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República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

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El trigo HB4, transgénico, fue aprobado por el actual gobierno generando una nueva amenaza social, ambiental y alimentaria sobre la población. El país es el primero del mundo que aprueba este evento, cosa celebrada por el periodismo transgénico. La ausencia de la supuesta grieta, con todos los políticos (opositores y oficialistas, de antes y de ahora) favoreciendo el modelo de agricultura tóxica. La desmentida de la idea de que la vida y la salud están por encima de la economía. Horizonte de más fumigaciones, más venenos, más enfermedades y la idea de un alimento masivo, el pan, hecho a partir de un trigo modificado genéticamente cuyos efectos para quienes los consuman son desconocidos. Lo que ni Macri se atrevió a hacer. El negocio, la dependencia de lo que decida Brasil, la operatoria del trigo, y los sectores que se oponen por razones de mercado. Las miradas de Miryam Gorban, Remo Vénica, Irmina Kleiner, Alicia Massarini, Horacio Lucero, Damián Verzeñassi, Carlos Manessi, Anabel Pomar, y algunos argumentos para comprender por qué la medida solo significaría empeorar lo malo que ya ocurre en el país con el modelo productivo.  

“Siempre fuimos críticos de la tecnología de la transgénesis, pero ahora, además, se meten con el pan: vamos a tener en el futuro un elemento transgénico metido en la comida las 24 horas de los argentinos, que es resistente no sólo al glifosato sino también al glufosinato de amonio, un veneno peor. Desde la medialuna hasta el biscocho del mate. Estamos muy preocupados por las consecuencias en la salud de nuestro pueblo”.

Carlos Manessi es integrante del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) y la campaña Paren de Fumigarnos, y así grafica a lavaca las implicancias de una decisión preocupante: la aprobación del gobierno a la comercialización de la variedad transgénica de trigo HB4, del grupo biotecnológico Bioceres, convirtiendo a Argentina en el primer país del mundo en autorizar trigo modificado de forma genética. Sin embargo, la decisión, que fue publicada en el Boletín Oficial, ata la comercialización a la autorización de Brasil, que es el principal comprador del trigo argentino: sólo en este año, el 85% de la importación del cereal proviene de Argentina.

“Leo esta medida como la consolidación de un rumbo dentro del gobierno actual que sigue la misma línea del gobierno anterior: no hay ninguna grieta”, plantea a lavaca el médico, científico e investigador Damián Verzeñassi, del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario (ISS-UNR). “El macrismo no se animó a aprobarla porque económicamente no le cerraba el número: sabía que sólo era una ganancia para Bioceres pero iba en detrimento de la producción del país porque no se la iba a poder vender a nadie. No hay ninguna posibilidad de que este trigo resistente a herbicidas sea autorizado en ningún otro país del mundo que no tenga destino a la dependencia absoluta. ¿Dónde está la soberanía alimentaria de la que hablaron?”.

El pan transgénico

República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

Como publicó MU en su edición 135, el trigo transgénico no está impulsado por Monsanto-Bayer, ni Syngenta-ChemChina, ni Corteva (fusión de Dow y Dupont). La impulsora es Bioceres, un emporio conformado por medio centenar de empresarios del agro, entre ellos los millonarios Hugo Sigman (presidente del Grupo Insud, con presencia en cuarenta países, desde laboratorios farmacéuticos hasta medios de comunicación, y hoy con un rol ante la producción de la supesta vacuna contra el coronavirus, también transgénica), Gustavo Grobocopatel (el llamado “rey de la soja”) y Víctor Trucco (presidente honorario de Aapresid, cámara que reúne a empresarios referentes del agronegocio e impulsores de los transgénicos en Argentina).

Bioceres se presenta como “proveedor totalmente integrado de soluciones en productividad de cultivos” y publicita que cuenta con “alianzas estratégicas con líderes mundiales, tales como Syngenta, Valent Biosciences, Dow AgroSciences, Don Mario y TMG”. Sus ejes de negocios incluyen semillas de soja, maíz, alfalfa y trigo.

