Nota
Fallo contra el trabajo: quitan la personería gremial de Metrodelegados
La Cámara Nacional de Apelaciones dio lugar a un recurso presentado por la UTA y quitó la personería gremial al sindicato de trabajadores y trabajadoras del subte y premetro, que ahora apelará ante la Corte Suprema. Entre pedidos de huelga general, los representantes sindicales ubicaron el fallo en el actual contexto de apriete del Gobierno en las discusiones paritarias y por los derechos laborales. Dice el delegado Roberto Pianelli: “Es un fallo para enfrentar a los que no nos resignamos”.
En la sede de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP, mejor conocidos como Metrodelegados) no cabe una cámara más. El sindicato convocó para este lunes una conferencia de prensa luego que el viernes la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones le quitara la personería gremial tras un recurso presentado por la Unión Tranviario Automotor (UTA). El conflicto data de 2003 y su punto de partida es la escisión de una masa trabajadora de la UTA que quería expulsar a todo el cuerpo de delegados. En vez de echarlos, conformaron entonces un propio gremio, Metrodelegados y, con el paso de los años y las luchas lograron conquistar uno de los mejores salarios del movimiento obrero y la afiliación de más de 2 mil trabajadoras y trabajadores. La personería había sido aprobada en las últimas semanas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner mediante la resolución 1061/2015 pero un reciente fallo la pone en disputa. Según publicó la agencia oficial Télam, el fallo revoca la personaría a raíz de “irregularidades formales” detectadas en su gestión y explica que, una vez “subsanadas”, el Ministerio de Trabajo (hoy a cargo de Jorge Triaca) se podrá expedir.
“No es casual este fallo”, dijo el secretario general de Metrodelegados, Roberto Pianelli. “Este fallo ocurre en los meses donde trataron de tirar abajo la paritaria bancaria, en los meses donde los docentes están peleando para defender un aumento digno y en un momento donde hay miles de despidos en todo el país. Este fallo llega en el momento en el que los trabajadores argentinos se están plantando como lo hicieron en los tres días de movilizaciones extraordinarias, el 6, el 7 y el 8, donde fueron y dijeron: ´Señores, hay que ir a la huelga general porque esto no se banca más´. Por eso este es un fallo fundamentalmente político para enfrentar a los que no nos resignamos”.
Por su parte, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, expresó su apoyo al gremio: “Es un fallo de época: sabemos que hay premios y castigos en el movimiento sindical, que hay un gobierno que quiere castigar a los que están de pie, propugnando la lucha y la resistencia, a los que dicen que hay que ponerse de pie contra el ajuste y a los que pedimos paro general”.
El gremio saltó bajo un canto: “Paro general”.
El camino a la Corte
El secretario legal del sindicato, César Palacio, explicó que el fallo de la Cámara cayó luego de que se estuviera discutiendo tanto en sede administrativa como judicial cuál de los dos gremios (Metrodelegados y UTA) era el más representativo dentro de la actividad. “Había que cotejar los padrones de uno y otro. Era un simple conteo para definir. Ese dato, central en el expediente, fue omitido por los jueces y así revocaron la resolución 1601 por el que se otorgó la personería”.
Guillermo Gianibelli otro de los abogados, completa esa información: “Lo que nos está diciendo esta sentencia es que en Argentina no va a haber posibilidad de discutir la personería gremial. ¿Por qué? Porque en uno de sus considerandos señala que basta que la entidad sindical preexistente, en este caso la UTA, no comparezca a la audiencia que ha sido fijada a los efectos de cotejar su representitivad para que el expediente no pueda seguir tramitando. Por lo tanto, si el único procedimiento es la ley 23.551 (de Asociaciones Sindicales) y establece que para que haya modificaciones en el mapa de personerías debe medirse la afiliación, con el sólo argumento de no presentarse bastaría entonces para que ningún trámite de disputa de personería salga adelante”.
Qué hay detrás: la legislación establece que sólo un sindicato por sector, el mayoritario, negocie paritarias.
