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¿Dónde está López? La justicia sigue desaparecida

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A un año de la desaparición de Jorge Julio López, el principal testigo de la causa que puso en prisión al represor Miguel Etchecolatz, no hay pistas firmes, no hay procesados, no hay imputados, ni hay presos. “Lo que hay es denegación de justicia”, denuncia Adriana Calvo, sobreviviente de la última dictadura militar y miembro del espacio Memoria, Verdad y Justicia. “Todas las pistas serias fueron arruinadas”, completa Calvo. Los detalles de esta no-investigación.

Como suele suceder con los casos de gran impacto mediático, los aniversarios son un momento oportuno para que se den a conocer nuevos datos o supuestas pistas recién descubiertas para aquietar las exigencias sociales. En esta oportunidad, la novedad fue la aparición pública de la foto de Oscar Chicano, un ex secretario privado de Etchecolatz. La foto lo muestra a pasos de López en un acto organizado por organismos de derechos humanos. La fotografía había sido tomada un mes antes de que desapareciera López y fue entregada a la justicia en noviembre pasado. “Encima, el hijo de Chicano es empleado del Ministerio de Seguridad y tenía a su cargo el fotocopiado de la causa”, subraya Calvo.
¿Dónde está López? La justicia sigue desaparecida
La foto de Chicano no fue la única pista dilatada en el tiempo. En marzo pasado, en una requisa en el penal de Marcos Paz, se secuestró la agenda de Miguel Etchecolatz. Sin embargo –señala Calvo- los números telefónicos allí anotados nunca fueron cargados al sistema informático que investiga los cruces de llamadas.
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Calvo califica la investigación como “burda” y detalla algunos de los papelones de la pesquisa:
*Recuerda, por ejemplo, cuando los policías fueron a la localidad de Atalaya detrás de una pista con varios perros entrenados para detectar rastros. Un rato antes, un policía entró al lugar a allanar con una zapatilla de López que había aportado la familia para que la brigada canina pudiera seguir rastros. De esta manera, la acción quedó invalidada.
*En la misma localidad, en un campo travieso, los perros comenzaron a correr desesperados. Sin embargo, los oficiales a cargo interrumpieron la búsqueda con el argumento de que ya era tarde.
*No se confeccionaron actas sobre las actuaciones que se realizaron en el lugar. Cuando fueron a preguntarle al comisario de Los Hornos qué personal de su dependencia había intervenido en los operativos, el hombre tuvo como sorprendente respuesta la frase: “No recuerdo”.
*Varios de los allanamientos a policías o ex policías investigados los hacen los propios policías sin presencia de fiscales, jueces o funcionarios judiciales. “Parecería un chiste si no fuera dramático”, concluye Calvo.
*López mencionó en su declaración judicial a menos de una decena de policías. Ninguno fue investigado. Uno murió hace una semana.
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El aviso
Otra de las cosas que Calvo pone en duda es la protección de testigos de las causas que investigan a otros represores de la dictadura. “Es imposible que el Estado brinde protección a semejante cantidad de personas. Y menos con esta policía. A Felisa Mariliz, una de las testigos, la amenazaron sus propios custodios. `Esta vez te salvaste`, le dijeron”, detalla Calvo y completa: “A pesar del miedo, ningún testigo se negó a declarar. De los casi 50 que presentamos en la causa de Cristian Von Wernick todos se presentaron”.
“Con todo este panorama –resume Calvo- no hubo ninguna renuncia, no se denunció a ningún funcionario a pesar de que se arruinaron las pistas principales. El gobierno, entonces, se convierte en encubridor, en cómplice de la Bonaerense. El primer día del secuestro de López dijimos que se trataba de un aviso: `Estamos acá y les puede pasar esto´. ¿Cuál fue la respuesta del gobierno? `Me doy por avisado y no hago nada´. Como en el caso Gerez, decidió mirar para otro lado y silbar bajito. Eso es lo terrible. Nosotros nos dimos por avisado y salimos a la calle.”
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La marcha
El martes 18, el eje central del reclamo fue en La Plata, donde una multitud gritó “Nunca Más”. A lo largo de la toda la tarde se sumaron diferentes acciones para exigir la aparición con vida. Representantes de la fábrica autogestionada Zanón colocaron cerámicas que reproducen la imagen de López; los trabajadores de Astilleros Río Santiago, de Ensenada, también llevaron su placa y el Colectivo Siempre desplegó una intervención, con más de 200 personas vestidas de negro que, al grito de ¡López!, caminaron desde la plaza hasta la Casa de Gobierno de la provincia, especialmente enrejada para la ocasión.
En la Capital, la marcha congregó en la cabecera a representantes de organizaciones de izquierda y en la cola –siete cuadras detrás- al pequeño grupo de organismos de derechos humanos que decidieron sumarse (Madres Línea Fundadora, Serpaj, HIJOS Capital, APDH). En el medio, las agrupaciones estudiantiles y sindicales se mezclaron con las clásicas pancartas de las diferentes versiones partidarias.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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