CABA
Sexta Ronda de Pensamiento Autónomo: dándole vueltas al futuro
El sábado 7 de junio se realizó una nueva Ronda de Pensamiento en el predio Rocanegra del MTD (ubicado en camino General Belgrano y Méndez, de Lanús). Allí mismo, el próximo 21, se organizará un encuentro a casi un año de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Por eso la Ronda funcionó esta vez como ámbito de organización de ese evento que tendrá múltiples actividades, y también como circulación de una serie de disparadores y debates sobre la autonomía, el diálogo y la nueva situación política.
¿Hay que explicar qué es la ronda de pensamiento? ¿O será mejor explicar qué es la autonomía?
Y algo más urgente aún, ¿cómo se negocia con una banda de rock?
Esos dilemas estuvieron literalmente rondando la Ronda de Pensamiento Autónomo, la sexta, realizada el sábado 7 en el predio Rocanegra (ubicado en Camino General Belgrano y Méndez, de Lanús) del Movimiento de Trabajadores Desocupados.
La mezcla de enigmas puede explicarse por lo siguiente: el primer sábado de cada mes se realiza la Ronda para intercambiar experiencias sobre la situación de los movimientos sociales y las luchas que llevan adelante. Pero esta vez la reunión, a la que llegaron unos 50 integrantes de asambleas y diversas organizaciones se volcó en buena medida a planificar la convocatoria para el 21 de junio de 2003.
A casi un año de la muerte de Darío Santillán y Maximilianco Kosteki, en Rocanegra habrá diferentes actividades (incluidas las musicales) bajo tres consignas: Desde la vida, Por la memoria, Contra la represión.
Puede decirse que de esa trilogía, la noción «Desde la vida» es la que más pareció entusiasmar a los rondistas o rondadores que están organizando el encuentro.
Mañana fría, bancos de madera al sol sobre la tierra, todos en círculo, tráfico de mates y algunas facturas.
«¿Cuáles son los puntos del día?» preguntó Julio, que resultó el moderador natural del debate. Alguien propuso hacer algo así como «un diagnóstico de la situación actual», cuestión que se dejó de lado a riesgo de terminar la reunión tres días más tarde. Se habló mucho del acto, de la confección de los afiches y volantes. Se había pedido un presupuesto a la imprenta de la recuperada Chilavert que, se dijo, tiene que cobrar contra entrega una parte importante del costo para pagar sus gastos.
Se habló también de la seguridad del acto, destinada a evitar sorpresas y visitas desagradables. Alberto, del MTD dijo que su agrupación está dispuesta a brindar ese cuidado, al que pueden sumarse más voluntarios. Alguien comentó que podría plantearse como un taller de seguridad, para que quienes nunca lo hicieron, aprendan. «Explicar que no se trata de hacer de buchón, sino de algo necesario», comentó otro asistente. Se coordinó también que habrá actividades para chicos, incluidos talleres de pintura y juegos, con lo cual será una convocatoria a la que podrán asistir familias enteras, con cada uno de sus integrantes participando a su modo.
Una de las actividades del 21 de junio será, justamente, una Ronda de Pensamiento Autónomo. El misterio planteado fue: ¿cómo presentarla? ¿explicar qué es una de estas rondas? ¿cómo comenzaron? ¿el por qué de tal auto convocatoria a reflexionar cara a cara?
Martín, un asambleísta, dijo que la Ronda es un espacio para pensar otra política fuera de los partidos políticos, para romper cercos y para construir la autonomía. Una discusión: ¿en esa reunión del 21 se debe hablar entonces sobre la Ronda, o sobre la autonomía?
Alguien propuso que uno de los ejes centrales de la presentación tiene que ser el propio MTD, el movimiento que alberga a la ronda.
Una dama de cabello corto quedó perpleja frente al argumento: «¿Ejes? ¿Centrales? Me confunden con esas palabras. Estamos en una ronda». Alberto tomó la palabra por el MTD: «Aquí estamos rompiendo muros, y también el aislamiento. Un montón de gente estaba diciendo que estos movimientos no existen más, pero aquí estamos. Estamos vivos. Y este es un espacio de libertad. Se ha matado a mucha gente, pero muertes como las de Darío y Maxi no las hemos sufrido sólo nosotros». Una chica dijo: «Son de todos». Alberto continuó: «La Ronda no es algo donde el MTD sea lo central. Aquí queremos compartir, conocernos y proyectarnos. No somos ningún eje. Somos parte de este espacio.»
Julio propuso anunciar la Ronda del 21 bajo esta consigna: «La autonomía, un espacio de libertad». Le contestaron que habría que debatir -en todo caso- qué entiende cada uno por libertad. Eso pensando en que lleguen personas que nunca han ido a la ronda. Otro joven cuestionó incluso que se resaltara la noción de «autonomía», que podría resultar una confusión para los recién llegados. Autonomía, para distintas personas, puede significar cosas muy opuestas. El joven propuso presentar las cosas más en términos de «diálogo». Ahí apareció la contrapropuesta de la contrapropuesta: la cuestión de la autonomía es una construcción (no una definición de manual) y por lo tanto lo relevante es justamente debatirla y pensarla.
