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Una semana en Chiapas: postales de un piquetero entre zapatistas

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Un integrante del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano, Alberto Spagnolo, fue invitado a México por la Universidad Autónoma de dicho país, a un ciclo de debates sobre la situación latinoamericana que reunió a importantes intelectuales (Ana Esther Ceceña, Emir Sader, Bernardo Mançano, Álvaro García Linera, entre otros). Estuvo también en Puebla, invitado por John Holloway a una ronda de intercambio, y visitó Chiapas, donde convivió con los zapatistas una semana en el municipio -o caracol- La Realidad. Imágenes y reflexiones a partir de esa experiencia.

En Chiapas, México, hay un municipio rodeado de selvas llamado La Realidad.

Un lugar extraño.

En La Realidad no hay televisión, diarios, centros comerciales, gaseosas ni salarios. No hay desocupados, ni sobreocupados. No hay policías, y entonces no hay secuestradores ni delincuentes. No hay miedo a perder el trabajo. No hay miedo. No hay servicios del Estado, no hay partidos políticos de derecha, centro, ni izquierda. No hay planes sociales, ni envíos a domicilio, ni periodistas. No hay abogados, ni economistas. No hay ricos, no hay degradados, ni noticieros, ni burócratas, ni publicidad. No hay patrones, ni excluidos, ni management. No hay mendigos, ni opinión pública, ni asesinos seriales. No hay dealers ni gerentes. No hay antidepresivos, ni fama. No hay bancos. No hay suciedad. No hay fin de la historia. No fichan a la entrada. No hay consultoras. No hay chicos abandonados, no hay grandes abandonados, ni asistencialismo. No entregan premios. No hay hambre, ni moda (hay elegancia). No hay debilidad, y entonces no hay violencia. No hay lástima. No hay culpa. No hay ofertas. Ni sometimiento. No hay alcohol ni drogas. No hay angustiados, ni exitosos, ni psicofármacos. Nadie hace cosas humillantes, nadie humilla. Todos viven.

Si el nombre de este lugar excesivamente enfático a algún observador, puede optar por la otra denominación que los zapatistas de los pueblos indígenas tojolabales, tzeltzales y mames le dieron a La Realidad: Madre de los caracoles del mar de nuestros sueños.

¿Cómo entender ese sitio que cuestiona tantos hitos del mundo global?

El argentino Alberto Spagnolo optó por intentar comprender a partir ciertas rutinas, tales como convivir y conversar.

Spagnolo, integrante del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano fue invitado a México por la Universidad Autónoma para participar en el ciclo de charlas y debates “América Latina en movimiento”, junto a figuras como la mexicana Ana Esther Ceceña (una de las más reconocidas intelectuales ligadas al zapatismo), los brasileños Emir Sader (director del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad de Río de Janeiro) y Bernardo Mançano (de la universidad paulista, asesor del Movimiento sin Tierra), el boliviano Álvaro García Linera (matemático y sociólogo, teórico político y estudioso de los movimientos sociales en su país), Raúl Zibechi (uruguayo, editor de la revista Brecha y autor de Genealogía de la Revuelta), Carlos Fazio (periodista y docente en Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM) y Armando Bartra (director del Instituto Maya y miembro del consejo editorial de las revistas Cuadernos Agrarios y Chiapas).

Pero el viaje sirvió también para concretar un viejo deseo: conocer en el terreno vida y obra del zapatismo.

En La Realidad, la rutina de Alberto era sencilla: dormir en una hamaca, despertarse a las 4.30 de la mañana, ir emergiendo del sueño y de la eterna neblina del amanecer en la selva. Té de yuyos y comienzo de las actividades:

-Llegué gracias a diversos contactos, pero no conocía a ningún zapatista.

Desde el Distrito Federal hay que ir 1.200 kilómetros hasta San Cristóbal, ya en Chiapas. Y desde ahí son ocho horas de viaje en camioneta. Las últimas seis horas son duras, por camino de tierra, montaña y selva.

-Todavía existe la selva.

