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La noticia que se respondió con los pies

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El juez Claudio Bonadío ordenó la prisión del más emblemático símbolo de oposición al gobierno, Cristina Kirchner, además de otros ex funcionarios y políticos de su partido. El impacto de esta medida coincidió con la 37° marcha de la Resistencia de las Madres de Plaza de Mayo y así, durante todo el día, giraron alrededor de la Pirámide miles de personas preocupadas por lo que esta noticia representaba para el Estado de Derecho. La crónica desde esa Plaza de Mayo conmocionada. El análisis del especialista Luciano Galup sobre cómo impactó en la opinión pública. Y la mirada de tres mujeres de la política, los derechos humanos y del Derecho: Victoria Donda, Myriam Bregman y María del Carmen Verdú.

La noticia que se respondió con los pies

Mirta Baravalle, Madre de Plaza de Mayo. Foto: Lina Etchesuri para lavaca


La noticia sacudió el día, pero no un día cualquiera. Es jueves y es la Marcha de la Resistencia. Es la número 37 y eso significa, nada menos,  que desde hace 37 años las Madres de Plaza de Mayo caminan alrededor de la Pirámide durante 24 horas.
A las 15.30, bajo un sol bravo, comienza puntualmente esa ceremonia que representa  la capacidad de vencer con los pies los límites, el cansancio, la inclemencia, la oscuridad de la noche y la bravura del sol, hasta superar lo imposible.
Eso es la resistencia para las Madres. Un acto pacífico basado en el poder de la persistencia.
La noticia de las prisiones de políticos opositores y ex funcionarios del gobierno kichnerista, entonces, encontró allí una forma concreta de respuesta social. “¿Fue a propósito?”, pregunta con sincera curiosidad una mujer que camina en la ronda con un cartel que rechaza la próxima reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Buenos Aires. “Fue una provocación”, responde otra sin dudar, con las manos aferradas a la bandera que recuerda a las Madres desaparecidas en la Iglesia Santa Cruz.  “También fue un jueves y a la hora de la ronda cuando De la Rúa decretó el Estado de Sitio y se armó la que se armó”, suma otra que enarbola un retrato de Rafael Nahuel, el joven mapuche asesinado en Bariloche. Es entonces cuando una mujer que camina con un rosario en la mano pronuncia una sentencia inesperada: “Estamos padeciendo un gobierno de fanáticos”.
Todos allí en la Plaza comienzan a caminar con convicciones similares: algo tiene este día de peligroso y es algo que hay que responder así, junto a las Madres y con los pies.
La noticia que se respondió con los pies
“A la indignación hay que convertirla en resistencia”, anuncia Nora Cortiñas al comenzar a girar en el sentido contrario del reloj, como lo hacen las Madres desde siempre, desafiando así las lógicas de los aparatos del poder. Pero hoy en la Plaza no hay gente indignada, sino preocupada. Algunas, por temas concretos y tremendos, como las que llevan en sus manos fotos de Santiago Maldonado, la bandera que reclama la liberación del mapuche Facundo Jones Huala, el cartel con el nombre de Daniel Solano -el jornalero desaparecido en Choel Choel-, o el dibujo de la gorra de Luciano Arruga. Otras por temas intrincados, como las que levantan la bandera que reclama paz para Palestina. Hay también representantes de gremios, que vinieron a sumar sus urgencias por despidos y amenazas de reformas laborales que amenazan sus derechos. Y está también una delegación de maestros y estudiantes que reclaman por el proyecto que pretende reformar la educación pública porteña y elimina los profesorados docentes.
La noticia que se respondió con los pies
Las Madres Línea Fundadora caminan detrás de una pequeña bandera blanca que grita “30.000 detenidos desaparecidos, ¡presente!”
Las Madres de la Asociación, detrás de una azul que proclama “La falta de trabajo es un crimen”.
Al culminar la primera vuelta el clima ya es otro.
Comienzan a llegar los primeros grupos que suman a la agenda de la resistencia social, la noticia del día.
Y así, en cada vuelta, la marcha se incrementa hasta desbordar.
La noticia que se respondió con los pies
“¿Ustedes vienen por el acto de las Madres o por Cristina?”, interroga un Policía de la Ciudad al grupo que avanza por Diagonal Norte.
-Por las dos cosas, responden.
-¿De dónde vienen?, sigue el agente.
-De Avellaneda.
¿Y cuántos son?
-Unos 500.
Fue la única y última intervención policial. A partir de allí, los agentes se replegaron detrás de la Catedral y la Plaza de Mayo se transformó en un caudal permanente que regó la ronda para hacerla crecer, girar y cantar.
La batucada de La Garganta Poderosa bramó:
“Olé olé
Olé, Olá
como Santiago
vamos a gritar:
Patricia Bullrich tenés que renunciar.”
La columna de la izquierda, con sus diputados y legisladores a la cabeza, entonó:
“A dónde vayan los vamos a buscar”.
A las siete de la tarde fue el turno de las columnas kirhcneristas, que crearon el hit de la jornada:
“Bonadío, la concha de tu madre
Cristina es del pueblo y no la toca nadie”.
La noticia, a esa altura, ya era otra: por Avenida de Mayo asomaban las banderas del Movimiento Evita, enfrentado en las últimas elecciones al espacio electoral de Cristina Kirchner.
La noticia, entonces, se transformó en esta: no juntas, pero sí revueltas, muy diferentes formas de hacer política se encontraron en Plaza de Mayo para expresarse de la misma manera.
Las unió el espanto.
Ese que estremece a una sociedad cada vez que un gobierno pone el riesgo el Estado de Derecho.
Ese que conjuran las Madres con los pies, desde hace 37 años, ahora y siempre.
La noticia que se respondió con los pies
El impacto en la agenda
¿Cómo impactó la noticia de la prisión de Cristina Kirchner en la agenda política y social? No es necesario ser especialista para responder esta pregunta, pero es interesante tener en cuenta el análisis que, sobre datos concretos, realizan los que saben cómo dimensionarlo. Es evidente que la noticia de que un juez ordenó la  prisión de la principal política opositora es de una conmoción tal que logra no solo acaparar tapas de diarios y zócalos de canales de tevé, sino también capturar toda la sinergia de las redes sociales, esa expresión virtual de la llamada “opinión pública”. Hoy, al promediar la mañana, el especialista en medios y comunicación política, Luciano Galup, compartió a través de Twitter dos cuadros que demostraban cómo esa noticia desplazó dos temas que estaban capturando la conversación social: el ajuste del sistema previsional y los 44 desaparecidos del submarino Ara San Juan. Así explicó Galup qué reflejaban esos cuadros a lavaca:
La noticia que se respondió con los pies
“La noticia de la prisión preventiva a Cristina irrumpió muy fuerte y desplazó a los temas que venía discutiendo la sociedad en esa negociación con los medios. No siempre hablan de lo mismo, pero hay un vínculo o ligazón entre la agenda de medios y la agenda en redes sociales. El gráfico que difundí muestra cómo un tema corrió a aquellos otros temas que venían ocupando la atención en los últimos días: la reforma previsional y el submarino ARA San Juan. En Twitter, lo de la reforma tuvo mucho impacto ayer partir de las declaraciones de Susana Giménez. El gráfico lo que muestra es cómo un tema corre a otro.
El segundo cuadro muestra la cantidad de impresiones o impacto que tuvieron los twits sobre la prisión a Cristina. De los 10 twits con más alcance, 9 son de medios internacionales. Obviamente, es un tema de impacto internacional, y la cobertura internacional efectivamente estuvo. Lo que trataba de mostrar era cómo se posiciona a Argentina internacionalmente  en función de una agenda global de derechos humanos, libertades individuales, etc.
