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Para qué sirve el Encuentro Nacional de Mujeres II: la estrategia de Las Juanas

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Que las mujeres sean protagonistas sociales y políticas es el horizonte que se fijan Las Juanas cuando encaran cada taller, capacitación, publicación, campaña o debate. «Trabajamos la violencia porque afecta a las mujeres, pero también para que se liberen de eso y tengan un rol protagónico y puedan transformar su realidad», afirma la coordinadora nacional de esta organización que conversó con lavaca a días del comienzo del Encuentro Nacional de Mujeres que se realizará en Paraná. Qué opinan sobre el movimiento feminista en general y los encuentros en particular. Explican por qué la comunicación es una herramienta para concretar cambios y cómo se manejan en el lobby político.

Para qué sirve el Encuentro Nacional de Mujeres II: la estrategia de Las Juanas

Las Juanas en Tribunales de la Capital


El trayecto
La charla con Las Juanas deja una sensación: detrás de todo el discurso sobre el trabajo que realizan hubo una previa, amplia e intensa discusión, fusión de ideas y elaboración del pensamiento. Las Juanas -en reconocimiento a la heroína latinoamericana Juana Azurduy- son un colectivo de mujeres que trabaja en numerosas provincias y desde que comenzaron, hace casi 10 años, llegaron a más de 600 mil mujeres a través de sus actividades.
Malena Nisman es la coordinadora nacional. Antes de que surgieran Las Juanas, ella, como muchas de sus compañeras, habían pasado por experiencias de militancias sociales, políticas, sindicales, universitarias, pero en su mayoría no provenían ni de movimientos de mujeres ni de grupos feministas. En distintos momentos, en sus espacios, les tocó trabajar con compañeras y a partir de ahí comenzaron a elaborar una idea propia sobre sus derechos.
Ya desde Las Juanas, «empezamos a trabajar articulando con organizaciones de desocupados que emergen con la crisis después de 2001. Empezamos a trabajar fuertemente con Barrios de Pie y fue como complejizándose o heterogeneizándose nuestra construcción en la idea de lo que debíamos o podíamos hacer. Nos dimos un proceso de poder pensar cuáles eran las temáticas más sentidas, cuáles eran las trabas objetivas o subjetivas que a las mujeres nos limitaban o nos condicionaban la participación o nos hacían participar en espacios que tuvieran que ver con lo organizativo u operativo pero no en ámbitos de dirección».
Para qué sirve el Encuentro Nacional de Mujeres II: la estrategia de Las Juanas

