Nota
Poder judicial y violación grupal: el violador eres tú
Las violaciones grupales no tienen condena judicial y esa impunidad garantiza que sigan sucediendo. Esa es la lección que dejan al menos tres casos con características similares, de Palermo a Salta, pasando por Chubut y Miramar. La revictimización, la relativización del hecho, la perspectiva machista como características en cada juicio. La lucha de las familias por cuidar a las víctimas durante el proceso y su lucha por condenas “para que esto no vuelva a suceder”. Porque cuando las cámaras se apagan, la impunidad comienza.
Por Inés Hayes
Sucedió en Palermo, tal vez una de las áreas más vigiladas del país. Sucedió en Miramar hace dos años, en Chubut, en Salta: sucede en distintos territorios, todo el tiempo. No son casos: son violencias que se repiten como una máquina que se alimenta de la impunidad para seguir funcionando.
Ninguno de estas violencias que siguió lavaca, pese a la repercusión mediática, terminaron en una condena hacia los violadores.
“La gente se horroriza con estos casos que, lamentablemente, pasan muy seguido”, dice Gisela, la mamá de una niña de 14 años violada en un camping de Miramar el 1ro de enero de 2019. Frente a esta indignación colectiva, lo concreto: los violadores fueron absueltos en un juicio por jurados.
Miramar
Lucas Pitman (24), Tomás Jaime (26) y Juan Cruz Villalba (25) fueron enjuiciados en septiembre de 2021 por violar a la adolescente en el camping El Durazno y un jurado popular los encontró “no culpables”. Gracias a la lucha de la familia y de sus abogados, volverán el juicio volverá a hacerse luego de que un fallo del Tribunal de Casación anulara el veredicto y ordenará que se realice un nuevo juicio, con otro jurado.
La principal falla del primer juicio fue la falta de una asesora de menores cuando la niña prestó su testimonio. Según las normas, las y los menores de edad tienen que contar con la asistencia de una asesoría para que las preguntas del Poder Judicial no les afecten psíquicamente. Otra vez, la revictimización.
Aunque la norma lo dice claramente, el Estado no cumplió. Finalmente la Sala III del Tribunal de Casación remitió la causa al Tribunal en lo Criminal número 3 de Mar del Plata, a cargo de Fabián Riquert, que deberá convocar a un nuevo juicio.
“Todavía seguimos buscando justicia”, dice Gisela recordando todas las instancias que tuvieron que atravesar. “Queremos que esto salga bien por nosotros y que no vuelva a pasar, que no le vuelva a pasar a ninguna víctima más”.
La justicia que reclaman familias destrozadas por sus casos personales, entonces, implica una sanción ejemplar para que no vuelva a pasar a nadie más. Para que la máquina pare. Gisela: “La violación grupal es algo que siempre queda en tela de juicio, siempre se cuestionan los actos de la víctima antes que los actos de los hombres. Los actos de las víctimas parecieran siempre tener que justificar la violación. ¿Qué hacía esa chica ahí? ¿Qué hacía esa chica con esos pibes?”, se pregunta, haciéndose eco de lo que se preguntaron los jurados en el juicio de su hija.
La visión de la víctima: “Yo, mamá de una menor violada por un grupo de chicos, sigo en la lucha por justicia. Se anuló el juicio lleno de machismo y aún así todavía hay gente fanática de los juicios por jurado que quieren mostrar que eso fue justo. Sin visión de género no pueden defender a nadie. Si a una persona la violan y lo puede decir hay que creerle, y eso en la vida real no sucede”.
Gisela remarca la asistencia y acompañamiento que recibieron desde el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, de áreas de niñez, y de otras familias o personas que pasaron por situaciones similares. “No quiero que mi hija se tenga que volver a exponer al juicio por jurado porque es puro prejuicio. Hasta ahora se haría uno nuevo, ya hicimos el pedido para que no sea por jurado”.
Terminar con la impunidad es condición para que no se perpetúe la violencia.
Chubut
En Chubut faltaban tres días para que comenzara el juicio a los tres imputados de abusar sexualmente de una adolescente de 16 años en el 2012, pero el Tribunal pidió licencia. El proceso, que es oral pero no público por pedido de uno de los tres imputados, finalmente comenzó a fines de febrero.
