Nota
Ataque a Tiempo Argentino: un testigo clave para entender qué pasó
lavaca conversó con el cerrajero contratado para abrir el diario, quien confirmó que la Policía supervisó su trabajo y habilitó el acceso de la patota al edificio.
lavaca conversó con el cerrajero contratado para abrir Tiempo Argentino, quien confirmó que la Policía supervisó su trabajo y habilitó el acceso de la patota al edificio.

Uno de los integrantes de la patota, la noche del ataque. Foto: Ignacio Yuchark/lavaca
Guillermo José María Carrasco es el segundo nombre de la lista del acta policial que identifica a 15 integrantes de la patota que ingresó al diario recuperado Tiempo Argentino en una noche de terror. Junto a su nombre y datos personal se consigna : “Cerrajero contratado por el señor Martínez Rojas”.
El teléfono suena:
-Hola, Cerrajería.
Lo que sigue es un testimonio que revela el rol policial en la actuación de la patota que ingresó al diario y ocasionó los destrozos.
«El dueño del local»
“Fue el peor día de mi vida”, dice Guillermo José María Carrasco, 27 años, nacido el 22 de mayo de 1989, cerrajero de Munro, Vicente López. “No soy persona agresiva ni mala. Hubo tanta violencia ese día, tanta, que durante dos o tres días no atendí el teléfono. Recién ahora. Tengo mucho miedo, mucho susto. Fue lo peor que me pasó en la vida. No hay manera de describir lo que viví. No hay palabras. Pasé frío, pasé miedo. En un momento pensé que me mataban”.
Carrasco habla con la voz quebrada, en un momento grita, en otro llora. Dice que hace 14 años es cerrajero, que aprendió el oficio de su hermano. Dice que paga sus impuestos, que no está atrasado en ARBA, en AFIP, en nada. Dice que tiene una hija, una “motito”, un “autito”, y que no necesita plata de nadie, que está haciéndose su casa. Dice que no sabe quién tenían la razón y quién no, quién estaba bien y quién mal: “Soy un cerrajero”.
Quiere aclarar: “Nadie me puede señalar por la calle nada. Estoy totalmente limpio. Y ahora que me vengan a decir que soy de una banda… Si siguen hablando así yo voy a perder mi trabajo”.
Este es su relato de esa noche:
“Yo trabajo por Internet. Soy cerrajero las 24 horas. Te buscan por Internet y te llaman. Trabajo poco con clientes. Soy de Munro. Me llama una persona el día anterior y me dice que había que hacer una apertura. Quedamos en que nos encontrábamos en la esquina. Hay como un puesto de diarios, ahí. Cuando llegué había dos patrulleros”.
¿Conocía a la persona?
“No”.
¿Le dijo algún nombre cuando lo llamó o cuando lo encontró en la esquina?
“No”.
¿Qué le dijo cuándo se encontraron?
“Me dijo que ahora iba a llegar la policía con el dueño del local con los papeles. Llegó. La policía miró los papeles, dijo que estaban bien y dijo que estaba todo OK para hacer la apertura. Si la policía me dijo eso, ¿yo qué tengo para oponerme, me entendés? Si no había policía yo no podía hacer la apertura”.
¿A qué hora llegó?
“Eran las 12 de la noche”.
¿El “dueño del local” era Martínez Rojas?
“No sé”.
Sigue: “Le pregunto a los policías: ´¿Está la puerta para abrir?´. Me dicen: ´Abrila´. La policía me dijo eso. No es que yo voy y la abro. Tiene que haber presencia policial”.
Carrasco sigue:
“Hago la apertura y me voy al auto, porque me habían llamado para eso. Entro y me dicen que el trabajo no estaba terminado, que había que cambiar la cerradura. Volví a entrar. La policía me dejó: si ellos me dejaron, ¿por qué no podía estar adentro teniendo que hacer un trabajo? Yo me puse a trabajar confiado. Y cuando me quise ir, estaba lleno de gente abajo”.
Eran los periodistas de Tiempo.

