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El Subcomandante Marcos anuncia su muerte: crónica desde La Realidad

El periodista Emmanuel Rozental fue uno de los pocos que estuvo presente durante el anuncio. Agradecemos a pueblosencamino.org la autorización para publicar su crónica.

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El periodista Emmanuel Rozental fue uno de los pocos que estuvo presente durante el anuncio. Agradecemos a pueblosencamino.org la autorización para publicar su crónica.

El Subcomandante Marcos anuncia su muerte: crónica desde La Realidad
La madrugada del 25 de Mayo de 2014, en la noche profunda de La Realidad, el Caracol zapatista Tojolabal en el corazón Zapatista de la selva de Chiapas, seguramente será recordada como un evento crucial, como un destello del tiempo otro de la historia siempre negada de los vencidos, de los de abajo.
Que hablen por sí mismas las últimas y hermosas palabras del Sub-Comandante Insurgente Marcos. Ya están circulando por todas partes mientras se prenden de su tronco aún húmedo, fresco, cálido, como la selva donde las pronunció, análisis, juicios, discursos, emociones, interpretaciones. Que hablen como expresión de un planteamiento que se teje al silencio que nos permite escuchar el ruido del mundo de opresión que se derrumba y a todos los hechos que recordó como parte del largo camino de resistencias de los de abajo del que hacen parte estos 20 años de guerra contra el olvido que se iniciara en Chiapas el 1 de enero de 1994, fecha en la que los olvidados irrumpieron en el calendario del despojo para aportar desde tierras indígenas Mayas al camino que requiere destrozar el propio calendario de hojas repetidas e interminables horas, minutos, segundos que sirven a la codicia, a la guerra permanente contra la vida: a la muerte. Por ahora, resulta indispensable compartir con quienes no estuvieron presentes personalmente en ese día excepcional de La Realidad, un retorno más a casa: a ese ámbito en recuperación y construcción donde, por difícil que sea, somos nosotras y nosotros con la Madre Tierra o se nos exige que lo seamos para defender y proteger la vida.
El Subcomandante Marcos anuncia su muerte: crónica desde La Realidad
Quienes sostienen el escenario, el discurso, el sentido y el camino, estaban allí. No todas ni todos, claro, pero si estaban. Siguen allí. Dormían a la intemperie o debajo de la tarima donde hablaron el Sub Moisés y el Sub Marcos, el Comandante Tacho, otros miembros del EZLN y de la Junta de Buen Gobierno del Caracol de La Realidad. Desaparecían detrás, en medio, por ahí. Eran un silencio a gritos. Presencias como siempre encapuchadas, bocas detrás de paliacates y miradas, sobre todo, miles de miradas acostumbradas a observar, a observarnos, que es para saber y sentir: para estar siendo. Bajo el calor y la lluvia, protegiendo la cancha y la tarima, sin pedir nada. No había una ni unos solo pidiendo limosna como lo tienen que hacer en el lugar que les impusieron en la calles de San Cristóbal de las Casas como en el resto del mundo al que los condenaron. Muchas mujeres con bebés colgados o amamantando. Allá, en torno y detrás del escenario. Acá, en frente, separados por la cancha vigilada, los y las solidarias. Alrededor y del otro lado, ellas y ellos. Nos asignaron un espacio para presenciar, visitar, estar allí. Un espacio ajeno, prestado, de visita en casa. Desde allí esperamos.
La agenda era de ellas y ellos. En tres momentos se rompió la espera. Cada uno de ellos transformó la cancha protegida en ámbito de un ritual, de un mensaje. Entonces, desde atrás y alrededor, en silencio, con una rapidez enorme, salían de abajo y de atrás miles, con cintas de colores diversos en cada pasamontañas según el Caracol y una cinta negra todas y todos, por el dolor y la rabia de ese luto en particular que los tejió y nos llevó a La Realidad, el Compa Galeano. La cancha fue ocupada. Las miradas todas dirigidas al mismo lugar.

