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La otra pandemia: conmovedora carta de una enfermera del Garrahan ante la muerte de una adolescente

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Esto no es una crónica periodística, sino el testimonio de una enfermera del Hospital Garrahan sobre Antonella Sánchez, fallecida por un cáncer a los 16 años en medio de la pandemia de pueblos sometidos a fumigaciones, pesticidas, y muerte.   

La otra pandemia: conmovedora carta de una enfermera del Garrahan ante la muerte de una adolescente
Dibujo de Antonella Rivero.

O tal vez las crónicas de esta época muchas veces deban ser escritas por enfermeras y no por periodistas, porque las salas de terapia y cuidados intensivos son el mejor lugar para comprender mucho de lo que ocurre en la actualidad con el modelo productivo.

La carta enseña que no se trata solo de observar, sino también de sentir.

La enfermera de cuidados intensivos del Garrahan es Mercedes Mechi Méndez. Es además, desde hace años, un motor de encuentros, eventos y revelaciones que permiten difundir y crear conciencia sobre los estragos del modelo basado en agrotóxicos y transgénicos, cuyo resultado ella puede observar al atender a niñas y niños con cánceres inenarrables llegados al Garrahan desde los pueblos fumigados.  

El contexto de la carta de Mechi Méndez: Antonella tenía 16 años. Falleció este jueves 29 de abril de cáncer. Luego de varios meses de internación en el Hospital  Garrahan de Buenos Aires  y la amputación de una de sus piernas, Antonella había vuelto a su casa en Paraje Puerto Viejo, Lavalle, Corrientes sabiendo tanto ella como su familia que a su corta vida le quedaban apenas días. 

Antonella es hermana, por parte de su mamá, de José Carlos Rivero, apodado Kily, un niño que falleció en diciembre de 2012 a los 4 años de edad, a causa de envenenamiento por un agrotóxico utilizado en la cosecha de tomate, actividad productiva central de toda esa zona correntina. En su cuerpo, detectado en un análisis de orina que le hicieron en el hospital de Goya, se encontró un organofosforado. Además, pericias posteriores encontraron el mismo compuesto en las hojas de las plantas de tomate del establecimiento hortícola y en el cuerpo de los chanchos muertos en la propiedad de la familia Rivero.

En menos de una década dos menores de una misma familia perdieron la vida. En ese tiempo ninguna de las condiciones ambientales que produjeron la muerte de Kily se modificaron. Todo lo contrario. Y no son estos los únicos casos.

En ese mismo lugar, en Paraje Puerto Viejo, en marzo de 2011 Nicolás Arévalo de 4 años y su prima  Celeste Estévez de 5 años también  se habían envenenado. Nicolas falleció el 4 de abril de 2011 por “edema agudo de pulmón producido por intoxicación por plaguicida”. La autopsia concluyó que tenía endosulfán en su cuerpo.

Celeste Estévez sobrevivió, aunque estuvo 3 meses internada en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, y continúa en tratamiento de por vida por los graves daños hepáticos  producidos por el plaguicida órgano clorado alfaendosulfan.

Esos hechos alcanzaron mayor trascendencia  a nivel nacional y terminaron en un segundo juicio tras apelarse el primero en 2016 que hacía absuelto al productor responsable[1] (https://www.juscorrientes.gov.ar/wp-content/uploads/prensa/pdf/2016/Fundamentos-Sentencia-PRIETO.pdf).

En diciembre de 2020, el Tribunal Oral Penal de Goya (Sentencia N° 128/20[2] [1] https://www.juscorrientes.gov.ar/wp-content/uploads/prensa/pdf/2021/SENTENCIA-TOP-DE-GOYA.pdf) condenó a Ricardo Nicolás Prieto, dueño de la tomatera,  a 3 años de prisión condicional por el homicidio culposo de Nicolás Arevalo y lesiones culposas de Celeste Estévez. El productor goza del beneficio de la condicional supeditado a tomar clases de capacitación en el buen manejo de agrotóxicos.

