Nota
Eva Copa Murga, Presidenta del Senado de Bolivia: rearticulación, autocrítica y el rol de las mujeres
Es la segunda autoridad de mando de Bolivia. Ocupa el cargo de Presidenta del Senado tras la renuncia de Adriana Salvatierra, también del MAS. Ella, representante de El Alto, tomó el fierro caliente y firmó un pacto que sacó a los militares de la calle y permitió el llamado a elecciones. Denuncia amenazas y cuenta que los dirigentes recién están saliendo de la clandestinidad. Habla del rol de las organizaciones y de las mujeres: “Estamos cumpliendo lo que hemos prometido al pueblo boliviano: canalizar la ley para las siguientes elecciones. Y lo hemos hecho las mujeres”. Cómo se reorganiza su partido, el MAS, para comenzar la campaña contra el gobierno de facto.
“Es tal cual la describió María (Galindo) en el artículo –dice el jefe de comunicación de la Vicepresidencia-: sencilla y trabajadora”. El cariño de quienes la rodean es la primera virtud de Eva Copa Murga. La segunda, la bronca de quienes no la quieren, quizá porque en una semana pasó de ser una senadora más del MAS a ser la responsable de conducir la transición con el gobierno de facto. Joven –tiene 32 años-, de voz suave y anteojos negros, agradece la posibilidad de la entrevista, aunque avisa que tiene poco tiempo. Todo sucede al caer la tarde de un día que arrancó temprano y en un lugar poco habitual para la senadora: el edificio de la vicepresidencia. De hecho, Eva Copa Murga recibe a lavaca en el Salón de los Movimientos Sociales, donde Álvaro García Linera solía tener su oficina.
¿Cómo está? No es una pregunta de rigor, sino que nos interesa saber cuál es el costo personal de todo este proceso
Hace 15 días no veo a mis hijos, a Santiago y Samanta; él tiene 4 y ella, 7 meses. Recién los vi este fin de semana. Todos los que somos del MAS hemos vividos momentos muy difíciles. Nos han hecho persecución política, han amedrentado a nuestras familias. Uno de los casos más terribles que ha vivido nuestro país es el tema del secuestro del presidente de la Cámara de Diputados (Víctor) Borda, a quien han hecho corretear en la plaza desnudo, para que renuncie; agarraron a la alcadesa de Vinto, le cortaron el cabello y le echaron pintura roja… Y así muchos, tanto oficialismo como oposición han sufrido amedrentamiento. Hemos tenido semanas muy duras en temas de sentir miedo, en temas de ingresar a nuestras fuentes de empleo sin garantías para ejercer nuestro trabajo. Seguimos un poco temerosos por el tema de poder caminar en la calle solos, sobre todo para mis compañeras. Yo soy de El Alto, no es mucha la distancia que tengo que hacer, pero los que vienen de otros departamentos, de departamentos donde ha sido más fuerte el conflicto –Santa Cruz, Cochabamba- se les ha hecho muy difícil llegar hasta la sede de gobierno. Ha habido una pausa en medio de este conflicto que empezó hace casi tres semanas. Un poquito se respira la pacificación, pero no se respira paz. Aún los dirigentes sindicales siguen siendo perseguidos, y eso es fundamental para nosotros para poder llamar asambleas, cabildos, poder organizarse para ir a la campaña; porque la ley ya está hecha: solo falta que nos entreguen los vocales y que nos entreguen el calendario electoral.
¿Por qué cree que existe esta política de miedo y terror hacia los dirigentes?
Pienso que pasa por el tema de que no se puedan reorganizar nuevamente. Cada organización social, acá en Bolivia, pasa por una estructura sindical que tiene que ser convocada por los altos dirigentes que han sido elegidos dentro de sus usos y costumbres. Y si tú persigues al dirigente que te convoca, no vamos a poder tener organizaciones firmes. Pasa por eso y pasa porque también se está acallando la voz de la libertad de expresión. Muchos recién están empezando a salir de la clandestinidad, porque los dirigentes desaparecieron con todo lo que pasó. Pero poco a poco están apareciendo para podernos reorganizar.
¿Cómo piensa que se está manejando el gobierno actual?