La variedad del llamado “trigo HB4” ya había sido presentada en noviembre de 2018. Dos años antes, una decena de organizaciones sociales (Cátedra de Soberanía Alimentaria de la UBA, Foro Ecologista de Paraná, Acción por la Biodiversidad, entre otras) había lanzado la campaña No se metan con nuestro pan, donde expresaban: “Sabemos que los transgénicos son una amenaza para la biodiversidad, para el ambiente y la salud de todos. Sabemos que las aprobaciones y los controles son, en la Argentina, muy poco serios. Pero esto es peor. No queremos trigo ni pan transgénico. Exigimos saber qué estamos comiendo”.

Manessi subraya que el avance de esta variedad transgénica se fue acuñando en Santa Fe, de la mano de la científica Raquel Chan, docente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral y el Conicet, tomó notoriedad pública cuando desarrolló una soja resistente a la sequía. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el entonces ministro de Ciencia, Lino Barañao (luego devenido en ministro macrista), la mencionaban como ejemplo de la ciencia productiva para el país. “Este desarrollo significaría mayor producción de alimentos, con una población mundial que crece cada vez más”, afirmó Chan en 2012.

“No es nuevo el intento de cristalizar este camino”, apunta Manessi. Y, como Verzeñassi, siembra dudas con relación a su valor económico, en medio de la búsqueda desesperada de dólares. “Es la pata más floja que tiene el proyecto. Siempre nos preguntamos por qué las corporaciones no avanzaron con la transgénesis del trigo”.

Por ejemplo, el presidente del Consejo de Calidad de Trigo de Estados Unidos, Dave Green, le dijo a la agencia Reuters que en su país –segundo exportador mundial de trigo, después de Rusia- no existe interés en desarrollar el trigo transgénico: “Ninguno de nuestros clientes extranjeros lo quiere”.

Manessi, desde Santa Fe, completa: “Pasa que va a haber una gran batalla para que esa harina se consuma. En Brasil, lo mismo: el 85% del trigo brasilero es argentino. Hasta que Brasil lo autorice, si es que lo autoriza, va a tardar por lo menos cinco años”.

La preocupación del lobby

República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

Algunos datos para entender el esquema del trigo en Argentina:

  • La cosecha de trigo se concentra en diciembre y enero. En 2019/2020, finalizó con un “record productivo” de 19,5 millones de toneladas, según relevó la Bolsa de Comercio de Rosario, un incremento de 500 mil toneladas respecto al máximo anterior.
  • Luego, en mayo de cada año, los servicios de Estimaciones Agrícolas publican el dato de intención de siembra para la siguiente campaña. Este año, la Bolsa porteña indicó que la superficie a sembrar era levemente superior a la del 2019: 6,7 millones de hectáreas contra 6,6 millones. A nivel mundial, según estas estimaciones, fue el cultivo que registró la menor baja de precios desde el comienzo de la pandemia en todo el mundo. Además, el departamento de Economía de la Bolsa relevó una tendencia a dietas volcadas al consumo de cereales, en mercados como Argelia, Egipto y Turquía que abrieron licitaciones para la importación de trigo y el ojo en qué hará China.
  • La Bolsa de Rosario había estimado una cosecha para la campaña actual de 22 millones de tonelada: 14,5 millones se destinarían a exportación, 6,6 millones a molienda y balanceados y 1 millón a semillas y otros. Sin embargo, en su reporte mensual de oferta y demanda mundial de granos, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su siglas en inglés) este viernes planteó que la cosecha 2020/21 alcanzaría 19 millones de toneladas, por debajo de lo prefigurado. La explicación de la caída de esa proyección, según la USDA, es porque el norte y el oeste argentino sufren una sequía que impactó en el desarrollo de los lotes.

Rusia es el principal exportador mundial de trigo. Le siguen Estados Unidos, Canadá, Europa y Argentina. En el país, el último informe oficial de la cadena de valor de la harina del trigo -segunda transformación luego de la molienda, que es el primer eslabón- es de marzo de 2019, y también arroja datos que permiten completar el panorama:

De las más de 6 millones de hectáreas, la provincia de Buenos Aires encabeza la producción con el 41,6%. Le siguen Córdoba (22,4%), Santa Fe (17,5%), Santiago del Estero (6%), Entre Ríos (5,9%) y La Pampa (4,3%).

