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Télam: últimas noticias de un cierre que no es
Rechazo a la propuesta del gobierno sobre los retiros voluntarios, acampe en la sede principal, y continuar informando en somostelam.com.ar: esos fueron los principales resultados de la masiva asamblea que protagonizaron más de 300 trabajadores de la agencia pública en la mítica sede de la CGT de la calle Azopardo, que reclaman a su vez que se retiren las vallas para volver a ingresar a sus lugares de trabajo.
Texto: Franco Ciancaglini
Fotos: somostelam
Este lunes se vencía el plazo de la “dispensa” de actividades que había dispuesto el gobierno nacional una semana antes, acaso como un método para “empezar a cerrar” a la Agencia Nacional de noticias Télam, como había anunciado el Presidente sorpresivamente –o no– en la apertura de las sesiones legislativas. Horas antes de que comenzara esta nueva semana, el domingo, un nuevo mail llegó a las casillas de los 700 empleados en todo el país con una prórroga de otros siete días sin actividades, y la novedad del ofrecimiento de retiros voluntarios.
La ley de las vallas
La reacción fue rápida: asamblea en la sede de la CGT para decidir en conjunto el futuro de la lucha. Más de 300 personas estuvieron presentes en el salón principal Felipe Vallese y no dudaron en ponerse de acuerdo: rechazo de plano a las propuestas del gobierno, mantenimiento del acampe para proteger los bienes públicos, mantenimiento de la web somostelam.com.ar para continuar trabajando pese al “dispense” de tareas, y exigir al gobierno que saque las vallas que bloquean el acceso a los edificios de la agencia.
“Estar en ese salón, todos juntos, te llena de lucha” dice Alicia Gallizzi, trabajadora y delegada de Télam, una de las que se encuentra acampando en la calle Bolívar, sobre la visita a Azopardo. “La gente está preocupada, pero el hecho de estar juntos te tranquiliza”.
Salieron de la sede de la CGT en grupo y marcharon luego por Paseo Colón. Pasaron por el edificio que la agencia tiene en la calle Belgrano y terminaron en el que está a la vuelta, sobre Defensa. Esa última sede –custodiada por un móvil policial– es la sindicada por el gobierno como dirección para gestionar los retiros. Cuenta Gallizzi sobre este punto: “A nosotros ya nos ofrecieron retiros voluntarios en el 2001. ¿Y sabés que pasó? En ese momento se fueron cerca de 200 compañeros que terminaron comiéndose sus ahorros, en el mejor de los casos. Y en el peor les pasó esto: compraron dólares, los pusieron en plazo fijo y perdieron toda la guita. Se quedaron sin nada. Y hoy el panorama no es muy distinto: no es fácil encontrar otro trabajo”.
Fotos: somostelam
Lo real y lo simbólico
La línea política de la asamblea de trabajadores, que acompaña tanto el sindicato SiPreba como Fatpren, es clara: “Decimos que no. Nos oponemos a los retiros. Y queremos que abran la agencia. Télam tiene que funcionar y queremos estar adentro”, cierra Gallizzi.
Desde el domingo 3 de marzo que en la sede de Bolívar solo entra personal de seguridad. Y todo indica que esta semana será igual, con los trabajadores acampando en la puerta, en medio de pronósticos de lluvias torrenciales que parecen reflejar un clima de época: “No tenemos panorama, solo especulaciones. Si plantearon los retiros voluntarios es que no hay negociación conjunta posible”.
El interventor de la agencia, Diego Chaher, todavía no se hizo presente en ninguno de los edificios, ni dio la cara frente a quienes trabajan desde que asumió su cargo. Tampoco especificó ninguna idea respecto al futuro de la agencia, por lo que el único plan oficial parece ser querer cerrarla: “Nunca explicitó el plan el interventor. En ese caso hubiésemos empezado un dialogo para ver de qué forma. Y nosotros nunca aceptaríamos un cierre de la empresa. Télam se puede hacer absolutamente eficiente, porque lo es actualmente, pero no es un tema de eficiencia: es simbólico. Es que desaparezca la agencia nacional de noticias”.