-Esa sí. Está bien cuidada. La Realidad es un lugar rodeado de naturaleza. Clima tropical, unos 28 ó 30 grados, pero refresca a la noche. Viven unas 800 familias. Hay mucho espacio. No viven apretados hacinados como nosotros en el conurbano. Las casas son de madera, amplias, sobre piso de tierra, con techo de chapas. La cocina en el centro. A mí me llevaron a una casa para los visitantes, que ya tenía los tirantes preparados para colgar la hamaca que conseguí prestada.

La rutina continuaba con trabajo comunitario de mantenimiento y limpieza del lugar, y conversaciones. La organización es la siguiente: en el sudeste mexicano existen 32 municipios autónomos, bajo control zapatista, que a su vez se agrupan en cinco caracoles. Cada caracol reúne a los delegados de los consejos autónomos de su área, que integran así la Junta del Buen Gobierno, que se maneja con el concepto de “mandar obedeciendo” (lo cual implica la idea de un rol ejecutivo subordinado a lo que decidan las asambleas).

-Estuve con los responsables de la Junta del Buen Gobierno. Los eligen por asamblea. Allí deben ser unas 800 familias, y en la Junta del Buen Gobierno habrá 20 o 30 personas. Es una democracia directa. Se nota mucho que eligen a los mejores compañeros y compañeras, por su dedicación y sobre todo por su honestidad.

-¿Cómo se manejan los que están en esa situación de poder?

-No cobran nada y les representa una responsabilidad. Es incompatible con pertenecer al EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional). Y es muy evidente que no toman el poder como una situación de dominio sino como un servicio.

Alberto fue conociendo las áreas productivas.

-Producen para autoconsumo y lo que se vende fuera de Chiapas vuelve como capital para salud, construcciones y todo lo que necesitan. Producen frijoles, maíz, arroz, frutas. Mucha banana y mango. Y tienen el café orgánico (de alta calidad, producido por la cooperativa indígena Mut Vitz) que varias organizaciones solidarias venden en Europa. También producen madera para autoconsumo. Tienen su propio camión, y así salen a vender, porque antes los intermediarios los robaban. Es una economía comunitaria, solidaria, donde no se entiende lo económico com enriquecimiento de un grupo o sector. No hay concentración de productos en pocas manos.

El desayuno fuerte llegaba a las ocho de la mañana:

-Un plato de porotos con arroz y algo caliente: un té de limón o agua de arroz. Todo es de mucha austeridad en el modo de vivir. No hay una sociedad de consumo como estamos acostumbrados a tener aquí.

La rutina continuaba con más trabajo comunitario, o la participación de Spagnolo en varias charlas en la escuela, con chicos y adultos, explicando las rarezas de un país llamado Argentina.

-No tienen diarios ni revistas ni miran televisión. Pero te aseguro que están muy bien informados- dice Alberto, confirmando acaso los teoremas más actuales sobre comunicación, que indican que a mayor exposición a los medios, mayor saturación de la persona, pero menor nivel de información y comprensión. En La Realidad se enteran de las cosas a través del área de prensa, y parecen saber todo lo que necesitan, incluido un sutil conocimiento no sólo de la realidad mexicana sino también la de Latinoamérica y el mundo.

Cerca del mediodía se interrumpen las tareas y los estudios, para dejar lugar al descanso y al deporte.

-Juegan al vóley y al fútbol. Yo no pude porque hace un tiempo me lesioné jugando a la pelota y no hay caso: no me curo.

Alberto asegura que lo sorprendió lo bien que juegan los mexicanos.

-¿No hablaron de Maradona, como siempre pasa con los argentinos que viajan? (consulta de carácter religioso-nacionalista).

-No. Ni me hablaron del tema.

En ese lapso de la tarde (entre las dos y las tres) es la hora también de un almuerzo que cumple el clásico rol de refuerzo.

-Tortilla, frijoles, arroz. En los días que estuve nunca hubo carne de ninguna clase. Es una cultura donde la alimentación no es como la nuestra. No hay variedad de productos o marcas. No hay un supermercado. Hay algunas tiendas de abastecimiento, pero con herramientas o cuestiones necesarias para el trabajo.

-¿Manejan dinero?