Primer Acto

Primer acto, milicianos tejidos en cadena, marchando como una sola fuerza hacia nosotras y nosotros. Desde allá. Una frontera. La de su mundo invencible, la de sus tierras, la de ese camino al que no se llega con discursos y solidaridades sino estando para ser parte de ese camino largo que por no caber en ninguna conquista, no puede ser conquistado. De este lado, nosotras y nosotros y nos queda claro. Cuando llegaron desde las columnas de las y los bases de apoyo-miradas hasta acá, marcando la frontera de tanto dolor, de tanto silencio, de toda la persistencia, de la fuerza que dijo no más y se establece, queda un corredor de tierra y un enorme silencio marcial y caluroso bajo el sol selvático del medio día.
Allí aparece el Sub Marcos en su caballo en un extremo y desde allí levanta la mano con el gesto de irreverencia y desprecio, de rebeldía y desobediencia hacia arriba, afuera y a la derecha.
Tiene además un parche sobre un ojo, lo mismo que los milicianos.
Del otro lado el Sub Moisés y otras y otros comandantes cabalgando y saludándose, saludando a sus bases, cabalgando allí en La Realidad de la que son.

Segundo Acto (palabras del Sub Moises)

Un segundo tiempo, en el que la cancha vuelve a ser ocupada. Habla el Comandante Tacho, la palabra indígena…mejor, la ética, el decidir optando, no ya desobedeciendo a un orden que ya no es para ellas y ellos, sino a ese mandar obedeciendo que es el suyo de todas y todos de siempre en comunidad frente al odio y al desprecio.
En medio de las columnas de los Caracoles, nosotras y nosotros en el centro, mirando bajo el sol a la tarima donde el Sub Moisés, está en medio de toda la Comandancia, leyendo sus palabras.
Habrá que leerlas y re-leerlas. Baste por ahora contarles que estaba vestido de negro todo, hasta la gorra y que nos dijo que no sabía bien leer ni escribir. No sabía bien donde van los acentos ni entender muchas cosas que dicen los libros (pero hay muchos libros que confunden). Pero que eso sí, ellas y ellos sabían leer La Realidad. Y bueno, lo demás lo dice él nombrando a la gente que nos rodea, a la tierra que no alcanzamos a nombrar, a la historia que ha sido negada. Y hablando desde ese estar permanente que nunca cupo ni cabrá en el sistema que conquista y mata, puso en su lugar a los indígenas como ellos mismos, a los pobres como ellos mismos, de quienes se sirven como siempre los más poderosos, para que nos matemos entre nosotros y ellos ganen. O sea que hay que leerlo, porque el Sub Moisés nombró la autoridad de esas selvas y montañas y señaló con firmeza, más allá de los verdugos directos, al Gobernador de Chiapas, al Presidente de México, como culpables con evidencias, del crimen y linchamiento del Compa Galeano, al igual que de la larga lista de otros crímenes. Todo para establecer con absoluta firmeza y contundencia en nombre de todas y todos los que si saben y siempre han sabido leer, que hace falta justicia y que se hará y esta incluye venganza, claro, pero contra el sistema, no contra esos pobres que le estarán enseñando a sus hijas e hijos, iguales a quienes allí se nombran zapatistas, pero vendidos por unas monedas, a odiar y a matar. Es decir que señaló la vergüenza de los sicarios, pero estableció la conexión directa desde allí, hasta los malos gobiernos con nombres propios, hasta el Capital transnacional. O sea que allí al sol, rodeados de gente de la tierra, sentimos en voz del Sub-Moisés, precisamente y en silencio, la fuerza de este pueblo que hace su parte y conoce su camino. Esta segunda escena nos hizo sabernos rodeados, envueltos por el mundo que nunca ha dejado de ser y que viene. Todo lo que hemos despreciado, plantado como vida y autoridad. Nosotras y nosotros, entendiendo que el que no sabe leer como nosotros, es el que está leyendo con ellas y ellos en colectivo y desde la tierra y que ya se cansaron de no ser y están abriendo el camino. El Compa Galeano muere en medio de una guerra total contra la vida. Es el Capital el que lo lincha. Será el Capital quien pague y responda ante la justicia de las y los hijos e hijas del maíz. El Sub Moisés sabe ser palabra de la tierra. En su vida y presencia sub-comanda lo que manda el pueblos. En una fila de miles, marchamos en medio de las y los zapatistas, al rancho del Maestro Votán Galeano y honramos el lugar de flores y velas donde ha sido sembrado.
El Subcomandante Marcos anuncia su muerte: crónica desde La Realidad
Habrá que volver a leer al Sub Moisés. Varias veces. Porque a quienes no sabemos leer La Realidad como quienes saben en el dolor y el abuso lo que es el sistema, a quienes nos toca estudiar en libros para esclarecer y visitar para estar en casa, nos cuesta entender lo que se sabe a fuerza de humillaciones, muertes, injusticias, silencios, abusos a través de los cuales les enseñaron a no saber poner los acentos, leer palabras escritas y hacer discursos para poder despreciar como ignorancia el fruto podrido del desprecio de siempre. La vergüenza de la palabra que manda despojando nos ha sido devuelta de nuevo en esta segunda escena. Vamos en fila india a honrar en el Compa Galeano, a todas y todos los despreciados. Vamos en el camino, desenterrando la vergüenza que se nos hizo orgullo y vanidad. Vamos sabiendo que el Zapatismo ha sido siempre, pero siempre del color de la tierra, estamos, deberíamos estar listas, listos, para la tercera escena. Ahora sí, enterrados en La Realidad en medio de ojos que nos miran, madres que siguen pariendo indígenas y voces que, por no hablar nuestra lengua leen. Esto, que apenas empieza a aparecer como lección en la Primera Escuelita de la Libertad según Las y Los Zapatistas, es una fila de honor y honra frente al Compa Galeano, que esa tarden en la congoja del corazón son todas y todos los que nos duelen y nos acompañan muertos sin nombre en esta guerra permanente de la codicia contra la tierra y los pueblos.
La cancha se desocupa. Las milicias vuelven a su lugar. En la oscuridad de la noche, conversan, se balancean en las hamacas, se burlan y se ríen con nosotras y nosotros los y las compas. Tenemos que pasar en medio de ellas y ellos para ir al baño, lavarnos. Somos extraños, extranjeros, en La Realidad.
El Subcomandante Marcos anuncia su muerte: crónica desde La Realidad