¿Qué simbolismo tendría ese eventual cierre? Gallizzi: “Cerrar la agencia es un punto de partida muy peligroso: es cercenar la libertad de expresión en su más alto nivel: de aquí para abajo, todo”.
11 de Marzo de 2024, Ciudad de Buenos Aires. Los trabajadores y trabajadoras de la agencia nacional de noticias Télam se movilizan desde la sede de la CGT hasta la Casa de la Defensa en rechazo al plan de retiros voluntarios dispuesto por la intervención de medios públicos. Fotos: somostelam
El martes de lluvia transcurrió sin más novedades que la ruptura, vía diluvio, de la carpa donde se guarecen los trabajadores. Consiguieron ya otra. La lluvia torrencial, los truenos y el pronóstico de tormenta parecen una mala metáfora de los días que se viven, pero ninguna de estas circunstancias pone en duda el acampe, ni la decisión de los trabajadores de volver a trabajar.
Mientras tanto, acá está Alicia junto a sus compañeros y compañeras, levantando el techo para que no se acumule agua en las lonas, diciendo a quienes se quejan de que la lluvia los moja: “Es agua, no pasa nada: peor es quedarse sin laburo”.
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Infiernos en la Comarca Andina: el estado de las llamas
Voces desde los incendios cordilleranos: las causas y las sospechas. El rol de la megaminería y del monocultivo en medio de sucesivos desastres que preparan el terreno para que el próximo se desate con más facilidad y ferocidad. La lucha contra el fuego, incluso de quienes ya lo perdieron todo. La tarea de los medios comunitarios. Y una respuesta práctica, un link, para una pregunta: ¿cómo ejercer la solidaridad con las víctimas?
Por Franco Ciancaglini
La voz de las personas que relatan lo que pasa en el sur se corta por la respiración que se bloquea por el humo, por la angustia o directamente por las lágrimas. Los testimonios de quienes habitan la Comarca y están cuerpo a cuerpo con el fuego no pueden distanciarse de la desazón y la tristeza que genera ver, de muy cerca:
- 20.000 hectáreas quemadas.
- Decenas de casas incendiadas.
- Un muerto hasta ahora: Ángel Reyes, 84 años.
- Al Estado ausente.
Fotos: Eugenia Neme.
Sostener lo insostenible
Al cierre de esta nota aún había focos activos en El Bolsón, el Parque Nacional Lanin, el Parque Nacional Nahuel Huapi, Puerto Madryn, Epuyén y Atilio Viglione. Y personas movilizadas en todos esos lugares colaborando con las brigadas y bomberos para contener las llamas, y realizando todo tipo de acción para proteger la vida: viandas para repartir, relevamientos de personas y casas, aprovisionamiento de agua, colectas, y muchos etcéteras.
El Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF) estima que la superficie afectada por el incendio asciende a 20.000 hectáreas. Una cifra que equivale a 10 veces la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los incendios son cada vez más cruentos año a año, frecuentemente en estas épocas calurosas, mezclando cada vez características sistémicas (sequías, calentamiento global), con particulares (cómo se inicia el fuego) y, últimamente, con una marcada ausencia del Estado en la prevención y atención del asunto.
Fotos: Eugenia Neme.
Más dimensión del desastre: un informe de Greenpeace estimó que la superficie afectada por incendios forestales en la región de los Bosques Andino Patagónicos de Argentina durante el período octubre 2023 – marzo 2024 fue de 7.747 hectáreas, el 90% en la provincia de Chubut.
En 2024 viajamos desde la revista MU al Parque Nacional Los Alerces para retratar lo que sucedía alrededor del incendio de 8 mil hectáreas, donde vecinos autoorganizados y brigadistas le hicieron frente a los negocios oscuros, negligencia, ausencia de justicia y silencio estatal.
