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19 y 20: los días que parieron una década

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¿Cómo entender hoy lo que pasó el 19 y 20? ¿Un estallido fracasado con un lema -“que se vayan todos”-, que no se concretó? ¿Un problema de ahorristas? ¿O es un punto de inflexión en la historia, y en la cultura política del país, de una importancia comparable al 17 de octubre, y con alcances cruciales en mucho de lo que ocurrió en esta década que está terminando, y en mucho de lo que continúa sucediendo?
19 y 20: los días que parieron una década NOTA CON AUDIOS

En los audios y textos que siguen, Raúl Zibechi y Norma Giarraca reflexionan y suman ideas que ayudan a debatir y comprender. Olga Tonino, la madre de Gustavo Benedetto (30 años, repositor de supermercado y estudiante de Historia, muerto cuando le dispararon a la cabeza desde adentro del Banco HSBC en Avenida de Mayo) cuenta cómo vive y desvive este aniversario. Rodrigo Borda (abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales) detalla en qué punto está un juicio que nunca parece llegar a nada -y qué significa esa demora-, pero que el año que viene deberá (o debería) determinar quiénes son los responsables políticos de aquella represión. Hablar del 19 y 20 no es hablar del pasado. Tal vez sea explorar la historia del presente.
19 y 20: los días que parieron una década
“Un 17 de octubre”
El uruguayo Raúl Zibechi escribió Genealogía del Argentinazo, que también se editó como Genealogía de la Revuelta, uno de los primeros y más profundos intentos de comprender qué era lo que estaba ocurriendo en las calles y, sobre todo, en las cabezas y los corazones grandes sectores sociales que en un momento marcaron un límite, y abrieron todo un espacio.
Ahora Zibechi dice a lavaca: “El 19 y 20 fue un levantamiento o una insurrección que marca toda la década hasta el día de hoy. Creo que en la historia argentina reciente tiene una importancia similar a la que pudo tener el 17 de octubre del 45. Es un hecho profundamente modificador de la realidad política, cultural, social, y económica argentina. Hay un antes y un después. Como dicen los mexicanos, es un parteaguas”.
El velorio de Kirchner, y el veto
“Si uno observa lo sucedido cuando el reciente velorio y entierro de Néstor Kirchner” postula Zibechi “ve reflejos que conectan con el 19 y 20. Y también en los sucesos del Parque Indoamericano. De lo que estamos hablando es de la capacidad de los de debajo de vetar algunas decisiones o algunos procesos iniciados por la élites. Por los gobiernos neoliberales de aquella época, y aún por las derechas de hoy”.
El argumento lleva a lo siguiente: “Podemos concluir que el 19 y 20 es una muestra clara de la capacidad y el poder de los de abajo. Y eso es algo que llegó y se instaló en la sociedad. Y aún hoy sigue operando, más allá de quién esté en el gobierno, más allá de los nombres de las fuerzas populares arraigadas en las periferias urbanas, más allá del nombre de los dirigentes. Esa capacidad de veto de los de abajo, sigue operando. Y me parece que va a seguir operando durante un tiempo”.
Lo que aprenden los de abajo
¿Por qué se llegó a ese veto? ¿Por hartazgo, por aprendizaje político? Responde Zibechi, reflejando otras investigaciones como Territorios en resistencia: “Yo creo que el mundo de los de abajo ha ido creciendo, no sólo numéricamente, sino que se ha ido haciendo más fuerte, ganando en autoestima,  complejizándose. No son sólo los pobres de siempre, sino pobres de nueva generación, empobrecidos de las clases medias. Y han aparecido nuevos saberes y nuevas capacidades. Por ejemplo la capacidad de organizarse. Antes la organización era el sindicato. No habían aprendido a organizarse en el territorio. Primero aprendieron a seguir caudillos, o punteros. Luego aprendieron a organizarse autónomamente de los punteros, por ejemplo”.
El siguiente salto: “Con el tiempo aprendieron a producir, recuperar fábricas, crear huertas, panaderías, todo tipo de emprendimientos para la producción. Desde la producción para la sobrevivencia como los comedores comunitarios, hasta la producción material. Y aprendieron a manejar la salud, con clínicas autoconstruidas por los de abajo. Y espacios de formación del más diverso tipo, apelando muchas veces a la educación popular.
Tesis sobre el poder y el cascarón
Una de las víctimas emblemáticas de aquellos días, y de los aprendizajes que menciona Zibechi, fue Claudio “Pocho” Lepratti, ayudante de cocina en una escuela de las periferias pobres de Rosario, y profesor de Filosofía. Se paró en el techo del comedor cuando la policía disparaba a mansalva. “No tiren que hay pibes comiendo” fue su último grito. La policía lo mató de un balazo en la garganta.
Zibechi contabiliza la primera ocupación de tierras de las últimas décadas en San Francisco Solano, en los 80, de la mano del cura Raúl Berardo. “Desde aquel momento los de abajo han desarrollado capacidades que llamo poderes. Capacidad de poder hacer una cantidad enorme de cosas. En el peor de los casos, seguir a un caudillo o un puntero. En el mejor, organizarse autónomamente para hacer un montón de cuestiones que antes hacía el Estado. Y que aún hoy habiendo planes y políticas sociales el Estado hace a medias. Pero la gente sigue haciendo. Los sociólogos llaman a ese poder “empoderamiento”. Es una palabra que no me gusta. Pero esa capacidad de hacer de los de abajo ha sido lo que llevó a romper el cascarón de las organizaciones preestablecidas, y saltar a la arena pública el 19 y 20. Y en muchos otros reventones que hubo antes y que siguió habiendo después”.

