Nota
Explotación & marketing: ¿Sabe dónde trabaja su hijo?
Los call centers ya emplean a 50.000 personas, sobre todo jóvenes, en condiciones de presión y precariedad enfermantes, como resultado de un trabajo donde lo que vale es la obediencia más que la productividad, mientras se le miente a los clientes para garantizar ventas. De las promesas de marketing internacional a la realidad de garaje. Los modos de organización, incluido un sindicato horizontal, narrados a lavaca por algunos de los que no se resignan al cerebro teleperforado.
Primer acto: Lucas, 21 años, está feliz. Logró ingresar en un call center de Buenos Aires llamado Sprayette (en el aviso figuraba como un contact center internacional, suena mejor) y va a ganar 650 pesos vendiéndoles a lectores españoles, en castellano neutro, la suscripción para el diario El País de Madrid. El País contrató a un call center español, que subcontrató a Sprayette de Argentina, que subcontrató a una agencia de colocaciones bonaerense, que convocó a Lucas. Tal vez logre convertirse en un team leader o en un supervisor.
Segundo acto: Lucas descubre que las posibilidades de vender una suscripción son de 1 contra 80, pero se esfuerza en castellano neutro. Sus jefes lo rodean cada vez que hace un contacto, gesticulan a su alrededor y le piden que mienta para convencer a los españoles. Lucas obedece, y miente. Ellos celebran. Luego le hacen pagar, como a todos los demás, parte del regalo de cumpleaños para un supervisor: un equipo de DVD. Que los cumpla feliz. Lucas al menos aquí no vio lo que cuenta Sebastián, de Atento: una rubia hermosa, estudiante universitaria, metódica y cumplidora, haciéndose pis encima para no perder una llamada, por miedo a pedir ir al baño.
Intermedio: Al mes siguiente Lucas y sus compañeros reciben una pequeña sorpresa al cobrar su primer salario. Descubren que los 650 pesos se transformaron en 490.
Tercer acto: Lucas va a reclamar por el salario. Le contestan: “¿De qué te quejás? Por lo menos te pagamos en fecha”. Lucas, 21 años, no está feliz.
Break: Lucas y sus compañeros comienzan a hacer cosas impropias, como no querer participar en los cumpleaños de los supervisores, ni comer la torta que les convidan durante el “break”, el descanso de 15 minutos. Peor aún, empiezan a no festejar las ventas (actividad que suele ser acompañada con un griterío y aplausos agitados por los jefes y supervisores).
Cuarto acto: Sprayette decide presionar a una empleada para que se vaya, por su “poca onda”. El truco consiste en cambiarle el turno a esa joven que tiene un niño de 3 años y vive en Ituzaingó. Ella no puede cambiar de turno, la presionan hasta que renuncia. Lucas se indigna, se enoja, y toma una decisión que hace que la jefa de plataforma (la jefa de los supervisores) lo mire sonriendo y le diga en un castellano no precisamente neutro: “Andate, pendejo”.
Para comprender esta historia que Lucas relató a lavca y la evolución que tuvo luego, tal vez convenga repasar algo de lo que ocurre en el oficio con más crecimiento de la Argentina: el de operadores de call centers, o telemarketers (6.000 en el 2004, casi 50.000 actualmente). Ellos en una de sus páginas web prefieren autodenominarse Teleperforados, mientras otros están creando un Sindicato de Teleoperadores como para poder decidir, entre otras cosas, qué cumpleaños celebrar y cuál es la torta que quieren comer.
Por lo pronto, conviene aclarar que Lucas tiene 21 años pero no se llama Lucas, y que prefiere reservar su verdadera identidad, para evitar represalias.
Outsourcing, multiculturalismo y capacitación
Los avisos son impactantes: “Cubecorp Argentina incorporará a su Contact Center, candidatos para desempeñarse en sus funciones de representantes de Venta Telefónica. Formará parte de campañas de venta al mercado español para servicios de luz y gas. Requisitos: – Manejo de PC – Experiencia en posiciones similares (no excluyente) – Excelente manejo de relaciones interpersonales Ofrecemos: – Excelentes condiciones de contratación – Capacitación y desarrollo personal – Horarios part y full time – Ambiente de trabajo multicultural y profesional Zona de trabajo: Zona Norte de Buenos Aires, Pacheco Argentina, Buenos Aires Somos una compañía dedicada a proveer servicios de outsourcing informático a empresas en la Argentina y demás países de Latinoamérica”.