Según anunció hoy en conferencia, Metrodelegados apelará la sentencia mediante un recurso extraordinario ante la Corte Suprema. “Cumplimos con todos los pasos administrativos -que duraron tres años- y el sindicato obtuvo el reconocimiento en una resolución que demostraba que era el gremio con mayor afiliación de trabajadores en el subte”, dijo Gianibelli, que subrayó un detalle importante: todos los derechos del sindicato en cuanto la representación colectiva de los trabajadores (negociación de paritarias, tutela sindical, derecho a paro) permanecen intactos. “Esto es por la propia jurisprudencia de la Corte Suprema, que ha señalado a partir del caso ATE en 2008 que estos derechos no son exclusivos del sindicato con personería gremial. El gremio continuará ejerciendo estos derechos”.
Cómo se construye la legitimidad
Pianelli puntualizó en entender la sentencia como un fallo político ubicado en una coyuntura particular. “Era una noticia que no esperábamos pero sí preveíamos: en esta coyuntura podía pasar. Ante todo, queremos dejar algo en claro: nosotros no somos los legítimos representantes de los trabajadores del subte desde hace un año, sino que lo somos desde hace más de 10 años, porque antes de armar este sindicato éramos los delegados que el gremio echó. Fundamentalmente porque no nos vendíamos, porque no aceptábamos firmar convenios a la baja, porque no aceptábamos que nos flexibilicen, porque queríamos recuperar las conquistas arrebatadas durante los ´90. Por eso no es como muchos dicen que nos dieron la representación a las corridas: la representación la tenemos hace más de 10 años, fuera y dentro del subte, y de eso no duda nadie”.
El secretario general habló de la historia del gremio. “En 2009, cuando nos iban a echar de la UTA, decidimos hacer esta organización porque no íbamos a dejar sin representación sindical a los trabajadores del subte. Hicimos lo que teníamos que hacer: armamos otro sindicato; no por voluntad, sino porque no nos dejaron otra alternativa. Y en 2013 hicimos un plebiscito donde más del 90 por ciento de los compañeros tomó esta decisión a pesar de la patota de la UTA, que pegó a dirigentes sindicales y usuarios. No era fácil, pero lo hicimos”.
Néstor Segovia, secretario adjunto: “Nosotros lo peleamos con nuestros hijos. Dimos nuestras vidas. Es mentira que nos regalaron algo: nos lo dieron porque teníamos razón. La peleamos. Y quiero decirle algo al Gobierno nacional: muertos nos van a sacar del sindicato porque lo vamos a pelear como el primer día. El gobierno nos quiere meter en una caja”.
Salir de la caja
El conflicto ubicó en una misma órbita burocracia sindical, empresas y Gobierno. Pianelli dice a lavaca: “Desgraciadamente el movimiento sindical argentino ha generado estas construcciones aberrantes. El transporte de colectivos vive del subsidio del Estado y ahí se entiende la dependencia que tiene la UTA con las patronales y con el Estado. En muy pocas partes del mundo el transporte es privado ya que da pérdida. Acá lo es y encima el Estado subsidia brutalmente para garantizar las ganancias de esas empresas. Lo que hace la UTA, como gremio pro patronal, es defender los intereses de los patrones. Su convivencia con el Estado es esa: si aumenta la tarifa el patrón tiene más plata y, de esa manera, coimea mejor porque los salarios de los colectiveros son la mitad de lo que cobramos nosotros. Es una aberración, además de las condiciones en las que trabajan”.
Agrega Segovia, sobre el triunvirato burocracia, empresas y Gobierno: “Históricamente fue así y los gremios vienen como puente de contención a la lucha. En este caso fue muy evidente. Roberto Fernández (titular de la UTA) estaba hace 10 días en contra de la marcha, pidiendo que no haya paro general”. La interpretación de Segovia: “Favor se devuelve con favor. Es una política de gobierno: tenemos un poder adquisitivo que venimos peleando hace mucho. Eso molesta”.
Si bien los Metrodelegados no anunciaron medidas de fuerza y puntualizaron en el 30 por ciento de aumento que pedirán en la discusión paritaria, no descartaron un paro si la negociación se traba. Así lo dejó en claro el canto que contagió en segundos a todo el sindicato: “Che Mauricio, che Mauricio/no te lo decimos más/con papeles o sin papeles/te paramos la Ciudad”.
Pianelli: “No vamos a cambiar lo que hicimos hasta ahora: vamos a ir a la paritaria a defender los intereses económicos de nuestros compañeros y, también, vamos a ir a la huelga general en conjunto con todos los sindicatos, porque eso es lo que piden los compañeros”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
Nota
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Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




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