-Tienen todo lo que necesitan, y el dinero en todo caso lo usan para alguna compra fuera de su territorio. Hablamos de una economía doméstica, donde tendrán sus dineros para compras puntuales.

Luego llegaba la hora de más calor, unos 30 grados, que se aprovecha para la higiene.

-Antes de las cuatro, todos los días nos íbamos a un río que baja de la montaña para bañarnos. El lugar es muy lindo, pero el agua baja bastante fría: hay que tirarse sin pensarlo mucho.

En La Realidad no hay agua corriente -puede verse- ni gas: usan leña. La electricidad se obtiene de una turbina que los zapatistas colocaron en el río.

No hay televisión, aunque hay un televisor comunitario en la biblioteca, con videocasetera, para ver películas o videos. Escuchan Radio Insurgente.

-Ponen mucha música, información, y es de lo más familiar, con mensajes de lo que ocurre en los distintos caracoles.

La jornada empieza a cerrarse con un par de horas más de trabajo y escuela. -La escuela tiene espacio de alfabetización para niños y adultos, y sus propios maestros.

-Estamos hablando de comunidades sin profesionales urbanos.

-Es que llevan 20 años de trabajo. Puede ser que en sus orígenes hayan necesitado ese tipo de colaboración, pero ya tienen su autonomía y las propias comunidades van generando espacios educativos y quien se haga cargo de ellos. Hubo un programa del gobierno que fue una provocación, con maestros que eran más bien espías, con programas contrainsurgentes. Pero las comunidades frente a eso realizaron una resistencia consciente, saben de qué se trata. Tienen un tipo de educación de acuerdo a las necesidades de aprender a leer y a escribir, pero también tienen una temática profunda, una visión internacional, algo muy amplio y rico, o cerrado en su realidad. Estudian mucho, los muchachos.

Alberto no es un especialista en modas, pero comenta que le impresionó la elegancia de las mujeres:

-Es bellísimo como visten. Hacen sus propios tejidos y tienen un colorido fenomenal. Ves a las mujeres y parece que están siempre vestidas para una fiesta. Aún en las tareas domésticas y en la vida cotidiana. El hombre es un poco más informal, anda de pantalón largo por los bichos de la selva, y remera, pero las compañeras andan muy elegantemente vestidas siempre. La combinación de colores es muy linda, una resistencia a la occidentalización.

Tal vez brinde una pista uno de los paños bordados que Spagnolo trajo como recuerdo. Es de un hilado color hueso, de una suave aspereza, con unas hojas verde claro -y una azul- y flores de seis pétalos de un fucsia que prueba quién inventó los tonos “flúo”. Hay palabras bordadas en azul, anaranjado, verde, violeta, celeste. Y el centro del cuadro es un caracol sobre cuyo caparazón hay tres caracolitos. Todos tienen el cuerpo dibujado como un espiral de fino hilo marrón. Todos llevan pasamontañas negro.

Las palabras dicen:

S-Nan Xoch baj paman ja tez waychimel Ku’ untik

y debajo, con letras igualmente coloridas, la traducción.

Madre de los Caracoles del Mar de nuestros sueños.

El colorido nombre de La Realidad.

(En los buscadores de Internet se produce un ilustrativo lapsus: cuando se teclea “S-Nan Xoch baj paman”, la inteligencia artificial consulta al usuario si lo que en realidad intentó escribir es “bajar pacman”).

Los otros caracoles son:

  • “Muc’ul puy zutu’ik ju’un jc’optic” (Torbellino de nuestras palabras) en Morelia, de zapatistas tzeltales, tzotziles y tojolabales.
  • “Te puy tas maliyel yas pas yach’il sacál quinal” (Resistencia hacia un nuevo amanecer) en La Garrucha de zapatistas tzeltzales.
  • “Puy muitit cha’an ti lak pejtel” (El Caracol que habla para todos) en Roberto Barrios, de zapatistas choles, zoques y tzeltzales.
  • “Ta tzikel vocolil xchiuc jtoybaitic sventa slekilal sjunul balumil” (Resistencia y rebeldía por la humanidad) nombra al caracol de Oventic de zapatistas tzotziles y tzeltzales.