Anuncios como este se encuentran por decenas en los sitios de búsqueda de empleo, o en los clasificados de los diarios. Algunos están directamente escritos en inglés. Las empresas se comenzaron a autodenominar “contact center” para escaparle al nombre call center (centro de llamados). Pertenecer a un centro internacional de contactos tiene ostensiblemente más glamour que ser un vendedor telefónico. De paso, la denominación tiene un costado sindical: los telefónicos tienen un mejor convenio que los empleados de comercio, donde en general encuadran a los teleoperadores. De todos modos, ninguno de estos marcos legales contemplan debidamente enfermedades típicas del oficio, como tendinitis, fuertes dolores de espalda y de cabeza, pérdida de la vista y la audición, agotamiento, o lo que los trabajadores de call centers definen como trituración cerebral.
¿Qué vende un call center?
Lucas, antes de Sprayette, trabajó en lo que llaman “un call center de garaje”, que se define por ser una pieza, sótano o literalmente un garaje “que ni luz tiene a veces”, con una sala con computadoras. “Y un vivo que descubrió el negocio” refiere Lucas.
Negocio poco iluminado, oscuro. “Era mi primer call center, me entusiasmé un montón: primero la entrevista, después la capacitación, y hacían mucho énfasis en la calidad de los productos, en la seriedad de la empresa, en el rol de los gerentes, en la capacitación permanente. Los que te capacitaban te decían ‘yo empecé como vendedor y ahora estoy en recursos humanos, nunca pensé que iba a hacer algo así, capacitándolos a ustedes’. Te daba una sensación de movimiento, de ascenso, de calidad”, recuerda Lucas mientras su hija de un año le habla en un raro idioma que él parece comprender.
American Lab decía ser una empresa de laboratorios estéticos de California con sede en Florida, Estados Unidos. En 2001 abrió su primer call center en Buenos Aires. El negocio era fantástico porque, según decían, habían descubierto que los argentinos eran muy buenos para vender. Abrieron otro.
“En la entrevista nos decían que estaban muy felices trabajando en una casa antigua y reciclada de la zona norte de Belgrano. Que los productos eran maravillosos porque eran todos naturales. Que el público eran latinos de los Estados Unidos, muy simpáticos y amables, que te hacías amigo de ellos y que después te llamaban para comprarte, con lo cual, hacías mucha plata”. Lucas pronto decodificó es que la primer venta se la habían realizado a él mismo: “El primer producto que vende un call center es su propia imagen”, describe.
Al poco tiempo descubrió la verdad: American Lab no tiene ningún laboratorio en California, ni un call center en Florida, ni productos maravillosos y naturales. “Lo segundo que me vendieron son las condiciones de trabajo: me dijeron que iba a estar en blanco a los tres meses pero después se tardaron seis y muy poca gente llegaba a ese tiempo, la mayoría se iba o lo echaban a los 3 o 4 meses”.
Según lo que vio Lucas en American Lab y luego en Sprayette, las personas que trabajan en call centers son:
* Estudiantes que ingresan porque las seis horas de trabajo que les proponen les dejan tiempo suficiente para estudiar, y no les piden experiencia previa. La mayoría son estudiantes de las carreras de Marketing, Publicidad, Ciencias de la Comunicación, Economía, e incluso Filosofía, Sociología y Derecho, a quienes les prometen que podrán ganar experiencia en lo de ellos y ascender a puestos mejores.
* Madres solteras, mujeres divorciadas, promedio de 30 años, que toman este trabajo con la idea de tener tiempo y dinero para cuidar y criar a sus hijos. “Trabajé también con mujeres profesionales, incluso abogadas que necesitaban más ingresos”.
* Inmigrantes que ingresan en los call centers de venta a España o a países latinoamericanos. Peruanos, bolivianos, colombianos o paraguayos que, por no tener papeles o por pura discriminación, no tienen otra chance. Completan el mapa los adultos que quedaron fuera del mercado laboral y ven esta posibilidad como último recurso.
Elecciones
¿Por qué se elige un call center como lugar donde buscar empleo? Porque justamente no hay mucha elección. Lucas: “Lo peor es que todos vamos a trabajar el primer día con la satisfacción de que estamos en algo serio, importante, digno. Por lo menos los inmigrantes no están en un taller esclavo 16 horas, las madres no están en un bar de mala muerte doce horas, donde las manosean y las explotan, el estudiante no esta en Mc Donalds, y así”.
