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Movilización contra el nuevo Código Minero: El atraso del progreso

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Comunidades de todo el país a través de sus asambleas de vecinos se manifestaron frente al Congreso contra la explotación minera actual, que contamina y aniquila a la Naturaleza, a los esquemas productivos de las provincias, y produce niveles crecientes de enfermedad y muerte. El discurso sobre el “progreso” que representa la minería no se sostiene. La presencia de vecinos de todo el país, y un dilema sobre cuál es el lugar de la democracia.
Doscientos metros de bandera celeste y blanca envolvieron el edificio del Congreso de la Nación. La sostenían centenas de personas que bajaron desde la cordillera a la ciudad de Buenos Aires para denunciar una política presentada como progreso económico pero que en verdad atenta contra la vida: la explotación minera contamina con cianuro, metales pesados y lluvia ácida a sus campos, a sus ríos y a sus cuerpos. Este martes, asambleístas de Catamarca, San Juan, Córdoba, La Rioja, Tucumán, Chubut, Mendoza, Jujuy, Santiago del Estero y Sierra de la Ventana reclamaron una ley que prohíba la minería a cielo abierto y la derogación lisa y llana del Código Minero. Los manifestantes protestaron con igual intensidad contra las normas aprobadas durante el menemismo como contra la política del sector que impulsa el actual gobierno.
Marcha y asamblea
“Despierten diputados, despierten”, exigían los manifestantes acompañados por el penetrante sonido de un erque de cuatro metros de largo que asimilaba a la manifestación con un ritual sagrado. El cineasta Fernando Pino Solanas y la cantante Zuna Rocha encabezaban la marcha, convocada por los diputados Carlos Tinnirello (Redes), Fabiana Ríos (ARI) y Alejandro Sangenis (Movimiento Tres Banderas).
Un rato antes del banderazo, Cristian Cabrera, de la Comisión por los Derechos Humanos de Jujuy, invitaba a ingresar al auditorio ubicado en el subsuelo del edificio anexo del Congreso, donde se desarrolló una multitudinaria asamblea federal. “En mi provincia –dijo el jujeño- tenemos 17 emprendimientos mineros, que contaminan el agua y el aire. Las empresas vienen, explotan la montaña, se llevan metales valiosos, no dejan regalías ni trabajo, sólo contaminación”.
En el auditorio, una mesa hacía las veces de púlpito. Estaba cubierta por una bandera que clamaba: “Basta de saqueo y contaminación. Defendamos el agua. Defendamos la vida”. Frente a ella se sentaron miembros de comunidades originarias, peones de campo, productores y también personas vinculada a la actividad turística. Todos coincidían ante lavaca en ver como una amenaza para su vidas y para el país a la actual explotación minera.
“Venimos en defensa de la ley provincial que, por fuerza del pueblo, prohibió la minería a cielo abierto. No queremos que trabajen con cianuro ni con ácido sulfúrico, que contaminan las cuencas hídricas y provocan lluvias ácidas que caen sobre nuestras tierras. La minería usaba en Mendoza un millón de litros de agua y nos quedábamos sin agua para nuestros cultivos”, explicaba Edgar Bulos, uno de los diez integrantes de la Multisectorial de General Alvear que llegaron a Buenos Aires. Llevaban una remera blanca estampada con letras azules que decía: “Sí al agua, sí a la vida”.
El silencio de los inocentes
Los mendocinos estaban especialmente preocupados: el viernes pasado, las empresas mineras que se vieron obligadas a suspender la explotación por la nueva ley, hicieron un reclamo judicial para que se dicte la inconstitucionalidad de la nueva norma. “Queremos que se conozca nuestra problemática en Buenos Aires, 15.000 vecinos de General Alvear salimos a las rutas y durante 15 días las cortamos. Acá nadie se enteró. Hay una política de silenciamiento y queremos avisarles que esto nos afecta a todos”.
Los números del veneno
Desde Catamarca llegaron 90 integrantes de la agrupación Belén resiste, una ONG que nació por la inquietud de un grupo de estudiantes de Derecho. “En nuestra provincia se encuentra el emprendimiento minero más importante de Sudamérica, Bajo La Alumbrera. Su método de lixiviación –la forma de separar el metal de la roca- es a través del cianuro. Ya contaminó el río Vis Vis y ni siquiera nos permiten acceder a él para tomar muestras y analizarla. Ahora, encima, está por empezar la explotación de Agua Rica, un emprendimiento aún más grande”, señalaba Franco Ontivero.
Tinnirello abrió el encuentro y recordó que la actual explotación es posible tanto por el paquete de medidas aprobadas para el sector en la década del 90 como por el Plan Nacional de Minería lanzado por Néstor Kirchner en 2004. “Desde entonces, se habla de 600 emprendimientos mineros para la Argentina” dijo, y enumeró:

  • Sólo en San Juan hay 36 que están avanzados y 131 en fase de investigación. Es información oficial que, se sabe, no siempre es la real.
  • Hay 23 emprendimientos en Santa Cruz,
  • 22 en Salta,
  • 11 en Mendoza.

