Mu09
Gorilas de vanguardia
Crónica del más acá
Ténganme paciencia porque todavía estoy convaleciente. Tecleo con dificultad cada palabra, balbuceo ante cada concepto y ni les cuento el esfuerzo que representa volver a recordar ese momento en que me estrellé el alma, en la puerta del Centro Cultural Recoleta. Fue un sábado de sol demasiado optimista, de esos que aflojan la guardia. Había recibido un mail de un amigo con un breve texto que decía “para las crónicas de mu”, acompañado de una sola palabra, que por curiosidad tecleé luego en la galera mágica del buscador de la web, que la multiplicó 263.000 veces.
Intoxicada de información construida con sustantivos en inglés y adjetivos superlativos, fui al encuentro del “festival de artes visuales más innovador de este siglo”. Y ahí estaban ellos. El saco y el chaleco negro, la credencial en los pectorales y el inconfundible audífono colgado de la oreja derecha. Un ejército de gorilas cultivados con anabólicos y plantados estratégicamente. Bienvenidos a Onedotzero.
La niña bonita está parada delante de la pila del suplemento Sí! del diario contrainformativo Clarín que reparte gratuita y desganadamente. Son ocho páginas con notas que orientan sobre el contenido de lo que podrá verse allí, una vez que se traspase el stand de Levis, la marca que ¿auspicia? ¿organiza? ¿engendra? toda esta representación. El pabellón que alberga la muestra tiene en la puerta un cartel que enuncia “Lugares de la memoria que no debemos olvidar” y la lista de los principales campos de concentración de la dictadura. Es parte del mobiliario permanente de este centro cultural, que en esta tarde de sí-logos convive promiscuamente con los anuncios del trago de Gancia. Cuatro o cinco escalones después, se abre el juego de las salas. Hay colas de jóvenes que esperan pacientemente su turno para ingresar a cada una, mientras el ejército de patovicas patrulla el pasillo, ordenando:
–Contra la pared.
No hay sutileza en ese grito ni modales. Me atrevo a reprochárselo al gorila que me atropella y lo que obtengo es aun más violento: se queda congelado y grita.
–¿Qué pasa acá?
Estamos en la fila de la instalación cuyo cartel anuncia: “Esta obra plantea el conflicto relacional con los conceptos de poder, identidad y comunicación” y la tensión se afloja recién cuando el responsable de custodiar el ingreso a la sala apura el paso de la fila.
Adentro las paredes son negras y la oscuridad es total. En el centro hay tres pilares sobre los que se han colocado unas pequeñas estructuras de acrílico, dentro de las cuales burbujea un líquido transparente, iluminado por un ojo que desde la pared del fondo proyecta luz. Con esfuerzo, se puede reconocer que en el acrílico se refleja la figura de una silueta masculina. De espaldas en la primera; de frente y sentado, en la última. En la del medio, ni siquiera. Le pregunto al custodio si hay que esperar algo más y con una sonrisa de villano me contesta:
–Es todo.
En otra sala se concentran las obras de la sección “Punga”. Dice el cartel explicatorio que esta sección versa sobre los “paradigmas que relacionan la tecnología con la vastedad de movimientos culturales y técnicos que invierten el sentido kuhneano de la habitualmente mal aplicada tecnología de punta…”. El texto sigue en idéntica línea pretenciosa, sosteniendo con cada palabra el mito de lo que allí deberá verse. Pero lo que hay es una cocina en cuyo horno se colocó una pantalla plana con la imagen de una pizza de muzzarella; una tostadora recreada con dos pantallas, un plasma que se mece como un péndulo… experiementos que parecen la parodia de una feria de ciencias del liceo, exhibidos bajo el logo de la compañía electrónica que ¿auspicia? ¿organiza? ¿engendra? estos símbolos de la cultura del simulacro.
En otra sala hay una proyección de cortos que la era Youtube ha dejado inútiles y viejos; en otra, mucha onda sonora lumínica proyectada y en la más popular, una supuesta máquina Böjk que se ha averiado, aunque unos minutos antes del cierre se ha recuperado del colapso. Ahí está, al fin, luego de varios minutos de cola, en el centro de la sala, demasiado diminuta como para justificar las expectativas. El custodio de la sala se hace cargo del desconcierto.
–Son estos cuadraditos que hay que ponerlos sobre la pantalla y moverlos. Según cómo se los mueva, hacen una interferencia… Se vuelven a mover y hacen otra. Así (y desplaza los cubos de acrílico para un lado) o así (y los mueve para otro). Muévanlos un ratito y váyanse, porque tiene que pasar otra gente.
Hay seis personas alrededor de la mesa y sólo cuatro obedecen la consigna. Mueven los cuadrados de acrílico así y así. Y los dejan. La mesa proyecta una luz sobre esas caras que intercambian miradas, perplejas, vacías. Literalmente, se han quedado sin palabras.
En el pasillo, el ejército de patovicas se agita otra vez. Ahora los gritos ordenan:
–¡Diez minutos para desalojar…!
Hacia la salida se dirige entonces el flujo de espectadores que los gorilas miran por sobre el hombro. La mayoría son jóvenes y peregrinan lentamente. Ya en la puerta, le pregunto a la chica de anteojos morados y vincha violeta qué piensa.
Y sobre el mármol compacto de su silencio, me estrello.
Por suerte, al día siguiente leo en la tapa de Clarín su versión sobre el Onedotzero: “Una muestra de vanguardia con el arte digital al alcance de la mano”. Entonces me di cuenta: sólo cuando me río, me duelo.
Mu09
¿Dónde queda la izquierda?
Las elecciones demuestran que la política está en otra parte, y la izquierda también. En plena transformación, ¿dónde se genera el cambio social?, ¿cuáles son los nuevos desafíos? Compartimos estos interrogantes con quienes, desde la acción, nos ayudan a pensar qué significa ser de izquierda hoy.
(más…)
Mu09
Encuentro cercano
La invitación era simple: conocerse y conversar. El joven espíritu de este intelectual que es un símbolo del pensamiento libre y comprometido con la solidaridad y la veterana experiencia de tres chicas que ya aprendieron a pelear por la vida.
(más…)
- Revista MuHace 3 semanas
Mu 199: Aguante lo comunitario
- Revista MuHace 3 días
Mu 200: Buscando justicia
- Derechos HumanosHace 3 semanas
Iglesia de la Santa Cruz: la primera de las Madres desaparecidas, la infiltración de Astiz y la genética de una resistencia
- PortadaHace 6 días
19 y 20 de diciembre: La batalla que nos parió
- ActualidadHace 1 semana
Chau Bety
- Mu199Hace 3 semanas
Chiachio & Giannone: la urdimbre y la trama
- Derechos HumanosHace 4 semanas
El adiós a Mirta Baravalle
- ActualidadHace 3 semanas
Un acto y tres rondas en Plaza de Mayo: ¿qué es resistir?