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La Zancada: viva el teatro

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Hacen teatro y comprendieron que para eso lo mejor es trabajar en grupo y combinar dos materiales energéticos: autogestión y creatividad. La Zancada es a la vez un grupo, una escuela y una editorial de teatro. No se basan en obras hechas sino que trabajan a partir de novelas, cuentos, experiencias y hasta noticias con las que crean sus propios universos. Inteligencia, arte y humor puestos en juego para que la vida y el arte den zancadas de calidad. Por María del Carmen Varela.

La Zancada: viva el teatro
Foto: Martina Perosa

Cinco actrices y un actor imaginaron cómo sería trabajar en grupo.

¿Haciendo qué? Lo que les gusta: actuar. 

¿Cómo hicieron? No se quedaron quietxs. 

¿Lo hacen por amor al arte? Claro. 

¿De qué viven? De lo que aman. 

¿De la actuación y la autogestión? Sí: rotundo. 

Para Carolina Ayub, Aldana Pellicani, Julieta Costa, Nabila Hosain, Alejandra Escalada y Nicolás Gentile, el camino de los sueños se recorre con entusiasmo, esa energía que impregna los cuerpos y se transforma en pura acción. 

Casi todxs se conocieron en la UNA (Universidad Nacional de las Artes) y empezaron a reunirse tres veces por semana para ensayar una obra basada en el libro Amor y anarquía de Martín Caparrós. Investigaron sobre la vida de los anarquistas y construyenron La vida urgente, que se estrenó  en 2016. 

Hasta entonces, la grupalidad se había constituido por afinidad y ganas de concretar un proyecto. Después se dieron cuenta de que podían seguir edificando a partir de esos cimientos. “El grupo se funda en los ensayos y en el entrenamiento. Y ese interés sigue estando”, asegura Aldana. El desafío: “No trabajar materiales pensados para el teatro sino los que podamos adaptar al teatro: las novelas, los cuentos, las noticias. Cualquier material que no haya sido pensado para el teatro puede ser llevado a la escena”. 

Cuando te cae la ficha

Indagaron en obras sobre el amor trágico: Romeo y Julieta, además de Amor y anarquía. La pulsión de la juventud por ir más allá de los límites les resultó el gran disparador. Con el material masticado se instalaron a ensayar durante una semana en una casa prestada en Junín y al regreso acordaron: “Ya somos un grupo”. Y como todo grupo, querían tener un nombre. Aldana: “La Zancada es un concepto que usábamos mucho en esa época, que tiene que ver con el aprendizaje en lo teatral que a veces se da a los saltos. Venís trabajando y de repente parece que das un salto y estás en otro lado y en realidad no es que diste un salto sino que todo el tiempo viniste acumulando. La sensacion es: hoy entendí todo. Te cae la ficha”. 

Esa ficha que cae también es la zancada. 

Con grupo armado y nombre a estrenar, se propusieron dejar atrás algunas cuestiones: “Armar una obra, estrenarla, hacer doce funciones y que se caiga”, “actuar en una obra que no te gusta, porque alguien te llamó”, “hacer funciones de algo que no te convence, porque hay que actuar”. 

¿Cómo salir de esos lugares comunes? Coinciden: “Si encontramos formas de trabajo que nos identifiquen, nuestras obras van a permanecer porque somos quienes las hacemos. Tiene que ver con esas otras formas de pensar: no cómo hay que ‘hacer teatro’, sino qué queremos hacer nosotres”. La búsqueda de la propia identidad es un ejercicio necesario que La Zancada se tomó muy en serio y en esa reflexión aparecieron los cuestionamientos: qué somos, qué queremos ser, para qué, qué no somos ni queremos ser. 

Estrategia de las 3 E  

Escena, Escuela y Editorial son los tres ejes que estructuran al grupo. ¿Cómo se hace un espectáculo en La Zancada? “Haciéndolo” es la respuesta, tan simple como vital cuando se habla de Escena. Hay una condición: todo está permitido, menos hacer una obra que esté a favor del patriarcado o del capitalismo. Durante la pandemia terminaron de pulir los unipersonales en los que cada quien venía trabajando: “Está bueno que cada une tenga su unipersonal de manera tal que si te vas de vacaciones, podés hacer una función en algún lugar del mundo y La Zancada viaja con vos. Por eso tenemos espectáculos colectivos y también unipersonales”.

