Nota
Fin de semana en tres escenarios

Opciones a partir de una casa que hay que limpiar, una guerrera y un encuentro con humor. Tres obras, tres propuestas, esperando que empiece la primavera.
Hueso de piedra
Jade es una solitaria acompañada por la inmensidad de la naturaleza, una exploradora a la que el bosque cobija con la generosidad de sus cortezas, tallos y verdores. Es la guerrera dispuesta a cumplir su misión y cuando decide que la dedicación a lxs humanxs puede interrumpirse por un tiempo, emprende la aventura hacia la profundidad de la montaña.
“Hueso de piedra” tiene dos protagonistas: Jade y la Montaña. Son dos y son una, la conexión es ancestral. Ambas son naturaleza, aunque la humanidad casi siempre lo olvide. La obra nace de la inspiración en las montañas del sur del país a donde solía ir en los veranos la actriz y bailarina Paloma Zaremba y donde se convirtió en escaladora. “Desde chica empecé a generar un vínculo muy potente con la montaña”. Esa atracción la llevó a querer darle voz. Durante el 2020 Paloma hizo varios talleres de dramaturgia y así comenzó a gestarse esta obra en la que confluyen la pasión por la montaña, la fascinación por el mundo oriental, el manga, el erotismo, lo mítico y su fanatismo por las tragedias griegas.
En una primera instancia la actriz y bailarina Rocío Agrasar fue asistente de dirección de Paloma. Luego pasó a ser Jade y la montaña está interpretada por la actriz y directora Celeste Martnez Cal. Afirma Paloma: “La obra muy astuta y sabia, hizo que cada une quede en el lugar en el que tenía que estar. Este proceso me está enseñando mucho, es muy de la naturaleza, un suceso que no se puede controlar”. El trabajo con las intérpretes fue intenso y variado y la motivación fue a través de disparadores: “Si fuéramos una planta, o una piedra, ¿qué posibilidades de movimiento tendríamos? ¿Cómo es un cuerpo que vive desde hace millones de años y a su vez está quieto pero contiene toda la historia de la humanidad?”.
Jade, con su vestuario de animé y la Montaña, que bebe sus lágrimas, son las heroínas de esta historia. La Montaña relata su pena: los humanos extraen de ella lo que les sirve y la abandonan. “Ambas son la otredad para la norma —reflexiiona Paloma— son violentadas y expropiadas. Frente a este marco, como artistas mujeres nos preguntamos cuál es el vínculo del arte con la naturaleza y deseamos construir una nueva forma de seguir pensando el problema. Esos tejidos entre lo antiguo y lo moderno espiertan la fantasia y la realidad tan emergente que atraviesa todo lo que es el cambio climatico, cómo nos comportamos con la naturaleza, me generó ganas de darle voz a la montaña, que tiene un montón de cosas para decir y nos está viendo desde hace siglos”.
Área 623, Pasco 623, CABA
Sábados 21.30 hs hasta el 24 de septiembre
@palizamba
@roagrasar
@celesmcal
@623area
Hasta el martes