La otra pandemia: conmovedora carta de una enfermera del Garrahan ante la muerte de una adolescente
Familiares de Nicolás Arévalo y Kily Rivero, dos de los muertos a los 4 años de edad envenenados por los agrotóxicos.

Al conocerse la muerte de Antonella, Meche, quien la atendió durante años, escribió esta carta pública que combina la información con el estremecedor panorama que pinta un modelo en el que la vida puede ser apenas un daño colateral. Y el virus es el de otra enfermedad global y local: la indiferencia.

En este texto quedan planteadas todas las preguntas que deberán responder quienes no actuaron a tiempo para evitar otra muerte anunciada.

Perdón y gracias.

Una Carta para Anto, por Mercedes –Mechi– Méndez

“¿Qué más vamos a tener que demostrar?” (Dr. Andrés Carrasco)

Me acabo de enterar y, no por anunciada, tu muerte causa menos tristeza, dolor o impotencia.

Apenas adolescente y tuviste tanto que sufrir, nunca sabremos cuánto, en tu corta existencia.

Sabes Anto que no suelo escribir mucho, tampoco lo hago muy bien. Solo escribo cuando el corazón está muy roto, la pena es muy grande y cuando considero que lo que tengo para decir, vale más que el silencio. Aunque ¿sabes? También siento que se me acaban las palabras para lograr que los que tienen que escuchar, escuchen y también hagan.

Mi relación con tu familia y tu Lavalle querido, lamentablemente no fue por algo feliz. No. Fue a partir de otras situaciones de enfermedad y muertes extremadamente evitables: Durante el año 2011 el pequeño Nicolás y su prima Celeste fueron intoxicados de manera aguda por los venenos de la producción de tomates de esa ciudad, tomates que todos consumimos claro.

Y, un año después, en mayo del 2012 más precisamente, el pequeño José -Kily- como lo nombraban, tu pequeño hermanito de cuatro años, también fue alcanzado por los venenos esparcidos impunemente en ese hermoso lugar de la provincia de Corrientes.

Nicolás murió en Corrientes. Celeste y Kily tuvieron el “privilegio” de llegar a la Alta Complejidad del Hospital Garrahan. En cuanto a Kily, la alta complejidad no alcanzó para salvar su vida.

Creo que no te lo había contado, pero el 2011 en mi vida marco un antes y un después. Estos hechos que narro fueron parte de ese quiebre. Desde entonces visité muchos lugares fumigados, recogí y difundí testimonios de los damnificados y entre esos lugares conocí Lavalle, la belleza del lugar y también observé in situ la situación de exposición continua y permanente a un modelo de agricultura que envenena, enferma y mata.

Viví junto a las familias el vergonzoso primer juicio por Nicolás y Celeste, donde absolvieron a sus envenenadores.

Y fue desde ese 2011 que me propuse intentar hacer un humilde aporte desde el lugar en el que me desempeño, como bien sabés, como enfermera desde hace casi tres décadas –Htal. Nacional de Pediatría Juan P. Garrahan– para visibilizar y difundir este ecocidio a cuentagotas (agudo y crónico) en el que los gobernantes de turno nos han inmerso y en donde la infancia –no tengo dudas– es una de sus víctimas principales, enfermando y muriendo, en territorios cada vez mas agonizantes, producto de estas industrias sucias.

Vos Anto ni habías nacido, pero un tal Lawrence Summers, vicepresidente del Banco Mundial, sostuvo y propuso hace ya unas décadas que verter los residuos tóxicos en áreas donde la gente ya tiene vidas más cortas, no preocupaba a nadie. Lo hicieron. Lo hacen. Y no se equivocó, claro.

Y te contaba, precisamente desde ese año emblemático para mi –2011– insistimos con la Junta Interna de ATE, en traer al Hospital las voces de los damnificados, y de los profesionales comprometidos con la Salud y el Cuidado del Medioambiente, profesionales de distintos ámbitos académicos, muy reconocidos, que explicaron de manera clara y generosa, por qué es INDISPENSABLE a esta altura de las circunstancias asociar la situación ambiental a la salud de los territorios e indefectiblemente de las personas que los habitamos.

