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Noticias sin patrón

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Cuando en 2001 ese diario cordobés fue comprado por un grupo brasileño les prometieron un futuro de gloria. Al poco tiempo, les debían los sueldos. Y lo vaciaron. Los trabajadores compitieron con Hadad y Clarín y lograron comprarlo y organizar la primera cooperativa que recupera un diario. Eran 13, hoy son 80. Comenzaron repartiendo 300 pesos, hoy casi 2.000. Sus problemas ahora se concentran en cómo crear una organización que escape a la lógica patronal y mantenga el espíritu asambleario. Su mayor capital: poder y querer intentarlo.

Noticias sin patrón

Cierta sabiduría antigua, pero inédita, informa que la humanidad puede ser clasificada en, al menos, dos grandes grupos:

  1. a) Los que consideran que ya todo está inventado.
  2. b) Los que están vivos.

En Córdoba existe un diario que parece demostrar, entre otras cosas, que la humanidad nunca merece ser clasificada.
No es estatal ni privado.
Está en manos de sus obreros, que se organizaron como cooperativa, pelearon por ocuparlo primero, con la violencia que hizo falta, y lograron comprarlo luego, pagando buena parte con las deudas que la vieja empresa tenía con ellos.
Ganan más de lo que hubieran soñado cobrar con la patronal. Ellos son, según los cánones gerenciales, los exitosos. Y los patrones, los fracasados.
Es un diario hecho por los trabajadores, pero dirigido a profesionales, comerciantes y empresarios.
Luego de la primera etapa de ocupación, resistencia y batallas legales, pasaron a otro momento en el que se buscó la eficiencia, mejorar la producción, la renovación tecnológica, y crear estilos de organización, división de tareas y disciplina interna más parecidos a los de las empresas convencionales.
Ahora están en una nueva búsqueda, porque ese “management” terminó resultándoles otro modo de vivir enjaulados, de sentirse mal y de producir peor.

Mentiras y verdades 
Cuando se habla en este lugar sobre el estado actual del periodismo, las respuestas son del siguiente tipo: “La concentración de medios y la manipulación de la información para sus negocios muestran que el concepto de periodismo ya no existe. En términos de derecho a la información, lo que se está viviendo es una violación a los derechos humanos” dice Nahum Mihrad, editor de Economía, secretario de la Cooperativa y Presidente de Adicra (Asociación de Diarios Cooperativos de la Argentina).
“El periodista cada vez más se ha transformado en una persona que vende su alma, para reproducir lo que le dictan” sostiene Javier de Pascuale, uno de los editores, ex presidente de la Cooperativa e integrante del Cispren (Círculo del Sindicato de Prensa de Córdoba).
“¿Los diarios? A los 50 años, creo que me gané el derecho a no estar pendiente de tantas mentiras. Me gusta lo que hacemos acá”, sentencia Dante Aguirre, obrero gráfico con las manos negras de tinta.
El diario y la cooperativa se llaman Comercio y Justicia, palabras que tal vez simbolizan cierta sabiduría antigua, pero inédita.

Entre Hadad y Clarín
Comercio y Justicia está instalado en el edificio de una textil quebrada, utilizando el sistema de leasing con el Banco Nación: “Somos la primera de las empresas recuperadas que con este sistema logra alquilar un lugar que terminará siendo nuestro dentro de unos años”, dice De Pascuale, uno de los que vivió toda esta historia desde el primer momento. “Para nosotros es un esfuerzo enorme. Antes estábamos en el edificio que la vieja patronal había sacado de la quiebra. Se lo alquilaban a la cooperativa, pero el precio era extorsivo, porque buscaban que fracasáramos. Ahora se ve mejor: los que fracasaron son ellos”.
En el salón de reuniones (“los muebles son por canje publicitario”, aclaran) hay 10 trabajadores reunidos, conversando sobre lo que quizás ya sea un enigma nacional: qué hacer en 2009. “Es una comisión que está planificando cómo seguir. La verdad es que tenemos problemas, y además tenemos problemas para resolver los problemas” dice Javier, un reconocimiento que suena más a fuerza que a debilidad. Tal vez, para seguir, y para entender los problemas, y para entender incluso cómo piensan el periodismo actual, convenga recordar cómo se llegó hasta aquí.