Tercer Acto (últimas palabras del Sub-Marcos)

Tercer escenario. Cae la noche y tres aguaceros. Hay unas filas de asientos cerca de la tarima iluminada. Pasamos muchas horas en silencio. En La Realidad, el tiempo, el ritmo, lo que habrá de suceder, es de ellas y ellos. Secreto, pulso, espera, paciencia. Estamos en casa y de visita. Se nos anuncia que el Compa Galeano va a ser desenterrado y esperamos. Ahora, en este tiempo, nos toca aprender a esperar, pero ya sabemos que acá, manda la tierra y se levanta frente al capital con rostro y piel de indígenas de maíz. No es poesía en palabras, lo es, como bien se dice acá: “de por sí”. Las sillas son para las y los mayores de edad adherentes a la sexta, solidarias y solidarios. La cancha se llena de nuevo hasta atrás. Miles de silencios esperando. Las tres lluvias limpiaron el aire. Allí es anunciado el Sub-Marcos. Se sienta y conversa leyendo. Pide, como ya se sabe, el favor de que escuchemos con cuidado e intentemos entender. Lo demás es su palabra. Al final, luego de 52 minutos y su salida por la parte de atrás del escenario, y las olas de aplausos en el que por fin ellas-ellos, nosotras y nosotros nos tejimos estando, algo como una alegría que es al tiempo ganas de llorar y reclamo por lo que falta a la vez que gratitud por lo recorrido, se sedimenta en su tiempo propio. No es de pensar aunque se requiera. Es mucho más. Llueve fuerte, recio, limpio, el resto de la noche hasta el amanecer de cantos de pájaros. Por ahora basta con decir que esos 20 años de la humanidad toda, desde Chiapas, tejidos a la tierra, contra el Capital y sus malos gobiernos, ese último asesinato del Compa Galeano, que se suma a los muchos otros de tanta gente en todas partes que ahora mismo y antes exterminan para la codicia del Capital, tuvieron un vocero para hacerse entender. Un puente para quienes quisieran escuchar. Un tema para zapatólogos expertos. Un mito, una actuación, un holograma. Mientras tanto, deslumbrados por esa palabra también de ellas y ellos, para nosotras y nosotros, nos entretuvieron 20 años de 5 siglos y desde muchos siglos antes, para trabajar en concreto vivir con la tierra desde Chiapas. Hoy, después del 25 de mayo de 2014, no hace falta Marcos, porque los y las que siempre están, son escuela en su voz y en sus actos. Habla La Realidad, no el Sub-Marcos. O mejor, es la última vez que él habla para que hable La Realidad que le dio su parte. En este tercer acto pasaron muchas cosas. Pero sobre todo pasó el gesto de una vida que, derrotada varias veces por quienes miran y no saben leer más que La Realidad y la codicia del asesino, supo ponerse al servicio de una palabra mayor que sirve a la paz y a la vida. Reconoció que tenía una parte asignada y aprendió a obedecer lo que le mandaron. Lo hizo, lo ha hecho con convicción y humor. Esa parte, ese papel que pudo hacer como mejor quiso y pudo, muy a su modo suyo, fue hasta la madrugada de La Realidad del 25 de mayo de 2014 en el tiempo que ha de acabarse del dolor y de la rabia, la del Sub Comandante Insurgente Marcos. Cumplida la tarea, vuelve la palabra a quienes la han sentido anegada, negada. Qué manera mayor de agradecerle el cumplir que darle la palabra para despedirse, así como se la dieron para ir construyendo el camino. Amanece en La Realidad. Una desesperación por tanto desprecio y derrota. Un grito ahogado pensando en alguien que está siendo llevado ahora mismo a una “casa de pique” a ser destrozado vivo con motosierras en Buenaventura y en otros lugares para que el Capital construya su puerto. Vuelve y retumba la larga lista que leyó el Sub, que nombró uno a uno, una a una, como Betty Cariño, como Pedro Leyva, como tantas y tantos en todas partes. Una lista que dolió tanto, tantísimo, que ahora mismo resuena. Un homenaje a las y los negados, desaparecidas, encarcelados, silenciados, exterminadas, violadas. Un rechazo a los caudillos que luego en coherencia cierra con su salida. Un instante para sentir como una asfixia