Nota
Bolivia hoy: El congreso del MAS por abajo y por la unión
En una asamblea con más de diez mil representantes de movimientos sociales el MAS debatió, en medios de críticas y arrepentimientos, la estrategia para restructurarse. Con sus principales líderes exiliados y ocultos por las persecuciones, enfrentó así el mayor desafío de sus veinticinco años de historia. Fueron las mujeres las que, sin medias tintas, reclamaron que los candidatos no sean elegidos “desde arriba”. El documento final le otorgó a Evo Morales el título de jefe de campaña. Con la ultra derecha golpista dividida todo parece indicar que otra vez las elecciones se decidirán entre quienes consagre el MAS y el partido de Carlos Mesa, así que la fórmula que resulte elegida deberá cargar con el desafío de una campaña electoral en pleno gobierno de facto.
(Sebastián Ochoa desde Cochabamba) En la mañana de ayer, miles de campesinas, campesinos, mineros y trabajadores comenzaron a juntarse en la plaza San Sebastián de esta ciudad, ante la mirada impávida de la población urbana, que ya había perdido la costumbre de ver a tanta gente del pueblo reunida. Con sus wiphalas flameando, subieron 200 metros por la colina de La Coronilla, para ingresar al Coliseo donde tuvo lugar el Ampliado Nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido más grande de Bolivia, que en las últimas semanas sufrió ataques implacables que terminaron con 38 asesinatos aún no esclarecidos. Con sus principales líderes exiliados u ocultos, el MAS enfrenta al mayor desafío en sus veinticinco años de historia. Golpeado, de luto y desbandado, debe elegir de inmediato candidato o candidata a Presidente y vice, armar listas de postulantes para cargos en la Asamblea Legislativa Plurinacional, además de restructurarse para tener algo de la solidez que tenía cuando Evo Morales estaba en cada detalle orgánico.
El líder, el ausente, solamente se materializaba en los gritos y en los cantos de quienes ingresaban por miles al Coliseo. “¡Viva el Presidente Evo!”, “¡Evo no está solo!”, coreaban mientras subían la empinada colina. Con estas y otras frases invocaban al Presidente constitucional derrocado hace ya casi un mes. El camino escarpado estaba repleto de feriantes que aprovecharon la concurrencia para armar sus qhatus y vender lo que sea: desde milagroso jugo de maca hasta videos de las masacres de Senkata y Sacaba “con imágenes inéditas, nunca vistas en televisión ni en redes sociales”, como pregonaban a cada paso, entre otros vendedores de wiphalas, frutillas y mocochinchi. La gente había llegado de todo el país, en muchos casos luego de viajar más de un día, por lo cual estaban hambrientos y cansados. Algunos de ellos, con platos calientes sobre las rodillas, comían quinua, mote, chuño, trigo; comidas típicas que habían llevado las caseras en enormes ollas, tapadas con trapos para no perder el calor.
Las y los feriantes recibían con aplausos y aliento a quienes iban entrando al Coliseo. En la ciudad de Cochabamba, donde ahora no se puede hablar del golpe en voz alta, se había formado un microclima de amor por la Bolivia perdida el último 10 de noviembre. En las cercanías del Coliseo, las y los campesinos podían estar tranquilos, que allí nadie los iba a discriminar ni acusar de “terroristas”. Podían hablar de política a los gritos y no ahorrarse insultos para la autoproclamada Áñez y el ahora candidato presidencial Luis Fernando Camacho. Mientras hacían fila para entrar, tres ancianos debatían:
-Todos los de la derecha se quieren adueñar de nuestras riquezas para venderlas a otro país.
-¡Así es!
-¡Tenemos que levantarnos!- gritó uno de los tatas.
Cada tanto, las voces quedaban tapadas por el ruido de helicópteros del Ejército, que sobrevolaban la zona de cerca.
Críticas y arrepentidos

En los últimos años, se había instalado en el imaginario boliviano la idea de que Evo era un personaje dictatorial. El mismo Morales contribuyó a cimentar esta imagen, al desobedecer el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016. Según esos comicios, él no tendría que haberse postulado a las elecciones del 20 de octubre pasado, que ya fueron anuladas por la Asamblea con mayoría del MAS.
Pese a su fama de autoritario, Evo abandonó de inmediato la Presidencia cuando el golpe lo puso en jaque. Eso desconcertó a los golpistas, quienes esperaban que sanguinariamente se aferrara a su cargo. De modo que este “caudillo” se fue al exilio y sus bases, desde senadores y diputados hasta centrales campesinas, tuvieron que ver cómo arreglárselas sin que Morales les dijera qué hacer. En ese plan estaban ayer, cuando iniciaron el Ampliado.
