CABA
La soledad de la puta: escrache a un prostíbulo
Después de que miembros de la cooperativa La Alameda realizaran un escrache a un prostíbulo, Sonia Sánchez –autora del libro Ninguna Mujer Nace para Puta- fue a debatir con los impulsores de la acción cómo abordar la lucha contra el proxenetismo. “¿Qué pasa con la puta después del escrache? Ustedes se van a sus casas y ella, ¿adónde va?”, los interpeló. El rol de las oenegés, de los prostituyentes y del Estado en medio de una conversación picante.
El pasado martes 9 de abril, La Alameda, una asamblea motorizada por la lucha de los trabajadores esclavos de los talleres textiles clandestinos, realizó un escrache en el cabaret New Liza en la esquina de Directorio y San Pedrito. Allí se juntaron más de 100 personas, muchos de ellos costureros agrupados en La Alameda y la minoría –cerca de diez personas- de distintas ONGs: Fundación El Otro, Red Alto el Tráfico y la Trata, y el Programa Red Anti-trata del Centro de Derechos Adolescentes. Juntos escarcharon al dueño, Rubén Esteban Elizalde. La policía de la comisaría 38, parece, tenía orden de no intervenir. “Son cómplices”, denunciaban los vecinos que ingresaron por la fuerza para intentar encontrar alguna prueba. No fue posible.
Según explica Néstor, miembro de la Asamblea y unos de los organizadores de la acción, la intención fue que se “conozca y difunda la situación en la que están muchas mujeres –dice-. Pero en especial, fue oponerse a Ley de Trata que se debatía en la Cámara de Diputados”.
La ley no alcanza a las mujeres mayores de 18 años quiénes según esta ley que ahora ya está aprobada, tendrían que probar que fueron engañadas, es decir tendrían que dar explicaciones como si fueran las responsables de la situación que viven.
Durante el acto, un grupo de jóvenes anarquistas pintó esténciles sobre los muros del cabaret: “Ninguna nace para puta”, decían. La frase fue tomada del libro que escribieron la argentina Sonia Sánchez y la boliviana María Galindo, del colectivo Mujeres Creando. Cuando las autoras crearon esa frase, no lo hicieron para interpelar a una puta ni par que la suscriba ninguna ONG, a quienes ellas mismas califican en su libro de “parásitos”.
La conversación que sigue sucedió ayer entre Néstor, representante de La Alameda y Sonia, co-autora de Ninguna Mujer Nace para Puta y miembro de lavaca:
– Sonia: ¿Qué analizaron ustedes y estas ONG para hacer este escrache?
– Néstor: Fácil, lo único que tomamos fue en cuenta testimonios de las trabajadoras de ese lugar a través de cámaras ocultas.
-Pregunto por que no lo sé ¿A quienes llamas trabajadoras de ese lugar?
– A la chicas que trabajan ahí.
– ¿A las prostitutas?.
Escrache y después.
S: En el libro Ninguna Mujer…se plantea una idea con mucha claridad y firmeza: la prostitución no es trabajo, es explotación y es violación.
Néstor: Lo que descubrimos es que había prostitución ahí adentro. Un compañero nuestro fue con una cámara oculta y averiguó lo que pasaba en ese lugar. Nuestra intención era averiguar si había tráfico de personas, si había gente indocumentada. Y había todo eso. Luego lo registramos en un informe que estamos haciendo con la producción del programa La Liga, porque fueron ellos los que nos prestaron el equipo. Igual hicimos copias del material porque ya nos ha pasado muchas veces que las productoras venden o intercambian el material y nunca sale al aire.
S: Insisto, ¿cuál era el objetivo de hacer una especie de allanamiento o un escrache? ¿Y por qué con éstas ONGs?
N: Nosotros tuvimos varias razones para hacer la acción, la principal era que un día después –es decir el miércoles- se trataba la Ley de Trata. También queríamos denunciar el cohecho de varias instituciones: la Policía, inspectores municipales… Las ONGs tienen como objetivo difundir, concienciar, y fueron ellos quiénes se sumaron a nuestra acción.
S: Te pregunto como ex puta, ¿te puedes imaginar cómo se sintieron esas mujeres? ¿Qué pasa después del escrache con ellas? ¿Adónde van a ir esas putas que salieron corriendo? ¿Pensaron en su exposición?
N: Las mujeres que estaban ahí, se presume, fueron trasladadas por los prostituyentes hacia otros cabarets, una sóla mujer salió corriendo del lugar. Cuando la alcanzaron ella tenía pánico, hasta le aclararon que querían ayudarla. Se hizo una denuncia. El objetivo con el que fuimos era que las chicas salieran de ahí adentro.
S: ¿Y después qué? Ustedes volvían a su casa y ellas ¿a dónde… ?
N: Que salieran de ahí, que las acompañaran a hacer la denuncia correspondiente y que tuvieran la asistencia que les corresponde, como hacemos con los costureros. Nuestro campo de acción más conocido es el de los talleres esclavos que no se diferencia casi en absoluto de lo que tiene que ver con esto; hay chicas violadas; hay chicas que son abusadas de distintas maneras en los talleres clandestinos…
S: ¿Cómo evaluaron el resultado? Y además, esa frase (golpea con el dedo índice la hoja de Clarín que muestra la frase “Ninguna Mujer Nace para Puta”, pintada por un grupo anarquista) vaciada de esa manera… Cuando vos me hablás de trata, no me estás diciendo nada. Estás hablando como en Hollywood, me estas hablando como una ONG y para mi ésos son parásitos que viven del otro o de la otra. Este libro y esta frase costaron mucho porque esta frase nació de una puta, no para interpelar otra puta”.
Néstor le quiere aclarar que ellos no pintaron esos esténciles, que no les gusta hablar sin saber, o genéricamente.