Y por ejemplo insistimos no una sino varias veces en la necesidad de instalar en el Garrahan y/u otros establecimientos –agrego ahora– un laboratorio público, accesible y gratuito, sin conflicto de intereses, de pesquisa de tóxicos ambientales relacionados a los modelos de producción.

Nunca fuimos escuchados Anto, ni siquiera han respondido nuestras misivas.

Entonces me sigo preguntando ¿Cómo puede ser que a esta altura, aun no se tenga en cuenta qué pasa en el ambiente de donde provienen ustedes, los pacientes ¿Qué pisan, respiran, tocan o toman? ¿Y sus padres? ¿Qué sustancias venenos-tóxicos cargan ustedes en sus cuerpos?

Lamentablemente Anto, siento que nadie escucha.

Siento que se me acaban las palabras, siento también que se me acaban las estrategias.

Será Anto que los sillones que ocupan muchos de los sordos, son demasiado mullidos y que por mas Posgrados en “ambiente” que tengan o cargos en Sociedades Científicas o Departamentos Hospitalarios con muy buena prensa, nunca abandonaron su comodidad para probar pisar el mismo suelo que pisan ustedes, ni respirar el mismo aire que respiraron ustedes o tomar del mismo agua que lo tomaron ustedes. Tal vez ahí si tomarían otras decisiones.

Parece Anto, que el trasero les pesa mucho y no pueden levantarlo para saber qué pasa en esos territorios, envenenados, arrasados por modelos de producción que cada vez profundizan más este ecocidio.

Me pregunto Anto ¿Qué diferencia hay entre los habitantes-pacientes de esos territorios (que ya casi su daño ocupa la integridad del país) y los ratones de Seralini? ¿O los embriones de Carrasco? ¿O los sapitos de Lajmanovich? Esto que dicho de manera sencilla, a muchos les puede causar hasta gracia, tal vez esconde lo más profundo de todo lo que me sale contarte como homenaje-despedida.

Sabes que en estos días en Córdoba se anunció que nuevamente los niños (todos los estudiados por el equipo de la Dra. Delia Aiassa, quien estuvo dos veces en el Hospital compartiendo gentilmente sus investigaciones) tienen daño genético, en relación a las fumigaciones a las que estuvieron expuestos. No vas a creer si te digo que ¡a nadie se le movió un pelo! Increíble el nivel de indiferencia de quienes deberían decir y hacer sobre el tema y no solo colgar un comunicado en sus portales, sino hacerlo de manera más explícita y contundente.

Sin duda Anto, el llamado menos esperado fue a principios del 2020. Ahora vos, la hermana de uno de los pequeños que fueron emblema de lucha contra este modelo toxico, eras derivada por una enfermedad, grave, oncológica.

Y no voy a hablar de nada relacionado a tu asistencia, no sea cosa que muchos de los que no se le mueve un pelo desde lo ambiental, me acusen de “revelar” cuestiones que tienen que ver con el ámbito de la privacidad. No lo hago nunca y no lo haría por respeto a vos y tu familia, no por ellos y su hipocresía claro está.

Aunque sé que te lo dije, te lo repito ahora: a pesar del dolor, como siempre me pasa, disfruté mucho –sí disfruté- el privilegio de poder conocerte, acompañarte y atenderte en momentos tan difíciles por los que tuviste que pasar y como siempre, también aprendí de vos y de la leona de tu mamá. Gracias por eso.

Sabés que hace poco tuve conocimiento de un Informe del año 2019, que aun no tengo oficialmente en mis manos, que fue la continuidad de una denuncia que realizara en la Defensoría del Pueblo de la Nación en el año 2013 sobre la situación allí en Lavalle.

Tantas cosas habían pasado desde entonces que claro, era más que tardío. Pero si de algo sirve su lectura, es para reconocer que el ambiente toxico que en 2011/2012 se llevo la vida de Nicolás y Kily y enfermó gravemente a Celeste, continuó exactamente igual o peor en toda la zona, por lo que no quedan dudas del ambiente extremadamente toxico en el que vos Anto debiste seguir viviendo, creciendo, enfermando –durante todos estos años– y lamentablemente también muriendo a tan temprana edad.

