¿Qué pasa con el dengue, en medio de la pandemia del coronavirus? Mientras los esfuerzos mediáticos y oficiales se centran en el virus importado, en Argentina sigue creciendo la cantidad de casos y la región viene de batir récords. La epidemia ya está instalada además en la ciudad de Buenos Aires. Los datos actuales, las alertas y por qué la lógica frente al dengue requiere del compromiso ciudadano, acaso como un nuevo-viejo paradigma de salud que se vuelve a instalar con la expansión del coronavirus.

En medio de la pandemia de coronavirus, en el círculo de amistades y familiares de integrantes de la Cooperativa lavaca conocemos al menos tres infectados con dengue. No es para relativizar lo primero, sino que hay algo peor que una epidemia: dos epidemias. La de dengue mató a 5 personas contra las tres víctimas de coronavirus contabilizadas hasta este miércoles.

El alerta nos obligó a hurgar en la situación actual del dengue, tal cual lo hacemos todos los pos-veranos: https://www.lavaca.org/mu97/en-off-side/

Algunos datos de la situación actual:

– El lunes falleció la quinta persona por dengue en el país, un adolescente de 14 años en Misiones.

-En febrero pasado el ministro de Salud, Ginés González García, había confirmado el primer caso de muerte por dengue desde 2016, un hombre de 73 años.

-Hay 15 provincias con casos de dengue.

– En once de ellas se registró circulación viral autóctona.

– Jujuy, Misiones y Corrientes declararon la emergencia debido a la cantidad de casos confirmados.

– En la Ciudad de Buenos Aires hay al menos 666 casos confirmados, 187 de los cuales presentaron antecedente de viajes. Muchos de ellos provienen del Paraguay, lo cual explica también el riesgo mayor que sufren las provincias aledañas a ese país. Además, llegan los comentarios vecinales (por encima de las cifras oficiales) que reflejan que diversos barrios se han convertido en zonas inesperada y altamente infectadas. Lo inesperado es porque no se trata de zonas vulnerables sino de clase media, con creciente cantidad de casos de dengue.

– En la Provincia de Buenos Aires hay 17 municipios declarados áreas de brote.

Antecedentes

El 2019 tuvo cifras récord de enfermos por dengue en la región: según la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, la región de las Américas reportó más de tres millones de casos de dengue ese año, el mayor número registrado hasta el momento. De esos casos más de veintisiete mil fueron graves. Hubo 1.523 fallecimientos.

En Argentina se registraron como zonas de circulación autóctona once provincias. Desde agosto de 2019 hasta el 17 de febrero de este año fueron notificados 4089 casos sospechosos y 748 resultaron confirmados y probables.

Esto muestra que el dengue actúa todo el año, y que en verano brota pero en invierno se incuba. Eso es lo que se denuncia en la Ciudad de Buenos Aires, donde no hubo un trabajo de prevención y generación de conciencia en la ciudadanía.

La situación de la Ciudad

En la Ciudad de Buenos Aires se registraron hasta el 7 de marzo 666 casos confirmados de dengue. Y 1.083 casos sospechosos en lo que va del año. Los barrios con más focos registrados son: Barracas, Coghlan, Flores, Floresta, Liniers, Monte Castro, Retiro, Vélez Sarsfield, Villa Del Parque, Villa Lugano, Villa Soldati, Villa Urquiza. Hay casos en toda la ciudad, aunque las comunas 4, 7 y 8 tienen la mayor cantidad.

El pico en Buenos Aires había ocurrido en 2016: 1.483 casos. Los años siguientes habían disminuido: en 2016 dos casos, en 2018 veintinueve casos, y en 2019 dieciocho casos.

Según demuestra este gráfico, la curva que está teniendo la enfermedad hasta la semana 10 es la misma que en 2016, aunque con un poco menos de casos.

Según el Boletín Epidemiológico que se emite cada semana, hay dos agravantes de la situación respecto a años anteriores: hay mayor circulación de cepas diferentes (son 4 los tipos de virus y hay circulación de 3 de ellos) y hay mayor cantidad de casos autóctonos, es decir sin antecedentes de viaje.

Lavaca intentó hablar con profesionales de distintos Centros de Atención Comunitaria que, a diferencia de otros años, eligieron el silencio. Se escudan en un decreto que emitió el gobierno de la Ciudad que obliga a pedir información solo vía la secretaría de Prensa. Legisladoras y legisladores porteños se reunieron con el subsecretario de Planificación Sanitaria y Gestión en Red de la Ciudad, Daniel Carlos Ferrante, para pedirle los datos oficiales que escasean sobre el tema.

Javier Andrade es uno de los legisladores que estuvo junto a Ferrante. Cuenta que el gobierno “se comprometió a pasarnos la información” pero que las respuestas concretas “fueron muy evasivas”.