Hoy el panorama es bastante similar, o peor. En septiembre de 2024, el Monitor Ambiental del Presupuesto (FARN) informó que el presupuesto para el Plan de Manejo del Fuego en Argentina se redujo un 43,8% en seis meses. Por este desfinanciamiento el diputado Esteban Paulón exigió explicaciones a Patricia Bullrich, a cargo del ministerio responsable.
El plan provincial de Chubut también se encuentra en la mira. Tan solo un dato del estado del Estado: esta semana el Jefe de la Delegación Noroeste de Servicios Públicos provincial renunció denunciando al falta de “insumos, vehículos operativos, personal suficiente, sistemas de comunicación adecuados e infraestructura digna” . También reveló la falta de condiciones de seguridad, y de descanso. “Hoy llegamos a un punto final. No se puede sostener lo insostenible, ni se puede exigir más sacrificio a quienes ya lo han dado todo. (…) No puedo continuar en un cargo donde mis reclamos son ignorados y las condiciones laborales siguen degradándose día a día”.
Así estamos.
Fotos: Eugenia Neme.
Autogestión
Lo cierto es que en todos los incendios, el aporte de las brigadas vecinales ha sido fundamental para poder frenar el avance del fuego. Aunque estatalmente no se lo quiera reconocer, sí ocurre en el territorio con muchas y muchos trabajadores.
En el frente del fuego conviven hoy integrantes del Plan del Manejo del Fuego y distintas instituciones nacionales y provinciales –bomberos, brigadistas– y las organizaciones vecinales que se dan una mano mutuamente.
“Ellos saben que nosotros estamos también en la lucha por regularizar sus puestos de laburo, que dejen de ser contratados, que les den elementos… En el frente del fuego nos entendemos y combinamos nuestros esfuerzos”, cuenta Martín, uno de los autoconvocados que se sumó a las tareas.
Otro es Javier Isikawa, quien si bien pertenece a una asamblea se define como “uno de los miles de vecines organizades que vamos a apagar el fuego”. Estos vecines son, en parte, grupos formados y entrenados para el combate del fuego, y por otro lado personas conmovidas que se suman a dar una mano en lo que se necesite. “Hoy lo estamos haciendo ya más organizada y sistemáticamente. En poco más de un mes que va del año hemos estado en una quincena de incendios” relata.
Javier vive en Golondrinas, casi al límite de las provincias de Chubut y Río Negro, donde hace cuatro años un incendio arrasó con 500 casas y mató a 3 personas. Esa experiencia, cuenta, lo forjó para seguir participando en la lucha contra el fuego. Enumera incendios: Cuesta El Ternero, Loma del Medio, Epuyén, El Hoyo, Pedregoso. “Mallín (por Mallín Ahogado, otra de las localidades que se encuentra apenas al norte de El Bolsón) era una zona que venía quedando sin incendios desde hace mucho tiempo, con una vegetación frondosa, con bosques milenarios. Son áreas de bosque virgen, un pulmón. La biodiversidad de este lugar es muy particular: por eso tanta gente viene de turismo hacia esta zona”.
Fotos: Eugenia Neme.
Cordillera quemada, sequía zarpada
Martín es otro de los pobladores que comienza confesando que le cuesta organizar las ideas en este momento: acaso una demostración del impacto en la vida de quienes habitan y combaten el fuego.
“Se está quemando la cordillera, esa hermosa que ves desde El Bolsón”, comienza su relato gráfico, y enseguida cuenta: “Los pocos recursos que hay se dedican al cuidado de las zonas habitadas, entonces el fuego arriba no se combate. Hay recursos desplegados de provincia, de bomberos voluntarios, de lo poco que queda de la Brigada Nacional de Manejo del Fuego y de la Brigada de Chubut que está dando una mano… y cantidad de vecines, de brigadas autoconvocadas, de organizaciones: un hormiguero de gente laburando”.