Como interpretación, me interesa el tema del framing: el encuadre de lo discutible. No es que se dirigen las opiniones, sino que se enmarca la discusión: es como decir ´hoy se discute sobre esto´. Y hoy no se están discutiendo temas que hace un mes podían ser de mucha preocupación. Pasa con el tema inseguridad, hay temas que entran y salen de la agenda según el momento. Lo del submarino ARA- San Juan no es algo que entra y sale porque es un evento de crisis, único, que puede  variar, pero está presente. En los márgenes de lo discutible, lo que ocurrió es que una noticia desplazó a todas las otras y eso beneficia a quienes eran perjudicados por los anteriores encuadres. Con esto no digo que se hizo de manera guiada. Hay un tema que entra y saca a dos temas que perjudicaban la agenda del oficialismo, y este tema, sin necesidad de que  lo beneficie, lo que sí hace es desplazar lo demás”.
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Victoria Donda: “Se está violando el Estado de Derecho”
“Lo que hay que entender es que estas detenciones tienen un carácter arbitrario que no se corresponde con el estado procesal en el que estaba la causa”, dice la abogada y diputada Victoria Donda, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Diputados, que viajó en Bariloche a raíz del asesinato de Rafael Nahuel. “Y cuando llevás adelante detenciones que no se ajustan a Derecho, cuando vos privás de libertad a cualquier persona, lo que estás haciendo es violar el Estado de Derecho. Y el Estado de Derecho es algo que garantiza la democracia, es algo que todos tenemos que defender, independientemente de quién sea la victima concreta en un determinado momento. Toda la sociedad es víctima cuando el Estado de Derecho se daña y se violenta. La prisión preventiva no puede ser la norma general”.
¿Puede vincularse lo que ocurrió con el motivo del viaje de la Comisión a Bariloche?
-Si hay un lugar donde hoy se viola el Estado Derecho contra la población más vulnerable es en Bariloche, por eso estamos tratando de acompañar los procesos donde el Poder Judicial tiene que actuar. Se pueden vincular porque son violaciones al Estado de Derecho. En lugar de seguir el camino del diálogo y del consenso, existiendo una mesa de diálogo, lo que se tomó es el camino de la fuerza y de intervención violenta, que además arrojó como resultado un muerto. Y hay que entender que este proceso represivo se da en el marco del proceso que empezó ya hace un tiempo y se agravó con la desaparición y la posterior aparición del cuerpo sin vida de Santiago Maldonado. La muerte de Rafael Nahuel es en ese marco.
¿Qué advierte las detenciones a estos políticos opositores?
-Me parece que hay que poner los reflectores donde tienen estar: si bien es cierto que es muy peligroso que no tengamos Estado de Derecho porque cualquiera de nosotros puede verse indefenso ante los sectores más poderosos, también es muy peligroso dejarnos manipular y que se armen cortinas de humo para tapar lo importante. Es una sociedad que hoy debería estar discutiendo la reforma laboral y previsional, que tenemos 44 desaparecidos y que el ministro de Defensa (Oscar Aguad) responsable continúa en su cargo y sin dar ninguna explicación. Por eso hay que empezar a discutir lo importante y defender lo que tenemos: la legalidad de las instituciones.
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Myriam Bregman: “Es un antecedente para que todos vayamos presos”
“La decisión de Bonadío no tiene nada que ver con buscar justicia para la causa AMIA”, dice a lavaca la abogada y legisladora porteña del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Myriam Bregman. “Hace años que nosotros venimos reclamando  con APEMIA (Asociación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA) y muchas organizaciones, incluso durante el gobierno anterior, que se abran los archivos secretos de la causa AMIA para ver quiénes son los que organizaron y encubrieron el atentado impune, pero esta medida de Bonadío no tiene nada que ver con eso: tiene que ver con sacar la discusión del encubrimiento y ponerla en una discusión política con Irán. Nosotros no apoyamos el Memorándum en su momento, por motivos diferentes: veíamos que, por la coyuntura en la que se daba, era un alineamiento con la política de exterior de Obama. Pero esto que está analizando Bonadío no tiene nada que ver con la justicia. Está analizando una cuestión absolutamente política en términos judiciales para armar una persecución”.
¿Qué significa esta decisión?
-Creo que lo de Bonadío le está dando un gran argumento al Gobierno para cambiar la agenda. No sé si fue coordinado o no con algún ala del Gobierno, pero sí objetivamente le está dando un cambio que le viene muy favorable en este momento político, más cuando las reformas que están impulsando empiezan a ser cuestionadas mayoritariamente por la población.
¿Qué es lo peligroso de esta decisión?
-Lo peligroso es que un juez federal que nadie eligió ni votó, lleno de privilegios, con cuestionables antecedentes en la causa AMIA, decida quién debe ir preso y quién no por sus decisiones políticas. Es un antecedente para que, a continuación, vayamos presos todos también por opiniones: si se puede ir preso por decisiones que nada tienen que ver con la justicia se abre un enorme espacio para que también vayamos presos por opiniones críticas. Por eso es tan grande el arco que ha salido hoy a repudiar esta medida.
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María del Carmen Verdú: Obediencia debida judicial
“Esta decisión no tiene otra explicación que la obediencia debida a una orden del Ejecutivo que consiste en un claro caso de persecución política a sus opositores de clase”, dice a lavaca la abogada María del Carmen Verdú, referente de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional). “No hay otra manera de explicarlo. La propia práctica de Bonadío lo demuestra porque en la denuncia no hay un grado de verosimilitud suficiente para justificar una detención. Es un juez que responde al poder político de turno”.
¿Qué significa?
-Esto hay que leerlo en un contexto donde tenés, por un lado, un incremento masivo de la forma en que se descarga el conjunto de la represión estatal sobre el pueblo trabajador no organizado y, por otro, un incremento cualitativamente más violento sobre los sectores organizados. Día a día vemos que las detenciones masivas, en lugar de resolverse con una contravención o, a lo sumo, en “daño y resistencia a la autoridad”, están volviendo a discutirse bajo “intimidación pública”, “coacción agravada” y otras imputaciones que hace rato no veíamos. En ese marco, esta es una causa judicial en la que no hay ningún tipo de elemento que permita decir que esta gente eluda la justicia o pueda obstaculizar el trámite del proceso. Además, los están imputando por un hecho que, en realidad, no tuvo efectividad porque el memorándum no se firmó nunca porque Irán no quiso: no se consumó. Y utilizan una figura como “traición a la patria”, que tiene requisitos muy concretos que me cuesta mucho verlos representados en este caso. Todo representa un antecedente gravísimo, porque si así tratan a Cristina Fernández o a Timerman, imagínate cuando nos toque a nosotros.
¿Y cómo se lee en este contexto?
-No podemos dejar de correlacionar esto con un Presidente que dijo, horas después de que Prefectura le metiera balas de 9 milímetros por la espalda a un chico de 22 años que escapaba, que la voz de “alto” tiene que tener la lógica de que te entregues. Si eso no es la declaración oficial de la entrada en vigencia de la Ley de Fugas, no sé qué significa. Podía existir en la práctica, pero es la primera vez que un Presidente lo dice con todas las letras. Lo más parecido fue cuando Ruckauf (Carlos, ex gobernador bonaerense) dijo que había que tirar en la espalda al que delinque, pero al menos “exigía” un delito. No que fugaras. Al lado de Macri, Ruckauf queda como un defensor de derechos humanos.
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Foto: Lina Etchesuri para lavaca