Un futuro de gloria
El diario nació en 1939. Todo fue felicidad hasta que en los 90 la familia Eguía entró en la vorágine de concentración y fusión de medios, vendieron el diario a su abogado que a su vez vendió un porcentaje a los brasileños de Gazeta, cuyo presidente Luiz Ferreyra Lévy voló a Córdoba para anunciarles a los trabajadores “un futuro de gloria”. Era abril de 2001.
Tres meses más tarde ya les debían un mes y medio de salarios. La empresa contrató dos gerentes por 8.000 dólares mensuales cada uno, y los instaló en el Sheraton de Córdoba con la función de achicar personal, mientras el personal jerárquico del diario aumentaba sus propios salarios. La empresa empezó el vaciamiento: desaparecían computadoras, decodificadores satelitales, generadores. Los obreros organizaron marchas, reunieron firmas en su apoyo (incluso de jueces, abogados y otros habituales lectores del diario) y hasta escracharon a huevazos el consulado brasileño. Ailton Trevizan, ejecutivo de Gazeta, anunció a los trabajadores: “La existencia del diario no tiene sentido”. A fines de 2001 los brasileños huyeron definitivamente, en medio de las bombas de estruendo de las marchas de Comercio y Justicia mezcladas con el 19 y 20.
En abril de 2002, trece personas formaron la cooperativa, y luego pudieron reingresar al diario, con autorización de la jueza Beatriz Mansilla de Mosquera. “La jueza se rió de la idea de la cooperativa, pero frente al vaciamiento no tenía muchas opciones. Encontramos al diario desmantelado, hasta el decodificador de la agencia telam se habían llevado”. Quedaba papel, que vendieron junto a planchas de aluminio. Pusieron sus propias computadoras que no podían funcionar en red, y a puro diskette y caminatas de un lugar a otro, fueron restaurando el sistema nervioso del diario. El 20 de junio de 2002 volvieron a publicarlo. En un mes recuperaron 1.500 de los 3.600 suscriptores. Ya eran 43. Cobraban 200 pesos por mes que pudieron incrementar poco a poco. La jueza (con el muerto revivido por los trabajadores) llamó a licitación. Se presentaron Daniel Hadad (que ya había querido quedarse con el diario pagando la mitad de salario a la mitad de los trabajadores), el grupo Vila (con el inolvidable José Luis Manzano como lobbysta, que ya había capturado La Capital de Rosario) y el grupo Clarín (que con Canal 13 engulló a Canal 12 de Córdoba, y al diario La Voz del Interior a través de Cimeco).
El abogado de la cooperativa, en aquella época, fue Luis Caro. La licitación obligaba a los trabajadores a igualar las ofertas empresarias, misión obviamente imposible. Caro propuso la compra directa, contando las deudas a los trabajadores como parte del pago. Todo indica que miembros del Poder Judicial influyeron para que se considerara esta posibilidad, como un modo de –al menos de vez en cuando- hacer justicia. La jueza falló planteando que su función no era sólo impartir la ley, sino ser justa y equitativa. Anuló la licitación. Se vendió el diario en 1.140.000 pesos. La cooperativa consiguió créditos del Banco Nación, entre otros, que ya pagó en su totalidad. Tiempo después se alejó de Caro, como un modo de preservar su autonomía y capacidad de decisión.

Lucha y management
Mientras en la sala de reuniones siguen tratando de imaginar el identi kit de 2009, Nahum cuenta que, una vez ganado el conflicto, enfrentaron varios dilemas: “Habíamos partido de una etapa de lucha, con nuestra identidad de trabajadores. La cooperativa fue una herramienta de la práctica sindical. El asunto era: ¿cómo hacemos ahora para que esto no se hunda? Veníamos de un momento muy fuerte, la movilización, las asambleas para tomar cada decisión, el espíritu de recuperar esto todos juntos. Habíamos dado un salto enorme, y estábamos trabajando y publicando el diario. Pero había que dar otro salto: ¿cómo vamos a vivir cobrando 300 pesos por mes? ¿Podemos hacer más eficiente el trabajo?”.
Javier: “Además estábamos muy presionados por deudas, teníamos que devolver los préstamos que nos habían dado para la compra. Estábamos urgidos por poner en marcha un negocio que funcionara bien. Después de la recuperación, dijimos: hay que ponerse a laburar para demostrar que esto tiene viabilidad económica. Lo logramos, pero después descubrimos que tampoco eso era lo que queríamos”.
La Cooperativa entró desde 2004 en una etapa volcada a lograr esa eficiencia de funcionamiento. Empezaron a usar palabras que a nadie le gustaban demasiado. Nahum: “Había que ajustar costos, racionalizar procesos de trabajo. A mi no me gustaba demasiado esa idea, pero tampoco era una cuestión de gustos. Se jugaban cuestiones importantes. Se trabajó en la administración, en las ventas, se planificó mejor lo que hacíamos. En un primer momento, por ejemplo, todos hacíamos de todo, y algunos podían estar trabajando 18 horas por día. Hubo que acomodar eso, pensar que tenía que haber editores y redactores, especializaciones, modos de ordenar y garantizar el trabajo, hacerlo más lógico”.
En Comercio y Justicia reconocen que esta etapa generó logros y pérdidas. Acondicionaron el nuevo edificio (calculan unos 300.000 pesos), ampliaron la capacidad de las rotativas (de dos a ocho cuerpos, unos 85.000 dólares dice Javier), cambiaron las computadoras, renovaron tecnológicamente todas las áreas de producción. De aquellos 300 pesos pasaron a ganar hoy un retorno (en las cooperativas no es un “salario”) de 1.847 pesos, mínimo para todos, más la antigüedad, monotributo y parte de la obra social. Una diferencia es que los responsables de áreas ganan un plus (de un 20 o 30 por ciento, según la responsabilidad, nunca los abismos de las empresas privadas). Todo resuelto por todos en asamblea. Y “todos” ya no son los 13 que fundaron la cooperativa, ni los 43 que reeditaron el diario, sino los 80 socios actuales. Editan el diario (4.800 ejemplares por suscripción) y productos ya célebres en el mercado cordobés como el Nomenclador Cartográfico. Pero además imprimen el diario Hoy Día y unas 15 publicaciones periódicas más. “La mitad de los ingresos de la Cooperativa ya vienen por nuestro trabajo como imprenta”, explica De Pascuale.