Y, lo que es peor, algunos que se dicen expertos, sostienen que estas cosas aun no pasan. Muchos sostenemos que el futuro ya llegó hace rato, solo basta con poner el oído a los damnificados, pero si no creen en eso, también hay muchas publicaciones que lo sostienen.

Nadie duda que hay que atender la enfermedad una vez producida, vos comprobaste esto por sí misma, poniendo tu cuerpo.

Pero también sé que tanto vos, como todos los niños de tu lugar y de tantos otros, deberían gozar del derecho de NO ser expuestos de manera crónica y/o aguda a esos venenos y que a esta altura, además de exigir que se dejen de utilizar deberíamos saber qué, cuáles, cuánto portan sus cuerpos, qué daños están produciendo, y también saberlo para poder prevenir posibles daños a futuro.

Es inexplicable que en semejante contexto, las investigaciones solo apunten a tratar la enfermedad.

Te dije Anto que se me acaban las palabras y –al menos por ahora, hasta que el dolor afloje– también las estrategias para poder seguir, junto a otros, esta lucha de oídos sordos.

Solo me resta agradecerte por tus sonrisas, por tus tímidas palabras, por tus hermosos dibujos y flores artesanales que atesoraré por siempre.

Y no tengo dudas de que, cuando la tristeza afloje, se transformará en lucha nuevamente, siempre te hablaba de la importancia de observar las emociones ¿te acordás?

Te prometo seguir exigiendo la Justicia que aun no hubo por la muerte tan temprana de tu amado Kily. Y, aunque el desánimo a veces me gana, seguir insistiendo para que tus otros hermanos que tanto querés y el resto de los niños puedan vivir en un ambiente sano, en el que jugar, respirar o tomar agua no les cueste la vida.

Y perdón Anto por haber esperado en vano, como tantos otros niños, la llegada de una prótesis que pudiera suplir en algo el sufrimiento causado por la amputación/desarticulación de tu pierna como parte del tratamiento recibido para combatir la enfermedad.

Por último Anto, ojala hayas podido perdonar, para irte en paz, la indiferencia de una sociedad que hasta tus últimos días, te cerró el camino –de manera literal– para ser trasladada en ambulancia hasta el Hospital donde debían atenderte, transformando una vez más la frase “El Interés Superior del Niño”, con la que tanto se llenan la boca los funcionarios de turno, en palabras totalmente vacías de contenido y que poco o nada tienen en consideración.

Vuela muy alto hermosa Anto, ojalá –como le dijiste a tu mami que imaginabas el después– puedas estar finalmente junto al Kily; él tocando la guitarra y vos el ukelele, libres, sin dolor, sin sufrimiento e indiferencias varias.

Quiero, deseo, necesito imaginarlos así, porque la realidad es casi inimaginable de soportar.

Mil gracias Anto y perdón por no haber podido hacer mucho más.

Con todo mi amor:

“La Señora Mechi”*

(Como te salía llamarme, aunque te retara siempre)

 “La salud de una sociedad puede ser juzgada por la salud de sus niños. Esto supone la identificación precoz de riesgos prevenibles y la traducción inmediata de estos conocimientos en intervenciones eficaces con políticas de protección”

Dra. Delia Aiassa y Equipo de investigaciones sobre los daños genéticos de agrotóxicos en la niñez.

Nota: A todo el que quiera aportar a la opinión-discusión sobre esta grave problemática, solicito el mayor de los respetos para Anto y toda su familia.

Opino que son muchos otros los personajes, más allá de la familia, que deberían ser interpelados seriamente a dar respuestas ante la grave situación de modelos tóxicos de producción que solo dejan desolación, enfermedad y muerte; modelo que ya no tolera mas discusiones o dilaciones para tomar decisiones que contemplen el cuidado de los Territorios y por ende de la Salud de sus habitantes.

Hago un llamado extensivo también a todos los compañeros relacionados a la Ciencia que se expresen al respecto exigiendo medidas sanitarias urgentes que contemplen la problemática aquí planteada.

Gracias, Mechi.


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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

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Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

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