Las Juanas presentan los habeas corpus en Rosario


¿Cuáles fueron las trabas que encontraron?
Uno de los temas limitantes de participación, en este proceso más masivo de incorporación de mujeres a la participación social de finales de los 90′, tenía que ver con cómo sus parejas veían ese nivel de participación que las sacaba del rol doméstico. Hubo una presión sobre las mujeres por parte de su parejas a través de la violencia. Hubo también alguna presión similar respecto de cómo cuidar los hijos que esas parejas tenían o sobre embarazos forzados. Entonces vimos la forma de trabajar la prevención en términos de salud sexual y nos empezó a pasar que veíamos limitado tocar esos temas sino tomábamos en cuenta las inequidades de género, es decir, sino hacíamos foco en el fondo del problema.
¿Y cuál era el fondo?
Nosotras empezamos a ver algo: cuando las mujeres comienzan a ocupar el espacio público les parece que fuera la primera vez. No pueden reconocer que es resultado de un proceso histórico y colectivo y ni hablar de cómo ayuda a esa proceso de invisibilización la historia oficial. Entonces empezamos a pensar en cómo habíamos participado históricamente las mujeres en los procesos políticos de nuestro país, tratando de construir nuestro hilo histórico, no sólo a través de los grandes procesos sociales políticos. Qué rol habíamos jugado las mujeres en estos procesos, para poder rescatar desde dónde nos sentíamos identificadas, herederas de qué banderas éramos, de qué luchas nos podíamos anclar. Porque sino es como que estás huérfana. Siempre una puede ver la Historia desde sus madres y abuelas, pero hace falta hay un ejercicio más complejo para reencontrar lo que implicó la incorporación de las mujeres en la política.
¿Cómo decidieron trabajar ese aspecto?
Tenemos un editorial incipiente que se llama Las Juanas editoras, que hasta ahora editó dos materiales: Se trata de nosotras, sobre la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual y La Patria También es Mujer, sobre la participación de mujeres en los distintos procesos históricos. Cuando comenzamos a trabajar ese material, la primera premisa que nos planteamos era que si hoy participamos social y políticamente, en términos masivos, incorporadas a un montón de reivindicaciones de la sociedad en su conjunto, no hay nada que indique que en otros momentos las mujeres no hayan hecho lo mismo. Puede haber sido que en el marco de estos procesos de lucha hayamos ido incorporando derechos que nos permiten hoy naturalizar la participación, pero también es cierto que ante situaciones injustas u opresivas, las personas se han movilizado y nada indica que las mujeres no hayan hecho lo mismo. Eso nos permitió dos cosas: mirar para atrás y ver de qué luchas y de qué banderas éramos continuadoras y que las compañeras no pensaran que sino eran Evita o Juana no eran nada. Romper esa idea, y redescubrir cómo las mujeres participamos en distintos momentos. Eso nos permitió fortalecernos. Entonces te sentís parte de un proceso que te trasciende .
¿Cómo abordaron el tema de la trata?
Nos costó definir desde dónde abordarlo porque no hay políticas públicas serias. Lo que hay es artesanal, poco accesible, por decirlo de una forma delicada. Nosotras nunca logramos ni con el Ministerio de Justicia ni con las fuerzas de seguridad garantizar algún esquema para asegurar a las mujeres que quisieran trabajar el tema en sus territorios. Lo único que pudimos abordar, en momentos de sensibilización más activos, en lugares con visibilidad pública, es el tema de los mitos. La cuestión es que si no podés trabajar segura, con respaldo institucional, que te garantice la seguridad de tus compañera, tenés que generarlo desde otro lugar. Entonces los talleres se trabajan en escuelas o hacemos campañas de sensibilización en las terminales de colectivos, en plazas públicas. Vamos varias de nosotras, juntas, y siempre en lugares públicos.
Las Juanas también llevan adelante la cátedra Juana Azurduy, un espacio de formación y capacitación desde la perspectiva de género, sobre el rol de las mujeres en los distintos procesos sociopolíticos del país a fin de rever, revalorar y resignificar el lugar que han ocupado y que ha sido invisibilizado a lo largo de la historia.
Hay muchas organizaciones que vienen trabajando con los temas que ustedes abordan ¿hay algún sello personal de Las Juanas para esas temáticas?
Creo que hay dos cosas. Por un lado, abordamos todos los temas pensando que las mujeres tiene que ser protagonistas sociales y políticas, es decir, que las compañeras tengan imaginario que les permita pensar que pueden ser protagonistas. Trabajamos la violencia porque afecta a las mujeres, pero también para que se liberen del rol de víctima y puedan transformar su realidad. El otro tema es como nosotras concebimos la participación y la construcción de nosotras mismas. ¿Quién es una Juana? Toda la que quiera y que esté de acuerdo, la que pueda replicar, que pueda hacer su aporte en hacer esto más grande. Tenemos una estructura, pero es una construcción netamente participativa. No por eso somos horizontales, pero creemos en un esquema participativo para transformar lo que queremos transformar. No nos piensen como una oenegé tradicional, y no sé, incluso, si se nos puede pensar como una organización social tradicional. Es algo más entreverado, que vamos armando en el camino.
La deuda pendiente
Hace tiempo que las energías de Las Juanas se enfocan en la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. «Este año teníamos una lectura de la composición del Parlamento, que seguramente no se volverá a producir, y necesitábamos meterle a fondo con el tema del aborto. Mos dimos una estrategia de ir construyendo esa idea, ir viendo como hacíamos para levantar temperatura al tema, más allá de ver los otros temas con los que también trabajamos todo el año».
Una de esas actividades para alcanzar esa meta la realizaron el 28 de septiembre pasado, Día de Lucha por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, cuando mil mujeres presentaron en distintos tribunales del país una acción de Hábeas Corpus preventivo y colectivo para exigir que se declare inconstitucional la criminalización del aborto y que la Justicia inste al Congreso a despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo. «Es el tema que le falta a este país desde la reapertura democrática», resume Nisman. Un total de 500 mil interrupciones voluntarias del embarazo se realizan cada año en nuestro país, según datos de las Naciones Unidas y datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación.
-¿Por qué no se ha logrado avanzar en la despenalización?
No creo que no se haya logrado avanzar. Si evaluás o no el avance porque tengamos o no ley, está bien, no avanzamos. Pero si lo miras en términos de la complejidad del tema, que tiene que ver con una sociedad que construye una idea sobre determinados derechos, una sociedad que viene de estar mayoritariamente en contra, que después de un proceso que tiene que ver con muchas cosas, con la evolución de la sociedad, entonces notás el avance. Es la primera vez que las encuestas dan favorable a la legalización de aborto. La ley de matrimonio igualitario nos puso un nos piso mucho más alto. Lo que pasó con esto es que la sociedad aceptó la realidad: existen parejas homosexuales. Lo que se discutió, entonces, es si las vamos a reconocer legalmente como tales, iguales que las heterosexuales. Entendemos que con el aborto pasa eso: las mujeres nos practicamos abortos, eso existe, hay igual cantidad de abortos que de nacimientos. Lo que tiene que discutir el Congreso es si a esas mujeres, que a riesgo de perder su vida abortan, el Estado las va a proteger o no.
Otro avance importante en ese proceso es que por primera vez desde el 83 los proyectos de ley están puestos en temario de comisión (en la Cámara de Diputados). Antes, nunca habían ese estado. La de cabecera es la de Legislación Penal, luego tiene giro en la comisión de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia y en Salud y Acción Social. En algunas conversaciones con nuestra compañera Cecilia Merchan, diputada nacional, compañera, referente de nuestro colectivo, el Presidente de la comisión prometió que se iba a tratar el tema en octubre. Nuestro objetivo es que en la primera quincena se comience a trabajar.