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Memoria, verdad, justicia y Norita

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Partidaria de los besos y los abrazos, reivindica la sonrisa como principal bandera de lucha. Cumplió 94 años este 22 de marzo y hace siempre que puede la ronda de Madres de Plaza de Mayo, hoy ya en silla de ruedas. Vida, obra y endorfinas de una mujer que ha acompañado a fábricas recuperadas, pueblos originarios, comunidades afectadas por el extractivismo, jóvenes y mujeres en situaciones de violencia, todo como una continuidad en la defensa de los derechos humanos. El clítoris, el cannabis y las autodefiniciones. Esperando el 24 de marzo, compartimos esta nota y retrato, publicada originalmente en la revista MU 138 (2019, todavía tiempos macristas). El movimiento, la calle, y lo que ella piensa (y hace) frente a la historia y los futuros posibles.

Texto: Sergio Ciancaglini

Nora revisa su cartera en la que lleva el pañuelo blanco, el verde, crema de cannabis medicinal, una lata de sardinas y la agenda en la que anota sus hiperactividades cotidianas, entre otros secretos. Está también su DNI: 0.019.538. Ríe: “Fui de las primeras en la cola para sacarlo. El otro día, por un trámite, los empleados de un banco me dijeron que la máquina no podía interpretar un número tan bajo”.
Estamos en la sede de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Envolvemos las masitas que no alcanzamos a engullir y que se incorporan a la cartera de Nora para llevárselas a una amiga. Luego guarda un par de carpetas, limpia la mesa de papelitos y me pide que cierre las persianas y puertas del balcón que da sobre Piedras al 100, Buenos Aires. Ya tiene el llavero en la mano esta señora que no puede ser interpretada por las máquinas. Chequea que esté todo ordenado. Empieza a apagar las luces que iluminan salones, oficinas y paredes atiborradas de recuerdos de las Madres, homenajes, reconocimientos, diplomas y tres imágenes: Azucena De Vincenti, Mary Bianco y Esther Careaga: sus apellidos de casadas pero sobre todo, el de sus hijos e hijas. Fueron las madres secuestradas en diciembre de 1977 en un operativo organizado por la ESMA, que culminó con 12 desapariciones incluyendo a dos religiosas francesas.