Martín, si bien vive lejos de los actuales focos, no descansa viajando hacia los lugares en los que se expande el fuego, y reconoce su miedo porque los vientos pueden llevar las llamas a un lado y otro. “Venimos con una sequía zarpada, no hay lluvia, mucho material para la combustión… Y además han empezado a aparecer un montón de episodios de piromaníacos en este contexto”.
¿A qué llaman piromaníacos? “Decimos piromaníacos gráficamente, porque no entendemos qué está pasando”.
Fotos: Eugenia Neme.
Sospechas, minería y monocultivo
Las personas afectadas no tienen como prioridad ahora realizar análisis de las causas de los incendios: están preocupadas en contenerlos y organizarse frente a la falta de recursos.
FM Alas es una radio histórica de la Comarca Andina que hoy tuvo como protagonista a la voz de distintos brigadistas. Uno de ellos planteó con claridad: “Lo que sucede en todos los incendios es que, así como sabemos que hay gente que intencionalmente los está ocasionando, también hace que circule información falsa, para generar pánico o incluso llamamiento al Ejército, a Patricia Bullrich… Parece absurdo pedirle ayuda a quienes son los responsables más altos de que esto suceda. Compartieron fotos de unos compas, de un amigo, una amiga que están combatiendo el fuego, diciendo que los habían visto con bidones de nafta prendiendo fuego: algo totalmente falso. Quienes estaban en la foto se volvieron para El Hoyo como diciendo: ni ganas de que esto suceda, de que me incriminen cuando justamente es al contrario. Uno está haciendo la fuerza y dando todo para que esto se termine y poniendo todo el newen (fuerza, energía) para combatir el fuego. Es una locura: de todos los golpes que uno recibe, es el más feo. Y no es justo, como nada de lo que está sucediendo”.
Javier Isikawa habla de “causas variadas” y plantea otra arista, que vive en primera persona y refiere al rol estatal: “Una de las principales causas de incendios es la falta de infraestructura estatal en los tendidos eléctricos. Vivimos en una zona en donde no podemos permitirnos el chisporroteo de sistemas eléctricos precarios. En Golondrinas apagamos por lo menos 10 focos que se generaron así. Como población nos organizamos e hicimos un pedido al Estado de que corte el suministro eléctrico los días que están previstos vientos: preferimos estar sin luz que estar incendiados”.
Sobre las intenciones, es cauteloso: “No digo que no pueda haber personas prendiendo fuego, pero creo que no son las causas principales. Hubo años atrás una persona que prendió 15 focos en un mes. Lo encontraron, pero fue un caso en todos estos años. Hoy no creo que haya sido eso. Mi impresión particular, por el lugar donde comenzó –en la senda turística de Mallín-Bolsón– es que fue un descuido de algún turista. Estamos en un momento en que usar una moladora puede desatar el fuego. Entonces una colilla de cigarrillo es una causa más que de sobra para generar un incendio. Y yo ahí no creo que haya una intencionalidad, sino un descuido fatal: de hecho el incendio de Mallín Ahogado ya tiene una víctima fatal”.
Se trata de Ángel Reyes, un poblador que se habría negado a evacuar su casa y murió a causa de la inhalación de humo.
Pero no todo lo que se prende es en lugares turísticos: “En otras zonas, particulares, hay fuegos intencionales. Dicen que ocurren por rayos pero quienes vivimos acá sabemos que no hay tormentas eléctricas. Esos incendios por ‘rayos’ han ocurrido en áreas con cateos mineros, con bosque, pero muchas veces con bosque achaparrado donde el apagado sería sencillo. Pero se lo ha dejado avanzar. Ahí uno sospecha: no puede no sospechar”. Se refiere a los incendios que ocurrieron en 2024.