[audio:https://media.lavaca.org/audios/19y20-raulzibechi.mp3]
Raúl Zibechi

19 y 20: los días que parieron una década
El 19 y 20 sigue ocurriendo
Las organizaciones de desocupados que no se resignan a ser un punterismo de nuevo cuño, las fábricas recuperadas, las distintas experiencias cooperativas y horizontales que nacieron de 2001, son para Zibechi sólo una parte de lo vigente desde entonces: “Se vio en el Indoamericano. Se abre una grieta, y la gente no espera. Del mismo modo que no espera que haya una justicia reparadora por parte del Estado. Si llega, y se condena a un Videla, bienvenida. Pero hay un ajusticia de lo que sucedió hace tres décadas. De lo que ocurre hoy, del gatillo fácil, de la represión, de las patotas del color que sean, sobre eso no hay justicia”.
Dicho esto, el 19 y 20 no parece, para Zibechi, un tema de museo, sino lo contrario: “el 19 y 20 sigue pasando. Pasó en el 2002 en Puente Pueyrredón y siguió a lo largo de la década en mil pequeñas acciones, en las asambleas contra la minería, los bachilleratos populares, la movilización cuando los juicios de la legislatura, cantidad de accioners contra la represión. La movilización por lo de Mariano Ferreyra, lo de los qom en Formosa, la muerte de Kirchner, son un montón de hechos en los que el 19 y 20 sigue operando. Hechos que no tuvieron la envergadura del 2001 pero podrían tenerla si se dan las condiciones.
Sobre la derecha
“Todo eso muestra que se está reconfigurando la coyuntura política permanentemente” asegura Zibechi. “Yo veo que se está vetando a la derecha, a los Macri y compañía, a los menemistas de hoy, y se está forzando a los que están en la Casa Rosada para
que sigan mirando el abajo y atendiendo las necesidades de la gente. No es un legado muerto. Es un legado que opera y actúa en la cotidianeidad”.
La socióloga Norma Giarracca trata de ajustar el foco sobre aquellos días: “Hay políticos y periodistas que dicen que lo que ocurrió fue el producto de la manipulación de caudillos políticos. Pero eso pudo hacerse por el grado de desesperación de la población. Por el hambre y la situación de desesperanza y sufrimiento que había en esos meses”.
¿Corralito + bolsillo?
Continúa Giarracca, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA e investigadora del instituto Gino Germani: “Aquellas interpretaciones que miran a la historia y la gente desde lo institucional y los arreglos palaciegos, dicen que la clase media porteña salió porque le habían tocado el bolsillo. Efectivamente la cuestión del corralito fue un elemento importante para un conjunto de ahorristas que no tenían nada que ver con los sectores concentrados que habían sacado el dinero durante el 2001.
Eran parejas de ancianos que tenían ahorros, gente que había vendido una casa, etcétera, y que también son dignos de respeto”.