  • En volumen, Argentina es el quinto productor mundial de trigo (2%), detrás de la Unión Europea (18,8%), China (18,1%), India (13,6%), Rusia (9,5%) y Estados Unidos (7%).
  • En exportaciones, es el cuarto principal exportador, (tiene el 4,3% del mercado) detrás de Turquía (23,3%), Kasajastán (10,4%) y Alemania (7,1%). Luego de Argentina, sigue Bélgica (3,5%).
  • El principal destino de exportación del trigo argentino es Brasil. En 2018 hubo un record histórico con 5,9 millones de toneladas, el valor más alto de los últimos 12 años. Representó un ingreso de 1306 millones de dólares.
  • Argentina también es el quinto país con los valores más altos de trigo destinados a consumo humano (117 kilos por habitante durante 2018/19).

Con estos datos, no es casual que no sean solo las organizaciones ambientales y las asambleas vecinales que rechazan la medida. El Comité Ejecutivo de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo) expresó la “preocupación” de los actores de la cadena de trigo. Además, otras 16 entidades del propio agronegocio (Bolsas de Cereales y de Comercio de Buenos Aires y Rosario, entre otras, además la Federación Agraria y la Sociedad Rural) expresaron que es el Ministerio de Agricultura quien debe “asumir las responsabilidades de las consecuencias directas que puedan generar costos económicos y comerciales para todos los productores del trigo, así como para todos los eslabones de comercialización y transformación interna y de exportación”.

El verdadero riesgo

Más acá del rechazo de un sector del lobby (que, por las dudas, aclaraó que la tecnología “no tiene riesgos ambientales ni de salud pública”, pero sí “riesgos comerciales”), lo que a Manessi le parece el dato más preocupante y menos difundido: “Están buscando comercializar un trigo resistente al glifosato y al glufosinato de amonio. Recuerdo que Carrasco (Andrés, expresidente del Conicet, y uno de los científicos que investigó y denunció públicamente los efectos del glifosato en la salud) siempre decía que el glufosinato es peor. Hay que hacerlo visible”.

Verzeñassi acuerda: “El trigo HB4, más que resistencia a la sequía, tiene como mayor logro la resistencia al apilamiento de estos dos venenos. Es como volver al futuro, pero en el pasado. Estamos haciendo lo mismo que hicimos en el 96 con la soja, pero ahora con el trigo, mientras Argentina se transforma en un chiquero de China. Con el discurso de recuperar dólares y que los transgénicos nos iban a salvar de la debacle, lo que se logró es eliminar un productor cada dos horas desde 2002 a 2018 según el Censo Agropecuario. Y así se termina de destruir a los productores del trigo, mientras nos hacen dependientes”.

Argumenta: “No cierra desde la soberanía. No cierra desde la economía. No cierra desde el cuidado de los territorios ni en la mejora de la producción, y menos de la salud. No hay ningún beneficio para el pueblo argentino con el trigo HB4. No hay nada”.

Verzeñassi señala la contradicción que representa que la medida venga de un gobierno de signo contrario a Cambiemos: “Sobre todo porque uno confiaba en que el gobierno iba a transitar un camino hacia la construcción de una soberanía nacional. Pero nos hablaron de soberanía alimentaria, para amagar una supuesta estatización de Vincentín, que fue más amenaza que otra cosa, y sólo sirvió para bastardear el concepto”.