Javier coincide en que otro de los problemas fue la plantación de pinos en esta zona, algo que alerta también la Asamblea de Esquel en esta nota que lo explica con claridad:
“El monocultivo de pinos es una invasión silenciosa casi imperceptible en el día a día que está ocasionando graves consecuencias en la Patagonia. La intensa demanda de agua va secando manantiales, aguadas y mallines. Los pinares implantados abandonados, sin el debido mantenimiento, acumulan material altamente combustible siendo los principales responsables de la propagación incontrolable de los incendios forestales. Además, investigadores del INIBIOMA (CONICET-UNComahue) encontraron que de cada 1.000 pinos por hectárea en una plantación brotaron 21.000 luego del incendio (o más). Y describen un ciclo infernal, por el cual, cada incendio genera más masa combustible y prepara el escenario para el próximo, aún más catastrófico. Sucesivos incendios en pinares favorecen la infección del territorio y van dejando atrás tierras degradadas”.
Esa combustión, entonces, para Javier es consecuencia de lo que llama “políticas imperialistas”: impusieron al pino contra la flora nativa, como una forma de imponer un modelo que hoy está en llamas.
Fotos: Eugenia Neme.
Link para la solidaridad
Mientras tanto Radio Alas sigue sonando: brigadistas autoconvocados de los barrios dan información preventiva. Hablan de limpiar caminos, de llenar tanques de agua comunitarios y vecinales, del relevamiento de familias.
Relatan anécdotas de lo que se está realizando: “El fin de semana estuvimos yendo a combatir el fuego, por suerte la zona está controlada y está dando resultado. Entre compas que estamos encontrándonos como brigadistas autoconvocados, un compañero de Epuyén perdió todo dos días atrás. Y pese a eso estaba combatiendo el fuego. Cuando nos íbamos le digo: ¿Para donde vas? Para lo de un amigo, porque perdí todo”.
El joven se corta y confiesa: “Creo que necesitamos asistencia psicológica. Desgasta mucho poner el cuerpo. Ayer compartimos un almuerzo con los brigadistas. Fue como compartir en familia…” y el llanto no le permite continuar.
Tal vez se le venga a la mente una de las cientos de personas que han perdido sus casas.
Para ellas, al cierre de esta nota las asambleas de la zona organizaron una colecta con los datos verificados, los nombres y el detalle de las pérdidas materiales de alrededor de 200 familias.
Esta es la convocatoria a “hacer algo”: “Esta lista que verán a continuación recauda datos de damnificados que necesitan de la colaboración económica para reconstruir sus hogares, continuar con sus vidas y rearmarse. Se irá actualizando a medida de las necesidades y datos que sigamos juntando”.
Este es el clic para hacerlo realidad y que la solidaridad no quede en palabras: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeWGFN9Z7i0EctuV-cnmBryQwNIePR8FLF28dlOIdnTBa5o5g/viewform
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Marcha antifascista: el video
Más de dos millones de personas se movilizaron el sábado en todo el país convocadas por la Marcha Antirracista y Antifascista. El lunes el presidente, que había intentado desmentirse a sí mismo por su discurso en Davos (que provocó la marcha), repitió y empeoró su actitud y sus agresiones en una de las autonotas que realiza con su periodismo adicto.
Ante los dichos, hechos: aquí el video de la marcha que hace Historia y muestra un camino a seguir.
(Video: Juan Valeiro/ lavaca.org)
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Una marcha que hace Historia
Por Claudia Acuña y María del Carmen Varela
Hay algo de revolución en este día que hará Historia y es una de las clásicas, que deja al mismo tiempo perplejas a las bibliotecas, sacude las cabezas, cuestiona a la política partidaria y enciende los sentimientos sociales. Es, además, de aquellas alegres y rabiosas, pero sobre todo, poética. Es lógico: si hay alguien a quien atribuirle la primera puntada que hizo posible esta jornada imposible es a una bordadora de esas bellas artes. Susy Shock fue quien comenzó a señalar el horizonte de esta utopía con precisión: un frente antifascista. Lo repitió tanto y en tantos lados y durante tanto tiempo, que cuando llegó el momento de escoger una palabra para esta convocatoria brotó ese término, como una flor que nace con el riego de los tiempos urgentes.