Memoria, verdad, justicia y Norita

El saludo de Nora en una de las marchas actuales, con la foto de su hijo, la bandera de los 30.000 detenidos-desaparecidos, y el acompañamiento de una nueva generación.


Nora se pone el ponchito de barracán, agarra la cartera, el bastón, y cumple con el rito según el cual el último –la última- apaga la luz. Y cierra la puerta con llave.
La escena podría parecer un tanto melancólica, pero es al revés.
Al cerrar esa puerta, da media vuelta y abre un mundo.
Nora se transforma en Norita, que en lugar de ser un diminutivo resulta un aumentativo, una clave, un código de acción.
Sale Nora de Madres y entra Norita a la calle, las plazas, las ciudades, los pueblos, las rutas, las fábricas, la naturaleza, los conflictos.
Entra a sus verdaderos lugares de acción: lo público, los espacios donde ocurren las cosas, o donde las cosas se manifiestan escapando de los encierros y del silencio.
Lo mismo sucede cada vez que sale de su casa en Castelar, llena de muñecas, libros, plantas y recuerdos, se toma un micro hasta la estación (evita los taxis y es ajena a las aplicaciones uberísticas), luego el tren Sarmiento, luego el subte A o lo que haya que abordar para ir a donde quiere ir.
Su estrategia consiste en intentar estar donde haya injusticias, violencias, crímenes, abusos, discriminaciones, psicopatías estatales o privadas y otras desventuras nacionales que son del orden de lo clásico: nunca pasan de moda.
Logra materializar ese acompañamiento con una eficiencia casi incomprensible. Ana María Careaga (desaparecida a los 16 años estando embarazada e hija de aquella madre secuestrada en la iglesia) cuenta que una vez le dijeron al sacerdote pasionista Carlos Sarracini que Nora parece Dios, porque está en todas partes. El cura no se mosqueó con la comparación y subió la apuesta: “Sí, pero a Nora se la ve”.
“Cuando dicen esas cosas me estremecen –corcovea Nora–, me da un poco de vergüenza. Siento que son como abrazos para darme fuerza, pero no me generan soberbia ni nada. Lo que digo es sencillo. Si no es para pelear contra la injusticia, los organismos de derechos humanos, ¿para qué estamos?”.

Memoria, verdad, justicia y Norita

Sobre la magia y el clítoris

Plaza de Mayo, jueves, 15.30.
Las Madres están partidas desde 1986, pero allí están. Girando siempre en sentido inverso al de las agujas del reloj, como para recuperar el tiempo perdido por tanta muerte, cada uno de los dos grupos (Asociación y Línea Fundadora) en el extremo opuesto de ese círculo alrededor de la Pirámide de Mayo que culmina con una estatua que representa a la Libertad. La libertad está inmóvil, mientras la memoria, la verdad y la justicia rondan alrededor.
Bajo una placa descansan las cenizas de Azucena Villaflor de De Vincenti, quien junto a las otras dos madres desaparecidas fue arrojada viva por los militares desde un avión al mar. La marea luego devolvió los cuerpos a la costa de Santa Teresita en enero de 1978.
En Línea Fundadora la única madre que ronda hoy -y sin bastón- es Nora, acompañada por unas 80 personas. El grupo crece de golpe porque se agregan como un borbotón unos 40 guardapolvos blancos de chicas y chicos de una primaria de Lugano que la rodean y marchan junto a ella con la bandera en la que se lee “30.000 detenidos desaparecidos. ¡Presentes!”.
Llora y ríe Norita porque al ver a los chicos se le agitaron la emoción y la alegría, lloran también las maestras y varios que disimulan. Los chicos la miran asombrados. Tres vueltas más tarde, ella se acerca a un micrófono con parlante. Este jueves habla de:
La impunidad estatal y judicial alrededor del atentado a la AMIA.
El proyecto de “servicio cívico voluntario” de Gendarmería para niños (editorializa diciendo: “Qué bestias”).
Recuerda junto a Beverly Keene, de Diálogo 2000, que la solitaria Madre de Ledesma (Jujuy) Olga Arédez, denunció en 2001 la creación de una policía infantil (niños uniformados que eran instruidos con armas de juguete). Y que en 2012 el gobierno de Cristina Kirchner ordenó cerrar 74 cuerpos de Gendarmes Infantiles en 17 provincias, que reunían a más de 6.879 niños.
De paso mencionan que Olga –que reclamó toda la vida por las desapariciones ocurridas durante el apagón en Libertador General San Martín- murió en 2005 por la contaminación de bagazo producida por Ingenio Ledesma. “Para abaratar costos no ponían los filtros en las chimeneas, y eso la intoxicó”, explica Nora.