S: No quiero juzgar, sólo discutir con ustedes, esto es más profundo.
N: Obvio que es más profundo, y vos -que llegaste a escribir un libro-, tenés ocho mil argumentos. Yo tengo que respetar tu subjetividad. Ahora lo que decís de éstas organizaciones, nosotros lo sabemos…en un momento les dijimos:
¿Ustedes quieren que hagamos esto?, entonces vamos al frente. No estuvieron de acuerdo en que rompamos la puerta del prostíbulo.
La diferencia.
Durante la acción, miembros de La Alameda irrumpieron en el local New Lisa y trataron de buscar pruebas. Adentro estaba vacío, sólo alguna ropa y la muestra de las condiciones infrahumanas de vida: piezas de dos por dos sin condiciones mínimas de higiene ni salubridad. Tarde como siempre, puntualiza Néstor, llegó un comisario de la 38 con instrucciones del fiscal de “no allanar”. Ése era justamente uno de los pedidos de los organizadores del escrache. “La ropa de las chicas no era un elemento judiciable y como no había orden judicial esas pertenencias deben haber desaparecido”, explica. También desaparecieron las mujeres, a quiénes trasladaron a otro lugar.
S: ¿No les parece muy caro el precio de exponer a una persona de esa manera? ¿Es el mismo trato que tiene que tener un taller clandestino que a un prostíbulo?
N: ¿En qué se diferencia?
S: En que el trabajo de esclavo no es el mismo que la prostitución y no voy a medir quién sufre más por que no soy quién, son diferentes temáticas. Yo siento que la frase se ha vaciado y se ha tergiversado porque puesta en un prostíbulo está interpelando a otra puta y eso es muy doloroso para mí.
N: ¿Pero vos pensás que todos lo entienden así?
S: Absolutamente. Cuando presentamos el libro en la ex Plaza Once, bautizada por nosotras como Plaza de los Prostituyentes, los fiolos les hicieron creer que el libro es contra ellas, porque no quieren que se piensen por fuera de la explotación. Les decían que nosotras les íbamos a hacer un escrache y en realidad se estaba escarchando a un Estado proxeneta. Y no me gusta que estas ONGs usen este titulo por que estas mujeres y estos hombres viven gracias a las putas que están ahí adentro, gracias a ellas les entra plata, millones de dólares. Les conviene seguir hablando del tema “trata” y te vuelvo a decir que no me decís nada cuando decís “trata”. Si me decís puta, esclava sexual, prostituta, estás diciendo otra cosa, “trata” no es nada.
N: Sí, en realidad esa palabra se usa como si fuera un lenguaje técnico, para nosotros es más sencillo decir tráfico.
Los parásitos
La Alameda es un espacio por el cual circulan miles de personas. Allí se fundó la Unión de Costureros para pelear contra la esclavitud y por los derechos laborales. Pusieron en marcha una panadería, un taller de serigrafía y otro de ropa con la marca Mundo Alameda. Además funciona como comedor comunitario y ha resistido desde el año 2002, cuando las necesidades de los más pobres encontraron allí un alivio. En ese recorrido, según explica el referente Gustavo Vera, resistieron mucho a los partidos políticos tanto de derecha como de izquierda. La pregunta que le toca contestar ahora a Néstor es ¿Qué sensación tienen de estas ONG y por qué se asociaron con ellos para esta acción?
N: Pensamos lo mismo que Sonia, que son parásitos. Y aclaro que nosotros no nos asociamos, hicimos un frente para esta actividad. Ellos fueron todos pitucos y se quedaron quietitos, mientras nosotros nos puteábamos con todos.
S: Entonces no te parece que esto ha sido una puesta en escena que le sirve sobre todo a los parásitos para seguir diciendo que trabajan contra la “trata”.
N: Mirá, cuando nosotros escrachamos a los talleres no nos sentamos a esperar sino que los ayudamos en todo el proceso. Si hay una organización que trata de cuidar a la víctima somos nosotros. Pero para salir tiene que haber una ofensiva, para que la gente se de cuenta. Qué vamos a esperar, que las pibas solas lo asuman. No es que salimos a reventar prostíbulos, tratamos de ponerle nombre y apellido a los responsables.
S: Nosotras vamos a la Plaza Once, a Flores, Constitución y tratamos de darles contención a las mujeres que están paradas ahí. Y estas ONG las usan políticamente.
Pensar ideas entre todos
A la charla se suma Jorge, el chico que se infiltró en el New Lisa y otros cabarets con la cámara oculta. Llega alterado, conmovido:
J: El trabajo que nosotros hicimos, lo empezamos mucho antes que las organizaciones no gubernamentales. Es un trabajo para el cual me arriesgué, pensando que esa puta no tiene que estar ahí, esa puta tiene que esta conmigo bailando en un cumpleaños, por que no es puta, por que ninguna mujer nació para ser puta.
S: Yo apoyo esa rebeldía. Pero es más profundo, hay que discutir como sociedad, hacia adentro de nuestras organizaciones. ¿Ustedes han consumido los cuerpos de esas mujeres? ¿Quién de aquí es prostituyente? Si no, esto no se va a acabar.
N: Lo que está claro es que no va a haber una solución desde el gobierno como en otros problemas del capitalismo. Estamos en la trinchera, algunos con piedras, otros con balas, pero esto está creciendo y se va agigantando. Claro que nos gustaría sofisticar los métodos y profundizar…
A Néstor y Jorge los esperan sus compañeros para empezar una reunión, la conversación dejó alguna incomodidad pero también muchas esperanzas para pensar ideas entre todos: “Sonia, vos acá tenés el lugar y el espacio para que armemos un encuentro. Acá hay mucha gente humilde que seguramente está cercana al tema de alguna u otra manera”.
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
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