[audio:https://media.lavaca.org/audios/19y20-normagiarracca.mp3]
Norma Giarracca

La cacerola de la clase media
La idea de relativizar el reclamo de esa clase media en decadencia y sus cacerolas abolladas, es un argumento que mezcla una especie de obrerismo (muy de clase media) con cierto elitismo de los que buscan encoger teóricamente las consecuencias del 19 y 20, al extremo de que Giarracca debe aclarar que aquellos manifestantes “son dignos de respeto”.
“Pero además de haber salido los ahorristas, salió una clase media que estaba harta de lo que estaba pasando básicamente desde 1990. Que había creído en las promesas de Alfonsín, y se había desilusionado. Que había creído en las primeras promesas de Menem, y se había horrorizado. Y que había puesto sus esperanzas en la Alianza, muchos pensando que la presencia de Chacho Alvarez, que era un hombre que venía del centroizquierda, podía modificar esa terrible y dramática línea de la historia que venía desde el año 75 en lo que hace en la línea económica, aún cuando debemos reconocer un cambio político importante en el 84”.
El fin de la representación
La mayor industria argentina suele ser la trituración de esperanzas. “Esa gente de clase media salió a la calle con hartazgo, y produjo un fenómeno que articuló demandas de las personas que se movilizaron el 19 a la noche, con la gente del conurbano que se sumó el 20 en la Plaza de Mayo. Un fenómeno político en el corazón del poder del país, la Plaza de Mayo, que tuvo una importancia muy grande para la historia posterior. Hay una falla de representación, expuesta en esa consigna polisémica (con muchos significados) del ‘Que se vayan todos’. El mensaje era: no queremos más la representación política. Queremos tomar la historia en nuestras propias manos”.
La respuesta K
Giarracca cree que de todos modos una consigna como esa tenía límites. “Porque de alguna manera la política hay que resolverla. Y no se resolvió la política de representación, no se la pudo cambiar en esa coyuntura. Después está lo otro. Cómo influye esto en la década posterior. Yo creo que uno puede reconocer en el gobierno de Néstor Kirchner sobre todo, haberse dado cuenta de que el país no estaba para bromas. Y empezar a plantear y anclar ciertas tradiciones que son aquellas de las que nos sentimos orgullosos la mayoría de los argentinos. Que son tradiciones libertarias, de justicia, democráticas. Él lo tomó por el lado de los derechos humanos, que sabía que eran un valor, algo muy preciado para la sociedad que había sufrido lo que había sufrido en la década del 70”.
¿Cómo hubiera sido el país sin 19 y 20?
Norma hace el razonamiento al revés: “Creo que sin el 19 y 20, sin todo lo que pasó, muy probablemente los Kirchner no hubiesen llegado al gobierno. Pero si hubiesen llegado por la razón que sea, no se hubiesen planteado como sentido de gobierno lo que se plantearon. Por eso me parece muy importante recordar el 19 y 20 porque de alguna manera planteó una línea en la historia reciente de la Argentina, que marca un límite, una distancia. Se pone una distancia  a aquello que es lo peor de nuestra historia. Le indica a las clases gobernantes que las poblaciones pueden tener paciencia, pueden tener formas de adaptarse a las nuevas situaciones y aprovechar los momentos de bonanza económica. Pero hay límites que no los pasan”. Giarracca cree que Kirchner en particular, entendió ese mensaje como nadie: “Siempre se cuidó muchísimo de la cuestión de la represión de la protesta, porque tenía muy presente lo que había pasado desde finales de los 90 y hasta que él asumió. Lo que no tengo claro es si eso está presente en la clase política actual. O si se cree nuevamente, como lo dicen los diarios de derecha, como Perfil por ejemplo, que la represión es uno de los dispositivos más importantes para el desarrollo económico del país”.
Si fuera el caso, se confirmaría una vieja maldición argentina: toda posibilidad de democratización de la riqueza, de redistribución de la democracia, tiende a resolverse matando.
Sólo el 19 y 20 fueron 38 los muertos (más abajo, la nómina completa).
Cara a cara con el que mató
Olga Tonino es la madre de Gustavo Benedetto, el muchacho muerto de un balazo en la cabeza, disparado desde adentro del banco HSBC. “Miraba el noticiero, y veo que seguimos pidiendo justicia” dice Olga a lavaca.
“La causa de Gustavo está, pero toda parada. Nadie me llamó para nada, para darme algo. Y a él no lo tengo desgraciadamente, hace 9 años. Él de acá se fue solo, no fue con ninguna agrupación ni nada, quería saber lo que ocurría ahí ese día, ese 20 de diciembre. Fue lo que le tocó. No sé si fue el destino de él, o la desgracia. ¿Qué otra cosa te puedo decir?”.
Olga sigue esperando que se haga algo. “Yo estuve cara a cara con el tipo que mató a mi hijo (el ex mayor del Ejército Jorge Eduardo Varando, que estuvo dos años en prisión por el caso y quedó libre). Ese militar le disparaba a la gente. En la reconstrucción lo tuve ahí. Frente a mí. Pero él está suelto. Lo largaron. No se hizo más nada.
Olga traza un perfil de Gustavo, a punto de quebrarse: “Era un chico bueno, trabajador, trabajaba en un supermercado. Yo había quedado viuda un año antes, y él era el sostén mío, porque trabajaba para ayudarme. Por eso tenía tanta bronca ese día: ‘Me voy a la plaza me voy, quiero ver cómo es esto’. Agrega Olga: “No iba a hacer quilombo, nada que ver”.

