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Caso Iván Torres: un testigo menos

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El pasado lunes 28 murió otro testigo protegido en la causa que investiga la desaparición forzada de Iván Eladio Torres a manos de la policía chubutense. Se trata de Juan Pablo Caba, 30 años, cuñado de Iván y futuro padre, que alcanzó a estar 15 días agonizando en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia y acusar una “emboscada”. Es el sexto caso de personas vinculadas a la causa que mueren en situaciones confusas tras de la desaparición de Iván el 2 de octubre de 2003.
Una práctica
Caso Iván Torres: un testigo menosJuan Pablo estaba protegido como testigo por expreso pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que este febrero requirió al Estado argentino “información actualizada”. En su respuesta, el Estado argentino acepta la figura de “desaparición forzada” y promete ahondar en la investigación (ver la nota Rima judicial). Poco después, la justicia procesó a 15 policías que habían ya sido sobreseídos por la misma magistrada en 2007. La abogada del caso, Verónica Heredia, considera que se trató tan sólo de una jugada para tener con qué presentarse a la instancia internacional. Heredia ahora interpreta: “Lo que no reconoce el Estado es que esta práctica es sistemática y está avalada por el PoderJudicial y Legislativo. El Estado sigue siendo retórico: para afuera, un buen discurso, pero para adentro, siguen muriéndose testigos”.
Hecho confuso
Juan Pablo tenía 30 años, había compartido con Iván varias golpizas policiales antes de aquél 2003, noviaba con su hermana también desde entonces y esperaba mellizos. Ahora Valeria Torres, de 27 semanas, no quiere volver al hospital donde, asegura, “mataron a Juan Pablo”, quien habría sufrido una infección intrahospitalaria, y muerto en consecuencia. : ¿Tiene, entonces, relación con la causa de Iván? Heredia responde: “Forma parte de lo que es la causa misma. Yo no sé si dijeron “andá a matarlo porque es testigo del caso de Iván Torres”, pero toda la impunidad, la falta de intervención política y de investigación, tiene que ver con esta muerte”. La historia se mezcla con la labor de Juan Pablo en el gremio de la UOCRA, que en Chubut se divide en violentos enfrentamientos entre dasnevistas y no. Heredia: “Hubo enfrentamientos terribles, con armas de fuego y heridos y muertos”. Pero lo de Juan Pablo continúa investigándose. Qué se sabe: ese día lo fue a buscar un hombre apellidado Baeza para comer un asado. Baeza acababa de salir de una cárcel de Comodoro Rivadavia. Juan Pablo, desde la cama del hospital, alcanzó a revelar lo obvio: fue una emboscada. Y no más.
Cinco testigos menos
Cinco testigos más fueron asesinados y sus casos no esclarecidos. Dos de ellos habían denunciado haber visto con vida a Iván en la comisaría. Dijeron –con razón- que temían por sus vidas. El 6 julio de 2006, la Corte Interamericana ordenó protegerlos, en vano. Un año más tarde, Walter Mansilla era asentado como NN en el libro de la Morgue de Comodoro; David Hayes fue acuchillado y detenido en un hecho que la policía caratuló como “confuso”; el acta de defunción de Gastón Vara apareció cuando fue citado a declarar. Gastón Vera y Dante Camaño corrieron la misma suerte. La Corte extendió la protección a familiares y abogados. El propio Juan Pablo siguió soportando detenciones arbitrarias y golpes: “Lo fui a buscar a comisarías en toda la Provincia, y siempre estaba muy golpeado”. Era entonces testigo y víctima de esta práctica sistemática. Sabía, también, el relato de Iván sobre una detención anterior, el 26 de septiembre de 2003, cuando lo detuvieron, golpearon y, en un monte, los desnudaron y gatillaron en la cabeza.
La nota publicada en lavaca sobre el caso teje el paso a paso de la causa. El procesamiento de 15 policías antes sobreseídos simbolizaba la inacción judicial y de investigación; la Corte Interamericana comenzaba a arrinconar al Estado argentino. Este viernes llegó la contestación del Estado a la CIDDHH a la oficina de Heredia, que cuenta: “Cuestiona las reparaciones monetarias, que dicen desmesuradas e irracionales. Cuando pensamos en las reparaciones estamos pensando en una desparición forzada en democracia. Ante esta desmesura e irracionalidad que nos propone el Estado, nosotros propusimos montos desorbitantes. ¡Pero sobre el resto no dijeron nada!”. El cronograma estipula que para octubre llegará la contestación de la Corte. Tendrá forma de audiencia oral y pública, y participarán María – madre de Iván- y Nora Cortiñas, “que dará un testimonio de más de 35 años de desapariciones forzadas en Argentina”, dirá Heredia. Según esos fundamentos y los que presente la defensa, la Corte se tomará dos meses más para dictar sentencia definitiva.

  • Informe 114/09 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso de Iván (en formato .pdf)
  • La contestación del Estado sobre la demanda y las recomendaciones (en formato .pdf)
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    83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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    Pablo Grillo
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    83 días.

    Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

    83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

    83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

    83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

    83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

    83 días hasta hoy. 

    Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

    Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

    Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

    Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

    El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

    La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

    La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

    Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

    Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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    La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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    Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

    Por María del Carmen Varela.

    La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

    La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

    La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

    Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

    La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

    Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

    Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

    MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

    Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

    Entradas por Alternativa Teatral

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    Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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    Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

    Por María del Carmen Varela

    La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

    La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

    Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
    Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

    La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

    El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

    Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

    Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

    La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

    Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

    Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

    Más info y entradas en @perlaguarani

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