Nota
Otra buena: Bienvenida nieta 127
Abuelas de Plaza de Mayo comunicó la restitución de la nieta 127. «La esperamos después de 40 años con los brazos abiertos, con el amor que hemos construido: la amamos», sintetizaron sus tías en la conferencia, en la que también estuvo presente la nieta 126. Si bien no trascendió su identidad, se supo que es hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, militantes de Montoneros, secuestrados entre abril y mayo de 1977 en Córdoba. Estuvieron en el centro clandestino La Perla y a María del Carmen la trasladaron a la ESMA. En el parto intervino el médico represor Jorge Luis Magnacco, excarcelado en diciembre. Qué dice su familia. Cómo fue la búsqueda. Estela de Carlotto, sobre la domiciliaria al genocida Etchecolatz: “No vamos a bajar los brazos, ni callarnos ni aguantar lo que no merece este pueblo”.
«Hoy cerramos el año de nuestro 40 aniversario con otra noticia feliz», comienza diciendo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Mayo, entre un mar de aplausos y fotos, para anunciar una noticia que regaló un respiro y una sonrisa luego que el Tribunal Oral Federal N°6 otorgara la prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz: la restitución de la nieta 127. Si bien aún no trascendió su nombre para preservar su identidad, Abuelas brindó los siguientes datos:
· Es hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete.
· Militaban en Montoneros.
· Los secuestraron entre abril y mayo de 1977, en Córdoba.
· María del Carmen estaba embarazada de entre ocho y nueve meses.
· La última vez que les vieron con vida fue en el centro clandestino La Perla, en Córdoba.
· A María del Carmen la trasladaron a la ESMA. «De acuerdo con los testimonios de los sobrevivientes de ese campo de concentración, el parto fue atendido por el médico represor Jorge Luis Magnacco», explicó Abuelas en un comunicado. «Recordamos que este genocida fue recientemente excarcelado por cumplir dos tercios de su condena, a raíz de las bajas penas que recibió. La pareja continúa desaparecida». María del Carmen tenía 23 años. Carlos tenía 33.
· Según un comunicado del Ministerio Público Fiscal, “quedó acreditado” que la nieta 127 nació en cautiverio en junio de 1977 en la ESMA.
En la sede de Abuelas siguen las fotos.
A un lado de Estela se encuentra Adriana Moyano, tía materna. “Hace días que lloro”, dice mientras sostiene una foto de su hermana. “Tengo una hermana. Tengo dos hijos, uno falleció en un accidente. Tengo cuatro nietos hermosos. Todos estamos esperando con los brazos abiertos. El hecho de que mi sobrina esté viva y esté bien nos da la mayor satisfacción”.
Al otro lado de Estela se encuentra Elsa Poblete, tía paterna. “Gracias a la sociedad civil, a los organismos, a Abuelas: gracias y gracias”, dice y sostiene una foto de su hermano. “Vengo en representación de todas mis hermanas: que sepa mi sobrina que tiene dos tíos y ocho tías. Hemos esperado y hemos luchado en conjunto ambas familias a lo largo de 40 años. Vamos a decirle que se quede tranquila. Vamos a permitirle todo el tiempo del mundo para que procese su situación. La esperamos después de 40 años con los brazos abiertos, con el amor que hemos construido. La amamos. Intensamente. Bienvenida. Y solamente decirle que sigamos con la memoria, la verdad y la justicia. Ahora y siempre”.
Mamá y papá
María del Carmen Moyano nació en Godoy Cruz, Mendoza, el 9 de mayo de 1954. Tercera de cuatro hermanos, su familia le decía Pichona (por ser la más chica de la familia) o La Gorda. Practicaba natación, jugaba al básquet y al vóley en el club Talleres. Estudió Farmacia y Bioquímica en el Instituto Maza de Mendoza y trabajó en una oficina de Tránsito y Transporte como empleada administrativa. Abuelas comunicó que empezó a militar en la villa San Martín, con un sacerdote –el padre Pedro- que luego sería desaparecido. “Mi hermana era fantástica: aparte de ser sumamente estudiosa era sumamente generosa”, dice Adriana a lavaca. “Participábamos en la Cruz Roja. Ella también en villas, enseñando a escribir. Cuando la buscaban allanaron a mi casa. Se llevaron a mi padre: él también estuvo detenido”.