En la pandemia se reunieron de manera virtual durante quince días para pensar en grupo cómo encarar la actividad grupal. “Salió una obra que fue un juicio por jurados –cuenta Carolina– que se hizo con el grupo Teatro del Bardo de Entre Ríos. En tres meses teníamos una obra por zoom en la que el público entraba, participaba y sentenciaba. Eso fue un hallazgo, fue hermoso, no hubiese pasado de otra manera”. 

Surgieron también las ganas de hacer una revista. Julieta se formó en Periodismo Digital Autogestivo, Nabila aportó sus conocimientos de diseño y La Zancada se estrenó también como publicación. La E de Editorial, lista. 

La Escuela es el otro hallazgo. Dicta clases de actuación, de humor, de objetos, de montaje, para distintas edades: hay para niñes, adolescentes, jóvenes y adultes. Durante la cuarentena estricta funcionó por zoom y surgieron trabajos de dramaturgia que más tarde pudieron ser montados y presentados en encuentros y festivales. “Queremos producir el teatro que elegimos –enfatiza Aldana–con la gente que queremos y que les estudiantes sean parte, formen comunidad con nosotres. Hay muches que ahora formaron elencos, tienen una obra y van a festivales, eso les empodera a ser actores, actrices que tienen trabajo y si quieren salir y decir ‘esta es mi herramienta, yo actúo y sé hacer esto’. No es que le vamos a decir ‘ahora estás listo’, sino que le vamos a dar herramientas”. 

La Escuela tiene dos territorios: uno es la Asociación Cultural Arte y Vida, en Martín Coronado, partido de Tres de Febrero y el otro en Capital. Desde septiembre, MU Trinchera Boutique es el espacio cultural donde también funciona la Escuela.

¿Cómo se organiza un grupo? 

En agosto organizaron la 5ª edición del Zancadazo, Festival Internacional de Teatro, con espectáculos de Perú, España y Uruguay. Y armaron la segunda Residencia Internacional de Entrenamiento Actoral. Nico: “Es un grupo de gente que se juntó a investigar  formas de entrenamiento y las compartimos. Parece una obviedad pero muy pocos grupos o muy pocas obras de teatro están creadas a partir de haber entrenado juntes, de haber compartido formas de trabajar el cuerpo, la voz. En general es: hagamos esto, parate ahí. Lo que les entregamos a les estudiantes es una forma de producción, es sociabilizar un conocimiento”. 

Durante la Residencia cada artista proponía un modo de entrenamiento, se compartía, se opinaba y luego quedaba el registro en cámara. Con este material se realizó el Breviario de Entrenamiento Actoral, que incluye doce ejercicios consensuados en los ocho días del encuentro.  Carolina: “Algo que pensamos y que se resaltó cuando terminamos el Breviario de manera presencial fueron las políticas de cuidado, que las tomamos del Encuentro Federal de Mujeres que Hacen Teatro, en febrero, en el que se habló mucho de generar rutas de cuidado en el trato, vinculares, éticas, y empezar a desnaturalizar esto que tiene a veces el teatro naturalizado y tiene que ver con el maltrato,  con el rango de poder muy establecido donde somos personas que tienen que ser iluminadas por alguien. Muches de nosotres fuimos a facultades públicas, nos golpearon con un colchón en una clase para hacernos sentir algo, entonces respondiendo un poco tambien a esas metodologías precarias y que no son pedagogía sino violencia, dijimos: generemos otra cosa, juntémonos con otras mujeres para ver cómo son esos mecanismos, de dónde vienen, tengamos una escuela donde eso no pase”.

Para que el funcionamiento grupal sea eficaz, se sentaron a discutir la organización, crear estrategias y establecer acuerdos. Alejandra: “Todas las semanas nos reunimos, tenemos un día y un horario y también hay otro día en el que entrenamos. Cada une propone un ejercicio o un tipo de entrenamiento, nacen otros nuevos. Estamos comunicades en todo momento, decimos lo que pensamos y nos ponemos de acuerdo”.  Agrega Nabila: “Hay responsables en cada área, cada proyecto tiene su director o directora”. Las áreas son: Redes, Económica, Prensa, Calendario, Comunicación interna. Suma Carolina: “Eran cinco cosas fundamentales para que funcionemos bien. Y por otro lado están las cuentas a pagar. ¿Queremos un grupo con estas característias? ¿Qué costo tiene? Uno es el costo económico y otro es el costo de poner fuerza de trabajo, que también es un costo. Todes tenemos que estar más o menos con el mismo costo y pasa que cuando hay un desbalance los demás decimos: yo estoy asumiendo más costo que vos, sentémonos a charlarlo. Se compensa con horas de trabajo o ajustando el dinero”. 

