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Noticias Qom: cautela y reconstrucción de ranchos

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Desde La Primavera, Formosa, el qom Colman Sanagachi contó a lavaca que el proyecto de predio universitario en los terrenos reclamados por los indígenas se detuvo, pero la policía sigue resguardándolo (de los qom). La Gendarmería será la encargada de cuidar a los qom (de la policía). En Buenos Aires Félix Díaz está más que cauteloso. Lo echaron del INADI y hasta le dieron de baja el celular, mientras Interior agenda reuniones con funcionarios del gobierno que reprimió a la comunidad. ¿Podrán reconstruir sus casas quemadas?
Noticias Qom: cautela y reconstrucción de ranchos
A 1340 kilómetros de Buenos Aires, en la Colonia La Primavera, Qom Navogoh, en idioma propio, Colman Sanagachi dice: «Íbamos a cortar la ruta, pero supimos que Félix fue recibido, y nos detuvimos. Ahora esperamos».
La idea de espera es parte de la genética qom, pueblo que hace poco pudo nombrarse a sí mismo, ya que desde los españoles era conocido como «toba», palabra que significaba «frente ancha» y era una especie de burla. Los medios formoseños y los funcionarios ni siquiera reconocen que sea una colonia aborigen. La llaman «barrio». Colman es de pocas palabras, muchas ideas.
Sobre el predio universitario de 600 hectáreas que generó el reclamo: «Parece que se paró. Pero la policía sigue apostada ahí, para que no entremos. Quiere decir que el gobierno no quiere entregarnos la tierra».

  • Sobre cómo vivieron en La Primavera los casi cinco meses de acampe qom, con Félix Díaz en la 9 de Julio: «Algunos tenían mucho miedo. Viene la Brigada de Inteligencia, entra a la colonia, no se sabe qué traman. Nosotros seguimos con lo nuestro. Estuvimos en la ruta donde mataron al hermano Roberto López, hubo gente de la CTA, otros de Jujuy». (Cuando estuvimos en La Primavera, vimos a Colman llorar ante la tumba de López. No hay funcionario que entienda el dolor de esa muerte).
  • Sobre las 16 casas de madera quemadas a los qom por las llamadas «fuerzas del orden» con nafta y sopletes: «Están igual, quemadas. Se está levantando el monte. Ojalá los hermanos se puedan instalar su casita allí. Una vez que venga el hermano Félix, si todo se soluciona, los hermanos que tenían casa la van a levantar de vuelta».
  • Sobre la situación en la colonia Qom Navogoh: «Según nos enteramos, la Gendarmería va a estar en la colonia, no la policía. La policía ha hecho lo que no debía al desalojar a nuestros hermanos. La policía no quiere hablar. Entraron a la colonia, agarraron chicos diciendo que molestaban, les pegaron. uno se desmayó. Un hermano fue a pedir certificado de domicilio y le dijeron que no puede entrar en la comisaría porque nosotros cortamos la ruta. Eso es discriminación».

Colman agrega una frase antológica: «La policía tiene antecedentes».
Félix sin buenos aires
En la ruta 86 de Formosa ocurrió un corte de cuatro meses reprimido el 23 de noviembre de 2010 por la policía e integrantes de la familia Celía, en lo que fue una mezcla de provocación y emboscada, con resultado de decenas de heridos, 27 presos, muerte de Roberto López, varios qom con los que no pudieron, y un suboficial también muerto, Heber López.
En la colonia viven 850 familias. Unas 5.000 personas en 2.500 hectáreas que reclaman que se les devuelvan otras 2.600 que les corresponden por historia, y por ley. Parte de ese territorio es el que en una negociación más turbia que clara entre el gobierno provincial y la familia Celía, quieren destinar a un predio de la Universidad de Formosa.
En el acampe qom Félix Díaz está más que cauteloso tras su encuentro con el ministro del Interior Florencio Randazzo y la «Mesa» de diálogo que se reunirá quincenalmente (como si los qom pudiesen ir y volver en aviones privados a estos encuentros) para solucionar la situación, o para darle largas al asunto.
«No estoy entusiasmado. No estoy convencido. Veo todo esto con mucha preocupación
No es la primera vez que nos pasa esto. Se buscan argumentos para justificar la no respuesta a lo que pedimos. El lunes tendremos una reunión con un ministro de Formosa (Jorge González) que es de los que nunca nos quisieron escuchar».
Presentes, ausentes y celulares
Félix no volverá a Formosa por ahora. «Es que no tengo recursos. Si voy y no puedo volver, van a decir que estoy faltando a reuniones programadas». Por lo tanto tampoco se entusiasma con la posibilidad de reconstruir las casas quemadas. «No puedo pensar en eso, la gravedad de lo que pasa está latente. No tenemos apoyo judicial ni institucional. Estamos solos. tenemos que cuidarnos».
Cuando llegó a Buenos Aires, en noviembre pasado, hubo una enorme conferencia de prensa en el Hotel Savoy. Buena parte de los dirigentes políticos y sociales que estuvieron ese día, se esfumaron. «Pero nos acompañó siempre una antropóloga, Lorena Cardin. Y además han estado Nora Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel, el Cels, Aldo Echegoyen, la Defensoría del Pueblo, la APDH, Pablo Pimentel, no quiero olvidarme de nadie».
Félix confirma que fue echado del INADI (donde Claudio Morgado lo había nombrado de un modo que le permitía solventar a Félix el tiempo dedicado a intentar hacerse oir). «Fue a fines del año pasado que me echaron, y ahora hasta me dieron de baja el celular. Es supuestamente un instituto contra la discriminación» dice. «Claudio Morgado me apoya, pero no tiene poder, está luchando para seguir en el INADI, pero no sé».
La señora María Rachid, quien asumió a fines del año pasado la vicepresidencia del INADI reconoció públicamente la baja de Díaz, en el marco de una «reestructuración de personal».
Félix ya no está en huelga de hambre, y continúa el acampe por ahora. «Estas cosas nos pasaron toda la vida. Hay que saber ganar y saber perder. Es como en el deporte. El problema es cuando no hay justicia. Si el árbitro hace trampa, siempre perdés aunque hagas las cosas bien. Nosotros queremos es aportar a construir un país que no mate a los indígenas, que no los siga desalojando, que permita mejores condiciones de vida. Y que no se apliquen las leyes contra nosotros, sino también las leyes que nos ampararan para garantizar nuestra existencia. Son leyes nacionales e internacionales. Existen, pero no se aplican».
La provincia
¿Por qué tanta demora de parte del gobierno en recibirlos? Félix: «No puedo pensarlo. No puedo entenderlo». Una pista. Formosa es gobernada por el señor Gildo Insfrán, quien aplicó a rajatabla el modelo sojero, como en tantos otros lugares. El resultado del modelo es que Formosa es una de las provincias más pobres del país (compite con Catamarca y su minería), 60 % de la población bajo la línea de la pobreza, muertes por hambre, analfabetismo, abandono, 200.000 electores de los cuales 50.000 reciben planes limosna, 60.000 son empleados públicos limosna, y todo bajo la bendición del gobierno nacional, como ocurrió con todo poder anterior (Insfrán fue alfonsinista y cafierista como vice, y como gobernador fue menemista, duhaldista, rodríguezsaadista, kirchnerista y cristinista: o sea, un sujeto de conducta). En 2011 hay elecciones. El lunes próximo Félix Díaz se encontrará a las 18 con representantes de ese gobierno provincial que le asegura al nacional un triunfo, en la sede del Ministerio del Interior.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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