Nota
Decime cuál es tu nombre, Facebook
Facebook cambió su política de privacidad y ahora exige a todas las personas que utilicen su verdadero nombre y no seudónimos. La medida, denunciada por la comunidad trans como discriminatoria, supone mejorar la seguridad pero esconde motivos puramente económicos o, peor aún, de control masivo.
Facebook cambió su política de privacidad y ahora exige a todas las personas que utilicen su verdadero nombre y no seudónimos. La medida, denunciada por la comunidad trans como discriminatoria, supone mejorar la seguridad pero esconde motivos puramente económicos o, peor aún, de control masivo.

Las drag queens de San Francisco, con Sister Roma a la cabeza, encararon a las oficinas de Facebook. La batalla recién comienza. Foto: huffingtonpost.com
Michael Williams entró a su cuenta de Facebook, como lo hace incontables veces por día desde hace años, como otras 1.500 millones de personas de todo el mundo. Cerró sin leer un cartelito que informaba sobre algún cambio en las políticas de privacidad y empezó a responder sus mensajes, a compartir momentos virtuales con sus amigos y —lo más importante— a difundir su trabajo.
Hasta ese momento en que se salteó el cartelito, Michael Williams era un total desconocido. O mejor dicho, nadie lo conocía de esa forma. Porque Mr Williams es en realidad Sister Roma, una drag queen de San Francisco desde los ‘70s, integrante del grupo Sisters of Perpetual Indulgence, que milita contra la intolerancia sexual vestidas con trajes de monjas. Es una de las transformistas más destacadas, aunque últimamente su fama se disparó muy a pesar suyo: quedó en el medio de una pelea por defenderse de Facebook y así poder elegir cómo quiere ser llamada.
Vos sos el cambio (aunque no lo sepas)
Ese cartelito no tenía un mensaje más. No te pedía que completaras tu perfil o que indicaras que te gusta tal o cual página. Ese cartelito aparentemente insignificante es un hito que representa el verdadero cambio de tendencia: Facebook quiere saber todo sobre vos. Todo. Empezando por tu verdadero nombre.
En la actual página de registro, Facebook pide nombre, apellido, dirección de email, fecha de nacimiento y género. Éste último ítem con solamente dos opciones: mujer u hombre. Si superamos ese primer escollo e ingresamos un nombre de fantasía (por ejemplo, Sister Roma), una alerta salta inmediatamente: “Pedimos a todo el mundo que use su nombre real en Facebook. Si quieres agregar un nombre alternativo, puedes hacerlo tras registrarte”.
Aparentemente (obvio, nadie lee los Términos y Condiciones de una red social) esta política fue establecida hace años, pero no se ponía en práctica a menos que otro usuario reportara un perfil impostor o elevara una queja por abuso. Ahora, se aplica a full.
La caída de Roma
“Simplemente usaba Facebook como el resto de la gente. De pronto, el sistema me desconectó. Cuando intenté loguearme nuevamente me aparecieron unas instrucciones que tenía que cambiar mi nombre de perfil para que coincidiera con mi nombre legal, tal cual como figura en mi permiso de conducir o en mi tarjeta de crédito, si no quería que me suspendieran la cuenta”, comenta Roma al Huffington Post.
Sister Roma no perdió tiempo: empezó a contactarse con el cuartel central de la red social, hasta que consiguió dar con un ser humano que le contestó. “Estaba realmente enojada y no poder hablar con alguien me hizo calentar mucho más. No es tan simple”. ¿Cómo lo logró? Lógicamente, googleó “‘How do you contact Facebook” y descubrió que existe un minúsculo botoncito de ayuda. Pero ahí se le abrió otro desierto: un menú de opciones tan grande que termina desorientándote. “Es indignante. Publiqué en Facebook, en Twitter. ¡¿Cómo se atreven a decirme quién soy?! Nadie conoce mi nombre legal, no es algo relevante. Y ahí me comenzaron a llegar las respuestas de otra gente también enojada. O peor aún, asustada: recibí emails que te partían el corazón. Personas con razones legítimas para usar nombres de fantasía que los protegen en la vida real”.
Roma continuó con su re-registración: “Escribí mi nombre legal y apareció mi perfil, con foto incluida. No era precisamente lo que yo estaba esperando. No me di cuenta en ese momento que iba a ser presentada al mundo como Michael Williams, que obviamente no es la manera en la que yo me identifico ni como me identifica el público”.
El facilismo podría reducir la discusión a «estás en una plataforma privada y por lo tanto son ellos quienes fijan las normas». O también se puede limitar a «es un problema de travas». Hasta que deja de serlo.