Razones para rechazar

República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

“Ni Macri se atrevió a tanto” dice el abogado especializado en soberanía alimentaria Marcos Filardi, al referir la aprobación durante el macrismo de 24 eventos transgénicos que quedarán devaluados frente a la posible relevancia de haber aprobado el trigo HB4, o sea, el transgénico. Filardi recuerda que en 2019 organizaciones como la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), Multisectorial Paren de Fumigarnos, Foro Ecologista de Paraná, Museo del Hambre, Coordinadora Basta es Basta de Entre Ríos, entre otras, firmaron un documento con razones para rechazar la transgénesis del trigo. Actualizando aquel enfoque, algunos ejemplos:

  • Multiplicará el uso de agrotóxicos (ya se duplicaron en los últimos años hasta 525 millones de litros de pesticidas, y la novedad triguera hará estallar aún más esas cifras).
  • El glufosinato es más tóxico aun que el glifosato (prohibido en muchos países por su alta toxicidad y sus efectos cáncerígenos, neurotóxicos, genotóxicos).
  • Aumentará el período de fumigaciones en el país a todo el año.
  • Ese pesticida estará presente en el pan que consume la población.
  • Contaminará y convertirá en transgénicos a los trigos que no lo son.
  • El trigo transgénico ya ha sido rechazado en el mundo.
  • No se garantizó la participación ciudadana en la aprobación de un evento transgénico, llevada adelante por organizaciones como la CONABIA, controlados por las propias empresas.

¿Qué conviene exportar?

Miryam Gorban, nutricionista, titular de la Cátedra de Soberanía Alimentaria de la Facultad de medicina de la UBA, y doctora Honoris Causa de esa misma facultad.

“Nosotros ya sabíamos hace mucho veníamos peleando contra esto”.

Descripción del presente: “Yo creo que seguimos con el mismo modelo con algunos amagues de cambios, de pasos positivos como la creación de la Dirección de Agroecología pero esto se da de patadas con la agroecología. Forma parte de las contradicciones que se dan”.

Tampoco cree Miryam que el negocio sea para el país. “¿Quién es el cliente que va a aceptar esto si está siendo rechazado en Europa en una medida altísima? Yo estoy a favor de la exportación, pero ¿qué vamos a exportar? Transgénicos o productos de alta calidad? Ahí tenés dos modelos totalmente diferentes”.

Solá, Basterra, Cerdá y los sapos

Considera Miryam Gorban que se vive un momento de enormes contradicciones. “Se ve la puja que hay en el propio gobierno con cada tema. Es un grupo heterogéneo que responde a distintos intereses. Felipe Solá no es Basterra, y Basterra no es Eduardo Cerdá”. Cerdá, creador de la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología, recibió en marzo el ofrecimiento de la Dirección de Agroecología, nombramiento que jamás se concretó hasta el momento.

“Estas son las cosas. No es fácil tragarse el sapo. Pero lo quieren meter a Eduardo, pero al mismo tiempo el programa de los negocios de los ruralistas y las corporaciones. ¿Seguiremos siendo la patria de los transgénicos? Vamos a seguir siendo la república del monocultivo sojera o aspiramos a ser la república que produce alimentos sanos, seguros y soberanos para el mundo? Yo creo en esta segunda opción. Estoy de acuerdo con aumentar la exportación, pero aumentar la exportación con alimentos de calidad y alimentos genuinos”.

Otra advertencia de Miryam: “Además, otra vez, ¿dónde está el principio de precaución? Acá hay otra vez violación del principio de precaución porque se está liberando un evento sin que podamos conocer estudios, impactos, conecuencias. Esto tuvo origen allá en el 96 cuando se aprobó la soja. Argentina fue desde ese momento un campo de experimentación. ¿Vamos a seguir con el mismo cuento, cuando ya los demás países empiezan a despertarse? Ya España rechazó a las naranjas argentinas  por tener clorpirifos, otro tóxico del paquete tecnológico que está prohibido tanto en EEUU como en Europa. Si seguimos experimentando en ese plano vamos a seguir teniendo rechazo y dentro de muy poco no tendremos a quién vender”.

Lo que parece un callejón sin salida, en realidad ya cuenta con una. “Han dado las noticias sobre esto diciendo que dan trabajo a millones de personas. Yo no sé si están borrachos. ¿Cuántos empleos trajeron? ¿Por qué tenemos más villas? Porque se ha expulsado a la gente del campo. En cambio si se impulsa la producción regional de calidad, ahí sí vamos a tener más empleo, vamos a desarrollar las regiones con la posibilidad de miles de cultivos de todo tipo y altos valores de exportación. Pero con trigo transgénico no desarrollamos nada. Más vaciamiento rural, más gente hacinada en las ciudades y sus periferias, más desempleo, más pobreza. ¿A dónde van a mandar a la gente, a Costa Salguero?”. 

