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La soledad de la puta: escrache a un prostíbulo

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Después de que miembros de la cooperativa La Alameda realizaran un escrache a un prostíbulo, Sonia Sánchez –autora del libro Ninguna Mujer Nace para Puta- fue a debatir con los impulsores de la acción cómo abordar la lucha contra el proxenetismo. “¿Qué pasa con la puta después del escrache? Ustedes se van a sus casas y ella, ¿adónde va?”, los interpeló. El rol de las oenegés, de los prostituyentes y del Estado en medio de una conversación picante.

El pasado martes 9 de abril, La Alameda, una asamblea motorizada por la lucha de los trabajadores esclavos de los talleres textiles clandestinos, realizó un escrache en el cabaret New Liza en la esquina de Directorio y San Pedrito. Allí se juntaron más de 100 personas, muchos de ellos costureros agrupados en La Alameda y la minoría –cerca de diez personas- de distintas ONGs: Fundación El Otro, Red Alto el Tráfico y la Trata, y el Programa Red Anti-trata del Centro de Derechos Adolescentes. Juntos escarcharon al dueño, Rubén Esteban Elizalde. La policía de la comisaría 38, parece, tenía orden de no intervenir. “Son cómplices”, denunciaban los vecinos que ingresaron por la fuerza para intentar encontrar alguna prueba. No fue posible.
Según explica Néstor, miembro de la Asamblea y unos de los organizadores de la acción, la intención fue que se “conozca y difunda la situación en la que están muchas mujeres –dice-. Pero en especial, fue oponerse a Ley de Trata que se debatía en la Cámara de Diputados”.
La ley no alcanza a las mujeres mayores de 18 años quiénes según esta ley que ahora ya está aprobada, tendrían que probar que fueron engañadas, es decir tendrían que dar explicaciones como si fueran las responsables de la situación que viven.
Durante el acto, un grupo de jóvenes anarquistas pintó esténciles sobre los muros del cabaret: “Ninguna nace para puta”, decían. La frase fue tomada del libro que escribieron la argentina Sonia Sánchez y la boliviana María Galindo, del colectivo Mujeres Creando. Cuando las autoras crearon esa frase, no lo hicieron para interpelar a una puta ni par que la suscriba ninguna ONG, a quienes ellas mismas califican en su libro de “parásitos”.
La conversación que sigue sucedió ayer entre Néstor, representante de La Alameda y Sonia, co-autora de Ninguna Mujer Nace para Puta y miembro de lavaca:
– Sonia: ¿Qué analizaron ustedes y estas ONG para hacer este escrache?
– Néstor: Fácil, lo único que tomamos fue en cuenta testimonios de las trabajadoras de ese lugar a través de cámaras ocultas.
-Pregunto por que no lo sé ¿A quienes llamas trabajadoras de ese lugar?
– A la chicas que trabajan ahí.
– ¿A las prostitutas?.
Escrache y después.
S: En el libro Ninguna Mujer…se plantea una idea con mucha claridad y firmeza: la prostitución no es trabajo, es explotación y es violación.
Néstor: Lo que descubrimos es que había prostitución ahí adentro. Un compañero nuestro fue con una cámara oculta y averiguó lo que pasaba en ese lugar. Nuestra intención era averiguar si había tráfico de personas, si había gente indocumentada. Y había todo eso. Luego lo registramos en un informe que estamos haciendo con la producción del programa La Liga, porque fueron ellos los que nos prestaron el equipo. Igual hicimos copias del material porque ya nos ha pasado muchas veces que las productoras venden o intercambian el material y nunca sale al aire.
S: Insisto, ¿cuál era el objetivo de hacer una especie de allanamiento o un escrache? ¿Y por qué con éstas ONGs?
N: Nosotros tuvimos varias razones para hacer la acción, la principal era que un día después –es decir el miércoles- se trataba la Ley de Trata. También queríamos denunciar el cohecho de varias instituciones: la Policía, inspectores municipales… Las ONGs tienen como objetivo difundir, concienciar, y fueron ellos quiénes se sumaron a nuestra acción.
