Nota
A desaprender: Walter Mignolo, referente del pensamiento decolonial
¿Cómo nos formatearon las ideas? El pensamiento decolonial propone el desprendimiento y el desaprendizaje frente a la llamada modernidad. Conceptos y perspectivas nuevas para pensar y sentir la época sin ninguneos ideológicos ni dogmas impuestos. ▶ LUCÍA AÍTA
Si todo gran descubrimiento surge de una necesidad, la chispa que encendió a una nueva corriente política, ética y de pensamiento fue la incomodidad. Walter Mignolo -investigador, docente en la Universidad de Duke y uno de los fundadores del grupo de pensamiento decolonial- cuenta que su primer click para sumarse al movimiento fue su propia historia como cordobés e hijo de inmigrantes italianos.
Unos meses después del Cordobazo, partió a doctorarse en L´Ecole de Hautes Etudes de Francia. Luego viajó a ejercer como profesor a Estados Unidos. Ese movimiento personal migratorio generó en él una mezcla de experiencias que no le permitieron identificarse con ninguno de los EstadosNación que habitaba. En cambio, Mignolo se encontró con un texto que sí lo hizo sentirse cómodo: Borderlands/Las Fronteras: la nueva mestiza, de Gloria Anzaldúa, una académica, activista, lesbiana, feminista y escritora. Entre muchas cosas, Borderlands plantea que una frontera no es sólo la línea entre países, sino un terreno psíquico, social y cultural.
Teorías importadas
A esa idea fronteriza que ya rondaba por su cabeza, se sumó en 1990 un texto del sociólogo peruano Aníbal Quijano (fallecido el 31 de mayo), que planteaba un concepto extraño: “decolonialidad”. Allí está el quiebre para el nacimiento de un nuevo espacio de teoría, pensamiento y práctica : “A partir de Quijano se cruzaron categorías que nos permitieron analizar cómo nos afecta la matriz colonial de poder. Pudimos pensar por qué no nos sirven otras teorías originadas en naciones modernas occidentales para entender nuestros problemas. El patrón colonial de poder es una construcción teórica como, por ejemplo, el inconsciente de Freud, pero nos permite entender algo que ni el marxismo ni el liberalismo podían comprender. No le prestaron atención a lo que significaba la formación del colonialismo como momento histórico del capitalismo, ni a la colonialidad como una lógica de control que nos gobierna hasta hoy”, dice Mignolo.
Cuando habla, Walter usa siempre el “nosotros”. ¿Quiénes son? El grupo Modernidad/Colonialidad vincula a teóricos reconocidos, activistas y artistas de distintas partes del mundo que involucran esta opción en todas sus prácticas. Cuando Mignolo dice “opción” hace un gesto que la subrayara en el aire: “La modernidad es sólo una opción entre varias. La reflexión sobre la colonialidad, también. No venimos a imponer una nueva verdad absoluta”, dice y así lo plantea como una salida posible del formateo en el que vivimos.
¿Cuál es ese formateo? “Implica el cruce de distintos poderes. Por un lado, el religioso, con todos sus mandatos sobre la subjetividad a través de la creencia. Por otro lado, la Universidad y el Museo, las instituciones a partir de las cuales se produce y controla el conocimiento. Y todos los espacios que se plantean como casas de altos estudios que irradian el saber. Por último, las ideologías que también fueron producidas, presentadas e impuestas como verdades absolutas desde Occidente hacia el resto del mundo, ya sea el liberalismo, el neoliberalismo o el marxismo”, contesta Mignolo.
La corpolítica
Para el grupo Modernidad/Colonialidad la dominación en la que vivimos no es sólo una cuestión de fuerza o de capital sino de conocimiento. El planteo es más o menos así: quien maneja el dinero y las instituciones, maneja el conocimiento. Por eso, su forma de ver el mundo incluye la desobediencia y la reconstrucción epistemológica, o del conocimiento. ¿Qué es eso? “Es reconstruir nuestra forma de pensar, sentir, de ser, organizarnos, gobernarnos y relacionarnos. Lo primero que hay que señalar es la diferencia entre la educación y la escolaridad tal como la plantea la modernidad occidental. La modernidad nos escolariza mientras que una educación decolonial consiste en desaprender lo que aprendimos de la modernidad. Es enfrentarse a la pedagogía de la modernidad que se nombra a sí misma como la educación en un sentido universal y ningunea otras formas de educación”, explica Mignolo y cuenta que su grupo ya no acepta ningún sustantitvo sin adjetivo porque conviene aclarar siempre de dónde viene esa idea o palabra, antes de caer en darle un sentido único y universal.
Mignolo suma que en la pedagogía decolonial se valorizan la experiencia y el sentido común: “Todos pensamos y todos sentimos, más allá de la escolaridad que tenga cada uno. Primero hay que escuchar y de ahí se entiende qué ofrecer. Para enfrentar la desigualdad, el racismo, el sexismo, no hace falta tener un título”. La teoría en este caso no viene de los libros, sino de la práctica de experiencias concretas de grupos feministas, trans, pueblos originarios, movimientos como el zapatismo, entre otros. Mignolo suma otra categoría para pensar nuestro mundo: la corpopolítica. “La corpopolítica es la política de los cuerpos que no se dejan controlar. Ahí surge la protesta, el pensamiento y la organización. Y toda protesta lleva su pensamiento, porque no hay hacer sin pensar”.
El desprendimiento
Las colonizaciones no son cosa del pasado: los despojos y abusos contra comunidades originarias siguen ocurriendo hoy, además de otras colonizaciones 2.0. Mignolo analiza las diferencias: “El patrón colonial se basa desde sus inicios en una máquina genocida que nunca frenó. En el siglo 16 los esclavos comenzaron a ser tirados al mar porque eran considerados un desecho económico. Otro ejemplo es el nazismo que deja de considerar ciudadanos a los judíos por pensarlos inferiores y, también, un despojo legal. La complejidad actual es que se juntan el despojo legal y el desecho económico. Y la salida es salir de esa máquina moderna”.
¿Toda la modernidad es mala, y lo antiguo es bueno? Claro que no:“El problema no es la modernidad si no la aberración. La aberración moderna es que quiso que todo el mundo fuera como sí misma y lo impuso por la fuerza y con genocidios, entre otras estrategias. No todo lo anterior es rescatable pero hay muchas cosas que sí lo son y la modernidad buscó destruir. Por ejemplo, nosotros no queremos volver al aspecto patriarcal del sistema incaico, pero nos interesa su concepto de lo comunal. La colonización decapitó esas formas comunales de organización para que no existieran más, pero las comunidades sobrevivieron con esas memorias y eso se puede rescatar en las experiencias y el sentido común. No es idealizar sino introducir lo comunal como una opción de organización política distinta a las impuestas”.
En el mismo planteo entra un término siempre abierto: revolución. “Todo lo que entendemos como revoluciones consistió en buscar imponer una nueva forma de Estado. El concepto que incorporamos no es revolución sino desprendimiento. Cuando nos desprendemos comenzamos a organizarnos entre nosotros mismos. No nos olvidamos del Estado, pero tampoco vale pensarlo como la única opción. El desprendimiento va con el concepto de ‘rexistencia’ porque hay que reemerger con otras formas de organización”. Otras formas que acaso se sinteticen en una inolvidable frase de Aníbal Quijano: “Es tiempo, en fin, de dejar de ser lo que no somos”.
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


CABA
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
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