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Michelle, compañera de Tehuel: «Se lo busca así nomás»

Un día después de que la fiscal Karina Guyot ordenara un nuevo rastrillaje sin resultados, la pareja de Tehuel habla con lavaca y dice sentir que «se lo busca así nomás» y reclama junto a la familia medidas rápidas para encontrarlo. La angustia por la ausencia de cada día, el pedido que mantiene la esperanza de que vuelva a la casa y la última foto que compromete a los dos detenidos, que siguen sin declarar: “A quienes saben algo les pido que por favor hablen, que esto no es una joda. Si están ocultando algo que vieron están siendo cómplices de un delito. Y que piensen también que puede ser alguien de su entorno familiar”.

Por Inés Hayes y Melissa Zenobi
A media mañana de ayer los principales canales de televisión transmitieron en vivo un rastrillaje en las cercanías de la laguna de Alejandro Korn, donde policías buscaban a Tehuel de La Torre, el joven trans de San Vicente que el pasado 11 de marzo.
“Este rastrillaje -el tercero en esa zona- fue para confirmar o descartar unas testimoniales que dicen haber escuchado que lo habrían arrojado a Tehuel a la laguna”, informó a lavaca la fiscal del caso Karina Guyot, desde su despacho en la fiscalía. La zona se trata de la laguna Tucurú, en la localidad bonaerense de Alejandro Korn, ubicada a pocos metros de la casa de Luis Alberto Ramos – uno de los dos detenidos que tiene la causa- donde el joven trans fue visto por última vez.
La búsqueda no arrojó ninguna prueba nueva. “Hasta ahora en la fiscalía no dijeron nada, de hecho, lo del rastrillaje nos tomó de sorpresa”, relata a lavaca Michelle Leyes, compañera de Tehuel, al finalizar la jornada. “Si no encuentran nada ahí, tienen que buscar otros lugares. Si ya hicieron allanamientos en ese barrio y no encontraron nada es porque no está ahí”, reclama. También pide que la investigación sea “más intensa, más brusca: que se muevan un poco más”.
¿Por qué? “Yo siento que lo buscan así nomás”.
Tehuel y Michelle se conocieron hace ya hace dos años, a través de la red social Facebook. Luego de tres meses de chatear, se encontraron en una placita en San Vicente; no se separaron más. “Estoy muy mal. Jamás pensé que le iba a pasar esto a mi pareja”.
Michelle y su hijo se mudaron a la casa que Tehuel compartía con su mamá Norma: “Es horrible no despertar más con esa persona con la que me despertaba desde hace dos años. Es un dolor inmenso que no se lo deseo a nadie. Mi nene lo quiere como su padre, y todos los días me pregunta ¿y papi?”.
La última foto

El periodista Mauro Szeta consiguió y publicó ayer la última imagen de Tehuel, donde se lo ve junto a los principales sospechosos de su desaparición: Oscar Alfredo Montes y Luis Alberto Ramos. En la foto los tres están sentados a la mesa, en la casa de Montes, con un vino y otras cosas sobre la mesa. Tehuel se tapa la cara.
Luis Alberto Ramos, primer detenido, es quien presuntamente le había propuesto un trabajo de mozo para un evento. En su casa se encontró el celular de Tehuel destruido y su campera quemada. El segundo detenido fue Oscar Alfredo Montes. Por qué: “La DDI de La Plata obtuvo la foto del celular con una selfie entre Tehuel, Ramos y Montes compartiendo una cerveza en una casa, y esa foto detonó en la detención de Montes por falso testimonio: Montes había dicho que no lo conocía”, dijo a este medio el abogado Alejandro Valle.
La fiscal del caso, Karina Guyot, de la UFIJ-San Vicente, confirmó que ambos se encuentran detenidos y fueron indagadas por los delitos de “encubrimiento y falso testimonio”, y no por un delito más grave.
La última foto además permitió a los investigadores la reconstrucción de la tarde del jueves 11 de marzo. A las 19 horas Tehuel salió de su casa en dirección al domicilio de Ramos, en Alejandro Korn. Llegando a casa de Ramos se cruzó con su hermana Verónica, que también vive en esa localidad: “Se lo notaba contento porque había conseguido un trabajo de mozo, e iba a tener plata para llevar a su familia”, contó Verónica ayer ante las cámaras.
Se presume también que junto a Ramos se dirigió a la casa de Montes, escenario de la foto, que tiene fecha el mismo 11 de marzo, a las 20 horas.
Pese a que la investigación judicial y el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense está orientado a buscar un cuerpo sin vida, Michelle no pierde las esperanzas de encontrarlo vivo. “Vamos a seguir esperando y exigiendo que sigan buscando mejor, porque Tehuel tiene que aparecer en la casa”, dijo la joven.
Mientras tanto sigue vigente la resolución del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires que ofrece una recompensa de entre 1.500.000 y 2.000.000 de pesos para quien pueda aportar información sobre qué pasó con Tehuel.
“A quienes saben algo les pido que por favor hablen, que esto no es una joda. Si están ocultando algo que vieron están siendo cómplices de un delito. Y que piensen también que puede ser alguien de su entorno familiar”, pide Michelle.
Hasta el momento ambos detenidos siguen sin declarar.
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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