Tripas revueltas

Desde Guadalupe Norte, Remo Vénica plantea que la aprobación del trigo transgénico va a contramano de las sociedades. “Venden esto por la necesidad de exportar. Pero el futuro inmediato de la exportación son los productos ecológicos y orgánicos. Es lo que reclama cada vez más la gente, y más después de esta situación de pandemia. Productos agroecológicos, y no de degeneración genética”, plantea asombrado. “Estos son negocios para las corporaciones, pero lo motorizan desde el Estado las mismas personas que metieron el modelo transgénico en los 90” dice en referencia al canciller Felipe Solá.

“El verdadero modo de resistir a la sequía es con otro tipo de producción y de manejo agrícola. La clave es pensar en el suelo y no en el producto, en este caso el trigo. Es crear un ambiente en el que los cultivos puedan crecer, sin necesidad de hacerlos resistentes a más tóxicos, que a su vez contaminan y que terminan agravando toda la situación, incluso la climática”.

Irmina Kleiner, la otra inspiradora de la Granja Naturaleza Viva, sugiere que “podemos decir que al alterar los alimentos, los procesos biológicos, los resultados han sido siempre negativos para la salud de la gente. Son las imposiciones de mercado, con argumentos tecnológicos falsos, que en realidad encubren solamente un gran negociado”. Remo: “Ya es evidente la cantidad de gente que ha tomado conciencia sobre la necesidad de comer sano para no vivir enfermos. Y esto no es una teoría, hay casi 100.000 hectáreas en producción agroecológica y cada vez más productores de alimentos que lo están demostrando”.  

Remo dice que cuando escuchó la noticia tuvo “un ataque de hongos”. Irmina reconoce: “Se me revolvieron las tripas. Hay un doble discurso. Dicen que van a poner una Dirección de Agroecología pero nunca nombraron a Eduardo Cerdá. Es inadmisible, y es un modo de tener frenadas a las voces críticas frente a lo que está pasando. Agregá los incendios que responden a los mismos intereses, y lo de las megagranjas de chanchos para China,  y es toda una situación preocupante”.

“No van a poder -apuesta Remo-. Es evidente que la verdadera producción se logra de la mano de la naturaleza. La gente está despertando, comprende esto cada vez más. Nadie quiere eso para sus hijos. Nadie quiere seguir metido en estas mentiras y burlas: para que haya negocio, nos quieren enfermar hasta con el pan”. Cree Remo que hay que trabajar ensentrido contrario a las noticias cotidianas: “Hay querecuperar bosques, humedales, producir sano”. Irmina agrega: “y además informar a la gente con los etiquetados, para que todos sepan qué están comiendo. Así vamos a saber si hay alguien que realmente quiere harina o pan transgénico”.

Modelo sin grieta

“Pasan los gobiernos, pero el modelo transgénico crece cada vez más. Al revés del mundo. Cuando ves las investigaciones internacionales sobre cambio climático se alerta siempre sobre ir completamente en otra dirección para enriquecer la tierra y absorber el carbono que hemos desprendido a través de la terrible desertificación que hemos producido en el planeta” plantea el doctor Horacio Lucero. Dirige el Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad Nacional del Noreste, en Resistencia, Chaco, y fue de los primeros científicos que salió a denunciar los efectos del modelo transgénico a partir de la aprobación de la soja, y su inevitable “paquete tecnológico” (pesticidas). Cánceres, abortos a repetición, bebés malformados, y un cúmulo de enfermedades que del territorio iban a su laboratorio.

Ante la noticia sobre la aprobación del trigo HB4: “De nuevo nos metemos en un problema del que no podemos salir. La resistencia social no alcanza, porque los gobiernos siguen haciendo lo mismo de siempre”.

Lucero relaciona el tema con la cuarentena: Estamos todos encerrados para cuidar la salud, pero este tipo de cuestiones se autorizan sin controles, y con efectos impredecibles”.