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Denuncia cómo le prohibieron a su compañera de Madres LF, Vera Jarach, quien además es sobreviviente del Holocausto, dar una charla en el Colegio Nacional de San Isidro (“a lo mejor prefieren que vayan los de Gendarmería a dar clases de derechos humanos”).
Habla sobre una de sus obsesiones, el Hospital Posadas y la situación de sus trabajadores y pacientes (“el Estado achica y achica, es lo único que hace: hay que ir a acompañarlos”).
Informa que trabajadores de la textil Sport Tech, que estuvieron en la ronda y ocuparon durante dos años la fábrica quebrada en defensa de sus puestos de trabajo fueron autorizados como cooperativa, por el juez Horacio Robledo, a hacerse cargo de la empresa.
Presenta a gremialistas de Fabricaciones Militares (“no les tengan miedo, nada que ver con los milicos, son divinos”) movilizados contra los despidos y el achicamiento.
Recibe a Sergio Martínez, uno de los fundadores de El Algarrobo, asamblea de Andalgalá que con su movilización logró frenar la instalación del proyecto megaminero a cielo abierto Agua Rica. Sergio cuenta: “Hace poco cumplimos 500 marchas, cada sábado, reivindicando los derechos humanos, territoriales, a la salud y a la vida”.
Anticipa Norita el lanzamiento de una campaña para denunciar la deuda externa (y eterna) “porque hay gente que se queja en la verdulería, pero no entiende que lo que le pasa es consecuencia de que se están llevando los dólares y las riquezas, y cada dólar se paga con hambre en nuestro país”.

Memoria, verdad, justicia y Norita


Repudia por enésima vez la ilegal detención de Milagro Sala desde enero de 2016 (“no le encuentran nada y la someten a tortura psicológica las 24 horas del día”).
El tono de Nora es tan serio como lo sugieren los temas de los que está hablando; dice que el gobierno es “negacionista, inmoral y ladrón”, y oscila entre esas definiciones y el relato de lo que está sintiendo. “Hoy no hay buenas noticias para dar”, le dice a la gente que la escucha. “La buena noticia fueron esos chiquitos que vinieron de Lugano”.
Agrega: “No nos volvamos locos. Cada día me acuesto pensando ¿qué mal van a hacernos mañana? Es como que con cada acción, con cada decisión, quieren humillar. No lo logran, porque nos tienen que resbalar las cosas que dicen y hacen”.
La mujer y la gente se miran. “Siento que esta Plaza es mágica. Me siento feliz aquí. Me da pudor decirlo, con tantos desastres que pasan, pero es lo que siento viendo que tantas personas vienen, se encuentran, se abrazan, se reconocen”.
En ese momento repite tres veces: “30.000 detenidos desaparecidos y desaparecidas” y todos contestan “¡Presente!”. Y luego: “Ahora y siempre”. Nora, separando bien las sílabas, pronuncia tres veces la siguiente palabra: “Ven-ce-re-mos”.
Caminando hacia su bar favorito sobre Avenida de Mayo, para tomar un café que es parte del ritual de los jueves, quiere decirme algo sobre la magia, pero la detiene un grupo de chicas para saludarla y un joven, uniendo las palmas de las manos, pronuncia: “Gracias por existir”. Dice ella que jamás la cuestionaron ni la increparon por la calle. “Una sola vez, en una marcha por Cromañón, había un tipo muy borracho que me dijo de todo. Pero me había confundido con Estela de Carlotto. Que nos confundiera ya te muestra lo borracho que estaba”.
Otro grupo la reconoce, la saluda y le pide fotos. En los últimos tiempos cuando está en confianza Nora propone sonreír a la cámara diciendo “clítoris” en lugar de “whisky”.
Sigue la caminata y ella no pierde el hilo de lo que quería contar: “La magia no nace porque sí. La tenés que crear con tu espíritu. El espíritu de ver el lado bueno de la vida. Si no hacés magia con lo que te pasa, es imposible sentir que lo que hacés está bien, que te genera alegría. Sentir que no estás entre los mafiosos”.