Otro de los violentos que atacaron el diario. Foto: Nacho Yuchark/lavaca
“Querían quedarse con el lugar”
Carrasco: “Lo primero que pensé fue: ´¿Y ahora qué hago?´. Me dijeron: ´No, ahora vas a tener que esperar´”.
Desde afuera lxs trabajadorxs escuchaban cómo estaban rompiendo los elementos de trabajo. “De adentro yo no vi que estaban rompiendo cosas”.
Pero rompieron cosas.
“Yo no lo vi”.
¿Estaban armados?
Misma respuesta.
¿Qué vio, qué escuchó?
“Lo que estaban haciendo era trabar las puertas para que no puedan entrar los de fuera. Porque, supuestamente, era de ellos la fábrica y la querían cuidar. Yo no sé si es así o no. Es lo que escuchabas. Escuchaba que querían quedarse con el lugar”.
Dice que su principal temor comenzó cuando los periodistas entraron. “Eran como 50 personas. ¿Cómo les explicaba que era cerrajero? Yo estaba asustadísimo. Yo pensé que esa noche me mataban. Los que estaban afuera, los que estaban adentro. No confiaba en nadie, quería irme a casa y no me dejaban. Tiraron gases, de todo, me asusté y me fui a esconder arriba”.
En su relato hay ciertas lagunas, propia del aturdimiento que lo deja al borde del llanto: dice que salió corriendo y que se “salvó” porque corrió y se metió debajo de un camión. “Dios me protegió de que no me vieran: ¿cómo les decía que yo era sólo un cerrajero?”.
Carrasco aclara constantemente: “Yo no soy de ninguno de los dos lados. Soy cerrajero. No soy mafioso, no me dedico a nada raro. Lo único que quiero es estar tranquilo”. Grita: “Lo único que quiero es poder seguir con mi vida, estar con mi hija, con mi familia. Hace tres días que no puedo atender el teléfono porque no puedo trabajar. Estoy asustado. Tengo miedo de todo”.
Llora, se lo escucha: “Yo no quiero meterme en conflicto con ninguna de las dos partes porque quiero volver a mi vida normal. Pero nunca más vuelvo a hacer una apertura judicial. Nunca más confío en nadie, aunque me diga que está la policía afuera”.

La policía busca a parte de la patota que escapó por los techos. Foto/Ignacio Yuchark/lavaca
“Al que tienen que agarrar es al boludo del empresario”
lavaca llamó a todos los mencionados en el acta policial que se redactó en aquella tremenda madrugada. La mayoría de los teléfonos que allí constan son números ficticios. De las tres respuestas obtenidas, la de Carrasco es la única que detalla su rol. Las otras dos:
En el caso de Juan Zacarías Sosa- que aparece en boletines oficiales del 2008 con apercibimientos por estafa- hubo una respuesta de WhatsApp luego que el celular consignado sonara sin cesar. “Equivocado. Chau”,
En el caso de Mauro Mauricio Caña, el que responde dice ser su hermano . Dice: “Mi hermano está laburando en una empresa de seguridad y dijo que tenía que ir a cuidar una radio. Era una changa, nada más. Al que tienen que ir a agarrar es al boludo del empresario”
¿Martínez Rojas?
“Ese. Ese boludo está jugando con la necesidad de la gente”.
Los delitos
La lista de los consignados en el acta la encabeza Juan Carlos Blander, argentino, domiciliado la provincia de Formosa. Según la nota del periodista Juan Diego Britos, Blander es dueño de la empresa de seguridad Control Star Service, encargada de controlar accesos en grandes recitales. En 2012 atropelló y mató a Juan José Aguerre, de 60 años, que trabajaba en la estación de servicios El Yacaré, en Formosa
El acta consigna que la policía dispuso la constatación telefónica de domicilio de todos los identificados y que los notificaron para que se presentaran mediante abogado dentro de las 48 horas. Mariano Martínez Rojas se presentó hoy con la abogada María Laura Paonessa, quien fue defensora del exsargento Sergio Pablo Barber, condenado por fusilar al joven Rodolfo Poroto Zapata en Zárate.
María del Carmen Verdú, abogada de CORREPI y de lxs trabajadorxs de Tiempo, explica la lista de nombres que consta en el acta: “No están todos porque hay varios que se escaparon por los techos, pero a los que quedaron adentro del edificio se le tomaron los datos personales. Pero ahí la fiscal (Verónica Andrade, de la Fiscalía Contravencional N°6) hizo algo que no suele pasar cuando levantan a cualquiera en la calle: no ordenó llevarlos a la comisaría en tanto se hacía la constatación de domicilios. Todo lo hizo verbalmente y en el mismo lugar, y ni siquiera se les constató el domicilio porque los tipos se negaron a dar un teléfono de contacto para que verificaran los datos que constan en el acta”.