Video realizado por La Búsqueda Producciones en articulación con el Espacio Multiplicarte del Colectivo de Mujeres Juana Arzurduy; en ocasión del «Parlamento por el Derecho al Aborto Legal y Seguro» realizado en el Senado de La Nación, en junio de 2010.

Encontrarse
En el Encuentro de Mujeres, ¿se sentará algún tipo de agenda que sirva para el debate sobre aborto en el Congreso?
Nosotras venimos conversando con otras organizaciones porque creemos que el Encuentro debe poder decir esto. Que cada organización que participa, con su perfil, con su mística, tienen que poder decir que la deuda de la democracia es la legalización del aborto.
¿Los encuentros son espacios válidos para construir, debatir?
Nos parece que son un espacio válido donde confluimos un montón de mujeres, con distintas experiencias. Son muy importantes para plantar agenda, permiten visibilizarla. Nos parece que no necesariamente son un espacio que pegue un salto de un año a otro en cantidad o en cómo se complejiza la trama, en cómo va teniendo nuevos ejes, pero por la heterogeneidad de quienes van cuesta plantar una agenda que se sostenga en el tiempo. Entonces entendemos que los encuentros nos permiten visibilizar agenda, encontrarnos con otras, y eso sirve como caja de resonancia, fortalece a las compañeras. Es como que hay dos planos distintos para analizarlos: qué le produce a las mujeres y, el otro, qué produce en términos políticos.
Qué efecto ha tenido el financiamiento y las oenegés en la agenda de las mujeres? Hay una línea a la que denominan institucionalizadas y otra que es la de las autónomas….
Nosotras tenemos por regla no hablar de las otras organizaciones en esos términos. Sí hablamos de las diferencias políticas o de las diferencias en las visiones. Para nosotras no es esencialmente buena la idea de ser autónoma ni es esencialmente malo recibir recursos de organizaciones internacionales. El problema es si vos determinás tu agenda de acuerdo al financiamiento. No tenemos una visión romántica…
Actualmente, ¿queda margen para aceptar financiamiento pero trabajando libremente?
Creo que en algunos casos si, en otros no, depende de cual sea tu objetivo … Creo que hay margen y que es pequeño, que a veces tratan de corrernos de eje, pero hay margen…
¿Cómo caracterizaría al movimiento feminista en Argentina?
Como un grupo muy valioso de compañeras que ha hecho un aporte muy grande para muchas de nosotras, que somos bastante pendejas. Yo tengo 32 años y 15 de militancia. Somos jóvenes pero no nacimos ayer en la vida política. Nos parece importante poder ver que hay otras ideas para sumar, para incorporar.
¿Hay internas dentro del movimiento?
Hay diferencias con las que se conviven. Hay diferencias sobre lecturas de la coyuntura, con las que se pueden convivir, que no son irreconciliables, pero tenemos que poder cabalgar más en una visión unitaria para la consecución de los objetivos.
Más info en:
https://www.lasjuanas.org.ar/

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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