A las trabajadoras sexuales de Constitución, en general, y en la voz de Georgina Orellano en particular –a quien días antes vimos azotada por las botas policiales– les debemos la puntada que la unió con la siguiente: antirracista.
Susy Shock . Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
A las travas históricas, el coraje y la memoria, que sonó como advertencia o como reto y que sintetizó la voz disonante expresada por Marlene Wayar: “Estamos cansadas de luchar porque sus manos son débiles”.
El reloj, en cambio, lo marcaron las infancias y adolescencias: el sufrimiento concreto con el que castigaron sus vidas esas palabras crueles infringidas desde lo más alto del poder institucional.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Dirá hoy la actriz trans Flor de la V: “Ese es el límite. Desde que asumió este gobierno hace un año y meses, no paran de agredirnos, de decirnos cosas horribles sobre nuestras identidades y lo que sucedió en Davos fue la gota que rebalsó el vaso. Hasta ahí llegamos. Tenemos una ley de género que deben respetar y una de matrimonio igualitario que no pueden ignorar. La verdad es que hace décadas que nos bancamos el maltrato y el desprecio de una sociedad, pero hoy con leyes que nos reconocen, no lo vamos a permitir más”.
Flor de la V Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Juana y Agos, de El Teje –una organización autogestiva dedicada al cuidado de las infancias trans y no binarias– lo sintetizan así: “Había que decir basta para demostrar que la calle nos pertenece, que la palabra libertad nos pertenece, por sobre todas las cosas, para demostrar que las personas a quienes no quieren dejarnos existir somos aquellas que más unimos a esta sociedad”.
Poetas, putas, travas, infancias, adolescencias y juventudes trans y no binarias, las más empobrecidas, las más castigadas, las últimas de la fila se pusieron al frente y convocaron a mover este mundo horrible al que nos quieren condenar.
Lo siguiente fue la marea que emerge, brava y colorida, para desafiar las violencias. Ese tesoro social que tiene la Argentina y que nadie, nada, nunca, puede ni predecir ni controlar.
Una vez más el Nunca Más.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
El plan
Otra vez Juana: “Este ataque es parte de un plan económico que impone quién accede al capital y quién no, quién accede al trabajo y quién no, quiénes acceden a qué tipo de trabajo y quiénes no. Quiénes tienen que hacerlo en la prostitución, quiénes tienen que empobrecerse para que unos pocos puedan tener mucho acceso al capital”.
Agos: “Para frenar el fascismo y estos discursos de odio poner el cuerpo es una estrategia eficaz, por eso estamos todes acá, pero formar parte de El Teje me hizo darme cuenta de que una buena forma de enfrentarlo es parar la bola, escuchar y bajar el ego”.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Juana: “Y armar red. Lo que propone el fascismo, lo propone desde la individualidad. Si logramos combatir este plan económico que nos obliga a tener dos, tres trabajos que nos sostengan, es a partir de preguntarle a la persona que tenemos al lado –no importa si es de nuestra comunidad o no– cómo estás, qué necesitas, en qué te puedo ayudar”.
En la calle, los obreros de la UOCRA saludan eufóricamente a las columnas y los bancarios sacuden abanicos con los colores de la diversidad. Los jubilados y jubiladas bailan. Las parejas con canas sostienen carteles hechos con cartón que proclaman “Basta de fascismo” y un joven alza su cartulina escrita con marcador azul para recordar: “El pedófilo no era gay: era tu diputado”, en referencia a Germán Kiczka, el legislador de la oficialista La Libertad Avanza, cuya causa por abuso infantil fue elevada a juicio el 21 de enero.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
El balcón es para dos estrellas, María Becerra y Lali Espósito, que saludan a la multitud mientras le cantan “¿Quiénes son?”, una complicidad espontánea y profunda, que sólo se comprende con el resto de la letra:
“Yo tiro flores, bebé.
No tengo tiempo pa`nada,
menos para atajar tu agresividad”.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
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