María del Carmen Verdú, abogada de la cooperativa Por Más Tiempo y referente de Correpi, con el comisario a cargo del operativo, en la madrugada del ataque / Foto: Ignacio Yuchark/lavaca
“El objetivo era impedir la salida del diario”
Verdú resume cuál es el estado de situación hoy: “El edificio está controlado por los trabajadores como estaba antes. Eso no se modificó. Lo que hicimos fue presentar la querella, que firmaron los trabajadores de Tiempo representados por el secretario y presidente de la cooperativa, una delegada de Radio América y las tres personas que estaban en el edificio al momento del ataque. Estas tres personas fueron víctimas de delitos específicos como lesiones y amenazas, por eso se presentan a título individual”.
¿Qué plantean en la querella? “Acá no hay solamente usurpación y daño, que además es daño calificado porque afecta todo el servicio de comunicación informática, que es un agravante específico del inciso 6 del artículo 184. Acá también hay otros delitos:
- Interrupción de las comunicaciones;
- Interrupción del funcionamiento de un medio de prensa: en este caso, dos;
- Lesiones calificadas, porque fueron cometidas por más de dos personas y para consumar otro delito, porque el chico discapacitado fue apaleado;
- Amenazas coactivas respecto de los otros dos trabajadores que estaban en el diario.
Por lo tanto no es competente la justicia de la Ciudad, sino la justicia nacional. Tal como lo prevé el procedimiento de la justicia de la Ciudad, nos van a convocar a una audiencia junto a las demás partes -defensa y fiscalía- para discutir la competencia”.
Verdú señala que en la carátula de la causa contra Martínez Rojas faltan enumerar delitos. “La fiscal no está investigando lesiones porque dice que no están acreditadas. Al pibe discapacitado lo agarraron a patadas. Le llevamos radiografías del Hospital Rivadavia. También está el tema de la custodia de los bienes por parte de los trabajadores. En la fiscalía siguen emperradas en que nada más hay usurpación y daños porque al no haber ido al lugar, al no haber tomado contacto con damnificados y al manejarse con los soplidos policiales por teléfono, es lo que tienen. Nosotros ampliamos imputación a otros delitos, a lo que agregamos robos, porque hay cosas que faltan, como el disco rígido del servidor, cosas personales del locker, que fueron todos violentados”.
¿A qué huele este ataque?
No huele. Tengo absoluta y total certeza: esto fue un intento desesperado de impedir que el diario siga saliendo. Y no hay ninguna duda, por las características del ataque. Estos tipos no entraron simplemente a romper lo que fuere, sino que además la violencia se ejerció de manera selectiva sobre los lugares que más importancia tiene para la transmisión de la radio y la edición del diario. Una cuestión fundamental en cualquier diario es que todas las computadoras estén conectadas en red. Bueno: lo primero que hicieron fue arrancar los cables de red. Lo segundo, fue reventar el servidor de Internet. Incluso cuando rompieron la mampostería fue para llegar a los lugares donde estaban los elementos de trabajo.
Nota
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Los feminismos siguen siendo el único movimiento que tiene la capacidad de transversalizar la unidad, amplia, y poner en Avenida de Mayo, de cara a Plaza Congreso, cuadras y cuadras de columnas que van desde el sindicalismo, a los movimientos sociales, a la izquierda, al kirchnerismo.
Aún cuando por Hipólito Yrigoyen ingrese la enorme columna de la intersindical feminista seguida por poco del oficialismo; y por el otro costado, por Avenida de Mayo, ingrese la izquierda; todos los espacios comparten plaza a menos de un mes de elecciones generales que definen quién presidirá el país.
Esa es la noticia: seguimos transversalmente en la calle.
Video: Sebastián Smok.
De la economía popular a la formal
“Creían que el movimiento había desaparecido porque no estaba en la calle, pero estábamos en cada uno de nuestros territorios, ahí también damos la batalla y la lucha”, dice Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, frente a la enorme columna de trabajadoras que son protagonistas de esta marcha. Las tres banderas que encabezan: UTEP, CTA y CTA Autónoma. De la economía popular a la economía formal, todas adentro.

Junto a ellas también marchan familias de víctimas de femicidios: Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; y Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa, que salieron desde la sede de MU junto a un grupo de mujeres que les siguen con los pañuelos blancos que bordan dos palabras: Nunca Más.

No con el FMI
Dice Leonor: “La derecha más fascista de nuestro país tiene una agenda muy clara contra el feminismo, quieren ir contra cada uno de los derechos que hemos conquistado con sangre y a fuerza de lucha; pero no lo vamos a permitir. Estamos en la más amplia y diversa unidad de vuelta en la calle porque a la derecha la vamos a enfrentar, pero también vamos a decir: no es con el FMI, porque somos las trabajadoras, las precarizadas, las compañeras del barrio, las que más sufren el ajuste”.
Leonor llegó a Plaza Congreso desde Tucumán, trayendo lo que se ve fuera del centro porteño: “En nuestra Argentina profunda lo que se ve es la pobreza, en todas sus dimensiones, pero el movimiento feminista en la provincia es lo más fuerte que hay, es donde está la unidad y donde nosotras resistimos”.
Sobre la transversalidad habla también Silvia León, referente de ATE Nacional: “Hoy el objetivo tiene que ser que las derechas no avancen en nuestro país. Los 30 mil compañeros desaparecidos y muertos no murieron en vano, y las víctimas de femicidio tampoco”.
Silvia, rodeada de pañuelos verdes, sostiene junto a las familias de víctimas de femicidios, que tienen las fotos de sus hijas colgando en el pecho, los pañuelos blancos. Los feminismos honran el legado que los derechos humanos construyeron en la calle, con los pies. Dice Silvia: “Nosotras peleamos por soberanía, por educación, por salud, y también seguimos el camino de las Madres, las Abuelas, de los 30 mil, pero también de los familiares. Hay un tiempo que se termina, el de la verticalidad, el del verticalismo y del patriarcado, ahora toca construir transversal y federalmente”