Agrega: “Mientras tanto tu familia piensa que trabajás para Telefónica, que estás en un lugar de futuro que progresa al ritmo de las telecomunicaciones. Lo que termina pasando es que también vos le vendés a tu familia y a tus amigos la imagen que el call center te vende a vos”, concluye Lucas.
Tal vez forma parte de un mapa sociológico. Los trabajadores de call centers se criaron con las promesas primermundistas sobre la globalización, la competitividad, ganadores y perdedores en la sociedad de la información, el flujo veloz de datos y mercancías, trabajadores del conocimiento conectados en red, más libres, calificados y bien pagos, y demás balbuceos que tuvieron su momento de éxtasis –localmente- durante el menemismo.
Las familias invirtieron lo que pudieron en preparar a sus hijos, agendarlos y formatearlos para esa lógica, que termina mostrando esta faceta del outosourcing y el marketing internacional, desde un garaje oscuro, en negro, tercerizado y sin cobertura legal.
“Y aunque el lugar sea lindo, lo que ves es un desfasaje entre el lugar supuestamente internacional e importante, y lo sordo y extenuado que quedás por un sueldo ínfimo”, dice Lucas.
Pis encima
Atento Argentina es una empresa creada por el Grupo Telefónica para que funcione como call center (curiosidades de la época de la concentración: Sprayette también pertenece a dicho grupo). La necesidad de este tipo de sub empresas puede explicarse con un argumento obvio: “Atento fue creada por Telefónica con el único objetivo de precarizar las condiciones laborales de los trabajadores. Crearon un fraude para no contratarnos directamente”, denuncian los trabajadores.
Sebastián trabaja en Atento, tiene 29 años y estudió para ser docente. Su relato echa luz sobre las condiciones de trabajo: “Tuve muchos oficios en mi vida: limpié baños, fui docente en escuelas en donde los pibes más que aprender matemáticas necesitaban afecto, vendí revistas en el tren y hasta fui personal trainer. Así y todo podía estudiar y rendir bien. El cansancio era físico y natural. El único trabajo que me quebró fue este”, dice con la mirada perdida.
“Me quebró la cantidad de llamadas que hay que atender en pocos segundos –si no lo hacés la empresa te descuenta 50 pesos-, me quebró esa presión y también ver a otros compañeros mal. Por ejemplo una chica de 20 años, estudiante, muy bonita, muy inteligente, la típica niña prodigio, me tocó verla hacerse pis en el lugar de trabajo por miedo de ir al baño…”, cuenta con angustia.
Atento inició una lucha hace casi tres años por mejores condiciones y para defender a los trabajadores que sistemáticamente son despedidos sin causa. Antes de 2003 trabajan 4.500 personas divididas en las sedes de Atento Martínez, Barracas y Mar del Plata. Según explica Carolina, compañera de Sebastián, la empresa empezó a ‘arreglar’ con trabajadores por sueldos de mil pesos. A los de Barracas, en su mayoría jóvenes de la zona sur, les ofrecían ir a trabar a Martínez, con lo que los obligaban a renunciar. Así quedaron apenas 500 trabajadores. El vaciamiento se efectivizó en junio de 2003. Un mes después Atento ya empezaba nuevamente a contratar pero con nuevas condiciones: 200 pesos menos de salario básico. Para la inauguración de esa nueva etapa, la empresa invitó a Néstor Kirchner y decoró con plantas, flores y alfombras el edificio. Sin embargo, ni bien terminó el acto, quitaron toda la escenografía: “Ni las flores dejaron”, cuentan los chicos.
Según explican, es política de la empresa cambiar, rotar, renovar a los trabajadores y sobre todo a los que tengan más potencial de organizar alguna revuelta. En esta empresa, los trabajadores llevan en su haber tres tomas del edificio y siguen de pie ahora no solo contra la opresión de la empresa sino también tratando de huir de partidos políticos de izquierda que intentan regimentar al resto (en esta lógica, se sabe, los que no quieren ser regimentados son acusados por los partidos como “oficialistas”, “contrarrevolucionarios” y floridos adjetivos de ese tipo).
Sebastián cuenta una de sus teorías: “En Atento nunca estás en paz y nunca estás en conflicto. En otros lugares trabajás hasta que llega el conflicto, hay paro, dura un día o dos. Negociás con el patrón, termina el conflicto y volvés a trabajar bien. Acá nunca estás en conflicto salvo cuando hay despidos masivos: se organiza la pelea por la reincorporación pero cuando termina no estás en paz, seguís presionado, siempre en conflicto con este trabajo”.