La hora de la cena es poco después de las 7 de la tarde. El menú no varía demasiado. Tortilla, arroz, frijoles, frutas. No beben alcohol. Cuenta Alberto.

-El alcohol y la droga están prohibidos en todo el territorio por ley zapatista, tomada por consenso. Han tenido muchos problemas y ha sido dramático. Las comunidades trabajaron mucho el tema y resolvieron que por preservación y para generar las condiciones para una calidad de vida y de relación, había que decir basta de alcohol. Parece que fue un largo proceso de debates. El alcohol y la droga generaban un mecanismo de destrozo de la familia, destrozo de las relaciones, y tomaron esa iniciativa como autodefensa. A nosotros nos puede parecer muy duro, pero creo que es lo correcto.

La ausencia de alcohol y drogas -que acaso resulte inquietante en diversos ámbitos del quehacer nacional- no redujo los decibeles de alegría y convivencia de estas comunidades que parecen capaces de sobrevivir a tales ausencias. Una de esas noches de música, además, los zapatistas compusieron una canción para los piqueteros argentinos (ver aparte).

Las Juntas de Buen Gobierno se dividen en distintas áreas, de las cuales, según Alberto, la que menos trabaja es la de seguridad.

-No ves a nadie en el rol de policía. Hay compañeros que se dedican a esa tarea porque tienen sus mecanismos de autodefensa y preservación de su integridad como comunidad. Parecería una de las áreas que menos trabaja, con la de justicia. Nunca noté un conflicto como para que alguien tenga que imponer orden, una pelea. Son lugares preservados de los daños que hemos vivido en las grandes ciudades. Son lugares seguros, salvo por la amenaza del ejército o de la contrainsurgencia. Pero ahí no encontrás inseguridad. Es gente muy bondadosa, muy sana. No se grita. Nunca vi que se le pegue a un chico o que le griten.

Las otras áreas del buen gobierno son salud, educación, producción, economía. Todas le llamaron la atención.

-En salud, por ejemplo, se nota la atención permanente, la presencia de médicos, pero además tienen la medicina alternativa, yuyos, herbolario.

-¿En Solano están haciendo algo similar?

-Estamos en eso, porque se pueden recuperar los yuyos y las hierbas como un aporte a la prevención sabiendo que hay situaciones donde la medicación es inaccesible.

-¿Hay presencia militar?

-Para nada. Es muy clara la posición con respecto a eso: no ejercen el gobierno con lo militar. Tienen sus mecanismos de seguridad pero no hay ua presencia miliciana que se note o se imponga en el gobierno. De hecho, las personas que están en la milicia no pueden estar en la Junta del Buen Gobierno.

-Si existe esa Junta, es porque hay una delegación de poder hacia ella por parte de la comunidad. ¿Eso no choca con la idea de horizontalidad que postulan en el MTD de Solano?

-Yo creo que las Juntas de Buen Gobierno son horizontales. Porque no tomamos la horizontalidad como un método de ejecución, sino como una relación entre personas.

(Breve aclaración para no iniciados: la horizotalidad está muy de moda entre numerosos caudillos verticalistas. Pero secreta o abiertamente muchos cuestionan el concepto por su posible poca eficiencia, como si toda decisión tuviese que ser discutida masivamente -lo cual generaría un asambleísmo perpetuo- negando cualquier forma de delegación. Lo que Spagnolo sugiere es que la horizontalidad está dada por el tipo de relación entre las personas, sin que exista una que domine a otras por el hecho de poseer el “poder” que le fue delegado).

Continúa Alberto:

-La Junta es elegida por democracia directa, y es la ejecutora de los mandatos de la asamblea. Ellos la horizontalidad la definen con el concepto de “mandar obedeciendo”.

-¿Pero existe tal cosa? ¿O se trata de un juego de palabras y en realidad es un ejercicio del poder, como cualquier otro?

-Creo que han elaborado y procesado mucho el tema del poder. Se nota que las personas que están con responsabilidades no lo hacen dominando, maltratando o aprovechando esa situación, sino que han llegado a un profundo conocimiento del significado de ese rol.

-¿Cómo es esa forma de poder? Acá estamos acostumbrados al poder como lugar de hegemonía y privilegio: la lucha por el poder.