[audio:https://media.lavaca.org/audios/19y20-olgamadredegustavo.mp3]
Olga la madre de Gustavo Benedetto

Nombres
La causa en la que se investiga la represión y las muertes ocurridas el 19 y 20 es otra muestra genética de la Argentina de los últimos años. Rodrigo Borda es abogado e integra el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), uno de los que promueve ese juicio. Explica Borda: “Los imputados en la ciudad de Buenos Aires son Enrique Mathov, como secretario de Seguridad, el comisario Rubén Santos, como jefe de la Policía Federal, el comisario Raúl Andreozzi como jefe de la Superintendencia Metropolitana, y el comisario Norberto Gaudiero, de Coordinación Federal. Estos imputados están en la etapa de juicio Oral en el Tribunal Oral Federal número 6. Se les atribuyen las cinco muertes ocurridas en Capital Federal, como homicidio culposo por la negligencia en la conducción del operativo, y alrededor de 118 lesiones culposas, que son los heridos”.
De la Rúa encontró la salida
¿Y el juicio? “Creemos que el año que viene podría realizarse” sostiene Borda. “De la Rúa se encuentra sobreseído por la Cámara Federal en un fallo dividido, y ese sobreseimiento está apelado por el fiscal, el CELS, el abogado Rodolfo Yanzón y CORREPI. Aspiramos a que el año que viene se defina en la Cámara de Casación o en la Corte la situación de De la Rúa, con la esperanza de que pueda revertirse el sobreseimiento y se lo sume al juicio”.
Otro imputado ya falleció, el entonces ministro del Interior Ramón Mestre. “Además hay causas en las que no intervenimos pero siguen pendientes, por los autores materiales. Por ejemplo en el caso de la muerte de Gustavo Benedetto, al que le dispararon desde adentro del HSBC y el caso del homicidio de Alberto Márquez en la 9 de Julio, con imputados de Asuntos Internos de la policía tanto por esa muerte como por las lesiones de los heridos de bala en ese contexto. Hay además un policía, el principal Víctor Belloni. Hay pruebas, fotos y testigos con los que se pudo reconstruir su actuación en Tacuarí y 9 de Julio. Es uno de los imputados por la muerte de Gastón Riva, Diego Lamagna y Carlos ‘Petete’ Almirón. Sin embargo, no está procesado por ese hecho pero sí por haber disparado en ese contexto, así que está elevado a juicio como tentativa de homicidio. Y otros están imputados por apremios ilegales, vejaciones, golpes”.
Se trata de un viejo truco (o inepcia) judicial: tener las causas divididas en múltiples pedazos. Borda: “La aspiración es que todo eso se unifique en un solo juicio, porque son obviamente hechos concurrentes”.