S: Te pregunto como ex puta, ¿te puedes imaginar cómo se sintieron esas mujeres? ¿Qué pasa después del escrache con ellas? ¿Adónde van a ir esas putas que salieron corriendo? ¿Pensaron en su exposición?
N: Las mujeres que estaban ahí, se presume, fueron trasladadas por los prostituyentes hacia otros cabarets, una sóla mujer salió corriendo del lugar. Cuando la alcanzaron ella tenía pánico, hasta le aclararon que querían ayudarla. Se hizo una denuncia. El objetivo con el que fuimos era que las chicas salieran de ahí adentro.
S: ¿Y después qué? Ustedes volvían a su casa y ellas ¿a dónde… ?
N: Que salieran de ahí, que las acompañaran a hacer la denuncia correspondiente y que tuvieran la asistencia que les corresponde, como hacemos con los costureros. Nuestro campo de acción más conocido es el de los talleres esclavos que no se diferencia casi en absoluto de lo que tiene que ver con esto; hay chicas violadas; hay chicas que son abusadas de distintas maneras en los talleres clandestinos…
S: ¿Cómo evaluaron el resultado? Y además, esa frase (golpea con el dedo índice la hoja de Clarín que muestra la frase “Ninguna Mujer Nace para Puta”, pintada por un grupo anarquista) vaciada de esa manera… Cuando vos me hablás de trata, no me estás diciendo nada. Estás hablando como en Hollywood, me estas hablando como una ONG y para mi ésos son parásitos que viven del otro o de la otra. Este libro y esta frase costaron mucho porque esta frase nació de una puta, no para interpelar otra puta”.
Néstor le quiere aclarar que ellos no pintaron esos esténciles, que no les gusta hablar sin saber, o genéricamente.
S: No quiero juzgar, sólo discutir con ustedes, esto es más profundo.
N: Obvio que es más profundo, y vos -que llegaste a escribir un libro-, tenés ocho mil argumentos. Yo tengo que respetar tu subjetividad. Ahora lo que decís de éstas organizaciones, nosotros lo sabemos…en un momento les dijimos:
¿Ustedes quieren que hagamos esto?, entonces vamos al frente. No estuvieron de acuerdo en que rompamos la puerta del prostíbulo.
La diferencia.
Durante la acción, miembros de La Alameda irrumpieron en el local New Lisa y trataron de buscar pruebas. Adentro estaba vacío, sólo alguna ropa y la muestra de las condiciones infrahumanas de vida: piezas de dos por dos sin condiciones mínimas de higiene ni salubridad. Tarde como siempre, puntualiza Néstor, llegó un comisario de la 38 con instrucciones del fiscal de “no allanar”. Ése era justamente uno de los pedidos de los organizadores del escrache. “La ropa de las chicas no era un elemento judiciable y como no había orden judicial esas pertenencias deben haber desaparecido”, explica. También desaparecieron las mujeres, a quiénes trasladaron a otro lugar.
S: ¿No les parece muy caro el precio de exponer a una persona de esa manera? ¿Es el mismo trato que tiene que tener un taller clandestino que a un prostíbulo?
N: ¿En qué se diferencia?
S: En que el trabajo de esclavo no es el mismo que la prostitución y no voy a medir quién sufre más por que no soy quién, son diferentes temáticas. Yo siento que la frase se ha vaciado y se ha tergiversado porque puesta en un prostíbulo está interpelando a otra puta y eso es muy doloroso para mí.
N: ¿Pero vos pensás que todos lo entienden así?
S: Absolutamente. Cuando presentamos el libro en la ex Plaza Once, bautizada por nosotras como Plaza de los Prostituyentes, los fiolos les hicieron creer que el libro es contra ellas, porque no quieren que se piensen por fuera de la explotación. Les decían que nosotras les íbamos a hacer un escrache y en realidad se estaba escarchando a un Estado proxeneta. Y no me gusta que estas ONGs usen este titulo por que estas mujeres y estos hombres viven gracias a las putas que están ahí adentro, gracias a ellas les entra plata, millones de dólares. Les conviene seguir hablando del tema “trata” y te vuelvo a decir que no me decís nada cuando decís “trata”. Si me decís puta, esclava sexual, prostituta, estás diciendo otra cosa, “trata” no es nada.
N: Sí, en realidad esa palabra se usa como si fuera un lenguaje técnico, para nosotros es más sencillo decir tráfico.