Carolina cuenta que la reprobaron en un parcial que rindió justo cuando fue la última toma de Atento de la que ella participó hace casi un mes. Razones del bochazo: “No pude pensar bien, estaba saliendo de una situación de encierro y de violencia y pienso, pucha yo quiero que acá mejoren las cosas pero también me quiero recibir…”.
Puse mucho de mi vida
El trabajo implica una presión enferma física y mental, y un dilema referido a la propia identidad: “Tenemos otras vocaciones e intereses y estamos peleando por ser telefónicos. Y la verdad es que nadie quiere ser telefónico por deseo propio”, confiesa Carolina. Agrega: “Muchas veces me preguntan ¿de qué trabajas? Y aunque no me da vergüenza, no puedo sentirme orgullosa de mi trabajo. Además soy millones de cosas antes de trabajar en un call center”.
Sebastián se suma: “No sé si quiero ser telefónico, pero es la herramienta que veo como para que mi ahijado no trabaje en un call center así. Que sea un oficio como el de carpintero. Por mí, que desaparezcan, pero como no va a pasar, nos queda pelear”.
Según las estimaciones oficiosas en estos lugares cerca del 70% de los trabajadores padecen desde problemas psiquiátricos, pérdida de la audición, nódulos en la garganta, tendinitis, hasta enfermedades de la espalda y de la vista, entre otras, donde ya ni enumeran lo que parece natural: el estrés, el agotamiento. Lucas: “Las propias empresas pusieron el límite de 6 horas no por solidarias ni por bondadosas, sino porque saben que más allá la persona ya no sirve para nada, y su rendimiento cae totalmente”.
El último caso que sucedió en Atento le tocó a una joven asmática: “Pusieron el aire acondicionado muy caliente y despidió unas partículas tóxicas: se le cerraron los bronquios, se desmayó, no podía respirar bien y se la llevó una ambulancia que tardó media hora en llegar. Estuvo dos días internada porque no se le cortaba eso que había respirado. Todos los que nos quedamos teníamos un dolor de cabeza terrible por ese olor que estuvimos respirando”, recuerda Cristina.
Sebastián responde por qué vale la pena quedarse y no renunciar: “Yo puse mucho de mi vida acá. Quiero que esto sea un trabajo digno”.
Último acto
Detalles de la vida de Lucas en Sprayette:
* La diferencia entre el sueldo prometido y el real se debe a que era muy difícil la campaña de suscribir a españoles al diario El País. “Al hablarte de 650 pesos metían gente. Cuando nos encontramos con 490, los de Sprayette nos mandaron a la agencia, y viceversa”.
* Lucas calcula la proporción en contra de 80 a 1 para encontrar a un lector de El País. “Pese a que es el diario más leído, con 500.000 ejemplares, hay 40 millones de españoles. Cuando encontrábamos a un lector del diario, los supervisores se nos venían encima para que les dijéramos cualquier cosa con tal de asegurar la venta. Nos pedían que mintiéramos. Les decíamos que por el diario de 1 euro les íbamos a descontar 70 céntimos por día de su cuenta bancaria. En realidad, se les iba a cobrar todo junto, pero era un modo de engatusarlos. Si lo lograbas, los supervisores empezaban a gritar y aplaudir: ¡grande, puto, hicimos la venta!
* De la venta por un total de 100 euros (400 pesos aproximadamente) al teleoperador le quedan, limpios, 3 pesos.
El mal humor de muchos teleoperadores los alejó de tales festejos. Durante el cumpleaños del supervisor al que le regalaron el DVD con el dinero que obligaron a poner a todos, los encerraron en la plataforma para obligarlos a celebrar y no tener su break aparte.
* Comenzó la presión con una de las jovenes teleoperadoras, obligándola a cambiar de turno, cosa que ella no podía hacer. Sus compañeros la incitaron a seguir trabajando en su turno hasta que ella dijo: “Basta, no quiero pelearla más”, y se dio por renunciada.
* La jefa de plataforma apareció sonriendo “como sobrándonos” cuenta Lucas, para borrar de la pizarra el nombre de esa joven y de otra que en realidad había pedido día de estudio. Lucas discutió con esta mujer, y finalmente él mismo se borró de la pizarra. “Estaba perdiendo mi propio trabajo, pero no pude aguantar el modo en que se reía de nosotros, cómo nos estaba sobrando”.
* “Le dije que alguna vez se iba a acordar de toda la gente que estaba jodiendo. Me contestó: Andate, pendejo”.