Empiezan por ahí, vienen por todo
Un grupo de activistas forzó una reunión con ejecutivos de Facebook en San Francisco, pero salieron desilusionados. La empresa, que declara activos por 18 mil millones de dólares, fue tan clara como inflexible: les daría dos semanas de plazo «para ajustar sus perfiles y mostrar su nombre real, o de otro modo convertirá sus páginas personales en páginas de seguidores, que permiten usar apodos».
Sorprende la incongruencia con su Misión, declarada en el propio perfil… de Facebook: «Hacer que las personas puedan compartir y hacer del mundo un lugar más abierto y conectado». Sorprende… hasta que se revela una de las estrategias clave. Es que las fanpages tienen un dudoso privilegio sobre las páginas personales: pueden ser promocionadas a través de micropagos, que arrancan en 5 dólares y no tienen límite. En 2013, la empresa que preside Mark Zuckerberg facturó 7.840 millones de dólares.
A la reunión también concurrió David Campos, un guatemalteco que fue elegido para el Board of Supervisors de San Francisco, un cuerpo legislativo municipal. Su preocupación: que ante esta obligación, miembros de la comunidad LGBT sean discriminados, perseguidos o atacados. “Incluso hay países en el mundo (donde Facebook por supuesto también es un actor dominante de la web) en los cuales están vigentes leyes que penan la homosexualidad con prisión”, dice Campos, del oficialista Partido Demócrata. “Tememos quedar en la mira de grupos hostiles a la comunidad LGBT”.
Cómo llamarlo
Ésto va mucho más allá de las travestis y transexuales. Artistas, escritores, músicos, periodistas, deportistas: sobran ejemplos de personas públicas que trascienden usando un nombre irreal. «¿Por qué es necesario discutir siquiera si un nombre de fantasía es legítimo? ¿Desde cuándo exponer el nombre real de alguien lo convierte en ‘más seguro’?», se pregunta Jane Ruffino, una irlandesa especialista en marketing y consultora de empresas. Y sigue: “Cada vez que discutimos sobre el anonimato en internet terminamos hablando de cuánta vigilancia sobre nuestras vidas tenemos que aceptar para estar a salvo de los peligros online. Y con esto pareciera que nos olvidamos de que los seudónimos facilitaron el cambio y desafiaron históricamente el statu quo”.
Seudónimo o no-seudónimo no garantiza ser bueno o malo. ¿En qué categoría pondríamos a Mark Twain, Lenin, Woody Allen, George Orwell, Pablo Neruda, Hitler o Ghandi? Sin ir más lejos, el top de Facebook y Twitter está dominado por los Shakira, Eminem, Vin Disel, Katy Perry, Lady Gaga o Pittbull.
Ruffino duda sobre las verdaderas razones de Facebook para el cambio. “Si se trata de alentar el pago para promocionar páginas con nombres artísticos, es una medida antipática que pone en riesgo la clientela. Y si es para prevenir los acosos, el problema no es el anonimato en la web sino el propio acoso. Esta política de nombres reales es un derecho de Facebook como empresa, pero afecta desproporcionadamente a muchas de las mismas personas con mayor probabilidad de ser acosadas, acechadas o atacadas físicamente”.
Facebook tiene derecho a establecer esa política, pero ¿es ética? «Ahí debería estar el comienzo de la discusión» —sigue Ruffino—. “Discutamos sobre responsabilidad corporativa y derechos humanos, no sobre argumentos a favor o en contra de una red social. Parte de mi trabajo es asesorar a empresas para que pauten en Facebook y otras redes y, hasta desde el punto de vista más mercantilista, la verdad es que no es relevante cómo se llaman esos potenciales consumidores».
Cierre de sesión
Luego de esa negociación, Facebook reactivó «temporalmente» los perfiles suspendidos y emitió un comunicado: «Hemos tenido una buena discusión con el grupo sobre sus perspectivas respecto a nuestra norma de identidad real, e hicimos hincapié en cómo esta norma evita un mal comportamiento, a la vez que crea un entorno más seguro y fiable». Varios empleados de Facebook, enterados sobre el escándalo que estaba a punto de estallar en una de las salas de reuniones, se acercaron para apoyar el reclamo: estuvieron de acuerdo en que el anonimato es un derecho y que esta nueva política debe ser revisada. Pero no son quienes deciden, por supuesto.
Sister Roma: «Se trata de San Francisco, y las Hermanas de la Perpetua Indulgencia no dejamos pasar estas cosas. Tampoco los trabajadores del sexo o la comunidad trans». Y fue mucho más precisa con un tweet: «Organizar una protesta y una manifestación es una costumbre para nosotras». Y cierra con un hashtag: #MyNameIsRoma
Tell @facebook their Legal Name Policy is unfair & discriminatory. Change your profile pic to #MyNameIs. Please RT. pic.twitter.com/FyqukADyXi
— Sister Roma (@SisterRoma) septiembre 22, 2014
Nota
La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre

