Nota
Ruido de rotas cadenas
La asamblea barrial 20 de diciembre de Parque Avellaneda estará conectada este viernes con Tailandia, vía Skype, para presentar las flamantes remeras de No Chains (sin cadenas), la primera marca global de lucha contra el trabajo esclavo. El lanzamiento suma el esfuerzo de la cooperativa La Alameda de Argentina y la tailandesa Dignity Returns, reconocidas por nuclear costureros que claman contra el trabajo forzoso y reivindican los valores de la autogestión y la economía solidaria.Tamara Rosemberg, responsable del emprendimiento textil de La Alameda y particularmente del proyecto No Chains, resume la idea: “El concepto no es comercial fundamentalmente, por ahora el objetivo es concientizar a otros trabajadores y consumidores sobre el origen de las prendas que ellos se ponen y dar a conocer que la mayoría de las grandes marcas utilizan mano de obra esclava para producir”. La cita de este viernes 4 es en la casa de la cooperativa, Directorio 3998, Ciudad de Buenos Aires.
Asamblea, bar y ropa
El trayecto hasta No Chains se remonta al estallido del 2001, que nucleó a vecinos de Parque Avellaneda en una asamblea barrial que tomó el bar que ahora será sede del lanzamiento de la marca. Hoy allí funciona un comedor de apoyo escolar, una cooperativa de trabajo textil y una reciente fundación de capacitación en derechos humanos y laborales.
Pero en 2002 corría el hambre, y el comedor de la asamblea alimentaba a las mujeres con hijos del barrio. Cuenta Tamara: «A medida que fuimos conociendo a esas mujeres, nos contaron dónde trabajaban sus maridos. Ahí conocimos la situación y decidimos que teníamos que hacer algo al respecto. Lo tomamos como una de nuestras banderas».
Vivir en la fábrica
A partir de entonces se gestaron asambleas con costureros para hacerles conocer sus derechos. El obstáculo surgió de la propia lógica del trabajo precario: muchos de los trabajadores vivían en los mismos talleres y no denunciaban sus condiciones laborales por miedo no sólo a perder el empleo sino también esa vivienda.
Tamara: «Entonces había que generar las condiciones para que exista una asistencia a las personas que denunciaban». Se animó una primera pareja de costureros, que alisó el terreno al resto. Luego del incendio de un centro clandestino de trabajo en Caballito, la asamblea de Parque Avellaneda decidió construir un taller textil propio. Hoy 14 costureras (mujeres y hombres) trabajan sobre los diseños de la marca Mundo Alameda y desde el viernes harán lo propio con No Chains.
Policías en acción
Pero la historia de la asamblea trasciende la lucha por el trabajo esclavo textil. Tamara recuerda: «Al difundirse todo lo que hacíamos, llegaron denuncias de menores que trabajaban en prostíbulos y pedían ayuda». Los vecinos de Parque Avellaneda, entonces, salieron del barrio para escrachar prostíbulos del centro porteño y denunciar la complicidad policial.
Fue así que conocieron a Nancy Miño Velázquez, una ex policía que contó en detalle los entramados ilegales de la propia institución. A partir de su testimonio se abrió una causa que investiga el juez Ariel Lijo, sobre la articulación de los prostíbulos con ciertos jefes policiales. Desde hace 20 días Nancy vive protegida en el comedor de Directorio, junto a los costureros, Tamara y los asambleístas del barrio.
No Logo, no esclavo
Podría decirse que No logo, el libro de Naomi Klein, es la biblia de la asamblea 20 de diciembre. Allí conocieron a la cooperativa tailandesa con la que hoy trabajan en conjunto. El contacto directo tuvo lugar en un congreso en Asia el pasado 2009, donde acordaron la necesidad de difundir los valores del trabajo justo, autogestivo y solidario. Las remeras son su excusa simbólica y material a la vez.
Dice Tamara sobre sus colegas del otro continente: «Ellos trabajan en una fábrica recuperada y promueven la lucha contra el trabajo esclavo, trabajan en forma cooperativa, son autogestivos… Fue como encontrar un primo hermano que no conocíamos y teníamos muchos genes en común». Con la idea ya madura, las cooperativas convocaron a un concurso para que diseñadores propongan sus modelos. Los diseños de un coreano, un chino, dos argentinos y un búlgaro resultaron los más votados. El concurso se repetirá cada 3 o 4 meses con la idea «no solo de difundir la lucha contra el trabajo esclavo sino también que diferentes actores sociales se vayan sumando», dirá Tamara.
Las remeras de No Chains que se presentan el viernes se estarán vendiendo en Mu. Punto de Encuentro, el centro cultural Lacandona, de Villa Crespo; el mercado de Bonpland y Honduras; y vía Internet. Además, la cooperativa tailandesa ubicó los productos en toda Asia y parte de Europa. Cuenta Tamara: «Ya hay gente de Italia que esta interesada, pero todavía no pidieron nada porque no se conocen los modelos». La espera termina este viernes 4. En Argentina serán las 10 y en Tailandia las 20 horas, habrá comida, brindis y los relojes del entusiasmo funcionando con absoluta puntualidad.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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