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Comerse un pasaje

La primera vez de las Madres en Plaza de Mayo fue el sábado 30 de abril de 1977. El 15 había desaparecido Gustavo Cortiñas, el hijo mayor de Nora, secuestrado en la estación Castelar cuando iba a tomar el tren a las 8.45 rumbo a su trabajo en la Comisión de Valores. Militaba en la Juventud Peronista. Flaco, sonriente, bigote setentista, pelo largo.
En la casa de Nora hay una foto en la que se lo ve mirando a los chicos de la Villa 31, en la que militó con el padre Carlos Mugica. “Tiene un gesto que me parece dolorido y comprometido con lo que está viendo. Pero fijate los chiquitos, son iguales a los que ves hoy en las villas”. Se queda pensando: “Nuestros hijos luchaban por la justicia social. Pero hoy la brecha entre ricos y pobres es todavía mayor que cuando se tomó esta foto”.
Para esa mujer que había tenido que amoldarse al rol de ama de casa y profesora de alta costura, la desaparición del hijo representó el fin de muchas cosas. “Fue dejar la casa y salir a buscarlo. Y fue para todas igual. Mujeres comunes que no éramos de la academia, ni de los grupos de pensamiento. Pero hoy entiendo que ahí ya fuimos feministas. Ahí empezamos a romper”.
Aquel sábado inicial había pocos paseantes en Plaza de Mayo. Y 14 mujeres. Azucena propuso entonces ir los viernes. Nora, mientras tanto, buscaba en comisarías, en juzgados, hasta que empezó a ver a otras mujeres haciendo lo mismo, marcadas por la misma desesperación, que le contaron de las reuniones en la Plaza. Nora se sumó a la tercera. “Una madre muy católica y muy supersticiosa dijo que el viernes era mala suerte, día de brujas. Otra dijo que los lunes era día de lavar y limpiar. Quedó el jueves”. Acordaron las 15.30, salida de los bancos, el mayor tránsito de público en la zona. Las Madres nacieron para no ser parte de otros organismos ni partidos políticos. No tenían oficina: la crearon en la Plaza, sin techo ni puertas ni ventanas, para verse, intercambiar información, y hacerse ver. La policía dijo “circulen”, y jamás dejaron de hacerlo. En octubre de ese 1977 nacerían los pañuelos blancos, como modo de reconocerse entre la multitud durante una marcha a Luján: en realidad eran los pañales de tela (no existían los descartables) que guardaban para sus nietos, convertidos en un símbolo histórico de los derechos humanos.
Relata Nora que los varones y esposos no intervenían porque el horario era de trabajo. “Pasaba otra cosa. Al ver a los milicos algunos padres decían ‘yo le dije a mi hijo que no se metiera’ y cosas así. Entonces eso no servía. Las madres no hacíamos esas cosas”. Confrontaban. El lugar común indica que el dolor enceguece, pero Nora es de las que piensan distinto: “El dolor nos hizo ver. Nos fortaleció, y nos ayudó a ser claras”.
Empezó a entender algunas charlas que había tenido con su hijo: “Una vez me dijo: ‘¿Sabés que te pasa, mamá? Te falta calle’. Aprendí, ahora me pasé de calle” reconoce. “Más que en los libros, la concientización está en la calle. Esto significa moverse siempre. Y no pensar dos veces”.
Recuerda que fue varias veces presa con las Madres. “Una vez, los policías pararon un micro, bajaron a toda la gente y nos llevaron. En la comisaría teníamos dos variantes: pagar 30 centavos, o pasar 5 días de cárcel por escándalo en la vía pública. Había madres que decían “métanme presa, así me llevan con mi hijo”. Pero los tipos querían que pagásemos. Cuando me tocó, le di 60 centavos. ‘No señora, le dije 30’ me dijo, y le contesté: cóbrese lo de la semana que viene”.
Otra de esas detenciones ocurrió un día antes de un viaje que Nora debía hacer a Brasil con la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chicha Mariani. “Esa vez nos llevaban en patrulleros. Abrí la puerta y me quise tirar, pero el policía me agarró. Si no, me mataba; era la desesperación por escaparme. De golpe me di cuenta de que tenía el pasaje a Brasil. Yo creía que era algo clandestino, que si descubrían eso no sé qué iba a pasar y entonces lo agarré, lo fui rompiendo en pedacitos, y me lo comí”. El viaje finalmente se hizo, en plena digestión del pasaje, con Nora y Chicha intentando denunciar lo que se vivía y se moría en el país.
Moverse, salir, romper, confrontar, escandalizar, chocaba con la noción de familia tradicional y hogareña, y con su marido Carlos. “Los viajes, las marchas, las búsquedas. Y él tenía una cosa de celos. Hubo algunas veces que pensamos separarnos. Murió en 1994. Creo que no hubiera soportado todo lo que hago ahora. Pero bueno: la desaparición de Gustavo había sido un cambio total. Me largué a hacer lo que tenía que hacer. Y eso fue no volver atrás nunca más”.

Del Mundial al cannabis

Nora recuerda que usaban la parte del Café Tortoni que da a Rivadavia, durante el Mundial 78, para encontrarse con jugadores (“creo que eran holandeses, no recuerdo los nombres”) y periodistas extranjeros. O lo que vivió su querida Mirta Baravalle: “El marido estaba muy mal con la desaparición de la hija (Ana) y no podía creer que parecía que no pasaba nada mientras en el país había desaparecidos. El día de la final que ganó Argentina, después del partido se puso peor y se murió de un infarto mientras todo el mundo seguía festejando”.
Las Madres son un símbolo de muchas cosas, empezando por la valentía. Resulta casi de ficción imaginarlas plantadas en la Plaza frente a la Casa Rosada tomada por Videla & afines, infiltradas por Astiz y la ESMA, ignoradas y silenciadas, o en el mejor de los casos tratadas como “madres locas” por los diarios que se atrevían a mencionarlas. Nora agregó algo a su currículum disruptivo: en 1978 fue hasta la Mansión Seré, centro clandestino de detención y torturas, simulando ser una interesada en comprar el lugar para instalar un hogar de ancianos.
“No era que buscaba a mi hijo ahí, pero sabía que había gente. Entré al predio y hablaba en voz alta. No sé qué quería: hacer ruido. Que si había alguien supiera que había gente afuera. Un milico dijo ‘despachen a la señora’ pero yo seguía diciendo que me mandaban de la Municipalidad o cualquier cosa, y vi una canilla con manguera al lado de una ventanita que se ve que daba a un sótano, donde estaban los desaparecidos. Cuando se recuperó como Centro de Memoria, contaron que me habían escuchado, sin saber quién era”.
El alegre caos que es cada conversación con Nora, ahora en su casa, cambia de rumbo porque va a preparar café. Desde que cumplió 82 años le divierte decir que es mínima, vital y móvil.
Mínima: nunca escondió la edad, pero se niega a revelar cuánto mide. “Ni a mis nietos se los digo”. En el jardín hay una pequeña piscina de dos metros de largo y uno de profundidad. Nora guiña un ojo: “Me meto con salvavidas”.
Vital: parece inagotable, aunque no lo es. Sufrió hace dos años un ínfimo ACV. “Hablé dos horas después de eso en un acto, y parada. Ni yo lo puedo creer. Pero es un compromiso con nuestros hijos y nuestras hijas. No es un sacrificio para nada. Cada día es estar donde hay una injusticia”.
Móvil: sus idas y vueltas a Castelar en micros, trenes y subtes son una especie de gesta cotidiana en la cual la casi nonagenaria dama va a veces arrastrada por la multitud. “El otro día bajaba del tren. En el medio del gentío un chico que iba a subir me vio, tenía un chocolate, me dijo ‘gracias por todo lo que hacés’, me lo dio y subió. Me quedé en el andén con el chocolate llorando de emoción. Ni sé el nombre. Solo sé que era un chico del oeste”.
Hace dos años un golpe en el empeine le repercutió en un fuerte dolor de rodilla, y los médicos le dijeron algo fantasmal: tenía que dejar de marchar. Problema de meniscos. “Te imaginás, yo lo que tengo son menisquitos”. Por eso fue al debate en el Senado sobre el aborto seguro legal y gratuito en silla de ruedas. La actual vicepresidenta Gabriela Michetti la saludó educadamente al verla, y más tarde ordenó que le prohibieran el ingreso al recinto, por lo que Nora vio el debate por televisión en el despacho de Pino Solanas.
“El año pasado me regalaron la crema de cannabis y me la empecé a poner en la pierna. De a poquito, te diría que en un mes o dos, dejó de dolerme totalmente, y pude volver a caminar con bastón primero, y cada vez mejor”. Del pronóstico de inmovilidad Nora pasó a abandonar la silla de ruedas, el bastón parece cada vez más un adorno, y no deja de estar en todas partes. “Ahora en vez de bombones me regalan cannabis”. En el jardín, además de la santa rita, las azaleas y los potus, crecen dos robustas plantas de marihuana.