Dos pilas de diarios atados con hilo grueso para sentarse, una estantería llena de objetos que se fueron acumulando con el correr del tiempo, cajas de pizza y botellas en el piso conforman el espacio cotidiano en el que vive Mario, un trabajador independiente de unos 60 años que vive solo en el barrio de La Paternal. El desorden se apoderó de su casa. Hasta que un día, hablando por teléfono con un amigo, se le ocurre que esta situación puede tener un fin y decide aceptar la recomendación de contratar a una empleada doméstica. Así es como Azucena empieza a limpiar su casa cada martes y entre escobillones, limpiador de muebles y mates, todo se irá acomodando de otra manera. Y no solamente la casa.
Mario y Azucena son patrón y empleada, con el correr de las semanas, el vínculo tomará otras formas. El es viudo, su hijo vive en otro país, se reúne con amigos en su casa para hablar de fútbol y tiene un local de arreglo de electrodomésticos. Aficionado a incrustar refranes en sus conversaciones y muy curioso, querrá averiguar de qué va la vida de Azucena. De a poco, ella irá contando y hasta le hará saber de una virtud artística que lució en su juventud pero que apagó con los años y los pesares. La idea de la obra surgió en un colectivo donde un hombre hablaba por teléfono y contaba que se había lastimado un dedo arreglando una licuadora ajena. Quien escuchó la inesperada conversación fue la dramaturga, directora y actriz Verónia Mac Loughlin. “Imaginé que era un hombre que arreglaba elecrodomésticos, apareció la imagen muy potente de una estantería llena de cosas y poco a poco se fue armando el personaje de Mario”. Mientras escribía la obra —en 2017— Verónica pensó en el actor Mauricio Minetti para interpretar a Mario. “Pensé que Mario necesitaba una empleada doméstica, y apareció el cuerpo en mi cabeza de la actriz Karina Antonelli”.
Una vez finalizada la etapa de la escritura y sin saber si ellxs estarían disponibles para ponerse a ensayar la obra, lxs contactó y ambxs aceptaron de inmediato. Durante los ensayos pensaron qué música les gustaría a lxs protagonistas. Lxs intérpretes elegidxs fueron Sandro, Leonardo Favio, Ángela Carrasco, Rafael. Azucena y Mario son +50, etapa de la vida que no suele ocupar rol central en las carteleras. Verónica. “Me interesó curiosear un poco en la vida de dos personas de esa edad que están en ese momento de la vida solos por distintos motivos y que ya pasó el momento en que se arma una familia, se tienen hijos, o cambian los intereses. Empecé a jugar con esa imagen, con esas vidas, y qué pasa entre dos personas cuando por el trabajo se comparte ese nivel de intimidad. Viene a tu casa alguien que conoce mucho de vos y a la vez es una empleada a la que le pagás un sueldo. Se empieza a generar un vinculo entre ese patrón y esa empleada que tienen cosas en común”.
El aspecto de la casa, gracias a la eficaz tarea de Azucena, va cambiando a lo largo de la obra. No es lo único que se modifica. Esas horas transcurridas cada martes despiertan recuerdos guardados en viejos objetos que surgen del tumulto de la estantería, desanudan soledades y como en el acto de barrer las hojas caídas, la nueva perspectiva permite ver el camino despejado y listo para ser transitado con la potencia del presente.
Noavestruz, espacio de cultura. Humboldt 1857, CABA
Sábados 17.30 hs
@veronicamclou
@noavestruz
Cositas maricas que escribimos en cuadernos

Relatos espontáneos, textos de obras a estrenarse, canciones, performances. Y la poesía como bandera. Todo sucede en cada nueva edición del ciclo mensual “cuir” llamado Cositas maricas que escribimos en cuadernos, con les anfitrionxs Ariel Osiris y Jorge Thefs, el dúo Elegante Sport. Su intención: «Invitar a intérpretes que propongan un mundo personal como parte de un ser social con una identidad en construcción”.
“Un universo ‘cuir’ (si es que tal universo existe) es tan particular como cada une de nosotres pero al mismo tiempo, un todo que nos permite encontrarnos”, resume Thefs, actor, bailarín y director. ¿Es un recital de poesía?, ¿de narrativa?, ¿un concierto?, ¿una varieté? Es todo eso y más. “El hecho está en encontrarnos, hacer de la Trinchera literal, una trinchera metafórica y hacer todo lo que nos encanta hacer: leer poemas, cantar, hablar de nosotras, de nuestros vínculos, leer cositas, contar, cantar”.
Resume Ariel: “Es el encuentro de dos maricas de generaciones distintas que han sido hermanadas por las manos del destino, y cuando suben a escena a compartirse surge un trasvasamiento generacional, atravesado por nuestras historias personales y políticas”. Agrega Jorge: “Entendimos que la relación de amistad y trabajo que llevamos, donde valga la redundancia nos llevamos 35 años, no es de lo más común, siendo para nosotres una cuestión familiar, entendiendo que fuimos hermanadas por el destino y amontonadas por el teatro y la mariconería; si tengo que pensar en palabras que nos definen (ya que estamos con el tema de las definiciones) se me ocurre decir: desfachatadas, cómplices, irreverentes, melancólicas, mariconas (por si quedaba alguna duda) y vedetongas”.
Estarán en esta oportunidad: Abigaíl Zevallos, Ale Borgatello, Mateo Riperto, Burlesque Lesbiano y José Guerrero. Música, performance, poesía y la decisión de disfrutar.Un espectáculo para conectar con sonidos y palabras que resuenan en una entusiasta red de trabajo, inventiva y afecto.
MU Trinchera Boutique
Riobamba 143, CABA
Sábado 27 de agosto, 21.30 horas
Reservas: www.lavaca.org/trinchera
Entrada a la olla
@ariel.osiris.1
@jorgethefs @zevallosabigail
@aleborgatello
@mateoriperto
@burlesquelesbiano
@guerrej
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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