-Yo creo que no les habrá resultado fácil porque es una temática inherente al ser humano. No sólo tenés que ser un occidental moderno para reproducir lo que es el abuso del poder. Pero se ve que es una de las cuestiones que más han trabajado. No digo que tengan todo resuelto. Puede ser una contradicción pero menor que la que encontrás aquí. Allí toman el poder como una cuestión de servicio, no de dominación.

-Pero todos los que ejercen el poder dicen que lo hacen para servir a los otros: reyes, presidentes, funcionarios, derechistas, izquierdistas, policías…

-Habría que ver qué piensa la comunidad. Generalmente eso lo expresa el individuo que ejerce el poder. Pero no es lo que expresa la comunidad. Entre los zapatistas hay una comunidad que siempre se expresa.

-¿En qué otra cosa se diferencian de otras formas de ejercicio del poder?

-No es en función de una carrera económica. No es un privilegio. Es un servicio que tiene que ver con una actitud de vida. Ahí no vas a ir a buscar un salario.

-Pero no todo el que ejerce el poder lo hace por una cuestión económica. Parecería haber una seducción del poder en sí mismo.

-Es cierto, no es solo económico, pero el gran deterioro es que la política también se ha convertido en un gran negocio.

-La militancia se transformó en una profesión.

-Y muy rentable. Los candidatos dicen que son exitosos empresarios, pero bien que dejan sus empresas para dedicarse a la actividad política que les deja ganancias a través de las relaciones, y del manejo de información.

-¿También ocurre en lo que se llama campo popular?

-Nadie está exento. Siempre se puede reproducir el mismo esquema de poder como dominación. Pero yo percibí que tienen muy elaborada esa cuestión, esa contradicción, y el valor de estar en un lugar de servicio. Es una moral que tienen. No sé si la palabra correcta es moral. O una mística. Digamos: una fuerza. Es algo muy presente a través del sufrimiento que han pasado. Podría hablarse de disciplina, aunque la palabra también es fea, pero no sé cómo encontrar otra.

-No dramaticemos. Hay palabras bellas como democracia o libertad que andan todas estropeadas, y otras como disciplina y moral a las que se les puede encontrar un significado ajeno a lo eclesiástico o a lo militar.

-Disciplina no tiene por qué ser imposición, yo hablo de una coherencia entre lo que asume el colectivo, y lo que se tiene que ejecutar después en la práctica. Esa coherencia es la que encontré en los zapatistas. Y trabajo: son muy trabajadores.

Alberto contó la experiencia del MTD, le preguntaron si el gobierno argentino es lo que aparece en la prensa, él contestó, y a la vez tuvo oportunidad de hacer preguntas.

-Les pregunté por el aspecto organizativo, las dificultades y expectativas.

-¿Y?

-Bueno, me resultaron un modelo de organización. Yo veo que estamos en otro tiempo, o en otro momento, pero vamos hacia ahí. Ellos tienen muchos años de desarrollo.

-¿Qué es lo que genera más asombro?

-Para mí, que existe una resolución de las contradicciones. Nosotros pasamos por situaciones contradictorias. Entre autonomía y relación con el Estado, economía y autonomía, que la educación no sea para la dominación. Uno nota que esas cosas se traban mucho y estallan contradicciones que te dejan pensando qué estamos haciendo mal, y si hay una salida. Pero con este tipo de experiencias uno puede percibir que cuando esos grandes temas están madurados y resueltos, las cosas funcionan muy bien. No es imposible.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo, el tema del poder, o ser autónomos y no depender del Estado. Por momentos parece que son contradicciones sin solución, pero no: no es imposible resolverlas. Lo más rico de este viaje, para mí, es poder decir que la autonomía no es imposible. Que el tema de tener una delegación siempre que no sea un ejercicio de dominación y de poder, tiene que ver también con un crecimiento que no ha sido fácil para ellos ni es fácil para nosotros.

-El hallazgo no es cómo resuelven ellos las cosas, sino percibir que se pueden resolver.