Hacer destino
Con semejantes resultados ¿cuáles fueron los problemas?
Nahum: Incrementamos los ingresos, pero perdimos diálogo. Las relaciones entre nosotros se volvieron más ásperas e instrumentales. Yo creo que es una pérdida de equilibro. Quiero decir: el mismo estado asambleario permanente que nos permitió recuperar el diario, hoy nos hubiera impedido que estemos aquí conversando. Pero después resultó que no teníamos a los patrones, pero estábamos entrampados en relaciones y modos de trabajo con patrones, con rigidez. Terminamos siendo todos obedientes de esos patrones que nos pusimos nosotros mismos, perdiendo capacidad de dialogar y de inventar situaciones nuevas.
¿Sobrevivir se opuso a convivir?
Estamos en un sistema capitalista que te forma para ser patrón o empleado. Dueño o no. El que manda o el que obedece. A mí mismo me pasa. Es como una bipolaridad. Pero creo que vamos avanzando.
Javier: Las empresas tienen cuatro mecanismos: selección de personal, control y castigo, incentivos, y despidos. Nosotros no tenemos ninguno de esos. Somos los que estamos. En todo caso, cuando hay socios nuevos, lo que se valora es justamente su capacidad para entrar en un clima cooperativo de trabajo.
¿Qué tipo de fricciones pueden surgir?
Alguien pide un trabajo, y el compañero se niega. Siempre tratamos de que todos estemos conformes con lo que se hace. Pero una vez un compañero dijo que tenía stress laboral, cuando en realidad lo que le pasaba era que estaba en contra de hacer cierto trabajo. O sea, respondió como yo mismo le hubiera respondido a una patronal que sabés que te está explotando. En la etapa ‘gerencial’ esto tampoco se pudo resolver por vía disciplinaria o autoriaria, simplemente porque el autoritarismo tampoco sirve. No funcionó. La mecánica es de diálogos, de acuerdos y de abrir espacios comunes.
Javier: No tenemos reloj para fichar, no hay oficina de personal ni de recursos humanos. No somos recursos. Las privadas incentivan a la gente a que se pone la camiseta, ponen al empleado del mes y les regalan revistitas, buscan a los ‘proactivos’, pero todo es más de lo mismo, porque hasta eso lo usan como modo de explotación.
¿Y en Comercio y Justicia?
Aquí sabemos que no sirve que una persona tome la actitud burocrática de entregar seis horas de trabajo y desentenderse. Pero de lo que estamos hablando aquí no es de ‘ponerse la camiseta’ sino de que cada socio, en realidad, es protagonista. Y es bueno que se sienta así. De golpe el Consejo de Administración propone algo. Se discute en el área de trabajo que corresponda. Los compañeros dicen: esto sí, esto no. Se llega a un acuerdo y los propios compañeros se responsabilizan por esa tarea.
Algunas teorías suponen que los trabajadores de las cooperativas se autoexplotan.
Javier: Yo siento que entre trabajo y explotación hay una enorme diferencia que tiene que ver con dónde va a parar el rendimiento del trabajo. El sistema de la cooperativa es totalmente justo, porque el rendimiento va a parar a los que producen. Salvo que alguien piense que trabajar mucho es autoexplotarse. Yo no lo creo, hacia adentro la revolución ya la hicimos, aunque nos falte mucho. Tenemos una antilógica capitalista, un régimen humanizado de trabajo y de producción decidido por los propios compañeros. Hacia afuera no nos podemos sustraer a la lógica económica. Pero nuestro mayor aporte pasa por demostrar que los trabajadores podemos llevar adelante una empresa eficientemente”.