Desde el comienzo de la reunión hubo abucheos a las intervenciones de algunos dirigentes. Entre diferentes sectores del MAS se echaban la culpa por no haber actuado correctamente ante el golpe de Estado. Consideraban que se podría haber hecho más para defender al gobierno de Evo. A lo largo de la tarde, por medio del debate se intentó aunar las posiciones que estaban enfrentadas. En cierta medida se lo logró, aunque el cierre de este encuentro estuvo a cargo de Juan Carlos Huarachi, el secretario general de la Central Obrera Boliviana (COB). Sí, esa misma que el día del golpe, con la Policía sublevándose en todo el país y con el Ejército lustrando sus botas, se sumó a los golpistas para pedir la renuncia de Evo. Huarachi pidió disculpas por lo que consideró “un error”, pero con ello no logró disminuir la silbatina y la rechifla generalizada.
Sin la presencia de Evo, que estaba en cada detalle del partido, quedó al descubierto una militancia decidida a representarse a sí misma.
Desde abajo
En 2009, fracasó el intento de golpe de Estado cívico prefectural urdido por las autoridades de la Media Luna, como se llamaba a esa mitad del país confabulada. En ese momento, los militares apoyaron a Morales, lo cual determinó su victoria. Pero una vez derrotados sus enemigos, Evo se encontró con un gran territorio, como los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, donde el MAS aún no tenía llegada. Por ello, Morales optó por realizar alianzas con políticos de derecha, que permitirían al oficialismo asentarse en las Tierras Bajas.
En las organizaciones campesinas sienten que fueron relegados de la administración pública cuando Evo empezó a darle prioridad a “los invitados”, como le decía a esos políticos de derecha que fueron poblando el MAS.
Ayer, en el Coliseo, una dirigenta de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa” (CNMCIOB “BS”) tomó el micrófono para pedir “no aceptar más a los invitados. Porque ellos lo han traicionado al hermano Evo. Y en las reuniones nos han discriminado”.
Para las elecciones de 2014, en varias partes de Bolivia las bases habían elegido a sus candidatos para diversos cargos. Pero en muchos casos, Morales terminó designando a otras personas, que no agradaban a las poblaciones locales. Muchas organizaciones obedecieron el mandato presidencial. Pero otras fueron con sus propios candidatos a sumarse a partidos de la oposición.
Para que no se repita este error, una dirigenta campesina de Pando reflexionó que “las bases deben elegir a los candidatos. Ya no podemos dejarnos imponer candidatos desde arriba”. Ella aseguró que si la elección de candidatas y candidatos respeta al clamor de las bases, “vamos a tener una victoria contundente. Esa va a ser nuestra forma de honrar a nuestros muertos”.
Si logra rearmarse, el MAS tiene grandes posibilidades en las próximas elecciones. El dúo golpista de Camacho y Marco Pumari se rompió, porque los dos quieren ser candidato a Presidente. Pero el exlíder cívico cruceño no tiene proyección nacional. Su ámbito de influencia se limita, por ahora, a su tierra natal. Lo mismo le pasa a Pumari, quien difícilmente consiga un voto fuera de Potosí. Con la fragmentación que quedó en el campo político de derecha extrema luego del golpe, los únicos que pueden aspirar a captar al 30 por ciento del electorado son el excandidato Carlos Mesa y el MAS.
Resoluciones
Luego de horas de debate, en el Coliseo fue leído un documento que fue aprobado por aclamación, en el cual califican al gobierno interino de Áñez como una “dictadura fascista racista”.
Convocaron a “mantener la unidad granítica de todos los movimientos sociales, militantes y simpatizantes de las organizaciones sociales, para organizar la victoria del pueblo boliviano en las elecciones de 2020. Para eso, se designa al compañero hermano Evo Morales Ayma como jefe nacional de la campaña del MAS-IPSP (Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos)”.
Asimismo, exigieron a la Asamblea Legislativa Plurinacional “instaurar el juicio de responsabilidades contra Jeanine Áñez Chávez, Presidenta autoproclamada, por la comisión de delitos de lesa humanidad”. En este sentido, indicaron que también deben presentarse a declarar los ministros que nombró Áñez, así como las cúpulas de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Por su parte, las organizaciones sociales presentes se comprometieron a bajar a sus comunidades para compartir los avances y determinaciones dirigidas a reconstruir al MAS.
Para cerrar el encuentro, la concurrencia gritó varias veces: “Patria o muerte/ Venceremos”, frase que ya no repiten más los policías y militares, por orden de Áñez.
Terminada esta comunión, las diez mil personas que llenaban el Coliseo salieron a la intemperie, donde aún los esperaba dando vueltas un helicóptero del Ejército. Detuvieron su descenso por la colina de La Coronilla para alzar sus puños al cielo y gritarle al aparato: “¡Fuera!”. Este “fuera” -que iba acompañado de una serie de improperios que es mejor no repetir- condensaba la rabia contenida de un pueblo que, si sigue unido, “jamás será vencido”, como cantaban bajando y con sus wiphalas al viento.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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