-Claro, me hizo muy bien ver que se puede encontrar la solución de conflictos y de las trabas que se nos presentan. Pero exige una ubicación en tu lugar y no pensar que vas a dar respuestas mecánicamente. Me hizo bien ver que la autonomía funciona, que es una cosa que va avanzando en un clima de una tranquilidad y armonía que se ve que es fruto de todo un trabajo previo.

-Por toda esta descripción, la palabra armonía parece más aplicable a los Caracoles que al conurbano bonaerense.

-Es que aquí la urgencia nos lleva a un desgaste o hasta a una angustia permanente, de ver que lo que uno proyecta está lejos y las necesidades son inmediatas. Eso genera problemas de relación, grupales. A veces no es fácil convivir en medio de tanta pobreza y necesidades inmediatas. Provoca no sólo la angustia, sino también estallidos emocionales. Es lo que nos toca vivir. Me parece que en eso tenemos que reforzarnos. Pensar también en el mediano y largo plazo. No podemos ser tan pretenciosos de querer resolver todo ya. Pero vengo reconciliado con nuestra naturaleza humana. A veces uno, por las cosas que vive, puede pensar que el hombre no es capaz de bondad. Que eso desapareció de la tierra. Pero cuando te encontrás con este tipo de experiencias que no son un discurso sino una coherencia entre la palabra y la vida que se asume, cuando encontrás la enorme transformación que le dieron a su propia vida, te reconcilia con el género humano.

-Me imagino que alguien desde una posición ortodoxa dirá: pero esta gente no toma el poder, y entonces no se cambia la realidad. El poder se mata de risa.

-No se mata de risa. Hay 32 municipios surgidos en pleno momento de oscuridad donde se anunciaba el fin de las utopías y el fin de la historia. Creo que el zapatismo demostró la posibilidad de decir: no nos van a matar, no nos vamos a morir, no vamos a renunciar al cuidado de la naturaleza. Es un movimiento de resistencia que está presente, vivo. Si eso no es transformar, ¿qué es transformar?

-¿En qué se diferencia esta actitud de la de la izquierda tradicional?

-Entre otras cosas, en que no hay ningún tipo de espera sobre si se va a tomar el poder, ganar elecciones o cualquier otra cosa. Destraba eso y pone la energía en el lugar donde hay que hacer las cosas. Por ahí el mundo estaría mucho mejor si en vez de pensar en tomar el poder, se comenzaran a plasmar prácticas concretas. Si Brasil, con un enorme movimiento de izquierda como el PT no pudo actuar como lo pensó, ¿dónde está en América Latina la organización que pueda hacerlo? No podemos quedarnos en la pasividad de esperar un mesías, un caudillo o un partido que tome cartas en el asunto. Mientras tanto, esta experiencia está demostrado que hoy se pueden hacer las cosas, que nada es imposible.

-¿No es más sencilla la situación de relativo aislamiento de los zapatistas, donde hasta la amenaza militar ayuda a cohesionarlos, con respecto a lo que ocurre con los movimientos en el conurbano?

-Ojo, que la situaciónde ellos incluye grupos paramilitares, indígenas que no están del mismo lado y mucha gente que trabaja en función de la violencia. Sin duda que es difícil tambiénel conurbano. Lo urbano es un extra de dificultades. Es duro por las interferencias, los intereses de poder que se entrecruzan, las angustias, las urgencias.

-¿La autonomía no puede confundirse con la idea de construir la comunidad fuera de esa realidad?

-Yo creo que a la realidad hay que transformarla, hay que asumirla. No fugarse. Vemos que tenemos condicionamientos, pero no nos sentimos determinados. Porque si uno tuviera una idea determinista diría: “acá es imposible”. Es lo que os decía la izquierda clásica en el 96, cuando empezamos: “Están trabajando sobre lugares descompuestos. De acá (de los desocupados) no va a salir nada porque es el sector más atrasado y destrozado. Nosotros tozudamente decíamos que no, pensábamos que había un despliegue de potencia que podía darse en nuestros lugares. De hecho se ha demostrado. Eso demuestra que no estamos determinados. Y habla de la posibilidad de transformar.

-Paradoja: los zapatistas compusieron y grabaron una canción dedicada a los piqueteros, y la transmiten a través de su relación con el MTD de Solano, que justamente no está haciendo piquetes.