Nahum vuelve a los equilibrios. “No sirvió la disciplina, ni sirve la informalidad. Lo que hacemos quizás no sea el mecanismo de emancipación universal. Pero para un grupo humano es un mecanismo de emancipación, porque nadie va a venir de afuera a decir qué tenemos que hacer”. Nahum se queda pensando: “Mirá, creo que se está avanzando, y que de algún modo somos dueños de nuestro propio destino”.

Un nuevo partido político
Se escuchan risas de las mujeres y hombres que participan en la reunión descifrar el jeroglífico 2009. En el plano estrictamente periodístico los trabajadores de Comercio y Justicia, al recuperar el diario, no perdieron de vista a sus lectores naturales (jueces, abogados, profesionales, comerciantes y empresarios), pero cambiaron la línea neoliberal–cavallista. “Rescatamos una visión editorial de defensa de la economía real, la pequeña y mediana empresa, y las alternativas que surgen frente a la crisis. Salidas asociativas de productores, cooperativas, y todo lo imaginativo que surja con o sin apoyo estatal”. De editoriales enviados desde la Fundación Mediterránea, pasaron a los de Salvador Trebe, integrante del Grupo Fénix y socio de la cooperativa.
¿Cómo se ve el periodismo desde un lugar que trabaja con estas características?
De Pascuale: “No es el Cuarto Poder, sino el primero. Es clara la imagen. Dirigentes de Clarín son además dirigentes de la Sociedad Rural. Ahí se dibuja el poder concentrado en Argentina. Y Clarín es parte de las afjp, de los grupos que cotizan en Bolsa, socio de trasnacionales.
¿Qué es la prensa?
Parte del poder. Quedó clarísimo con el conflicto del campo y ahora con las afjp. Posiblemente estemos asistiendo a la formación del partido político de los medios, como canales de reclamo del poder económico.

Cambio de sentido
Javier encuentra el ejemplo de lo que ocurre en la siempre anunciada reforma a la Ley de Radiodifusión “La presidenta tuvo dos reuniones con la Coalición por los 21 puntos, los sindicatos, las organizaciones sociales, las radios comunitarias, y después de eso el jefe de Gabinete, Sergio Massa, dijo que no tenía idea de que hubiera un proyecto de ese tipo. Cristina dijo: ‘vamos a hacerla’. Massa dijo: ‘no sé de qué me hablan…’ Ese es el poder de la prensa: lograr que nada cambie.”
Cree que además se invirtió de modo absoluto el sentido del periodismo. “En la historia, el nacimiento de la prensa tiene que ver con sacarle el poder a los grupos elitistas que manejaban la sociedad. Tuvo que ver con darle voz a la gente, transmitir lo que pasaba. Hoy es al revés: le sacan el poder a la gente, le dan la palabra al poder”. Si algún soñador piensa que el oficio tuvo algo de Robin Hood, ahora se habrá llegado a la etapa Hood Robin.
Nahum apunta otra cuestión: “Se puede pensar que siempre fueron esto los medios, pero creo que en algún momento había un aspecto del periodismo como revelador de algo, y eso ocupaba algún espacio que hoy desapareció. Con la concentración, el negocio de los medios es la manipulación. El negocio principal es lo que no se dice. Por eso hace años está entrando en crisis el modelo del periodismo, que ya no le sirve a la gente. No te dicen nada, y si te muestran algo es para ocultarte otra cosa”. Nahum recuerda el conflicto del campo como un mecanismo permanente de ocultamiento sobre el fondo de lo que ocurría: el modelo de desarrollo, el rol del gobierno. “Lo que los medios tratan de ocultar, finalmente, es la posibilidad de que la gente razone”.
Javier: (sigue pensando en voz alta) El periodista cada vez más se ha transformado en una persona que vende su alma para reproducir lo que le dictan. Ideas pergeñadas por otros, por los círculos de poder, que él reproduce como un loro. En las maestrías de los diarios forman gente obediente. Y el periodista de estas empresas ya no es un tipo libre. Además, es de los más flexibilizados como trabajador, porque uno de los lugares donde más rápido se produce el cambio tecnológico es en la prensa. Y si no te adaptás, el cambio te pasa por encima. Celular, fotos, filmaciones, notebook, mp4, todo sirve para aumentar la productividad de gente a la que le pagan cada vez menos y tiene que ser cada vez más dócil”. Javier agrega que los periodistas son personas que llevan micrófonos, grabadores y preguntas ya pensadas por otros, los ponen delante de la nariz de ministros o directores técnicos de fútbol, vuelven y el trabajo es sólo reproducir lo que les dijeron. (Túnel del tiempo: Jacobo Timerman planteaba que para tener esa clase de periodistas resultaba más lógico enviar dactilógrafas. Otra profecía cumplida).