Parte de los discursos falaces: “La Bolsa de Cereales, las confederaciones rurales, los industriales ya fijaron posición diciendo que no hay riesgos ambientales ni de salud. Pero ellos no son los que tienen que hablar de salud sino los científicos que se dedican a estudiar la toxicidad de estos productos. Si ellos no hablan, queda un espacio vacío que ocupan los que quieren maximizar las ganancias privadas con un gran costo social, ambiental y de salud colectiva. Eso es muy impresionante, con un efecto arrasador que este modelo tiene en el país”.

Otro detalle: “El trigo transgénico puede contaminar al trigo natural”.

Los productores que hacen las cosas medianamente bien tendrán que pagar un impuesto porque tendrán el trigo transgénico en sus campos, como pasó en México con el maíz que se contaminó con los transgénicos. O sea que entra por las buenas o por las malas, pero toda la producción termina contaminada”.

Lucero espera que aparezcan formas de resistencia férrea a esta metodología “porque para colmo de males se meten con un alimento tremendamente popular y masivo, sin darte opción a saber qué es lo que estás comiendo. Quedamos todos a merced de un puñado de personas y sus ganancias”.

El científico chaqueño considera que hasta el cambio de pesticida responde a una estrategia comercial y de poder. “Como el glifosato y sus efectos ya son conocidos y estudiados, se apela a otra molécula como el glufosinato para patear la pelota hacia adelante. Mientras se hacen los estudios, ganarían años produciendo y enfermando de este modo, como ya lo hicieron antes con el glifosato”.  Considera que el propio anuncio funciona como una burla: “El gobierno habla de soberanía alimentaria, de agroecología, pero la política real evidentemente es otra”.

Peor que el glifosato

Anabel Pomar, periodista, una de las realizadoras de la página de los Monsanto Papers activista e integrante de Exaltación Salud, grupo vecinal contra las fumigaciones y por la Soberanía Alimentaria

“Lo primero que se me vino a la cabeza  fue una imagen. Me vi temblando ante la situación de poner pan en mi mesa: comer y darles a mis hijos pan y que ni eso sea seguro. Es desolador. Y además van a usar glufosinato de amonio, un biocida aún más peligroso que el glifosato”.  

Explica Anabel: “Se venía hablando de esto, en los medios supuestamente grandes que instalan la agenda de las corporaciones, pero no esperaba que se acelerara de este modo. En este contexto de urgencias ambientales y las consecuencias en los territorios del uso intensivo y cada vez en mayor volumen de agrotóxicos, solo es una mala noticia”.  

“En lugares como Exaltación de la Cruz, estoy en primera fila viendo el impacto directo de estos venenos sobre mi familia, sobre mi cuerpo y el de tantas y tantos vecinos. Por las mañanas, como parte de mi rutina, suelo caminar mucho por detrás de mi casa. Cada vez que veo que en vez de soja, lo más usual, están haciendo trigo sentía un poco más de alivio, si es que se puede usar esa palabra, aunque sé que usaban agroquímicos pre y pos emergentes. Pero ahora cada vez que vea trigo será imposible no pensar que están además pulverizando con glufosinato de amonio, peor que el glifosato del cual tanto he escrito y sobre el hay tanta certeza acerca de sus daños”.  

¿Cuáles son esos efectos en las personas? “La gente se enferma cada vez más. Mueren niñas de cánceres que no son comunes y menos a esa edad. Vecinas y vecinos que se enteran tienen que tienen en el cuerpo glifosato. Aparecen problemas respiratorios, alergias, asma, problemas de tiroides, diabetes. Y en todos los casos, el factor común que comparten, es el de vivir rodeados de campos altamente pulverizados”.

El contexto: “En pandemia, encerrados en nuestras casas, vemos cómo la actividad de los productores veneno-dependientes no fue suspendida ni un día. Por el contrario, fue declarada esencial, y les bajan retenciones a los agroexportadores. Lo que faltaba era esto”.