María del Carmen decidió mudarse a San Juan después del primer allanamiento. Allí conoció a Carlos Poblete, con quien formó pareja. Nacido el 2 de noviembre de 1944 en una familia numerosa, lo llamaban Tula o Guillermo, y estudió Ingeniería Civil. “Era un joven lleno de ideales”, dice Elsa, su hermana. Con María del Carmen compartieron militancia en Montoneros y, después de seis meses de novios, decidieron vivir juntos.
Entre abril y mayo de 1977, fueron secuestrados en Córdoba. Los vieron por última vez en el centro clandestino de detención La Perla, en Córdoba. A María del Carmen la trasladan a la ESMA y, en ese centro de horror, dio a luz.
Su hermana Adriana cuenta hoy: “Por testimonios de otras detenidas, teníamos certeza que había nacido. Me dijeron que me quedara tranquila porque había nacido con muy buen peso y que el que por ahí no había tenido suerte era otro chico (el hijo de Ana Rubel de Castro, también secuestrada) que había nacido pero con muy bajo peso. Hace meses, de casualidad, conocí a ese chico: después de nacer lo pasaron a Casa Cuna. ¿Quién es? El nieto 116 (Jorge Castro Rubel, el hijo de Ana, recuperado en 2014). No podía creerlo. Le dije: ´Yo pensé que no existías. Así que si vos existías, mi sobrina con mayor razón”.
Juicio, castigo y excarcelación
La apropiación de la hija de María del Carmen y Carlos formó parte del juicio oral y público que se desarrolló el TOF N°6 y cuya sentencia –el 17 de septiembre de 2012- condenó a Antonio Vañek, Jorge Eduardo El Tigre Acosta y Reynaldo Bignone. En el marco de esa causa, se consideró: “La niña fue arrancada de los brazos de su madre aproximadamente a los ocho días de nacida, siendo sustraída de la custodia de sus progenitores, y no fue entregada a sus familiares biológicos, continuando desaparecida a la fecha al igual que sus padres”.
Sobre el secuestro de la pareja en el centro clandestino La Perla, 11 represores fueron condenados en 2016 por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada –respecto de María del Carmen- y por el delito de desaparición forzada agravada por el resultado de muerte –respecto de Carlos-. Por último, el 29 de noviembre de este año fueron condenados 20 represores en el marco de la megacausa conocida como “ESMA Unificada” por la sustracción, retención y ocultación de la ahora nieta 127. Entre los condenados se encontraba el médico que atendió el parto, Jorge Luis Magnacco.
¿Qué ocurrió con Magnacco, uno de los emblemas de la apropiación de menores en la ESMA? El TOF N°5 le dio una pena de 14 años de prisión, menos de lo que pedían las querellas. Esa pena se unificó en un total de 24 años, ya que se computaron 15 años que recibió en una condena anterior que contempló tres casos de apropiación de nietos. Así, con la unificación, Magnacco se vio beneficidado con la excarcelación por acumular dos tercios de su pena.
La búsqueda
Desde el secuestro de María del Carmen y Carlos, sus familias iniciaron la búsqueda. Adriana: “Han sido 40 años de millones de habeas corpus que presentó mi papá apenas aconteció esto. Lo único lamentable es que mi papá hoy no esté para ver que la encontramos. Estuvimos atentos a cada llamada, esperando alguna noticia. Así durante 40 años. La única esperanza era conformarnos diciéndonos que si no había ido a requerir su origen era porque debía estar bien. Era lo único que nos conformaba”.
La Comisión Hermanos de la agrupación H.I.J.O.S Mendoza radicó en 2012 una denuncia ante la Oficina Fiscal de Asistencia en causas por violaciones a los derechos humanos en dictadura sobre posibles casos de personas que podrían ser hijas de desaparecidos. Entre ellas, se encontraba la hija de María del Carmen y Carlos. Abuelas informó que la Unidad de Derechos Humanos de Mendoza, en interacción con la Unidad Especializada para casos de Apropiación durante el Terrorismo de Estado de la Procuración General de la Nación, articuló medidas para saber si esa mujer, “anotada como hija propia de un matrimonio de esa provincia”, era hija de desaparecidos. Luego, el Juzgado Federal N°1 requirió su prueba genética.
