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Cromañon, Ycúa Bolaños, Atocha: Trilogía en el Once

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El domingo 30, en el santuario de Cromañón tres testimonios zurcieron la cartografía de la impunidad, dejando en claro la cadena que la construye. Un informe completo de lo que- como quedó en evidencia- nadie informó.

Bajo un sol increíble, en un santuario también increíble, sucedió lo inesperado: tres voces hilvanaron tres masacres hasta zurcir una cartografía de la impunidad. Algunas de las coincidencias que quedaron así expuestas entre Cromañón, el incendio del supermercado paraguayo de Ycúa Bolaños y el atentado de Atocha del 11M parecen obvias. Los tres hechos ocurrieron en el mismo año, por ejemplo. Y los tres parieron organizaciones ciudadanas. Pero los testimonios que compartieron Diego Rozengardt –familiar de Cromañón- Oscar –familiar del 11 M- y Liz –sobreviviente de Ycúa Bolaños- funcionaron como un foco que iluminó la oscuridad. El encargado de hacer una provisional síntesis fue el propio Diego, cuando todavía estaban ardientes las palabras de los participantes: “En Atocha el origen es la búsqueda de petróleo por parte de Estados Unidos, que decide tomarlo por la fuerza en Irak. A esto se alinea el presidente español, pese a la oposición social, y es esa decisión política la que lleva a la muerte de 191 personas. La avidez de lucro, y una decisión política que lleva a la muerte. En Ycúa Bolaños el tema del lucro también está presente: se cierra la puerta del supermercado para que nadie se vaya sin pagar mercaderías, y en Cromañón, para que nadie entre sin pagar. Todas entonces son muertes políticas…En los tres casos, los tres colectivos evalúan de determinada manera las responsabilidades y la prensa construye una suerte de versión oficial de los hechos, que se aleja de la evaluación que hacemos las víctimas, sobre todo si esas responsabilidades apuntan a los más poderosos.”
Minutos antes, Oscar, el español, se había referido a esa cadena de mentiras que bordaron el antes, durante y después del 11 M y contra la cual debieron batallar. Liz, lúcida y firmemente, se había referido a otro desafío que debieron enfrentar: confrontar con las instituciones abiertamente y sin metáforas. “Cuatro meses duró ese juicio, durante el cual nadie intentó linchar a nadie. Éramos muchísimas personas las que fuimos allí y lo que hicimos fue atentar contra el sistema de impunidad. Por eso la primera silla que voló fue contra la mesa del tribunal. Ahí se vino el resto (aplausos) Con esto evidentemente lo que dejamos sentado es que no vamos a permitir dictaduras judiciales nunca más en nuestro país. Y por tanto, cada vez que nos preguntan qué va a pasar si el segundo juicio vuelve a tener la misma sentencia, decimos: las instituciones tienen que respetarnos, sino ¿cómo quieren que nosotros respetemos las instituciones? Vamos a seguir peleando hasta que consigamos que se haga justicia. Sino, Hitler hubiera estado en el poder, Videla en el poder y muchos otros si es que la cosa pasara por respetar instituciones que no respetan los derechos ciudadanos. Todo derecho fue conquistado con lucha.”
Aquí reproducimos la exposición completa de cada uno, así como el documento que luego se leyó en Plaza de Mayo y que fue tecleado apenas terminó la charla, al calor de esa síntesis zurcida en el santuario de Once.
La marcha
La última charla del Ciclo pensar Cromañón concluyó con la marcha hacia Plaza de Mayo. Unas 700 personas cruzaron la ciudad, enarbolando en silencio las fotos de sus hijos, amigos, familiares, mientras el ciudadano de a pie o al volante los rodeaba también en respetuoso silencio. Por Rivadavia, por Callao, por Corrientes, cruzando el Obelisco, pisando la Diagonal, la columna dejó su huella en cada uno. Todos habrán comprobado en los noticieros de la tele o en los diarios aquello que los tres testimonios dejaron en claro: cómo funciona la máquina que aquí llamamos Cromañón, en Paraguay Ycúa Bolaños y en Madrid, Atocha.

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

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Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
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Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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