[audio:https://media.lavaca.org/audios/19y20-rodrigoborda.mp3]
Rodrigo Borda

Corruptos, Represores & Corpiños
Borda siente un sabor amargo: “No haber podido avanzar en la identificación de los policías que dispararon contra Riva, Lamagna y Almirón. Hace 6 años pedimos un peritaje, que no se ha hecho. Es frustrante. Pero en otro sentido se puede destacar que a diferencia de lo que ocurrió con Kostecki y Santillán (los piqueteros muertos durante la represión en Puente Pueyrredón en junio de 2002) aquí se avanzó mucho más con respecto a los responsables políticos y jefes, que con respecto a los autores materiales sobre todo en helecho de Riva, Lamagna y Almirón. Todavía falta que lo de De la Rúa se revierta, y si ocurre sería un logro que los responsables políticos sean llevados a juicios. Después será importante obtener las condenas que corresponden”.
¿El poder judicial es lento en estos casos, o cómplice? “No podría decir que hay una deliberada intención de tapar u ocultar. Pero hay algo que se ve en casi todos los casos que presentan cierta complejidad, por la cantidad de víctimas o la complejidad de los hechos. En los casos complejos, la justicia muestra un record bastante pobre, sobre todo la justicia federal, una justicia más acostumbrada a perseguir a personas por tenencia de drogas, o a bolivianas que venden corpiños en la calle, que a perseguir corruptos o represores”.
Sigue el abogado: “Yo noto una enorme ineficiencia que se refleja no sólo en casos como estos sino en los casos en que  se investigan hechos de la dictadura. La demora de la justicia es pavorosa. Por eso ejemplificaba con el peritaje balístico que hace 6 años está pedido y aceptado, y no se hace, no se puede, porque falta una cosa, tal otra, tal documentación, comunicar a tal perito tal cosa. Seis años. Hicimos recursos de queja por denegación de justicia. Y la verdad es que lo que obtuvimos es bastante poco. Eso explica muy bien por qué hace 10 años se inició la causa pero no tenemos un juicio, y por ende condena. La causa muestra con claridad la ineficiencia y la lentitud de la justicia federal para casos como éstos.
Nombres para recordar
Esta es la nómina elaborada por Correpi (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional), de los muertos el 19 y 20.
– ACOSTA, Graciela, 35 años. Militante de DDHH. Estaba con una amiga buscando a sus hijos. Se acercó a un supermercado frente al que unas mil personas reclamaban comida. Recibió dos impactos de bala, disparados rodilla en tierra por un policía al que su amiga vio perfectamente. Provincia: Santa Fela espalda.la espalda.La Tablada.la cabeza.la boca.
– ALMIRÓN, Carlos “Petete”, 24 años Petete era militante de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y de la Coord. de Desocupados 29 de Mayo. Recibió un disparo de la policía en el pecho en Av. 9 de Julio y Av. de Mayo cuando encabezaba una columna de manifestantes que intentaba volver a la Plaza de Mayo.
– ALVAREZ Villalba, Ricardo, 23 años Asesinado en Rosario, Santa Fe.
– ARAPI, Ramón Alberto, 22 años Estaba con amigos tomando tereré en el Barrio Nuevo de Corrientes. Entró al barrio una camioneta Ford F-100 bordó sin leyendas identificatorias y sin patente, con cinco hombres, cuatro con el uniforme de combate azul-celeste de la policía de Corrientes. Arapi trató de esconderse, pero dos de los policías lo corrieron y alcanzaron. Uno lo golpeó y le pegó un tiro que entró por el pecho y salió por
– AREDES, Rubén, 24 años Fue asesinado por la Policía federal mientras participaba en un corte de calles en Ciudad Oculta, Ciudad de Buenos Aires. Recibió cuatro balas de plomo por
– AVACA, Elvira, 46 años Recibió un escopetazo frente a un supermercado frente al que pasaba con su hija en Cipolletti, Río Negro. Recibió el disparo en la zona lumbar. El calibre de la bala es policial.
