Nota
El otro homenaje a Angelelli
En medio de un desmadre organizativo por parte de la provincia de La Rioja, y los reclamos de las asambleas vecinales que se oponen a la minería a cielo abierto, el gobierno nacional terminó realizando su homenaje a 34 años del asesinato del obispo Enrique Angelelli no junto a la escultura en la calle, sino en el polideportivo Carlos Menem. Allí estuvo la Presidenta con el gobernador Beder Herrera, a pocas semanas de haberse reunido ambos con directivos de la minera Barrick Gold y de haber firmado contratos con mineras chinas. En la calle, las mujeres y hombres de las Asambleas Riojanas por la Vida hicieron su propio homenaje al obispo y la escultura quedó inaugurada de hecho, junto al autor. Esta es la crónica de los sucesos realizada por la Asamblea de Chilecito bajo el título El Mejor Homenaje, el del pueblo.
El mejor homenaje«No fue un 4 de agosto más para los riojanos, se cumplían 34 años del asesinato del obispo que supo poner un oído en el pueblo y acompañar activamente sus luchas.
Los funcionarios anunciaban exultantes que este año el gobierno nacional había elegido nuestra provincia para reivindicar la defensa de los derechos humanos.
Hacía pocos días que el gobernador Beder Herrera había regresado desde China donde firmó junto a CFK convenios para la explotación minera en nuestros cerros.
Llegamos a La Rioja, desde Chilecito, la noche anterior. Pasamos por la plazoleta donde se realizaría el acto, a medida que avanzábamos se veían todas las paredes cercanas al lugar pintadas con frases de Angelelli, aquellas que no quedaron en simples discursos, sino que supo traducir en hechos.
Nos reunimos con compañeros de las asambleas de toda la provincia. Entre mate y mate, armamos nuestras pancartas. Dudamos en poner las frases elegidas, de homilías de Angelelli, porque eran las mismas que se leían en las paredes pintadas por el gobierno, en un verdadero intento de apropiarse de discursos que se contradicen con sus acciones. Finalmente decidimos colocarlas sabiendo que en manos de quienes luchamos contra la injusticia y la opresión tienen otro significado.
La mañana amaneció fría. Desde muy temprano los medios anunciaban que Cristina Fernández y Néstor Kirchner ya se encontraban en la provincia junto a integrantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y representantes de organismos de Derechos Humanos de nación para homenajear al Obispo Enrique Angelelli.
Dos actos se programaron para ese día, uno en la plazoleta donde se encuentra el algarrobo histórico donde Angelelli celebró la Misa de Gallo, en diciembre de 1971( allí se inauguraría una escultura) y el otro en el polideportivo Carlos Menem para entregar computadoras a alumnos de distintas escuelas de la provincia. La comitiva oficial tenía previsto asistir a ambos.
Varias organizaciones se acercaron a la plazoleta , se observaban carteles de ex presos políticos, movimientos de desocupados, las asambleas. Los cadetes de la escuela de policía formaron un vallado humano. El locutor anunciaba el «cálido» recibimiento que La Rioja le hacía a la presidente. Había más carteles de protesta que de apoyo.
Minutos antes de que arribaran las autoridades, una combi blanca, se estacionó detrás nuestro. Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini, Luis Duhalde, Horacio Verbitsky, Víctor Laplace, entre otros bajaron del vehículo y pasaron a nuestro lado. Nos acercamos a cada uno de ellos e intentamos explicarle sobre nuestra lucha. Ninguno se detuvo, ninguno preguntó el por qué de un vallado policial si sólo portábamos carteles de defensa del agua y la vida.
Advertimos desde temprano una gran desorganización. Supimos que CFK había llegado porque observamos las corridas de los periodistas hacia otro sector de donde nosotros estábamos, ni siquiera pudimos a verla. Mientras la prensa intentaba dialogar con ella, Néstor Kirchner, con una gran sonrisa comenzó a avanzar hacia donde nos encontrábamos, sin duda no alcanzó a leer nuestras pancartas y cuando lo hizo ya era demasiado tarde. La sonrisa se le despintó al escuchar nuestras voces reclamándole la política de entrega, saqueo y contaminación de nuestros bienes comunes. Rápidamente la custodia lo retiró Sólo atinó a decir «hay algunos que opinan distinto» cuando un periodista le consultó sobre lo sucedido.
No corrió mejor suerte Cristina, apenas descendió del vehículo oficial, fue rodeada por los medios de prensa que entre empujones intentaban realizarle una nota. Esto provocó un sorpresivo cambio de planes. Repentinamente todos los funcionarios comenzaron a retirarse ante la mirada desconcertada de varios. Nadie se hizo cargo del acto, ni se anunció su suspensión. Sólo se escuchó a algunos decir que la presidente se iba al polideportivo a entregar las computadoras.
Como el vallado policial fue retirado, comenzamos todas las organizaciones presentes a acercarnos junto a la escultura que debía inaugurar el actual obispo de La Rioja, Roberto Rodríguez, junto al Secretario de Derechos Humanos de la provincia, Domingo Bordón, intentaron realizar el homenaje. No pudieron hacerlo. No podíamos permitir que el Obispo Rodríguez hablara del «accidente» de Angelelli y quedarnos callados.
Cerca del mediodía finalmente el Pelado tuvo su mejor homenaje. (Quizás primero él mismo se encargó de «sacudirse» de todos los hipócritas que intentaron en este día usar su nombre para justificar vergonzosas políticas de entrega o ser cómplices de ellas)
Acercamos la placa que había sido dejada a un costado, en ella figuran los nombres de todos los desaparecidos riojanos durante la última dictadura, uno a uno fueron nombrados al grito de «¡presente!» Algunos compañeros hablaron sobre la pastoral de Angelelli y la importancia de continuar luchando, como él decía, «andando nomás».
El escultor cordobés, autor de la obra, compartió con nosotros este momento. Aquí estaba el pueblo, el verdadero pueblo que Angelelli quería, aquel que no oprime y lucha contra la opresión.
En el otro acto CFK afirmaba que si Angelelli viviera apoyaría el proyecto político que el gobierno viene implementando. Se equivoca, sus manos estarían levantando nuestras pancartas, el Pelado formaría parte de las asambleas.
Este 4 de agosto el pueblo riojano lo recordó como él se lo merece, de pie, con dignidad, luchando».
Asamblea Ciudadanos por la Vida Chilecito
La Rioja
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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