Magia, amor y otras energías 

La producción de obras colectivas es constante. Además, cada integrante de La Zancada elaboró la propia –y lo seguirán haciendo–  y tomaron los roles de dramaturgia y dirección. Se ocupan de la escenografía, del vestuario, la iluminación y todo lo necesario para que la obra quede lista. Hay espectáculos para infancias, adolescentes, adultes, con diversas temáticas. Los shows de magia están a cargo de Nico Gentile, mago que deslumbra con su arte y que los segundos jueves de cada mes es el anfitrión de Magia & Sushi en MU Trinchera Boutique, el espacio cultural de lavaca. Nico y Aldana llevan adelante la obra Soy Tina, basada en el libro La niña, el corazón y la casa, de María Teresa Andruetto. “Es una niña –refiere Aldana– a la que separan de su mamá porque tiene una situacion familiar problemática que divide la familia y Tina cuestiona eso, plantea diferentes formas de construir la familia. Lo hemos llevado a escuelas y nos llevamos la sorpresa de les niñes subiéndose al escenario para decir: ‘a mí también me preguntan por qué no tengo papá’. Cuando no es la familia tipo, organizada y esperable, la sociedad empieza con las preguntas: ¿por qué no tenés papá?, ¿estás solo?, ¿y tu mamá?”. 

El unipersonal de Nabila se llama Proyecto Blanca. Son textos que escribió durante la cuarentena. El tema es el encierro. “Utiliza técnicas del teatro de objetos, se desarrolla en un espacio bifrontal, en el centro del público está el espacio escénico y les invitamos a un encierro. Es como entrar a una habitación, se genera esa intimidad”. 

El de Julieta, Decadencia,  es sobre una mujer que se prostituye: “Muestra todo aquello que la clase alta no quiere mostrar, lo que está escondido, todo eso que las apariencias no muestran, ella lo dice a viva voz. Interpela al espectador, intenta seducirlo y contiene una contradicción entre este estilo de vida que ella lleva y lo rota que está”. 

Alejandra protagoniza Qrandera . Episodio III – Poder: “Habla de una mujer que descubre su propio poder y a su vez denuncia lo que ella llama el poder maléfico, que tiene que ver con el sistema  en el que vivimos”. 

El de Nico, El dictador del amor, cuestiona a las instituciones: “Es un supuesto economista y viene a hablar de cómo funciona la economía verdaderamente. Dice que todo es una truchada, que la aparente complejidad de la economia es todo mentira, para que vos no entiendas, y que en realidad es muy simple”.  

Esto es una silla es el unipersonal de Carolina quien encarna a María Inés, una mujer conservadora que intenta sostener los valores sociales establecidos: “Es un material en el que esta mujer descubre una conspiración de objetos. Se dio cuenta en la pandemia de que está rodeada de objetos y que ella en realidad no tiene deseo propio, que son los objetos los que la hacen desear cosas”. 

Y el de Aldana se llama Lo que sé del amor. Lo fue componiendo luego de lecturas de textos de Paul Preciado y Judith Butler: “Me empecé a preguntar dónde yo tenía más socialmente instalado el ser mujer. O qué es ser mujer, cómo se comporta una mujer, y me di cuenta de cómo yo veia al amor, qué pensaba que era el amor. Entonces desarrollé un personaje que explica lo que sabe del amor, e intenta ser un personaje de televisión,  de esos programas que te dicen cómo enamorarte en cinco pasos”.  

Cada uno de estos unipersonales son una combinación de calidad, humor e inteligencia que podrán verse en la sala teatral de MU a partir de septiembre.

Las obras de La Zancada comparten sello: dialogan con el público. “No hacemos teatro con cuarta pared”, afirman.  Aldana: “Son ficciones que construimos para hablar de algo”.  Entienden al teatro como un ritual, una búsqueda de generar algo en el espectador. Resume Nico: “Creemos en un teatro donde la relación entre el espectador y el actor es físicamente, energéticamente posible”.

Carolina: “Elegimos hacer un tipo de teatro, trabajar y producir mundos estéticos que hablen de temas que nos interesen y que consideramos que son políticos, que tienen una mirada del mundo. Actuar es opinar, cuando opinás resignificás o recreás mundos y los visibilizás o los callás, o los corrés, es un acto político. Se dice que el arte es lo que se siente. Y sentimos que somos seres sociales. Estamos en comunidad”. 

Entenderlo también es una zancada. 

Presentaciones de La Zancada en Mu Trinchera Boutique (Riobamba 143), e info de la Escuela de Humor y la de Actuación, crónicas, ficciones y relatos para escena, consultar en @lazancada.teatro.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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