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Emergencia en la 31: un grito dirigido a las autoridades con pedidos concretos y urgentes

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Hoy al mediodía el Comité de Crisis de la Villa 31 – conformado por diversas organizaciones sociales- brindó una conferencia de prensa para puntualizar una serie de reclamos que empiecen a dar respuesta a un barrio olvidado hace años, ahora azotado por la pandemia. Vecinxs narraron cómo habían advertido al gobierno porteño de las condiciones que podían agravar los contagios -la falta de agua, de comida, el hacinamiento, etcétera- antes de que existiesen 900 positivos y al menos 4 muertos. “Si sigue la tendencia actual de contagios, en dos semana estamos todos infectados”, resumió uno de los referentes sobre las 60 mil personas que habitan en Retiro. A un día de la muerte de Ramona y a dos del Oso, el barrio eligió no señalar responsables sino reclamar medidas urgentes: espacios cuidados para los infectados, asistencia alimentaria, de higiene y psicológica, asistencia a comedores, unidades móviles las 24 horas para traslados, y una vida digna.

Por Claudia Acuña.

Conteniendo la bronca, superando el miedo y con la firmeza de estar expresando un consenso el Comité de Crisis de la Villa 31 ofreció este mediodía una conferencia de prensa que consistió primero en la lectura colectiva del texto elaborado por todas las organizaciones sociales que lo integran –comedores comunitarios, merenderos, asociaciones civiles y políticas, referentes y las iglesias- que resumió un pedido concreto: declarar la emergencia sanitaria, habitacional y alimentaria de la villa y conformar una mesa de trabajo entre el gobierno nacional, el porteño y el barrio para dar respuestas concretas al azote de la pandemia, que no es producto de un virus, sino consecuencia de largos años de olvido, desigualdad y sordera estatal. El hacinamiento, la mal llamada “urbanización” y la falta de provisiones mínimas e imprescindibles son los principales responsables de que hoy esa villa tenga que estar de luto por cuatro muertes y aterrorizada por alcanzar ya casi 900 infectados, sintetizaron.

Emergencia en la 31: un grito dirigido a las autoridades con pedidos concretos y urgentes
Foto: Nacho Yuchark

“Son quienes ponen el pecho a estas balas”, resumió el cura Guillermo Torres para definir quienes fueron la voz de estos reclamos. Las primeras en hablar fueron las promotoras sanitarias, sobre quienes recaen las tareas de detección de posibles infectados y quienes mayores riesgos corrieron este mediodía por hablar en voz alta, ya que sus puestos de trabajo –disfrazados de becas- son como todo en esa villa, precarios y dependientes del disciplinador del Estado porteño. Mostraron así, públicamente, que sólo hay 16 mujeres -que cobran 14 mil pesos mensuales- para responder a esta pandemia en un barrio poblado por 60 mil personas. Hablaron también las responsables de comedores y merenderos comunitarios, que narraron la falta de provisiones en un barrio azotado por el hambre. Y hablaron los referentes de las diferentes zonas en las que se divide esa villa, contando cómo advirtieron a las autoridades las necesidades cuando todavía esta pesadilla que viven hoy era posible de prevenirse y evitarse. “Si sigue el ritmo que tiene hoy la tendencia actual de contagios, en dos semana estamos todos infectados”, resumió Julián, fundador de El Campito, el mítico club de rugby de la villa. Fue él quien al turno de las preguntas de los medios presentes –muchos y variados- cuándo le preguntaron quién era el responsable de la falta de suministro que tuvo esa villa respondió: “Nosotros no estamos acá para señalar responsables, sino para exigir respuestas. Todos sabemos quiénes son los que nos llevaron a esta situación, pero ahora es momento de producir una salida ya, porque la situación es crítica y urgente”.

Emergencia en la 31: un grito dirigido a las autoridades con pedidos concretos y urgentes
Foto: Nacho Yuchark

Los puntos concretos de esta exigencia son los siguientes:

· Espacios acondicionados u hoteles para el aislamiento a personas en contacto estrecho que no puedan realizar el aislamiento en sus viviendas.

· Unidades móviles las 24 horas para el traslado de vecinos que necesiten ser atendidos de urgencia o fuera del horario de atención del Operativo Detectar.

· Asistencia alimentaria, de elementos de higiene personal y atención psicológica para las personas internadas o aisladas en hoteles afectadas por el virus y a las personas en contacto estrecho.

· Asistencia urgente a todos los comedores y merenderos con elementos de limpieza, higiene, bioseguridad y raciones de comida.

· Que se dé respuesta a la situación habitacional, y prohibición de los desalojos.

· Acondicionamiento de los pisos superiores de la escuela Walsh (donde funciona el operativo Detectar) para realizar la espera de los resultados del test.

Emergencia en la 31: un grito dirigido a las autoridades con pedidos concretos y urgentes
Pese a la cantidad de micrófonos, el blindaje mediático fue fuerte y los reclamos no se amplificaron en muchos medios. Foto: Nacho Yuchark

“Queremos que se presenten las autoridades del gobierno nacional y de la ciudad y se tomen las medidas necesarias y no a venir a decir mentiras como que están asistiendo, porque si lo están haciendo está claro que es insuficiente. Entonces, háganse cargo los que se tienen que hacer cargo: la secretaría de Salud, la de Integración, y el gobierno de la ciudad, a cargo de Larreta”, finalizó, con voz firme y acongojada una vecina de Ramona, una de las cuatro muertes que esta semana sembró en esa villa el letal virus de la desigualdad social.

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Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

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En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

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En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

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Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

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Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

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Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

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“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


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