Los parásitos
La Alameda es un espacio por el cual circulan miles de personas. Allí se fundó la Unión de Costureros para pelear contra la esclavitud y por los derechos laborales. Pusieron en marcha una panadería, un taller de serigrafía y otro de ropa con la marca Mundo Alameda. Además funciona como comedor comunitario y ha resistido desde el año 2002, cuando las necesidades de los más pobres encontraron allí un alivio. En ese recorrido, según explica el referente Gustavo Vera, resistieron mucho a los partidos políticos tanto de derecha como de izquierda. La pregunta que le toca contestar ahora a Néstor es ¿Qué sensación tienen de estas ONG y por qué se asociaron con ellos para esta acción?
N: Pensamos lo mismo que Sonia, que son parásitos. Y aclaro que nosotros no nos asociamos, hicimos un frente para esta actividad. Ellos fueron todos pitucos y se quedaron quietitos, mientras nosotros nos puteábamos con todos.
S: Entonces no te parece que esto ha sido una puesta en escena que le sirve sobre todo a los parásitos para seguir diciendo que trabajan contra la “trata”.
N: Mirá, cuando nosotros escrachamos a los talleres no nos sentamos a esperar sino que los ayudamos en todo el proceso. Si hay una organización que trata de cuidar a la víctima somos nosotros. Pero para salir tiene que haber una ofensiva, para que la gente se de cuenta. Qué vamos a esperar, que las pibas solas lo asuman. No es que salimos a reventar prostíbulos, tratamos de ponerle nombre y apellido a los responsables.
S: Nosotras vamos a la Plaza Once, a Flores, Constitución y tratamos de darles contención a las mujeres que están paradas ahí. Y estas ONG las usan políticamente.
Pensar ideas entre todos
A la charla se suma Jorge, el chico que se infiltró en el New Lisa y otros cabarets con la cámara oculta. Llega alterado, conmovido:
J: El trabajo que nosotros hicimos, lo empezamos mucho antes que las organizaciones no gubernamentales. Es un trabajo para el cual me arriesgué, pensando que esa puta no tiene que estar ahí, esa puta tiene que esta conmigo bailando en un cumpleaños, por que no es puta, por que ninguna mujer nació para ser puta.
S: Yo apoyo esa rebeldía. Pero es más profundo, hay que discutir como sociedad, hacia adentro de nuestras organizaciones. ¿Ustedes han consumido los cuerpos de esas mujeres? ¿Quién de aquí es prostituyente? Si no, esto no se va a acabar.
N: Lo que está claro es que no va a haber una solución desde el gobierno como en otros problemas del capitalismo. Estamos en la trinchera, algunos con piedras, otros con balas, pero esto está creciendo y se va agigantando. Claro que nos gustaría sofisticar los métodos y profundizar…
A Néstor y Jorge los esperan sus compañeros para empezar una reunión, la conversación dejó alguna incomodidad pero también muchas esperanzas para pensar ideas entre todos: “Sonia, vos acá tenés el lugar y el espacio para que armemos un encuentro. Acá hay mucha gente humilde que seguramente está cercana al tema de alguna u otra manera”.

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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

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Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

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Marcha de jubilados: balas y bolitas

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Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
Marcha de jubilados: balas y bolitas

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

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No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

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Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

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“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

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¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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