Nota
«No teníamos nada, y nos robaron todo»: siguen los aprietes a la familia de Mateo
Mateo, 8 años, les pidió a los concejales de su ciudad que hagan algo, porque se moría de hambre. La respuesta que recibió fue otra vez un golpe bajo: este domingo entraron a robar en su casa de Concepción de Tucumán, donde vive junto a su madre Analía, su padre Pedro y su hermano Isaías, de 11. Ningún medio tituló la entradera como un “hecho de inseguridad”, porque la única inseguridad que padece la familia Silva es la pobreza extrema, solo superada por las burlas estatales y los aprietes mafiosos que debieron padecer esta semana. Mateo y su historia son la tapa de la Mu 134.
Apenas el viernes la mamá de Mateo, Analía Silva, había revelado cómo el intendente de Cambiemos en Concepción de Tucumán, Roberto Sánchez le hizo sacar una foto limpiando el piso de la terminal de Concepción, como si fuera parte de un empleo que le habían otorgado. Pero fue solo eso, la foto: “Nunca me dieron el trabajo”, mastica bronca Analía, que sigue necesitando de donaciones para parar la olla familiar. “No sé qué pensar, porque paso de un problema a otro”, conecta ahora con el robo reciente a su casa, en la tarde del domingo, el cual atribuye a una misma lógica: “Yo creo que pasó todo esto por salir a reclamar”.
En menos de una semana, a Analía le dieron un falso trabajo, le sacaron una foto para que la intendencia haga propaganda sucia, y le entraron a la casa donde vive con su pareja y sus dos hijos. ¿Qué les sacaron? “La puerta, para empezar, y se han llevado las camisetas de los chicos, algunas que recién les habían regalado gracias al video de Mateo”, cuenta a lavaca mientras revela también un dato obvio pero estremecedor: horas después del robo, los niños siguen llorando.
Burlarse de la pobreza: “Me sacaron la foto y me dejaron sin trabajo”
Lo que relata Analía es el golpe bajo que representa la Argentina hoy, desde la última casa en un paraje en Concepción de Tucumán, donde no hay ley ni derechos. ¿De quién sospechan? Las miradas vecinas señalan también a otros vecinos, y Analía resume: “Este barrio es un desastre”. Los narco-entramados y la ausencia estatal vuelven impensable la idea de que un día se aclare quién y por qué entró a robar a la casa de los Silva.
“También robaron una cortadora de pasto”, sigue explicando telefónicamente Analía desde Concepción, y quienes estuvimos ahí sabemos que esa herramienta tiene un valor esencial: era otra de las donaciones desinteresadas que había hecho “la gente” – nunca el Estado- para que Pedro, el padre de Mateo, pueda hacerse unos pesos. “¡Todas las cositas nuevas, que nos regalaron!”, se sigue lamentando Analía, que sin embargo no se empantana en la bronca: “Cuando nos ponemos a hablar la verdad, salen cosas raras… Estoy pensando eso, pero no pienso callarme. Si uno dice algo, le hacen esto. Pero si no dice nada, está igual…”, reflexiona.
¿Qué necesitan? “Ser escuchados, que esto se conozca, se comparta, porque si no, acá, quedamos más solos de lo que ya estábamos”.
La historia completa de Mateo, su familia y el barrio puede leerse aquí, en esta crónica sobre el cirujeo, la fama, los tarifazos y la vida en Concepción del Tucumán publicada en la MU 134.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

Revista MuHace 3 semanasMu 208: Lara Brenda Morena

#NiUnaMásHace 4 semanasUn mes sin Brenda, Lara y Morena: lo que se sabe de la trama narcofemicida

Soberanía AlimentariaHace 3 semanasMiryam Gorban: hasta siempre, maestra

Derechos HumanosHace 3 semanasEstela, 95 años y 140 nietos recuperados: ¡que los cumplas feliz!

#NiUnaMásHace 4 semanasTransfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo
