Estamos muy preocupados. Desde el primer decreto que sacaron para dar carta blanca para que maten a nuestros hermanos… nos ha preocupado de tal manera. Ha habido muertos en Senkata, en Yapacaní, en Cochabamba (https://www.lavaca.org/notas/bolivia-8-muertos-y-115-heridos-por-la-represion-en-sacaba-cochabamba/ ), y eso nos preocupa bastante: no puede ser que entre bolivianos nos estemos matando. Se ha trabajado mucho en mesas de trabajo, en el Palacio Quemado con los ministros transitorios para poder pacificar el país y que cese el derramamiento de sangre. Gracias a Dios se ha derogado ese decreto, aunque tarde, pero se ha derogado, y han ido saliendo las fuerzas armadas de los diferentes departamentos donde ha habido conflicto. Plaza Murillo estaba militarizada.
Y paramilitarizada también: hemos visto grupos de jóvenes que no pertenecían a las fuerzas y que actuaban como si lo fueran
Mira, nosotros cuando llegamos a la asamblea después de lo que pasó el tema de la… no sé si llamarlo transición. Después de que pasó el conflicto de poder, para llenar el vacío de poder que tenía nuestro país, nosotros quisimos ingresar a Plaza Murillo para poder restituir la Asamblea Legislativa en ambas cámaras. Pero había grupos, jóvenes civiles, que se daban el lujo de pedirte tu credencial, tu cédula de identidad, buscarte en tu bolsa si estás metiendo algo, cuando no era su competencia. Hemos estado así un mes. Recién después de constituirnos y reestablecer las dos cámaras, ellos se retiraron. Pero te queda el trauma psicológico.

¿Tiene diálogo con el gobierno?
No, yo no he tenido ningún diálogo con ellos hasta el día de hoy. Sí he ido a una mesa de conciliación por el tema de que estaban asistiendo por el pacto de unidad, por el tema de la ley de restitución de las garantías en reposición de los derechos humanos. He asistido a la promulgación de la ley para las elecciones venideras. Después, más diálogo… no.
¿Cómo se llegó al pacto que firmó usted con la presidenta Añez? ¿Cómo se tejió políticamente ese acuerdo?
Han sido decisiones muy duras las que hemos tenido que tomar como Asamblea Legislativa, y sobre todo como Cámaras. En el caso del Senado hemos tenido que deponer una comisión importante, que era la comisión de Constitución, que se la hemos tenido que ceder a al gobierno para poder tener… no estabilidad, sino poder llegar a consenso y poder sacar una ley en unanimidad. Porque el país necesitaba señales de que el legislativo estaba constituido legal y legítimamente. Que este primer órgano del Estado iba a trabajar para dar paz y pacificar el país. Hemos tenido que sentarnos con las otras dos fuerzas para tejer y debatir el tema del reglamento para las elecciones, en reducir tiempos enmarcados en la Constitución. Y creo que ese fue un gran aporte para que el país respire un poco de paz.
¿Cómo analiza el resultado: es un pacto que le gusta o ha sido el acuerdo posible en ese momento?
Fue un pacto que se tomó por la situación en que se encontraba nuestro país. Había ya muchos muertos, había gente desaparecida, gente herida, gente detenida, y algo teníamos que hacer. Y esta era una de las señales que el país estaba necesitando para desmovilizarse, para poder tener garantías para sus dirigentes, para poder tener reparación para los fallecidos, para poder cubrir los gastos para los heridos y las personas con secuelas. Teníamos que tomar decisiones.
Circuló en todo el mundo la foto del acuerdo en la que se la muestra junto a una Añez sonriente. Usted está seria. ¿Qué siente cuando ve esa foto?
Fui a la promulgación de la Ley de las elecciones. Fui porque fue el MAS, con sus dos tercios, ha impulsado la ley: no el gobierno de transición. Porque ellos tienen mínima presencia dentro de la Asamblea Legislativa. Fuimos nosotros los que trabajamos con tiempo y materia para poder lograr y concretar este proyecto de Ley. Puede ser que me haya costado políticamente dentro de mi propio partido, pero creo que prima nuestro país. No podíamos permitir que siga sufriendo la gente pobre, la gente humilde, porque son ellos los afectados.
¿Qué discusiones se están dando dentro del partido de cara a las elecciones, no solo de candidatos, sino de estrategias políticas para recuperar el poder?