-Es que ahí están nuestros orígenes e iniciativas, aunque hay en gestación algo más dinámico, y eso es lo rico. Hay un tema de identidad que todavía no está definido ni cerrado. Y creo que sería muy pobre si fuese una identidad solamente piquetera. De todos modos hacemos movilizaciones, como contra la criminalización de la protesta, aunque van algunos compañeros, no todos.

,b>-No se deposita la energía en reclamar planes sociales.

-Claro, ya no es una cuestión de grupos masivos pidiendo planes, sino prepararnos para una cosa que exigirá desafíos y que no creo que pueda hacerse sin lucha. Pero a lo mejor con ejes más abarcativos que el reclamo por un plan que sigue siendo una migaja. Tenemos que encontrar la manera de salirnos de esa lógica. Porque por ahí eso a los movimientos, no digo que los achanche, pero los hizo volar bajito. Nos hizo volar bajito.

-Lo que está en debate entonces es el método de lucha.

-Es un discernimiento. Estamos decidiendo qué es lo que queremos hacer, y a qué ponerle nuestras fuerzas. Si queremos autonomía, salud, educación, le vamos a poner la fuerza a eso. No es algo cerrado. Si hay que salir a luchar vamos a hacerlo como siempre lo hicimos. Pero no podemos estar siempre envejeciendo en la ruta. Hay que prepararse para dar saltos. Porque si no, se nos va la vida.

-¿Y no hubo algún encuentro con Marcos?

-No andaba por ahí. Yo creo que Marcos es la comunidad. El zapatismo es la comunidad, su actividad, su vida. No me preocupaba especialmente conocerlo.

-Final: ¿cómo fue el encuentro con John Holloway (el autor de Cambiar el mundo sin tomar el poder) en Puebla?

-Hay un equipo de unas 15 o 20 personas que se reúne a conversar quincenalmente y me invitó. Estuvo también Raúl Zibechi. Se armó una discusión porque hubo algunas preguntas, cuestionamientos. Un tema fuerte lo planteó una señora, una compañera, analizando si los movimientos no somos funcionales al modelo neoliberal. Un parche.

-Si la idea de cambiar el mundo sin tomar el poder no es un maquillaje.

-Claro. Planteaban: ustedes son movimientos espontáneos, basados en necesidades, pero quedan en eso. Movimientos sociales: algo menor, diluido, sin estrategia y sin programa. Algo reactivo que así como surge desaparece.

-Interesante debate. ¿Hubo respuesta?

-Sí. La verdad es que quise intervenir y estuve un poco calentón, bah, apasionado. Dije que hay una actitud despectiva y una subestimación de los académicos y bien pensantes que ven que siempre a los movimientos hay que tutelarlos. Que tiene que haber un partido, un organismo estratégico para tutelar al movimiento social que está en una especie de infancia: no ve, no sabe, ni puede caminar solo. Y que la legitimidad de los movimientos viene por su posibilidad de establecer programas, siempre relacionados con la toma del poder. Pero se los subvalora si no hay partido o grupo de vanguardia que establezca hacia dónde hay que ir.

-¿Y la señora qué dijo?

-Nada, yo seguí diciendo que la misma realidad latinoamericana está demostrando que las estructuras y partidos que acceden a los gobiernos se encuentran en una terrible impotencia. Y que las resistencias y verdaderas transformaciones se van dando en estos movimientos, en cuanto a su posibilidad de hacer, pensar y crear.

-¿Y la funcionalidad al neoliberalismo?

-Desde la observación tradicional de una izquierda ortodoxa, sos funcional.

-Y desde los movimientos, ¿esa izquierda ortodoxa es funcional al neoliberalismo?

-En su razonamiento creo que terminan coincidiendo. Primero, endespreciar las posibilidades que están latentes en los movimientos, que son los que más luchas han encarado, poniendo el cuerpo, con trabajo y capacidad de ruptura. Cuando la izquierda ortodoxa dice que los movimientos son reformistas, subestiman un núcleo de lucha y buscan aislarlo, aunque no lo logren. Ahí son funcionales al Estado represivo.

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Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases

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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia

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420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases
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