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#ParoMigrante: movilización contra la xenofobia y por el trabajo

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Más de treinta organizaciones migrantes saldrán a la calle este jueves en un hecho que consideran histórico. La concentración comienza a las 15 en Congreso y a las 18 marchan a Plaza de Mayo junto a las dos CTA y docentes. Denuncian que desde la asunción de Cambiemos se potenció la persecución a los migrantes. Exigen la derogación del DNU que legaliza la criminalización, cuestionado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Además, plantean un cambio de construcción de identidad: “No queremos caer en la victimización ni en la culturalización, sino plantarnos como trabajadores con participación en la economía argentina”. Los datos que derrumban los falsos mitos y los números que representan la importancia de la migración en Argentina.
“Lxs migrantes también paramos”, fue el título de la convocatoria que desde hace semanas comenzó a circular por redes sociales y medios de comunicación. Por primera vez decenas de organizaciones migrantes llamaron a un paro en rechazo a las “políticas antimigratorias” de la alianza Cambiemos, que se cristalizará este jueves desde las 15 horas frente a Congreso en un acto que luego confluirá con la huelga y movilización de las dos CTA y docentes a Plaza de Mayo. “Ante las políticas antimigratorias del macrismo, como la conformación del Centro de Detención del Migrante y el reciente Decreto de Necesidad y Urgencia que busca perseguirnos y expulsarnos del país, de la mano de una insistente estigmatización mediática, vemos que se nos señala como el chivo expiatorio en medio de una crisis económica que se viene agudizando día a día en la sociedad argentina: ajustes de presupuesto, aumento de la inflación, desempleo, tarifazos y despidos masivos”, sostienen desde su página de Facebook al son de un hashtag: #ParoMigrante.
La fecha no es azarosa: este jueves se cumplen 11 años del incendio en el taller clandestino de Caballito en el que murieron cinco niñas y niños de entre 4 y 15 años y una joven de 25 que estaba embarazada. “Fue la primera vez que se visibilizó el grado de precarización que hay dentro de esos talleres”, dice a lavaca Juan Vasquez, del colectivo boliviano Simbiosis Cultural. “Por lo simbólico de ese día también es que decidimos salir a la calle para visibilizarnos como sujetos trabajadores”.
El Paro está estructurado de la siguiente forma:

  • 15 hs: concentración.
  • 16 hs: acto con artistas migrantes.
  • 17 hs: lectura de documento.
  • 18 hs: marcha hacia Plaza de Mayo.

“Definitivamente es un hecho histórico, muy importante no sólo para la población migrante sino para la sociedad argentina y latinoamericana”, dice Thomas Valenzuela, del Movimiento 138 de Paraguay. “Es la primera vez que se convoca a un hecho de estas características desde un frente tan amplio. Más de 30 organizaciones migrantes nos hemos estado organizando de forma independiente en vista de que nuestros derechos están siendo arrebatados por este Gobierno y por los posicionamientos xenófobos de gran parte de la prensa hegemónica, por no decir toda”.

Abajo el DNU

Los derechos arrebatados de los que habla Valenzuela se pueden leer a partir de algunos datos. Las expulsiones de migrantes crecieron en 2016 un 70 por ciento en relación al 2015. Según la propia Dirección Nacional de Migraciones, en respuesta a un pedido de informes presentado por la Universidad Nacional de Lanus (UNLa), las cifras fueron:

  • 1760 expulsiones en 2014.
  • 1908 en 2015.
  • 3258 a septiembre de 2016.

Once organismos de derechos humanos presentaron en noviembre el informe Situación de los derechos humanos de las personas migrantes ante el Comité de la ONU que evalúa el cumplimiento de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (CERD), en el que advirtieron que “un modelo de control que incluye mecanismos de detención y expulsión está desplazando a las políticas que tenían como eje central la regularización migratoria”. El informe alerta sobre el cierre de programas de abordaje territorial que promovían y facilitaban el acceso a la documentación de lxs migrantes: en 2016 el programa dejó de existir y quedaron sólo los “operativos de control de permanencia”, intensificando las persecuciones.
Además, el 20 de marzo se realizó una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre los cambios introducidos a la Ley de Migraciones argentina por el DNU 70/2017. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) alertó que el decreto asocia la migración con la delincuencia y “restringe los derechos de las personas migrantes en vez de garantizarlos”. En esa audiencia, el representante del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI), Nengumbi Sukama, dijo que el DNU “habilita un racismo institucional que se manifiesta en tratos discriminatorios en los hospitales, las escuelas y sobre todo a través de la violencia policial”. Sukama ejemplificó con un caso: la policía desmayó a un migrante africano tras aplicarle una llave inmovilizadora. Luego, le iniciaron una causa por resistencia a la autoridad. Sukama explicó un dato clave: el migrante sólo vendía mercancía en la vía pública.
Por su parte, la representante de la Unión de Colectividades Inmigrantes de Córdoba y de la Red Nacional de Líderes Migrantes en Argentina, Marta Guerreño López, sostuvo que el decreto habilita “la cancelación de la residencia y la expulsión para delitos menores como la resistencia a la autoridad”, por lo que podría afectar la participación de migrantes en las protestas sociales.
Valenzuela retoma: “La xenofobia y ciertos posicionamientos sociales en detrimento a la migración existieron siempre. Pero hoy hay una realidad concreta: a partir de la asunción de Cambiemos se potenció enormemente la persecución y la represión a los migrantes. El DNU globaliza la población migrante como narco cuando menos del 6 por ciento de la población carcelaria total en cárceles federal es extranjera. A eso se agrega que de los 2 millones de migrantes que viven en Argentina, menos del 1 por ciento están presos por delitos vinculados a drogas. Por otra parte, el endurecimiento lo vemos en la burocratización en el acceso de la documentación. En la villa 31, por ejemplo, tuvimos durante los últimos años 2 casos por mes que tenían traba en el acceso. Desde Cambiemos, esa cifra se incrementó a 8 casos por mes. Es muy grande”.