tanta derrota, tantos vendidos, engañados, cansados que consiguieron su lugar en el régimen a nombre de la libertad. Una enorme soledad en buena compañía porque ahora queda claro que, este muerto, el Compa Galeano, no se lo robaron. El Sub-Marcos nombró esta oscuridad, esta misma que nos somete y nos agobia. Esta misma que viene ahora a cumplir con el exterminio que requiere para seguirse imponiendo. Pero lo que van matando, nos corresponde devolverlo a la vida y que se nombre a sí mismo en su palabra y rostro, desde sus tierras y territorios. Siempre fueron las y los zapatistas desde abajo. Nunca fue Marcos. Nos queda darle las gracias por cumplir su parte que le asignaron y sentirnos rodeados de La Realidad de quienes son capaces de inventarse un Marcos, o lo que haga falta para la Libertad según las y los Zapatistas…y bueno, que es verdad que no están solas y solos, no porque lo digamos o hayamos ido hasta allá, sino porque ustedes creían que íbamos allá a estar con ustedes pero la verdad es que ustedes están allá para que no estemos solas y solos los y las que también y sin que nos nombre directamente el Sub Marcos o los análisis que se hagan de su personaje, con nuestros fracasos y memorias, vamos por el mismo camino aprendiendo.
Ah, por si acaso, queda claro, seguramente, que se va Marcos, porque lo que es el Sub, guerrero, que puso al servicio de esos pueblos el cuerpo tejido a los demás, el que obedeciendo a la decisión de la muerte antes que la indignidad de ir muriendo podridos en silencio bajo el “Libre Comercio”, ayudó a organizar un levantamiento armado, ese que da la vida con todas y todos, se queda, llámese como se llame, en el EZLN, el ejército que hace la guerra para morir y si no se mueren, quienes quedan vivos, construyen escuelas, hospitales, autonomías y libertad con y desde la tierra. Se va la voz, se queda el compañero. Vale y salud.
Lo que queda, son las miradas, las voces, las madres con sus hijas e hijos, la selva, lo que levanta el escenario mientras haga falta hasta cuando no haga ya falta nunca más y quede eso, la vida digna, a la que se regresa el personaje que se vistió de Sub Marcos….nuestro lugar en la Tierra: Nuestra Casa.
La nota en pueblosencamino.org

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Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

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Más allá de tu vereda.

Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse. 

No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.

El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.

El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto. 

En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.

Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.

Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”. 

Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.

Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”. 

Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.

Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.

Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.

Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.

Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.

«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».

Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración. 

Hay orgullo.

Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera. 

Jorgelina: “Hagamos más radios”.

Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.

Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:

“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.

Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental: 

“Más allá de tu vereda,

hay otra realidad,

atrás de tu puerta”.

Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva: 

“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle, 

allí seguiremos estando”.

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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