Feminismo, grieta y hambre

Tiene docenas de muñecas que le han regalado, varias son Noritas con pañuelo blanco y hay una con pañuelo verde. Muestra una remera con una frase que ha hecho célebre: “Ser feminista es una cosa bárbara”. El lema forma parte del Norita Fútbol Club (Las Noritas) equipo femenino que participa en la Liga Nosotras Jugamos. En la delantera de Las Noritas juega su nieta Lucía. “Y yo pedí que me den la 10”, explica la abuela, que además está asombrada porque ha sido llamada a dar una charla por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
¿Qué es lo peor que vivió, además de la desaparición de Gustavo? “La desaparición de las tres madres. Veías que los militares no se saciaban ni con los miles que se habían llevado”.
¿Lo mejor? “La resistencia de la gente, de los pueblos. Si no fuera por la resistencia pacífica y prudente que tiene este pueblo ya estaríamos con las patas de los norteamericanos acá adentro. Hay espacios que parecen pequeños pero que van frenando, sin saberlo, los avances de la derecha”.
Reconoce que fue un dolor también la separación de Madres, en 1986. “Algunas nunca dejamos de sentir que no tendría que haber ocurrido. Pero había mucha diferencia sobre las metodologías y nosotras, en Línea Fundadora, queríamos ser horizontales e independientes”. No quiere hablar demasiado sobre las diferencias en la propia Línea Fundadora. “Lo que reivindico es esa independencia, la mirada crítica. En el anterior gobierno creían que la crítica era mala leche, y eso no es cierto. Yo reconozco que lo que se hizo con el tema de derechos humanos fue histórico. No pensábamos que íbamos a ver a los genocidas juzgados. Pero eso no quiere decir que una se calle cuando hay cosas como el apoyo al modelo extractivo, o poner a (César) Milani al frente del Ejército”, explica, críticas que hizo extensivas a la Ley Antiterrorista, el pago de deuda externa, la tragedia de Once, el INDEC, el Proyecto X, y toda área atacada por políticas oficiales, el modelo científico con Lino Barañao al frente, el modelo sojero, la minería a cielo abierto, la violencia institucional, la discriminación a los pueblos originarios, entre muchos etcéteras que hicieron que no fuera ella de las participantes en los actos emitidos por cadena nacional. “Nuestra función es otra desde siempre: es ser independientes de los partidos y del Estado”.
Cuenta que su nieto Damián, el hijo de Gustavo, fue siempre partidario de la gestión kirchnerista. “Pero yo decidí que no voy a perder amigos, familiares ni ideales por la política partidista. Entonces hablábamos de cualquier otra cosa. Pero desde que está este gobierno sí que volvimos a hablar de política”, dice riéndose.
Sobre lo electoral: “Estoy mirando. No decidí qué hacer”. Una pista: en una de las últimas elecciones Nora fue con un marcador. Tomó una boleta y escribió: 30.000 detenidos desaparecidos. No al extractivismo. No a la persecución a las comunidades indígenas. No a la deuda externa impagable, inmoral y odiosa. “Lo puse en el sobre y voté. Me lo habrán anulado. No importa, saben que estuve ahí”, cuenta. “Y digo sí a la justicia, a la verdad, a la memoria, a la resistencia, a los juicios hasta que se condene al último genocida y a la recuperación de la identidad de todos los jóvenes que fueron niños apropiados por el terrorismo de Estado”.
En el área de derechos humanos cree que la gran cuenta pendiente es que se conozcan los archivos militares. “Es una burla que no los entreguen. Registraban todo, hay pruebas, y eso permitiría saber qué ocurrió con cada persona desaparecida. Pero es una decisión política que ningún gobierno quiso tomar”.
¿Cuál es su principal preocupación hoy? “El hambre. Estamos cada vez peor. Más hambre, pobreza, desocupación. Es una época de destrucción. Pero no tenemos que dejar que nos llegue el odio. Hay que resistir, pero no tenemos que perder la sonrisa, que nos hace fuertes: es lo mejor que podemos tener”.
Está perpleja Norita porque su biznieta Camila, 9 años, le dijo que los besos y los abrazos contagian gérmenes. “Pero el abrazo y las caricias estimulan las endorfinas que son lo que dan ganas de vivir. Cuando alguien está enfermo, lo acariciás, le das la mano y eso es terapéutico por las endorfinas. Así que en eso sí que tengo partido: soy partidaria de los besos y los abrazos”.

La ley

Las Madres son cada vez menos. “El año pasado murieron cuatro. Las sentimos mucho”. ¿Cómo imaginar las cosas cuando ya no queden Madres? “Yo no me imagino nada. Nunca digo que esto va a ser así o asá Lo que creo es que siempre hubo etapas con determinadas personas que vivieron y luego murieron. Es la ley de la historia, y de la vida. Ojalá nunca más tenga que haber Madres porque hay genocidios y represiones. Pero en nuestro caso, de algún modo estaremos en la Plaza. Y entonces habrá que ver qué es lo que nace” dice sin miedo y sin nostalgia, haciendo bailar esa sonrisa alimentada en la calle con abrazos y resistencia, besos y valentía, magia y endorfinas.