Según informó el Ministerio Público Fiscal (MPF), el juzgado dispuso la citación de la joven en marzo de este año. La medida se concretó en octubre y, allí, accedió a dar una muestra de su ADN para el cotejo. Allí intervino la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para colaborar con el proceso. El 19 de diciembre, a partir del estudio en el Banco Nacional de Datos Genéticos, se pudo determinar que la mujer es, efectivamente, la hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete.
El MPF señaló que la partida de nacimiento surge que la joven fue inscripta como nacida en julio de 1977 en Mendoza: “El documento no aparece suscripto por ningún profesional de salud, sino que se siguió el procedimiento de inscripción por testigos”. En ese sentido, el MPF solicitó la imputación a los apropiadores y a uno de los testigos por los siguientes delitos:
· Sustracción, retención y ocultamiento de una menor de 10 años.
· Alteración del estado civil de una menor de 10 años.
· Falsedad ideológica de documentos públicos destinados a acreditar la identidad.
Abuelas expresó: “Una vez más destacamos la importancia de que quienes tienen datos sobre hombres y mujeres nacidos entre 1975 y 1980 que podrían ser hijos de desaparecidos, los acerquen o hablen con ellos para acompañarlos en el proceso de búsqueda de su verdadero origen. Hace muy pocos días, las Abuelas pudimos anunciar la restitución de la nieta 126. Hoy cerramos el año de nuestro 40° aniversario con otra noticia feliz, el encuentro de la nieta 127, a quien esperamos conocer pronto para acercarla a su historia y abrazarla en la verdad”.
Estela: “No vamos a bajar los brazos”
Las tías cuentan que aún no pudieron conocer a su sobrina. Elsa dice le dejó mensajes de voz. ¿Qué le dijo? “Que la esperamos. Que la buscamos. Y que el día que sea necesario nos permita conocerla porque la queremos y la amamos desde el día que nació”. A Adriana le preguntan qué le diría a otros familiares que aún siguen buscando a sus familiares y a sus nietos: “Que tengan esperanza, porque nosotros jamás la perdimos”.
Elsa: “Ella existe. Está. Y hay que darle todo el tiempo que necesite para procesar la noticia. No sabemos cómo se llama. No sabemos con qué familia se crió. Pero está viva, y hay que darle tiempo. Si a nosotros nos costó 40 años, y hemos podido construir más amor que odio, ¿por qué no permitirle tiempo a ella que de repente se está enterando de todo?”.
A Estela, por su parte, le preguntan sobre la prisión domiciliaria del genocida Etchecolatz.
Estela responde:
-¿Etchecolatz? ¿Vale la pena hablar de Etchecolatz? No sé si vale la pena hablar, porque estamos viviendo un momento de tanta felicidad que no quisiera empañarlo con esto, pero también es parte de nuestra vida: una de cal y una de arena. Le dio la libertad condicional un juez de Buenos Aires: los jueces de La Plata ya se la habían dado. Faltaba esto para que se vaya a su casa. Creo que no lo va a pasar muy tranquilo porque están diciendo bien dónde vive, números, entre tanto y tanto, y creo que el color de los árboles el color para que los que vayan caminando por ahí se crucen de vereda. Nadie dice que vayan a molestarlo, pero las familias que viven cerca de este personaje se están sintiendo mal, ofendidas, heridas. Él sabe dónde están nuestros nietos y nuestros hijos. Los abogados y los organismos estamos pensando: vamos a ver qué actitud tenemos para frenar y revertir esto, si es posible. En La Plata también: tienen mucho que decir por la desaparición de Julio López. Es un personaje siniestro. Que esté suelto este monstruo es imposible de pensar. No vamos a bajar los brazos, hoy estamos en esto que es muy lindo, pero esta situación la tenemos que resolver estos días: no vamos a bajar los brazos, ni callarnos, ni aguantar lo que no merece este pueblo”.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Nota
La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.