– AVILA, Diego, 24 años Asesinado en Villa Fiorito, Buenos Aires.
– BENEDETTO, Gustavo Ariel, 30 años Se encontraba en la esquina entre la Avenida de Mayo y Chacabuco, Ciudad de Bs. As., donde se estaba llevando a cabo una manifestación. Recibió un balazo en la cabeza que le provocó la muerte, disparado desde el interior del Banco HSBC, donde prestaba servicios como custodio privado el ex militar Varando, represor de
– CAMPOS, Walter, 17 años Estaba esperando cajas de comida junto a cientos de personas frente a un supermercado en Rosario (Sta Fe), cuando un tirador de elite de las TOE (Tropas de Operaciones Especiales) le disparó a
– CÁRDENAS, Jorge, 52 años Fue herido la noche del 19 en las escalinatas del Congreso de la Nación, y falleció varios meses después.
– DELGADO, Juan, 28 años Estaba con otras personas reclamando alimentos frente a un supermercado en Rosario, Santa Fe. Llegó un camión que aparentaba traer comida. Cuando los manifestantes se agolparon alrededor, de atrás aparecieron seis móviles policiales que dispararon contra la gente. Delgado fue herido con balas de goma cuando huía de la represión. Un policía lo tumbó de un cachiporrazo en las piernas, lo apuntó con su itaka, pero se había quedado sin carga, por lo que sacó la pistola y le disparó a menos de un metro de distancia.
– ENRIQUEZ, Víctor Ariel, 21 años Asesinado en Almirante Brown, Buenos Aires.
– FERNÁNDEZ, Luis Alberto, 27 años Vendía sandías frente a un supermercado en la provincia de Tucumán. Durante la represión a manifestantes, un gendarme le disparó a poca distancia en la cabeza. Murió dos días después.
– FERREIRA, Sergio Miguel, 20 años Baleado durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre de 2001. Murió un año después a raíz de una complicación hepática desencadenada por el balazo en el hígado recibido cuando la policía cordobesa reprimió duramente un saqueo a un supermercado del barrio Villa El Libertador.
– FLORES, Julio Hernán, 15 años Asesinado en Merlo, Buenos Aires.
– GARCÍA, Yanina, 18 años Recibió un disparo en el abdomen cuando, desesperada por los ruidos de las balas, salió a la vereda a buscar a su pequeña hija. En Rosario, Santa Fe
– GRAMAJO, Roberto Agustín, 19 años Un grupo de jóvenes estaba siendo perseguido por la Policía, que les disparaba balas de goma, en Alte. Brown, Buenos Aires. A la corrida se tuvieron que sumar todos los que estaban en la calle, ya que la Policía disparaba a mansalva. Un vecino pudo observar que en una obra en construcción que está ubicada en diagonal a su ventana había dos policías escondidos en las columnas. Uno de los policías disparó con balas de goma para lograr la retirada de los jóvenes, mientras que el otro policía se quedó escondido en la tercera columna de la obra en construcción y sacó el arma reglamentaria y efectuó tres o cuatro disparos. Uno de los disparos atravesó la cabeza de Roberto, que iba de su casa a la de su tío.
– GUÍAS, Pablo Marcelo, 23 años Asesinado en San Francisco Solano, Buenos Aires
– ITURAIN, Romina, 15 años Asesinada durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre, mientras estaba en su casa, adonde ingresó una bala policial disparada contra quienes protestaban frente a un supermercado en Paraná, Entre Ríos.
– LAMAGNA, Diego, 26 años Murió después de haber sido herido en el pecho con un perdigón de plomo. Según testigos, le dispararon policías de civil desde un auto particular en la Ciudad de Buenos Aires.
– LEGEMBRE, Cristian, 20 años Asesinado en Castelar, Buenos Aires
– LEPRATTI, Claudio “Pocho”, 35 años Militante comunitario. Estaba en la terraza de la escuela en la que colaboraba (era profesor de filosofía, y ayudaba como cocinero) cuando el móvil n° 2270 del Comando de Arroyo Seco se dirigía a reprimir un corte de calles de los vecinos del barrio. Los policías detuvieron el móvil y empezaron a disparar. Pocho gritaba que no lo hicieran porque había muchos chicos. Velásquez, el efectivo condenado a 14 años de prisión, dijo en la reconstrucción que disparó sin apuntar y que no sabía si tenía balas de goma o de plomo. El proyectil que lo mató ingresó por la garganta. Fue en Rosario, Santa Fe.
