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Panamá Papers y los medios argentinos

El domingo 3 de abril fue el elegido para publicar en todo el mundo Panamá Papers. ¿Qué significó esto? Que a partir de un informe central elaborado por el ICIJ, los medios que intervinieron pudieron publicar además la información más destacada y pertinente de sus propios países. ¿Qué pasó en Argentina? Siete días después queda claro que Panamá Papers tiene en la versión local graves problemas que comienzan, de a poco, a cuestionar la edición original.

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El domingo 3 de abril fue el elegido para publicar en todo el mundo Panamá Papers. ¿Qué significó esto? Que a partir de un informe central elaborado por el ICIJ, los medios que intervinieron pudieron publicar además la información más destacada y pertinente de sus propios países. ¿Qué pasó en Argentina? Siete días después queda claro que Panamá Papers tiene en la versión local graves problemas que comienzan, de a poco, a cuestionar la edición original.

El origen de toda esa información sobre empresas off shore -ya se sabe- es anónimo. Se supone que es resultado del hackeo a los servidores de Mossack Fonseca, el principal estudio encargado de tramitar sociedades offshore en Panamá. Esa información llegó al diario alemán Süddeutsche Zeitung, que decidió compartirla con el Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ) , con sede en Washington. ¿El motivo? Era imposible que un solo medio pudiese chequear semejante volumen de información.
Según informa la web de ICIJ, en Argentina son miembros de ese consorcio Horacio Vertbitsky, Ernesto Tenembaum y Hugo Alconada Mon. Es decir, periodistas. Sin embargo, el chequeo de la información argentina contenida en Panamá Papers quedó finalmente en manos de empresas, que a su vez son socias en varios negocios: La Nación y el Grupo Clarín. El equipo lo coordinaron por La Nación, el periodista Alconada Mon y por TN, Mariel Fitz Patrick.

Las grietas

La primera reacción ante la la edición argentina de la información fue expresada por el propio diario alemán responsable de Panamá Papers: se sorprendió del buen trato que le dio la prensa local al presidente Macri, tras revelarse que había ocultado su participación en sociedades offshore. (ver artículo completo, acá)
Con el correr de los días comenzó a engordar la segunda reacción: diferentes fuentes periodísticas ajenas a Panamá Papers aportaron pruebas que vinculaban a importantes funcionarios de gobierno con sociedades offshore.

  • Un caso escandaloso: el del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj. Fue descubierto con una sociedad registrada en Panamá a su nombre y el de su esposa. La justificó por su trabajo en la oenegé B´nai B´rith, que al ser consultada por el diario Página 12 no sólo lo desmintió, sino que advirtió que abrir ese tipo de sociedades es “contrario a los principios de esta asociación”.
    La existencia de esta sociedad no fue revelada por Clarín ni La Nación, los responsables locales de Panamá Papers.
  • Tampoco la del secretario de Cultura porteño, Darío Lopérfido, quien justificó su participación en Supernova Productions, una sociedad off shore presidida por Antonio De la Rúa, el hijo del ex presidente argentino. El descargo de Lopérfido: de trató de un fallido intento de operar en Estados Unidos de la mano de Shakira, por entonces pareja de Antonio. “Se eligió Panamá porque allí es donde está la Fundación Alas, de Shakira”. Al igual que el presidente Macri, Lopérfido dijo que no cobró por su participación. La fecha de creación de esta sociedad es interesante: abril de 2008. La prensa del corazón sabe que coincide con el principio del fin de la relación entre De la Rúa y Shakira, aunque la ruptura se formalizara recién en 2010. Años después, cuando Antonio quiso demandarla, Shakira informó al juez que el argentino no la ayudó a lanzar su carrera, y que lo contrató “únicamente porque estaba desempleado”. El tribunal desestimó las pretensiones del ex y lo obligó a pagar costas, por lo que se desprende que consideró probados los argumentos de la cantante.

La existencia de la sociedad offshore de Lopérfido tampoco fue revelada La Nación ni Clarín, responsables locales de Panamá Papers. Un dato: Lopérfido está casado con Esmeralda Mitre, integrante de la familia fundadora y socia de La Nación.
Así comenzó a hacerse evidente la diferencia entre información existente en Panamá Papers, y la editada.
Panamá Papers y los medios argentinos

Magnetto, Clarín y Panamá

Durante el proceso de dilación judicial que impulsó Clarín para impedir la plena aplicación de la ley de Servicios Audiovisuales se hizo pública la existencia de cuatro sociedades offshore integradas por Héctor Magnetto, CEO y socio del Grupo. En aquel momento, el descargo fue que ya estaban inactivas, lo cual es mitad cierto: según el registro público de Panamá, están inactivas las sociedades Lexxon y Norland. Y siguen en actividad Agea Inversora S.A. y Semmar Inversora S.A. En ambas, Magnetto figura como presidente.
Ninguna de estas cuentas fue informada por la edición local de Panamá Papers.