Anabel cree que hay otras cuestiones en danza: “Una es que las mismas autoridades que por un lado te hablan de casa común, del ecocidio, o soberanía alimentaria y agrecología gestionen de este modo. En una visión tan a corto plazo y tan a contramano de la vida misma, que estremece. Y por supuesto para quienes sufren las consecuencias de este modelo tóxico, un insulto. Una nueva señal de que nuestros derechos más básicos a la alimentación, a la salud, al ambiente sano, ya vulnerados por el estado, lo serán aún más”. 

“Otra cuestión es que todo este evento, el IND 00412-7 (Indear) tolerante a stress hídrico y al glufosinato de amonio, es posible por la inversión estatal, el CONICET y la Universidad pública. Sin ellos primero, y luego aceptando asociarse a un privado cuya lógica es solo ganar dinero y no cuidar el bien común, este trigo transgénico jamás se hubiera desarrollado”. 

“Y algo más grave, ahora su implementación masiva depende de la autorización de Brasil para importarlo. Nuestra salud y destino está en manos de un tercero, no de nuestros gobernantes cuyo trabajo incumplen, y es garantizar nuestra vida. No dicen que está supeditado a una evaluación de Impacto ambiental, o a la licencia social, o a la salud de la población, que ya tenemos el triste récord de ser la más pulverizada con agrotóxicos. Todo queda subordinado a otro país y a otro negocio. A costa de la vida, y a costa de ganancias que quedan en pocas manos y perjudican, enferman y matan a la mayoría”. Este mismo gobierno que habló de poner encima la vida sobre la economía, aquí hace exactamente lo contrario”. 

Dobles discursos

La bióloga Alicia Massarini, integrante del grupo Ciencia entre Todxs, cree que “no hay trigo transgénico aprobado en ningún país del mundo. Más allá de los temas de salud y ambiente que nos interesan a nosotros, para los decisores pesa la lógica de mercado, y en el mercado internacional está muy mal visto el trigo transgénico que además puede contaminará las variedades del no transgénico. Como tantas veces, Argentina es punta de lanza para cosas de este tipo. Si el mercado internacional no le pone un freno a esto, internamente parecería que no hay voces críticas o un criterio científico para detenerlo. Por eso se aprobó en la CONABIA”.

¿Qué pensar frente a esta actitud oficial? “Yo veo un panorama muy desalentador. La idea de una transición o recambio hacia un modelo productivo más amigable con el ambiente y la producción de alimentación sana, no está ocurriendo. Hay un doble discurso donde se dicen esas cosas, pero las decisiones van por el lado de reforzar el modelo del agronegocio. Ni siquiera ponerlo en duda sino potenciarlo”.

El alcance del problema: “Está demostrado que los transgénicos, más allá de los agrotóxicos, representan en sí mismos una amenaza para la salud. Que eso ocurra con el pan implicaría una amenaza prácticamente a toda la población”.

¿Qué decirle a la gente que consume pan? “Si la transgénesis implica meter la mano en un sistema genético que tiene miles de años de evolución, sin duda puede haber muchos efectos inesperados porque los genes están interactuando. Y muchos de esos efectos no pueden medirse en su resultado. Acumulación de toxinas, producción de sustancias que alteren el metabolismo: es todo imprevisible pero además innecesario. Solo es necesario para los que quieren hacer negocios con esto. A los consumidores no nos genera ninguna mejora y nos expone a riesgos que no podemos predecir”.

Alicia se siente pesimista. “Ves los incendios, las megagranjas de cerdos y todo va en un mismo sentido”. Muchas veces esos sentidos cambian. Y existen modelos comprobadamente diferentes de hacer las cosas con respecto a la producción agrícola, que son un punto ciego (por intereses, por ignorancia) de los funcionarios de todos los gobiernos. Por eso las dudas que genera que se haya creado una Dirección de Agroecología, no en el ministerio de Agricultura sino en el de Desarrollo, sin designación alguna hasta el cierre de esta nota.   

Todo ocurre en una era histórica en la que el actual gobierno dijo poner la vida y la salud por encima de la economía. Salvo que haya informaciones en contrario parece que dependerá de las propias personas y comunidades, en defensa propia, lograr que tal postulado sea algo más que un conjunto de palabras intoxicadas.    

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Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases

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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia

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420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

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