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La pregunta: este sábado, música y memoria

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¿Dónde está Julio López? A partir de esta pregunta, la artista experimental Lorena Avallar comenzó a pensar una intervención que comenzó en un festival de rock en la Universidad de Tres de Febrero. La idea de qué significa usar el derecho a la democracia. Este sábado a las 21 se presentará su idea, junto a grupos musicales que acompañarán la iniciativa.

La historia comenzó en el verano, cuando Lorena salía a correr alrededor del polideportivo que rodea la hoy casa de la verdad y la memoria que antes fue el centro de detención clandestina conocido como Mansión Seré, cerca del Gorki Grana. Allí daba cinco vueltas. Las cinco veces levantaba la mirada y leía en una afiche: “Dónde está Julio López”.
Los ojos de Lorena recorrían en esos segundos los de Julio López en la foto. Se sintió interpelada. “Respondete a ver si podés, dónde está”, se decía a si misma.
Lorena forma parte del colectivo Niños Consentidos, un grupo de artistas de todas las disciplinas que organizan encuentros un jueves por mes en donde actúan, realizan performances, proyectan videos, hay música y fiesta. “Una vez salimos de un festival que organizamos y caminamos para el lado del Congreso y me encontré con un graffiti enorme: ¿Dónde está Julio López? Y dije: esto me está quemando, tuve la necesidad de hacer algo con eso”, relata Lorena.
En el marco del taller Arte por el Cambio Social en el Centro Cultural de España en Buenos Aires, Lorena terminó de definir la idea: “Que la gente tomara la pregunta y la diera vuelta. Que ya no estuviera dirigida al Gobierno o a los políticos, que se tornara hacia nosotros mismos y ver qué nos pasa”, explica. Con un espíritu casi periodístico se propuso averiguar qué piensa la gente que la rodea y otras personas sobre este tema: “Podía suponer algunas cosas: que a nadie le importaba o que se habían olvidado por ejemplo, pero no sabía realmente, y dije: quiero saber y voy a preguntar uno por uno a los que pueda y donde pueda”.
Al mismo tiempo en la UNTREF donde estudia la carrera de Gestión de Arte y Cultura, Lorena fue invitada por dos compañeros a participar de un festival de rock por los 25 años del regreso de la democracia y allí pudo montar por primera vez su acción. Todo lo que necesita son unos flyers que ella misma diseñó y que tienen la pregunta y un espacio en blanco para que uno pueda escribir la respuesta; un par de urnas para que se puedan depositar los flyers. Esa primer acción fue en marzo de este año y allí Lorena habló con cerca de cien personas, y cara a cara les preguntó ¿Dónde pensás que está Julio López?
“Sentí que estaba ejerciendo mi ciudadanía en el mejor sentido de la palabra, que estaba usando mi derecho a la democracia”. Pero más allá de lo que Lorena creció gracias a esta acción, la novedad es esta idea que a la vez es simple y fuerte. Según sostiene Lorena, la pregunta trasladada a cada una de las personas que la piensan mueve el lugar en el que nos paramos y nos involucra. Además, la pregunta irrumpe en el discurso de derechos humanos del actual gobierno. La pregunta es molesta, incómoda, insoportable para los políticos, pero es aun peor si hay que pensar la respuesta como sociedad. La propia UNTREF en Caseros tuvo algunas sugerencias inéditas hacia Lorena: “Mirá que esa pregunta no conduce a ningún lado, por qué no la cambiás”, le habría dicho no algún adulto disciplinador, sino integrantes del centro de estudiantes. Aún así, hubo una segunda vez en la que Lorena puso en las puertas de la UNTREF las urnas y los flyers y volvió a hablar con una gran cantidad de personas, cerca de 70. Luego dejó la intervención en la puerta de la Universidad por 20 días.
Las respuestas que encontró al abrir las urnas son inquietantes, cuenta: “Apareció mucho la palabra miedo; que les da miedo pensar que está muerto, que les da miedo que esto vuelva a pasar, muchos hablan de la contradicción de estar en democracia y que haya un desaparecido…” Las cosas que cuenta, más que respuestas son nuevas preguntas: “Cómo puede suceder algo así si hay un gobierno con un discurso pro derechos humanos o anti dictadura. Otra gente me miraba y me decía: no puedo pensar, no puedo escribir, otros dejaron el flyer en blanco, para mí, todo un símbolo”, resume.
Para acompañar esta intervención peregrina Lorena abrió el blog www.dondeestajuliolopez.blogspot.com donde también pueden verse fotos y una presentación de la acción. Ella es intensa y se apasiona: “Pensar en esto te involucra, no te podés hacer el gil cuando te preguntás algo a vos mismo, más allá de la respuesta, es lo que implica el proceso pensar vos mismo y preguntarte a vos mismo, es preguntarte qué está pasando en la sociedad en la que estoy viviendo”.
(El sábado 24 la intervención se podrá ver desde las 21 en Mu. Punto de Encuentro, junto a la presentación de Miss Bolivia que acompañará el encuentro con sus canciones que se pueden escuchar en https://www.myspace.com/missboliviavibracion, además de los músicos Grod Morel y Leo Bettinelli.)

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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