Diez años atrás, Ezequiel Quintana, Leandro Del Villar, Luciano Mallemaci y Robertino y Francesco Viglione, drogaron y violaron a una joven en Playa Unión, Rawson. En ese momento la joven tuvo que mudarse con su familia porque al contar lo que había sufrido, volvió a ser revictimizada y culpabilizada por los abusos. Pasaron 7 años hasta que pudo volver a denunciar. Los imputados son tres (Ezequiel Quintana, Leandro Del Villar y Luciano Mallemaci), porque los otros dos fueron absueltos por el fiscal Fernando Rivarola, quien utilizó la expresión «desahogo sexual doloso» cuando pidió juicio abreviado para ellos.
Lejos de ser un problema exclusivo del fiscal Rivarola, la sintonía machista se repite en todo el Poder Judicial. “La expresión de este fiscal muestra, una vez más, cómo el Estado está invadido y configurado sobre la violencia machista/patriarcal”, dijeron en un comunicado las mujeres y diversidades de ATE.
La suspensión y dilatación del juicio es otra forma de impunidad.
Salta
En Alto la Sierra, zona de triple frontera en Salta, el 28 de noviembre de 2015, una niña wichi de 12 años con discapacidad fue violada por ocho varones criollos.
El caso tomó notoriedad recién en mayo de 2016 cuando se supo que la niña estaba embarazada y debía interrumpir su embarazo porque el feto era anencefálico. MU viajó en julio de ese mismo año y la periodista Claudia Acuña reconstruyó la historia de esa violación, el contexto de la vida de la comunidad, la relación con los criollos y la ausencia del Estado, en esta crónica que fue finalista del premio Gabriel García Márquez de periodismo. Un tribunal de Tartagal condenó el 25 de febrero de 2019 a 17 años de prisión efectiva a los seis hombres.
Ciudad de Buenos Aires
En Buenos Aires, meses después de la anulación del misógino juicio de la Costa, en el barrio de Palermo, Tomás Domínguez, Alexis Cuzzoni, Franco Lykan, Ángel Ramos, Lautaro Ciongo Pasotti e Ignacio Retondo, de entre 20 y 24 años, violaron a una joven en un auto estacionado, a 5 cuadras de una comisaría. El miércoles 1 de marzo, se negaron a declarar y seguirán presos, imputados por abuso sexual agravado.
Un día después, la joven víctima de la violación prestó declaración testimonial ante el fiscal Rosende. Además de su relato, el representante del Ministerio Público incluyó la reconstrucción que pudo hacer a partir de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del barrio, de celulares de quienes estaban ahí en el momento de la violación y de dispositivos de la Policía de Ciudad.
“La chica no estaba para nada bien. Hablé con ella porque me pidió pasar al baño. Tenía dificultades para hablar y se tambaleaba. Ellos estaban en perfectas condiciones. Estuvieron cerca de una hora”, expresó un testigo a Telam.
En los videos, puede verse a la joven caminando con dificultad. En otro de los videos puede verse cómo los dueños de la panadería que está ubicada frente a donde estaba estacionado el auto en el que ocurrió el abuso sexual, rescataron a la joven. Pese a sus llamados a la policía y teniendo en cuenta que hay una comisaría a 5 cuadras, los efectivos llegaron cuando la víctima ya había sido rescatada por los vecinos y trasladada al Hospital Rivadavia.
La dueña de la panadería presentó una denuncia y pidió que le pusieran una consigna policial de custodia en la puerta de su local, “para sentirse protegida”. Desde entonces cuenta con un botón antipánico.
La panadera, otra vez, como la mujer que pudo alertar al Estado de lo que estaba sucediendo, a plena luz del día en el barrio más vigilado del país. Tal vez sea esa una imagen de quiénes cuidan a las mujeres y su miedo a sentir represalias, cómo la trama de violencia machista sigue gozando de impunidad.
Según la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), casi el 40% de las víctimas de violación son menores de edad.
El 87% de las víctimas no realizó la denuncia, por desconfianza en las instituciones, minimización del hecho y/o “resolución por cuenta propia”.
Más de 16% fue agredida sexualmente alguna vez desde los 16 años de edad.
En CABA, el 15% de las mujeres fueron alguna vez objeto de agresiones sexuales por parte de su pareja.
Esa es la máquina que hay que parar.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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