Memoria, verdad, justicia y Norita
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La Ronda, en la mirada de Nora Lezano

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Sexta entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo. Esta cobertura, realizada por Nora Lezano, corresponde al ritual del jueves 14 de marzo.

La Ronda es una iniciativa autogestiva coordinada por la editora Claudia Acuña y la fotógrafa Alejandra López. Todas las semanas, unx fotografx registra la ceremonia de circular alrededor de la Pirámide de Mayo, que se sostiene hace más de 40 años.

Todo el material colaborativo será entregado a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos.

“Nunca había estado en una Ronda.

Le pedí a una amiga que me acompañara. Sentí que se jugaba por un lado algo emotivo inmenso y por el otro el miedo a lo incontrolable. Jamás hago fotos en la calle justamente porque adentro de un estudio puedo controlar todo. Antes de salir para la Plaza dejé en mi casa un llanto espeso. El día estaba nublado. Ese llanto tenía la exigencia de haberme comprometido a resolver algo desde un lugar del que no estoy acostumbrada pero también el nerviosismo de saber que iba a vivir una experiencia de la que iba a salir profundamente atravesada”.

“Y así fue que me hice parte de esa ceremonia, fluyendo en círculos con mi cámara, acompañando esa fuerza indestructible del sostener. Donde nada importaba más que SER esa RONDA”.

Sobre Nora Lezano

Fotógrafa y artista visual.

Comienza a desarrollar su trabajo en la década de los 90. Sus retratos de músicos constituyen una parte representativa de su obra.

De 1992 a 2008 trabajó como fotógrafa institucional del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En los años 2000 y 2001 la Secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación le encargó las coberturas de los ciclos “Argentina en vivo 1 y 2”, el “Festival Internacional de Jazz”,  la “1era. Semana Argentina en Madrid”, “La historia en su lugar” y “Música clásica en los caminos del vino”.

Trabajó como fotógrafa, directora, iluminadora y videasta para proyectos performáticos, de artes visuales y cinematográficos.

Publicó en forma independiente el libro Sin sueño se duerme también y Communitas (Planeta) -en coautoría con E. García Wehbi-.

FAN, la retrospectiva de sus años en el rock, se presentó desde el 2015 a la actualidad, en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata, el Museo Boggio de Chivilcoy, la Biblioteca del Congreso Nacional, la Casa de la Cultura de Entre Ríos; el Centro Cultural San José, de Olavarría,  el Museo de Bellas Artes de La Plata, el Espacio Contemporáneo de Arte Eliana Molinelli de Mendoza, la Planta Alta de la Estación Belgrano, en Santa Fe y en la Universidad Nacional de Quilmes.

Junto a las fotógrafas Andy Cherniavsky e Hilda Lizarazu, en el Palais de Glace, presentó la muestra LOS ÁNGELES DE CHARLY, una celebración a la obra de Charly García.

INVENTARIO, que incluyó una serie de objetos, fotografías y material fílmico y sonoro del archivo personal de la artista, además de una performance, se presentó en la Bienal de Performance 2019.

Desde 1996 sus fotos ilustran el suplemento RADAR del diario Página/12 y desde el año 2015 realiza las fotos de los calendarios de la Fundación Viva la Vida por el Bienestar Animal.

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Nota

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

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Quinta entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que se propone transmitir el valor de la constancia, de los pies en el espacio público, de la gota a gota que horada la piedra, la no violencia contra la violencia, su valor social, su peso histórico, sus 40 años de coreográfico diseño: media hora, todos los jueves. Esta cobertura fue realizada por la fotógrafa y artista visual Martina Perosa.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

“Desde hace tiempo me interesa la relación entre fotografía y movimiento. Hay un trabajo que me parece muy interesante, que me inspiró en esta búsqueda, que es la serie fotográfica de Muybridge que logra documentar el rápido trote de un caballo en el aire. Mediante esta serie intentaba demostrar, frente a la teoría opuesta de algunos periodistas deportivos, que hay un momento de la carrera en el que los cuatro cascos del equino están en el aire. Esas series en movimiento abrieron una nueva discusión en la historia de la fotografía, que incluso dieron comienzo al cine”.

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

“Siempre me interesaron estos cruces interdisciplinarios entre las diferentes ramas artísticas como el cine, la fotografía y la danza. Pensando la ronda de Plaza de Mayo, me punzaba mucho la idea de coreografía. Una repetición constante todos los jueves, durante cuarenta años, por media hora. Una serialidad. Una duración y tiempo concreta. En un espacio determinado. Unos cuerpos, y una relación entre ellos, con una calidad de movimiento que a lo largo de los años fue mutando según el contexto: explosivo, suave, sutil. Y una música que hilvana el movimiento, los sonidos de la calle y el grito popular”.

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

Sobre Martina Perosa

Artista visual, nacida en la ciudad de Buenos aires. Su formación se centró en distintas disciplinas artísticas, que hoy confluyen en su obra. Estudió cine, indagó en el teatro, la performance y danza contemporánea y luego se especializó en talleres de fotografía y  clínicas de obra. Esta multiplicidad de intereses le permitió construir una mirada interdisciplinaria sobre la fotografía con un principal interés en el movimiento, y en la potencia de la imagen para construir ficción y contar historias. En 2019 editó su primer fotolibro “Shinsekai”, finalista del Premio Publicación Latinoamericano en el FELIFA 2021 y en diciembre 2023 editó su segundo fotolibro Proyecto Dallas.

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