Producir información
Comercio y Justicia está tratando de congeniar con la Universidad de Córdoba para abrir espacio a otros modos de pensamiento. “Ahí también puede estar todo lleno de negocios y negociados, pero creemos que también hay quienes laburan con un pensamiento propio y con honestidad”.
Otra de las garras de control es el papel, subsidiado por el Estado para Papel Prensa (Clarín básicamente, con La Nación, moviendo la cola fielmente a su lado, pero escribiendo contra la intervención estatal en los mercados). Comercio y Justicia recibe 7 bovinas mensuales de papel de las 90 que usa. Javier calcula que si fuera por Papel Prensa, el diario tendría que ser un semanario de cuatro páginas. “El control del papel y la distribución de la pauta oficial lo único que hace es favorecer a los medios concentrados”. El precio por bovina de Papel Prensa es de casi 600 dólares. El papel importado cuesta el doble, y es el que se ven obligados a consumir los medios pequeños, gracias a este regalo que la dictadura de 1976 le hizo a Clarín y La Nación.
Nahum calcula que de todos modos es un abuso pensar que esos diarios son los más leídos. “Los diarios cooperativos que trabajan con nosotros venden en sus lugares hasta diez veces más que Clarín, que en todo caso es un diario porteño. Pero todo se mezcla más, la gente tiende a formar sus propios canales de comunicación. Esos gigantes tienen una función de negocios que ya no le sirve al público, que por eso busca otras opciones”.
La gente de Comercio y Justicia no es quejosa. Simplemente toman nota de lo que les parece que es el panorama, y se han puesto a trabajar. Se sumaron, por ejemplo, a la creación de adicra (Asociación de Diarios Cooperativos de la República Argentina) como un modo de presionar juntos por cuestiones como el papel y la publicidad oficial. Están también allí el Diario de la Región (de Chaco), El Independiente (La Rioja) y el Diario del Centro del País (de Villa María, Córdoba). Además están planeando aliarse con diarios medianos y pequeños que sufren los mismos problemas. “Queremos crear un nuevo sujeto que reclame, porque además la única salida a todo esto es que surjan y funcionen cada vez más y mejores medios. Eso es lo que va a garantizar la información y la libertad”.
Los que conocen Comercio y Justicia saben que es una especie de movimiento permanente.
Para encarar el año próximo, que ven venir un tanto amenazante, lanzarán una campaña aprovechando el 70º aniversario de la fundación del diario. Formaron el grupo de Planificación, que durante noviembre va a realizar una propuesta a toda la asamblea, pensando en el trabajo de todo el año, y también en la celebración. Nahum: “Si la etapa eficientista fue un salto, ahora no queremos que sea un escollo. Queremos recuperar el clima, la capacidad de diálogo, de lo común y lo consensuado, una especie de nuevo contrato cooperativo que nos permitan que tanto el trabajo como la vida sean buenos”.
Otro proyecto es la página web que se transformará en un diario en sí mismo, con el agregado de crear una red con los lectores y una comunidad informativa. “Vamos a ver cómo sale. Capaz que tenemos vicios de la vieja prensa…” dice Javier, y pronuncia una frase que a la vez es un privilegio que han sabido ganarse… “pero por lo menos tenemos la posibilidad de construir otra cosa”.

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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

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A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.

Por María del Carmen Varela

El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.

La propuesta reza:

El Teatro está Abierto: ENTRÁ.

La historia no se repite igual, pero rima.

El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.

La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.

Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».

El texto poético que acompaña el mitín:

Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada

Ayer fue incendio, hoy es apagón

Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito

Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva

Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital

En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.

Entrá porque es urgente

Entrá porque es ahora.

El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.

Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)

[email protected]

Instagram: @festivalentra

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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

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Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

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Actualidad

Marcha de jubilados: balas y bolitas

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Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
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El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

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Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

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No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

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Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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