Un poco más allá, sobre la maleza, un joven pelirrojo parecía una estatua, haciendo yoga en la posición de la flor de loto. Un poco más acá llegaban obreros desocupados del MTD a ese predio que es su casa.
De la asamblea de Colegiales surgió una variante de disparador para la Ronda del 21: «¿Cómo construir autonomía y hacer otra política cuando el poder recobra legitimidad?»
(La referencia era muy atinada en la nueva etapa política, con un gobierno que el día anterior, a través del Secretario de Justicia Eduardo Duhalde -no confundir con el ex presidente- había recibido al propio MTD, había escuchado sus reclamos, y se había puesto a disposición para colaborar en cualquier problema de ahí en más. Una anécdota: el doctor Duhalde les propuso presentarles al ministro Gustavo Beliz, cosa que favoreció que los integrantes de la comitiva se marcharan velozmente del lugar).
Una mujer joven dijo que no hay ninguna manera de presentar a la Ronda, sino que la Ronda simplemente se arma -sea con el temario que sea- y luego deriva hacia donde lo va decidiendo la propia circulación de las ideas entre quienes participan en ese momento. Su planteo entonces fue que ese día, en Ronda, simplemente se haga la Ronda.
También se postuló que la Ronda es una continuidad, y que en ese caso quienes estén ese día irán definiendo qué hacer.
Un asambleísta lanzó otra definición muy interesante: «Este es un espacio para aprender a escuchar». Julio comentó cómo había evolucionado esa capacidad de escuchar, desde las primeras Rondas realizadas este verano.
El tema de cómo organizar la presencia de las bandas de rock y demás estilos, que se presentarán para amenizar las cosas, llevó su tiempo. Los músicos -parece ser- mezclan solidaridad con vedettismo y eso suele motivar arduas negociaciones por el orden en que harán sus shows, aunque un conocedor del ambiente tranquilizó a los demás planteando que en vista de la importancia del evento no se pondrán tan difíciles.
Alguien retomó la charla anterior, sugiriendo que cada intervención estaba manifestando ideas que podían ser interesantes para presentar la Ronda no sólo a través de un tema, sino de muchos. Como la charla se estaba grabando, se podían extraer las principales ideas para formar de allí un gran temario.
Otro de los concurrentes, percatado del grabador, dijo: «No me quiero quedar con las ganas, me gustaría que se incluya entre esas ideas que somos un cerebro colectivo para una nueva política. Ni si quiera sé si todos estamos con el autonomismo o con otras cosas, pero lo que es seguro es que nos reunimos y pensamos juntos, somos un cerebro colectivo». La cinta de grabador seguía su propia ronda, asimilando esas palabras. Un joven de anteojos agregó que en todo caso lo importante no es el pensar, sino el hacer. Pero pensar es una acción, es hacer, le contestaron. Una señora de Wilde avisó que tenía 50 pesos de bonos vendidos para el acto del 21, noticia que recibió un aplauso. La reunión se levantó y cada grupo se fue con sus tareas de organización a cuestas.
La Ronda no tiene ejes centrales, ni conclusiones, lo cual puede ser a veces irritante para un pensamiento excesivamente lineal (o poco propenso a escuchar). Pero parece real que el propio movimiento deja ideas rondando. El regreso, con un grupo de asambleístas, representó todo un debate político sobre la actualidad.
Un asambleísta, que además es técnico del ministerio de Desarrollo Social, contó que fue convocado junto con decenas de funcionarios a quienes se les dijo que la nueva línea de trabajo implica el apoyo a los microemprendimientos y a la Economía Solidaria. Otro asambleísta, de barba, dijo que eso muestra cómo el gobierno abre espacios, pero a la vez intenta quedarse con el capital que representan los movimientos sociales. lavaca comentó el caso del gobernador Felipe Solá, que en la reinauguración de Crometal (ver nota) habló de la fuerza moral de los que luchan, ocupan y resisten. El asambleísta de barba dijo: «Son inteligentes y oportunistas». El técnico del ministerio respondió: «El problema es ser nosotros también inteligentes y, si hay recursos, presionar para que vayan a algo que valga la pena».
La charla sobre cómo inventar la relación de los movimientos sociales con un Estado que aparentemente da algunas señales de buscar fortalecerse en su relación con la sociedad (y no tanto con quienes la someten) estaba en un buen momento, cuando el viaje terminó.
Pero la ronda continúa en cada mente.
Nadie sabe si existe algo así como un cerebro colectivo, aunque al menos es todo un proyecto que el 21 se vuelvan a poner los bancos de madera en círculo para seguir intercambiando ideas y conversaciones, desde la vida.
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
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