Tras esta descripción, el diputado de la Red de Encuentro Social acusó al gobernador de San Juan José Luis Gioja de ser el principal lobbista de las multinacionales mineras. “Èl y el secretario de Minería, Jorge Mayoral, nos quieren vender la idea del país minero: dicen que para que China sigua creciendo al 7 por ciento anual y Europa al 3, necesitan de nuestros minerales”.
A continuación Zuna Rocha les regaló a los fatigados viajeros La Maldición de Malinche, una chacarera del mexicano Gabino Palomares que recuerda el despojo que los europeos hicieron cuando conquistaron América. “Cuando no quede un árbol, cuando no quede un pájaro, cuando no quede un pez, recién entonces, el hombre entenderá que no podrá comerse su dinero”, recitó antes de cantar. La audiencia contemplaba el espectáculo con un potente silencio, ése que es tan característico del altiplano.
Además, subsidiadas
“La minería no deja nada al país –denunció con tono encendido Pino Solanas-. En teoría debería dejar el 3 por ciento en regalías. Pero con mucha suerte, apenas aportan el uno por ciento, porque pueden deducir de ellas todos los gastos de exploración. Además, todos estos valores se toman sobre las declaraciones que realizan las propias empresas, porque no existe ningún control público de las riquezas que se llevan del país. Aparte, no pagan ni el impuesto al combustible, ni el impuesto al cheque. El gobierno subsidia la actividad, un 2,5 por ciento en el noroeste y del 2 al 7 por ciento en la Patagonia. Con estos subsidios se pagan todos los salarios de los empleados de las mineras. Pobre San Juan, la exportación de tres de sus mineras equivale a cuatro veces su presupuesto. Y el Bajo La Alumbrera extrae 80 millones de litros de agua por día, es el agua que no tienen los agricultores.”
Lo que está creciendo
Desde Esquel se sumó Churi Boto, miembro de los autoconvocados por el No a la Mina, que quiso aportar esperanza a la convocatoria. “Tengo una inmensa alegría por ver como se nacionalizó este conflicto –señaló-. Hace cinco años éramos poquitos, a veces nos decíamos que teníamos todo en contra: el gobierno nacional, el provincial, el municipal, la Iglesia. Pero decidimos no mirar al que teníamos enfrente, sino mirar al que teníamos al lado nuestro. Hoy ya somos 14 provincias movilizadas contra la minería y cinco ya consiguieron leyes que la limitan. Esta es una pelea de David contra Goliat. Esquel pudo, si estamos juntos podremos todos”.
Enseguida subió al escenario Sergio Martínez de Andalgalá, Catamarca, y desplegó un mapa. Señaló Bajo La Alumbrera y el inminente emprendimiento de Agua Rica, separados por tan solo 17 kilómetros. “Ahora están realizando cateos en mi pueblo, nos están diciendo que nos vamos a tener que ir. Ya no sólo nos contaminan el medio ambiente, sino también la vida de nuestros poblados”.
El próximo orador habló pausado, casi sin modular, pero con mucha energía. Damián Flores llegó de la comunidad indígena Santa María, la única de todo el territorio argentino que tiene títulos de propiedad obtenidos en la época de la conquista. “No veo a los legisladores de Catamarca aquí y si no están, son parte de esto que destruyó y saquea a nuestros pueblos. La nación diaguita está siendo saqueada. Antes venían los tucumanos y los salteños a curarse a nuestras tierras, hoy los enfermos somos nosotros. Lo dicen los médicos, el 80 por ciento de nuestros chicos tienen problemas respiratorios”, denunció.
Desde Santiago del Estero llegó la diputada provincial Susana Elías quien habló junto a un representante ambientalista. “Como cortamos rutas dicen que somos extremistas –señaló-, pero si no cortamos los periodistas no nos abren las puertas. Nuestras termas de Río Hondo vendían buen clima y salud. Hoy están amenazadas por las minas a cielo abierto de Catamarca. Las termas van a desaparecer, el río no sólo ya no tiene peces sino que enferma.”
Viudas y prostíbulos
Una presencia llamativa era la del tucumano Juan Prado: la provincia más pequeña de la Argentina no tiene actividad minera. Sin embargo, el hombre estaba allí. “No es necesario tener minas para ser parte de este proceso. A nosotros nos llega la contaminación por el mineralducto, el electroducto y las plantas de secado. Hace doce años, las empresas entraron a la casa de los tucumanos de la mano de la Justicia para sacarnos y hacer los electroductos que necesitaban. Y no sólo eso, la Universidad de Tucumán participó del proyecto de La Alumbrera”, se indignó
Héctor Pituil era una de las presencias más pintorescas. Estaba cubierto de pies a cabeza por una bandera argentina: “El Famatina no se toca”, estaba escrito sobre ella. “Pobreza, viudas y prostíbulos. Eso genera la minería”, sintetizó.
Una de las que asía con más fuerza la bandera argentina gigantesca era Marina Martínez. Había llegado de Ongamira, un poblado que se encuentra a 110 kilómetros de Córdoba Capital y a 25 de Capilla del Monte. No hay Internet ni teléfono y viven apenas 40 personas que trabajan la tierra. Era una zona sagrada de los comechingones y dicen que es una gran reserva arqueológica y paleontológica. Nueve mil hectáreas ya fueron concedidas para la extracción de oro, plata, cobre, cinc y abesto. “No solo contaminarán varios ríos, sino taimbién la Laguna de Mar Chiquito y Salinas Grande”, subrayaba Martínez que, junto a todos los manifestantes, comenzó otra vez a gritar. Ya no le exigían a los diputados que se despierten. La consigna había cambiado. Otra vez, por la avenida Rivadavia tronó la consigna “que se vayan todos”.
La sensación del observador era extraña en Congreso, en plena calle. ¿Dónde estaba ejerciéndose mejor la democracia en ese momento? ¿En la asamblea de esas comunidades, con sus temores, sus intercambios y sus esperanzas, o en los impenetrables despachos legislativos?

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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