Lo que está pasando en este momento es que nos estamos rearticulando. Primero, pasa porque hagamos una autocrítica, hagamos un debate, hagamos un análisis de la coyuntura y de los catorce años que hemos estado en el gobierno. Hacer un debate en posición para ver en qué nos hemos equivocado, cómo rectificamos, cómo nos reorganizamos y cómo encaramos la elección. Posterior a eso, ya teniendo líneas políticas, pasaremos a elegir a nuestros candidatos.
¿En qué etapa esta ese debate?
El día sábado va a empezar en Cochabamba el análisis y el debate que se va a realizar dentro del MAS y del IPSP. Porque el MAS está compuesto por el instrumento, organizaciones sociales, profesionales, clase media y juventudes. Ya el sábado, una vez que nuestras máximas autoridades dentro de la nacional nos den las directrices, empezaremos dentro (a debatir) en nuestros departamentos.
¿Cuáles son esas autocríticas que mencionaba?
Yo se lo dejo en el debate en nuestras organizaciones. Las mejores para poder hacer esas críticas son ellas que han visto desde afuera en qué hemos fallado en el interior. Voy a esperar las conclusiones que vayan a tener en este ampliado, y nosotros vamos a acatar las decisiones que ellos vayan a tener.
Es decir que el rol de las organizaciones va a ser importante en lo que viene...
Es fundamental para nosotros saber qué es lo que piensan ellos. Es fundamental saber la posición que van a tomar. El MAS son las organizaciones sociales. Entonces no podemos desmerecer ningún criterio que vayan a dar en este ampliado.
¿Le parece que también se tiene que valorizar el rol de las mujeres que han puesto el cuerpo en la calle y también en el Parlamento?
Muchos han pensado que íbamos a fracasar en estas circunstancias. Más que todo porque desde donde yo vengo, que es El Alto, siempre nos han gobernado varones. Pensaron que no íbamos a tomar este tipo de decisiones. Y creo que lo hemos demostrado con mucha altura. Posiblemente hemos tenido errores, muchos o pocos, pero lo importante es que hemos mantenido la estabilidad en las dos cámaras y nos hemos mantenido firmes en la Asamblea Legislativa, y estamos cumpliendo lo que hemos prometido al pueblo boliviano: canalizar la ley para las siguientes elecciones. Y lo hemos hecho las mujeres, y mujeres que venimos del pueblo.
¿En qué está trabajando estos días?
En estos momentos estamos recuperando la agenda que nos han dejado paralizada. Hemos priorizado la ley (para las elecciones), recientemente hemos sacado el proyecto de selección de los vocales que va a culminar el 18 de diciembre, y ahora estamos trabajando con la Asamblea Legislativa. Tengo mucha correspondencia que tengo que despachar a las comisiones. Me corresponde como Asamblea de mandar a la comisión y que decida el Ejecutivo transitorio qué es lo bueno o no. Prácticamente me estoy encargando de temas administrativos, legislativos.
¿Le preocupan los decretos que están promulgando, medidas que no están pasando justamente por la Asamblea?
Nos preocupa bastante, efectivamente. Una cosa que nos ha preocupado mucho es la designación del embajador de Estados Unidos, cuando tendría que pasar por la Asamblea esa designación. Nosotros no lo vamos a imponer, pero necesitamos un mínimo respeto y cumplimiento de la Constitución. Ellos nos mandan la terna, es la comisión de relaciones internacionales la que trata este tema y lo remite a la Asamblea Legislativa. Y no sé porque no lo han hecho así, porque esa comisión no la tiene el MAS, la tiene el PDC, y ellos están en el gobierno.
Se dice que mediante este tipo de mecanismos el gobierno de facto está armando las elecciones a su medida y haciéndole perder fuerza al MAS: usted, ¿qué análisis hace?
Nosotros convocamos al pueblo boliviano a que ellos puedan ser fiscalizadores para que se pueda hacer una elección transparente. Obviamente habrá mecanismos de control en nuestras mesas. El MAS siempre ha sido un partido con mucha presencia a nivel nacional. Nuestro voto duro se encuentra en el área rural. Y creo que el autocontrol que vamos a tener en los diferentes municipios y departamentos va a hacer que podamos fiscalizar nuestros votos. Ellos hablaban siempre de la democracia, y no sé si el pueblo quiere vivir en esta democracia de dos semanas, o vivir en una democracia de catorce años como hemos tenido.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Nota
La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.
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