– MÁRQUEZ, Alberto, 57 años Durante la manifestación en la Ciudad de Buenos Aires, de una camioneta salieron civiles y uniformados que empezaron a disparar indiscriminadamente. Alberto Márquez recibió dos balazos en el tórax a consecuencia de los cuales murió. Uno de los autores es el comisario Oliverio, jefe de asuntos internos de la PFA, quien está detenido.
– MORENO, David Ernesto, 13 años Salió corriendo cuando la policía empezó a disparar contra los vecinos que se agolpaban frente a un supermercado en la provincia de Córdoba. La autopsia determinó que David fue herido con cinco proyectiles, algunos de goma y otros de plomo. De la nuca le extrajeron una posta de plomo que pertenecería a un cartucho disparado por una escopeta calibre 12/70 de la Policía. Los impactos en su cuerpo y en los de los otros heridos fueron por la espalda, por lo que se descarta que hayan sido lesionados por otras armas que las que disparaban los uniformados.
– PACINI, Miguel, 15 años Asesinado durante en la provincia de Sta Fe, recibió varios disparos en el cuello.
– PANIAGUA, Rosa Eloísa, 13 años Había ido con su familia a buscar comida en un supermercado en Paraná, Entre Ríos, porque el comisario del barrio había hecho correr la voz de que entregarían mercadería. Al llegar los esperaban policías y gendarmes. La bala entró por la parte superior de la cabeza y salió por
– PEDERNERA, Sergio, 16 años Baleado durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre en la provincia de Córdoba. El menor se encontraba en la calle buscando comida para su familia en el marco de los reclamos masivos que se realizaron en supermercados, cuando recibió una bala policial en el tórax que le produjo una paraplejia. Un año después falleció en el hospital.
– PEREYRA, Rubén, 20 años Baleado por la policía cuando regresaba a su casilla llevando al hombro una caja con alimentos entregados en un supermercado. En Rosario, Sta Fe
– RAMÍREZ, Damián Vicente, 14 años Asesinado de un balazo en el cuello en la esquina de Maciel y Cristianía, Gregorio de Laferrere, Buenos Aires.
– RIOS, Sandra. Asesinada durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre. Sin datos.
– RIVA, Gastón Marcelo, 30 años. Circulaba en moto por la Avenida de Mayo en la Ciudad de Buenos Aires, cuando recibió un disparo en el pecho proveniente de alguna de las armas de un grupo de cuatro policías que estaban disparando.
– RODRÍGUEZ, José Daniel. Asesinado en Paraná, Entre Ríos.
– ROSALES, Mariela, 28 años. Asesinada en Lomas de Zamora, Buenos Aires.
– SALAS, Ariel Maximiliano, 30 años. Asesinado en la esquina de Maciel y Cristianía, Gregorio de Laferrere, Buenos Aires.
– SPINELLI, Carlos Manuel, 25 años Fusilado desde un Gol blanco durante la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre. Sucedió en Pablo Nogués, Buenos Aires.
– TORRES, Juan Alberto, 21 años Sufrió una herida de arma de fuego en la zona abdominal. En Corrientes.
– VEGA, José, 19 años Asesinado en Moreno, Buenos Aires.
– VILLALBA, Ricardo, 16 años En Rosario, Santa Fe, recibió un tiro en un ojo cuando vecinos manifestaban pidiendo alimentos frente a un autoservicio. Murió el 23 de diciembre.

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Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases

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ley bases
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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia

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420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

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