La presión social

Por redes sociales, primero y por medios que no controla el holding Clarín/Nación comenzó a circular la información que daba cuenta de una grave situación: las fuentes locales de Panamá Papers estaban involucradas en procedimientos similares a los que intentaba denunciar. La confesión de La Nación: llegó este domingo 10 de abril. En una nota dirigida a sus lectores asumió la existencia de una sociedad off shore a nombre de uno de sus socios y ex CEO, Luis Saguier, y ofreció las explicaciones correspondientes.
Al momento, el Grupo Clarín no hizo pública ninguna explicación de las sociedades offshore presididas por Magnetto.
En el caso que involucra al presidente Macri, el ICIJ realizó su propio chequeo, comunicándose directamente con los voceros presidenciales, según declaró la subdirectora de la investigación, la argentina Marina Walker Guevara al diario Clarín, dejando en claro que las explicaciones recibidas no fueron consideradas suficientes.
Panamá Papers y los medios argentinos

Singer, Lanata y después

Este domingo10 también, el periodista Alfredo Zaiat reprodujo en el diario Página 12 la entrevista que le realizara un diario panameño a uno de los principales responsables del estudio Mossack Fonseca, vinculado a la información revelada por Panamá Papers.
Ramón Fonseca Mora, socio de ese estudio hackeado, dice al diario Estrella de Panamá: “Vengo a contar mi verdad”.
El capítulo argentino surge cuando la periodista menciona al estado norteamericano de Nevada:
-Usted mencionó que la sociedad del apartamento en Brasil está en Nevada. ¿Allá también están siendo investigados?
-Allá nos están pidiendo información hace cinco años, pero por otro caso, uno de (Cristina) Kirchner, en el cual nosotros vendimos una sociedad de Nevada a una oficina de abogados en Uruguay, hace muchos años, y esta oficina revende la sociedad en Argentina. Esta sociedad es involucrada, y no sabemos de qué forma, entre muchas otras sociedades, en casos de un socio de Kirchner. Como la sociedad está en Nevada, Paul Singer, un hombre que compra bonos basura (a Argentina, incluso) y después quiere cobrarlos a su valor total, se da cuenta que la sociedad está en su territorio, y comienza a pedir información de la empresa. Pero en Estados Unidos el fishing expedition está permitido, entonces nos han estado presionando por cinco años para que les demos información de otros clientes que incluso no tienen nada que ver.
-¿Cómo eso se relaciona con lo que, dice, le pasa ahora?
-Singer es un hombre muy sucio. Nos metió en periódicos internacionales. Creemos que la campaña de ahora está dirigida por él para presionarnos para que no lo demandemos. Nos trajo a (Julio) (sic) Lanata aquí, que es un periodista internacional. Pagó y lo llevó a Nevada, creemos que ha pagado a otros medios que han venido y están viniendo a Panamá.
-Pero suena a poco argumento para tanta campaña….
-Es que por algún lado viene…
Panamá Papers y los medios argentinos

En contexto

La catarata de filtraciones resquebrajó el relato local de Panamá Papers, dejando en evidencia no sólo la información que falta, sino también las preguntas que no se respondieron.

  1. ¿Por qué el Presidente Macri no declaró su participación en sociedades offshore, tal cual lo ordena la Ley de Ética Pública?
  2. ¿Por qué el Presidente Macri nombró al frente de la Oficina Antilavado a la abogada defensora del HSBC, la entidad financiera más comprometida por el Panamá Papers?
  3. ¿Por qué el presidente Macri nombró al frente de la Oficina Anticorrupción a una persona que no cumplía con los requisitos exigidos y que, ante la difusión de Panamá Pappers, en lugar de proceder a investigarlo se precipitó a justificarlo?
  4. ¿Cómo influyó en la edición argentina de Panamá Papers que los medios locales encargados de difundir la información estuviesen involucrados en sus revelaciones?

Muchas de estas preguntas tendrán su respuesta en mayo, con la publicación global de los listados de todas las personas y sociedades que, hasta esa fecha, hayan sido chequeadas por ICIJ. Una decisión que, en gran medida, está originada en el comportamiento de la prensa argentina, aunque ya casi es una ley del periodismo colaborativo global: a la manipulación se le responde con más transparencia.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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