Lo poco que se sabe hasta ahora:

-“Las principales concentraciones están en la comuna 7 y 4 y lo principal está en la villa 21-24 y en la villa 1-11-14. Sectores que son los que en momentos en que empieza la prevención en términos personales, no pueden comprar repelente, ya que tienen otras urgencias”.

-Una de las preguntas fue por el presupuesto destinado a la prevención. “En el 2016 en función de la epidemia que tuvimos se generó un plan estratégico para ver cómo se intervenía la situación a posterior. En ninguno de los presupuestos de 2017, 2028, 2019 e inclusive del años 2020 se vio destinado una partida presupuestaria específicamente para esto”.

En el día de ayer se presentó un proyecto de ley en la Legislatura para declarar por el término de un año la Emergencia Sanitaria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como consecuencia de la epidemia de dengue. Andrade explica el proyecto: “Estamos ante una situación de alarma. En la última semana completa que se analiza en este informe (SE 10), se notificaron 228 casos confirmados, mientras que en la semana anterior habían sido 146”-

Y agrega: “Algo que preocupa ante esta situación de brote es que esto llega en el momento en que todo el sistema de salud está ocupándose del coronavirus, y concentra a todo su recurso humano y esfuerzo sanitario en ello, mientras el dengue avanza. Asimismo, observamos que no se está entregando repelente, ya hay muchos trabajadores y trabajadoras de la salud infectados/as, y tampoco se entregó en forma preventiva repelente a personas que ya hayan sido infectadas en anteriores oportunidades y que son quienes están en riego de presentar las formas más graves de la enfermedad, sobre todo teniendo en cuenta que hay más tipos de virus en circulación que en 2016”.

Descacharrear más que “combatir”

La epidemióloga Silvana Figar, el investigador Nicolás Schweigmann, el sanitarista Mario Rovere y otros médicos y biólogos consultados por lavaca.org coinciden en que la solución de fondo para evitar la cría del mosquito es la acción de la gente.

Para ello no parecen alcanzar los folletos normativos e imperativos que indican el verbo “hacé”, ni tampoco el discurso bélico de “combatir” la epidemia: “Vos no te lavás las manos o cepillás los dientes para combatir las bacterias”, compara Schewigmann, parte del Grupo de Estudio de Mosquitos. “Lo que hacés es un acto de higiene básico”. Descacharrear significa eso: sacar cacharros que juntan y estancan agua, poner el ojo en la higiene, entender cómo cuidarnos.

Junto a un grupo de seis investigadores de distintas disciplinas Nicolás Schweigmann edita el blog Dengue In Foar en el que abordan las distintas complejidades del Aedes Aegipty, desde la perspectiva de que las enfermedades que transmite no existen en ambientes naturales: son producto de la contaminación urbana. Es decir: producto de cómo vivimos. “El ambiente donde vivimos no necesita que se combata, lo que necesita es que lo comprendamos mejor”, cierra Nicolás.

Cuando lxs pacientes saben más

Silvana Figar, como parte del Equipo de Epidemiología del Hospital Italiano llama a hacerse cargo del problema pero no en un sentido idealista ni mucho menos señalador: usa la figura del “multiplicador” como aquél capaz de replicar y explicar la necesidad de actuar casera y domésticamente para eliminar los focos de cría del mosquito.

El médico sanitarista Mario Rovere, epidemiólogo ex viceministro de salud de la Nación, da sustento a esta teoría práctica: “La salud pública tuvo un debate muy importante en la década de los 80: unos decían ‘salud para todos’ y otros ‘salud con todos’. Ese ‘para’ en cierta manera lo que decía era: dejen que el Estado se ocupe. La salud pública, si uno lo piensa en términos foucaultianos, tiene una lógica panoptista: ha sido, desde la mitad de siglo 19, parte consustancial de la organización del Estado moderno. Pero esa salud pública necesita cambiar porque también se han transformado las enfermedades contra las que se lucha. En muchos casos tenemos problemas: no es que la sociedad puede suplir al Estado, aunque en algunas dimensiones lo hace definitivamente mejor”.

Sostiene Rovere: “Hoy hay grupos de autoayuda vinculados a enfermedades específicas en los que el paciente sabe más que el profesional que lo trata. Ese juego de si se trata de una convocatoria a la sociedad o de la vieja policía sanitaria se da en el contexto de una transición donde empezamos a ver que los problemas de salud pública son tan complejos que hay que pensar en alianzas fuertes entre la sociedad y el Estado. Responsabilizar a la población no es la idea, sino convocar, explicar. Y explicar a un nivel que resulte comprensible y atractivo”.

Qué se puede hacer

– Poner arena húmeda en el agua de floreros y jarrones con plantas o flores.

– Renovar el agua de bebederos de perros y gatos.

– Tapar tu tanque de agua.

– Poner boca abajo baldes y recipientes que no uses.

– Mantener el pasto cortado y el jardín desmalezado.

– Tirar agua hirviendo en rejillas y desagües.

– Limpiar las hojas de canaletas y desagües.