Operativos sospechosos

Un operativo conjunto entre Ministerio de Trabajo, Dirección de Migraciones y AFIP se efectuó este miércoles en cuatro casas en una cuadra en Villa Celina, partido de La Matanza. Carga Barriga Montero, de la Asociación Yanapacuna, cuenta qué ocurrió: “A partir de las 9 de la mañana comenzó el allanamiento por una orden partida de una fiscalía que tiene que ver con delitos conexos y trata, es decir, por reducción a la servidumbre. No encontraron nada. Nosotros lo vinculamos directamente con Paro Migrante: Celina es un barrio de mucha colectividad boliviana, donde hay talleres que realmente explotan, pero ahí nunca llega la policía. ¿Justo a un día del paro se dan cuatro allanamientos en una sola cuadra? No lo vemos como una casualidad: los vecinos tienen que estar alertas y en contacto con organismos de derechos humanos y organizaciones migrantes, porque esto es una persecución y nos van a seguir criminalizando”.

Hacia un nuevo paradigma

Vasquez afirma que el DNU, además de la persecución y la represión a lxs migrantes, precariza aún más sus condiciones de trabajo. ¿Cómo se entiende ese enfoque? “La crisis económica que está causando esta política de Gobierno, que tiene que ver hacia quiénes apunta una redistribución de la riqueza cada vez más concentrada, necesita tener un chivo expiatorio. Y ese chivo, obviamente, somos los migrantes, los niños y también las personas que viven en la villa. Como parte de eso, para legitimar esos chivos, están los medios de comunicación: además de que ellos tienen esos pensamientos xenófobos, la criminalización se termina asentando a través de ellos. Luego, y ante esa postura del Gobierno, todas esas sensaciones de la sociedad rebrotan”.
Vasquez subraya entonces cuál es el cambio de eje en esta movilización: “En ese sentido, lo que nosotros no queríamos hacer era caer en la victimización, de que el eje del mal es que nos discriminan. No: esto tiene que ver con una crisis económica, con una crisis que estamos viviendo y  con visibilizar sobre quiénes termina recayendo esa crisis. Por eso la decisión de plantarnos como trabajadores y no solamente como víctimas de la xenofobia. Eso cambia el paradigma y construye otro sujeto. Ya sea de manera formal o no, tenemos una gran participación en la economía argentina, y desde ahí nos tenemos que hacer visibles para discutir estas políticas”.
Por esa razón Valenzuela entiende que, pese a que durante años han habido intentos por estructurar un frente migrante, nunca hubo tantos puntos en común como ahora respecto al eje político.
¿Cuáles son esos ejes? Los sintetiza en tres:

  • “Migrar es un derecho”.
  • “Derogación del DNU xenófobo 70/2017”.
  • “Reafirmarnos como trabajadoras y trabajadores migrantes. La consigna que manejamos es: ¿qué pasa si todas las personas migrantes paramos?”.

Vasquez aporta algunos datos que dan dimensión al fenómeno: “Aproximadamente el 85 por ciento del sector ladrillero son bolivianos. También el 90 por ciento del sector hortícola. A eso sumale entre el 80 y el 85 por ciento de las personas que cosen en el sector textil. Imaginate si los verduleros de toda la Capital decidieran parar o no abrir sus puertas: realmente estarían en una dificultad enorme. Lo mismo sucede con los peruanos, colombianos. Se quejan de La Salada: más allá de la informalidad, es un mercado que mueve 30 millones de pesos por día, pero eso no queda en el colectivo migrante sino que es parte de la economía argentina. Muchos de los que van a comprar, son argentinos”.

Construcción de identidad

Valenzuela no puede calcular cuál sera el impacto de la movilización: “Empezamos siendo 5 organizaciones y el lunes, en la última asamblea, fuimos más de 30. Lo veremos en la calle”.
Vasquez: “Esto tiene que ver con un proceso. No hay forma de ver esto como una serie de iluminados que se juntaron, sino de discusiones que se fueron dando en el germen de nuestras necesidades. Obviamente que al plantearnos como trabajadores empezamos a reconocer un valor: poner el cuerpo. Siempre, históricamente, se nos culturalizó, y por eso en el manifiesto decimos: nosotros somos los que te servimos el café, los que te sacamos la foto, los que te cosemos, los que te cuidan a los enfermos, pero también los que te bailamos. Y la verdad es que salir de eso es importante, pero cuesta: fueron muchos años donde las organizaciones migrantes plantearon solamente ese eje. Bueno, esto forma parte de construir otra forma de vernos”.

#ParoMigrante: movilización contra la xenofobia y por el trabajo

Foto: Lina Etchesuri

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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