestro país y en el mundo, el apoyo de todas las personas que hoy y día a día siguen reclamando junto a nosotros la aparición con vida de Santiago. Verdad y justicia”.
Actores sociales
Matías Santana es uno de los integrantes de la Pu Lof y es el principal testigo en la causa: detalló cómo la Gendarmería se llevó a Santiago el 1 de agosto: “Aquí hay un conflicto político, histórico, que no podemos sacar de contexto. Nos tenemos que levantar como gente mapuche: estamos iniciando un proceso de recuperación y de reconstrucción social. Somos actores sociales. La represión, los servicios de inteligencia y la violencia es continua”. Santana recuerda a través de un comunicado a Santiago como un detenido desaparecido por razones políticas: “No te olvidaremos. Tu memoria, valiente, no será negociada”.

Matías Santana, de la comunidad mapuche Put Lof. #DosMesesSinSantiago en Esquel. Foto: Nacho Yuchark para lavaca
Elvira Gauna, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Esquel, también leyó un emotivo comunicado:
“La disputa es por el territorio y sus recursos. La disputa es económica, política y social. Esta disputa es la que determinó la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Creemos un acto de justicia nombrar a Santiago en estos términos y en este contexto, porque es justo darle este sentido a su existencia e imaginarnos las posibles palabras que nos diría si estuviera entre nosotros. Nos solidarizamos y repudiamos la violencia en Vuelta del Río. El brutal allanamiento en Cushamen. Repudiamos las tareas de inteligencia ilegal llevadas adelante por Gendarmería sobre familiares y amigos de Santiago y nuestros compañeros de la APDH Regional Noroeste del Chubut. Bregamos por los derechos a la vida, a la justicia, a la tierra y a la libertad. Hermano, amigo, peñi, compañero Santiago Maldonado: estamos aquí como el primer día pidiendo por verdad y justicia, pidiendo por tu aparición con vida ya”.

Frente del juzgado federal de Esquel. #DosMesesSinSantiago en Esquel. Foto: Nacho Yuchark para lavaca
Lo inaceptable
La movilización llega hasta el Centro Cultural Melipal. Un grupo de vecinos presentó un mes y medio atrás una nota al Concejo Deliberante para colgar un banner con el rostro de Santiago en la fachada del centro: “Es un artista y así debemos recordarlo”. La respuesta nunca llegó, pero hoy montan dos escaleras y lo cuelgan. Candy -26 años, tres hijos- filma el momento: “Esquel está dividido: hay personas que opinan qué tenía que hacer en la comunidad si no era mapuche. Es tremendo: estamos hablando de un desaparecido en democracia, de una persona que se había acercado a apoyar. Por eso estoy aquí: es importante que mis hijos entiendan esa conciencia”.
Maximiliano, docente: “Si hay división es a partir de la desinformación. Cuando el cerco mediático llega a una ciudad pequeña como esta, se nota fuerte. Aquí hay muchos que tienen familiares gendarmes y muchos que tienen familiares mapuche. Eso se ve, aunque en el aula no tanto, porque a veces se evita: te etiquetan si hablás, por lo que muchos no dicen lo que piensan con tanta facilidad. En algunas escuelas se llegaron a labrar sumarios por hablar de las dos cuestiones: la desaparición de Santiago y de la lucha mapuche. Son dos temas totalmente relacionados, y lo que le pasó a Santiago no sólo es una tragedia sino una brutalidad. Y eso viene sufriendo desde hace mucho a la comunidad”.
A su lado camina Patricia con un cartel que dice: «El Estado es responsable».
¿Por qué marcha?
-Porque no nos vamos a quedar quietos, no nos vamos a callar. Tiene que haber justicia. Esto no puede pasar. Simplemente no puede: es inaceptable desde todo punto de vista.
Cómo romper el cerco
Inán tiene 17 años y Sharon, 19. Caminan juntas por la avenida Ameghino. Inán: “Marcho porque estamos hablando de un desaparecido en democracia y, también, porque quiero que liberen a Facundo. Quiero que haya paz: no pueden seguir reprimiendo, ni puede seguir este nivel de racismo. De chica vivo la recuperación mapuche, porque mi papá vivía en una comunidad, y hoy los medios hegemónicos están haciendo todo a favor del Estado: eso lleva a que haya gente que diga que la represión es necesaria. Son cosas que no entiendo. Uno ya sabe qué te van a decir los medios hegemónicos, pero a muchos no les interesa. Estoy en modalidad de Comunicación y hemos aprendido las ´falacias argumentativas´, que me sirvieron mucho para hacer análisis de la información. Es lo que vemos hoy: día a día vemos una falacia tras otra”.
¿Cómo se rompe eso?
Sharon: Estamos en un circo mediático, y Esquel es un punto clave. La Patagonia en general lo es. Quieren nuestros recursos. Y hay temas que aquí empiezan a hervir la sangre y la gente no aguanta: no sólo hay movilizaciones, sino muchas expresiones artísticas. En la calle, en las escuelas: es una manera de avanzar, de no callar, porque mañana los medios masivos van a dejar de hablar de esto y van a pasar a hablar de otra cosa. Para eso salimos a la calle: dejamos en claro que si los medios no están con la mirada en el tema, el pueblo sí. Y por eso vamos a seguir luchando.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

- Revista MuHace 7 días
Mu 204: Creer o reventar
- Derechos HumanosHace 4 semanas
Memoria, verdad, justicia y Norita
- MúsicasHace 3 semanas
Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad
- #NiUnaMásHace 4 semanas
Caso Lucía Pérez: matar al femicidio
- ActualidadHace 3 semanas
Que viva el periodismo: las respuestas a los ataques a la prensa