Significado de la libertad
Marta y Guillermo, llegaron desde Mar del Plata a las siete de la mañana; junto a Susana y Daniel, se colgaron las fotos de sus hijas en el pecho: Lucía Pérez y Cecilia Basaldúa, dos femicidios territoriales emblemáticos, donde las tramas narco barriales marcaron como alerta una emergencia que traen las periferias.
¿Por qué recorrer la Ruta 2 durante toda la noche para marchar? Contesta Marta Montero, mamá de Lucía: “Para gritar que no vamos a permitir perder nuestros derechos, lo que hemos conquistado en este tiempo de lucha que no es solo el reciente, me voy más lejos: en este tiempo de democracia que es el tiempo en el que podemos salir, podemos luchar, y también decir lo que pensamos. Todo esto está en peligro, no podemos permitir que venga alguien a decirnos lo que tenemos o lo que podemos hacer, que corten nuestros derechos y lo conseguido: por ejemplo un ministerio. Todas las mujeres no tenemos la suerte de que nos acompañen los gremios, las organizaciones; hay muchas mujeres que están solas, pero vos sabés que hay una puerta que podés golpear y que se va a abrir. Ahora corremos el peligro de que todo eso se termine».

Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía (Foto: Sebastián Smok)
¿Por qué creés que quieren que se termine?
Porque somos muchas, hemos tomado la calle, hemos salido, y nuestra palabra se ha hecho escuchar. Y así hemos logrado cambios: el más importante fue el aborto legal. Es imposible no pensar hoy en día que una mujer no tiene derecho de poder decidir sobre su vida.Yo soy una persona de fe, creo en dios, en la virgen, pero no creo en que alguien pueda decirnos que esto tiene que ser de una sola manera porque creo en la libertad de las personas, y si alguien no quiere tener un hijo es respetable.
Libertad es una palabra hoy disputada, ¿qué significa?
Libertad significa levantarme, salir a la calle y decir lo que pienso sin censura de nadie, poder acompañar a alguien, poder hablar, poder estar. El libertario es otra cosa: son los que nos quieren vender que vamos a estar mejor por cosas que no terminamos ni de entender, es un juego de palabras siniestro que termina en opresión.

Foto: Sol Tunni.
¿Qué tienen que hacer los movimientos feministas?
No los tenemos que dejar avanzar. A mí no me representa una persona que esté con una agresividad tal que se le nota, en su manera de hablar, de moverse, a mi no me representa esa violencia, pero estamos viviendo en un momento muy difícil que hoy todo es violencia. El enojo hoy está peor que nunca, o tal vez tenga otra visibilidad, antes se tapaba más, hoy lo ves en un medio, en una red social, es más visible, por eso parece que pasa más.
¿Cómo volvemos para volver a ser marea?
Es muy importante creer en nosotras mismas, en el valor que nosotras tenemos, valorar quienes somos. Es muy importante no tener miedo, no tener miedo al ridículo, estar seguras de lo que hacemos, de lo que queremos y si tenemos que salir a defender a una compañera, a una hermana, salir y hacerlo con convicción propia. Lo más libre que una puede hacer es salir. Si no es con cada una de nosotras, hasta acá no se hubiese llegado, sin las mujeres luchando por su propia vida, las más grandes ayudando a las más chicas, y las más chicas, por ellas mismas. Esa es la hermandad, todas nos necesitamos, yo sola no puedo, te necesito a vos, a otra, a la hermana, sola es imposible. Necesitamos la confianza en nosotras mismas, evitar la competencia. Nosotras luchamos por la vida, por eso luchamos por todas. Solas no llegamos a nada, pero juntas llegamos a todo.

Daniel y Susana (padres de Cecilia Basaldúa), Guillermo y Marta. Foto Sebastián Smok.



Foto Sol Tunni.

Foto: Sol Tunni

Foto: Sebastián Smok
Nota
Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.
A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).
Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.
La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.
Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Por Anabel Pomar

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.
En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).
¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.
En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.
Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.
Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.
El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.
Omnipresentes
Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Los resultados de los venenos en materia fecal.
En los hogares
Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.
Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.
A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.
Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.
La mordaza
En la conferencia virtual –toda en inglés– que duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.
Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.
Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.
El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.
“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la investigación.
En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
La vida cotidiana asediada
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Nota
Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.
Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes.
En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó:
- La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
- Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
- La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
- Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
- Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.
Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.
El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas.
El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.
El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.
Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento.
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