Algo está pasando
El fin de la historia es paradójico. Lucas consiguió trabajo en Atento, donde ha confirmado que la lógica de estas empresas responde a un molde nuevo: “La productividad no está medida en relación a las ventas, sino a la obediencia del operador. Lo importante para ellos es que cumplas el tiempo de entrada, de salida, el tiempo del break. No se valoran tus ventas, sino tu nivel de conexión a la máquina y de docilidad. Me cuesta encontrarle explicación, pero se ve que la productividad para ellos es que después de un tiempo te destruyeron el cerebro, y directamente te conectás todo el tiempo, levantás llamadas al ritmo que ellos quieren, y la ventaja es que no tenés otra cosa en la cabeza”.
Más detalles. Atento, para evitar los conflictos con los empleados que piden el pase al convenio de telefónicos, está transfiriendo sus propias tareas de call center de las telefónicas, a Action Line, por ejemplo, mientras recibe campañas de otro tipo de empresas (lo cual evitaría que se la considere una subsididaria de una “empresa telefónica”).
El negocio promete seguir adelante. Lucas cuenta que el Banco Río, con 40 operadores propios, logró la venta del 40% de sus productos bancarios. “Ahora hacen la apuesta de contratar a Action Line, para poner 100 telemarketers”.
Pero existe otra parte de la historia. “Se está armando un Sindicato de Teleoperadores por afuera de Foetra, el sindicato telefónico. Foetra es un sindicato de empresa, nació con la vieja Entel y quedó con Telecom y Telefónica. Tiene 12.000 afiliados en todo el país. Para muchos chicos la gran reivindicación es entrar a Foetra, ser reconocidos como telefónicos, pero muchos pensamos que lo mejor es armar un sindicato aparte, nuestro. En lugar de algo burocratizado donde las decisiones se toman en otro lugar que no es un call center, que las decisiones sean entre los que verdaderamente trabajan en estos sitios”.
El Sindicato tiene su página web www.sindicatodeteleoperadores.com (la otra página que registra esta realidad es www.teleperforados.com.ar)
“El sindicato está abierto a los que quieren pelear por estar en Foetra. Que cada uno elija. Yo creo que es mejor un sindicato aparte, porque lo de Foetra encima no es un convenio, sino un subconvenio de los telefónicos: por eso nadie va a cobrar como un telefónico ni en ese sindicato. Tampoco Foetra intenta que los demás call centers pasen a ser telefónicos, para no tener lío con el Sindicato de empleados de comercio de Armando Cavalieri. Ellos intercambian cuotas sindicales, mientras nosotros miramos. Bueno, ahora no miramos más”.
El Sindicato editó una revista llamada Algo está pasando, tiene 400 afiliados solamente en Córdoba (donde nació) y 1.000 en todo el país. Cuenta Lucas: “Es horizontal, porque las decisiones se toman en asamblea. Y es independiente de los partidos y sindicatos. Los partidos salieron a decir que somos kirchneristas, patronales y mil millones de cosas para tirarlo abajo. Pero nadie puede decir eso, cualquiera puede participar en las reuniones y verlo. En Capital, los encuentros se hacen los viernes a las 6 de la tarde, en Libertad 70, un estudio de abogados que colabora con el proyecto”.
La nueva organización, además busca romper varios moldes sindicales: “No está previsto que el sindicato, si fuera reconocido, cobre cuota sindical obligatoria. Voluntaria, o nada. Ni va a haber ningún puesto rentado. Queremos romper el negocio de los sindicatos, y hacer nuestra propia experiencia, sin dejar que haya otros por encima que quieran decidir por nosotros”, dice Lucas actualizando esta nueva parte de su historia, que recién está empezando.
Nota
Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:
- Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
- Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
- Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.
En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.
Por Lucrecia Raimondi
Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.
Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:
- El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
- la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
- el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.
En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional.
Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.
En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica.
Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:
- la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
- la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
- las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.
La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos.
Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva. “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La economía popular y el avance narco
La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).
La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”.
Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.
Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”.
En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.
Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.
Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”.
La voz de los marginados
Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”.
Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”.
“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”
En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.
Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.
Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”. Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.
Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”.
En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”.
La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños.
Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”.
Proyectos de vida y niñas violadas
Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.
Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.
En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”.
El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.
Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.
En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.
En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”.
Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”
Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.
El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.
En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan.
“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.
Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria.
El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”.
En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”.
La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos.
El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”.
Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.
Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: “Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.
Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
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