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Luna Ortíz: fue femicidio

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El femicidio de Luna Ortíz quedó impune por obra de un Poder Judicial que se encargó de victimizar a la joven en vez de condenar a los culpables. Luna, 19 años, fue drogada y violada por distintos hombres. Primero un fallo señaló a dos responsables por su muerte, pero luego los jueces de Casación Daniel Alfredo Carral, Ricardo Ramón Maidana y Ricardo Borinsky hablaron de “homicidio imprudente” en un fallo misógino que hace hincapié en la víctima y permite que uno de los femicidas quede libre en junio. Los reclamos de la familia a la Corte Suprema de Justicia para revertir esa decisión y condenar al resto de los cómplices bajo la carátula de «femicidio». Y quién era Luna Ortíz, sus gustos y proyectos que quedaron truncados y, por ahora, sin justicia.

Por Inés Hayes y Melissa Zenobi

Luna Ortíz: fue femicidio

Mañana Luna Ortíz cumpliría 23 años.

Su madre recuerda que le gustaba hacer artesanías, pintando cajitas y botellas.

También le encantaba juntarse con amigas a escuchar música. “Eso la relajaba”, cuenta su mamá Marisa con una sonrisa.

El mate lo tomaba con edulcorante.

Cuando la asesinaron, hacía poco que había salido de un centro de rehabilitación en Moreno. Su familia juntaba plata con los vecinos y vecinas para poder pagar ese tratamiento de desintoxicación.

Los recuerdos de su mamá llegan desde Benavídez, donde la familia vive: «Ella fue hija única muchos años y después tuve a mi otro bebé, tenía 10 años cuando nació su hermano y lo adoraba: Faustino la extraña. Cuando hice el ingreso para empezar a trabajar como docente, ella me acompañaba, compartíamos todo, me alentaba siempre”.

Marisa muestra una de las últimas fotos de Luna, donde se la ve sonriendo.

Luna Ortíz: fue femicidio
Luna Ortíz, en una de sus últimas fotos, sonriente.

Fallos misóginos

El 2 de junio de 2017, Isaías Villarreal llevó a Luna Ortiz, de apenas 19 años, a su casa donde la esperaba con dos hombres más. Una vez allí, Luna fue drogada, alcoholizada y trasladada en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. La joven fue violada en varias ocasiones por varios hombres mientras le suministraban drogas. Su cuerpo fue encontrado el 3 de junio en la casa de Villarreal.

El 3 y 4 de abril de 2019 –dos años después- el fiscal de la fiscalía de género de Tigre, Marcelo Fuenzalida, caratuló la causa como «abandono  de persona seguido de muerte con suministro  de estupefacientes a título gratuito», no dando lugar al pedido de la familia para que se lo juzgara como femicidio.  Se condenó a Villarreal a 14 años de prisión y se imputó a su amigo cómplice Pablo Paz Gutiérrez por abuso sexual seguido de muerte. Durante esos días, Facundo Ortiz y Marisa Rodríguez, el papá y la mamá de Luna, acompañados por vecines y amigues, cortaron la Avenida Centenario en señal de rechazo y reclamo de justicia.

El 8 de marzo de este año, Día Internacional de la Mujer, los jueces de la sala de Casación Penal de La Plata Daniel Alfredo Carral, Ricardo Ramón Maidana y Ricardo Borinsky, dictaron un fallo aun más misógino y aberrante que catalogaba al femicidio como “homicidio imprudente”, un mote que significa que no tuvo la intención de matarla y eso haría que Villarreal quede libre en junio. “No sólo han modificado  la sentencia impuesta por el Tribunal Oral 7 de San  Isidro, sino que fomentan la impunidad  de la violencia contra las mujeres, en un contexto donde se comete un femicidio cada 20 horas”, dijeron el papá y la mamá de Luna a lavaca.

Observatorio Lucía Pérez

Cifras e historias de la violencia patriarcal

La abogada de la familia, Fernanda Petersen agrega: “La sentencia dictada por la Sala de Casación penal interviniente no sólo ha modificado la impuesta por el Tribunal Oral de San Isidro, sino que ha incumplido e ignorado Tratados internacionales de raigambre Constitucional, en resguardo de una vida libre de violencias de niñas jóvenes y mujeres”.

En la presentación que hizo la abogada Petersen a la justicia se deja en claro que Villareal conocía la problemática de consumo de Luna Ortiz, proporcionándole de igual forma durante ocho horas alcohol y drogas, a sabiendas que este consumo no sólo generaba situaciones de vulneración concretas sino que ponía en riesgo su vida.

La abogada y la familia exigen que el caso sea tomado como femicidio: “Luna Ortiz no se colocó en situación de riesgo, fue su victimario quien lo hizo, no sólo por conocer su situación particular, sino que además abusó de su condición de mujer, generó espacios donde vulnerar sus derechos no sólo fuera más sencillo, sino que sabía que contaba con la complicidad de terceros. Y claramente sostenemos que se trata de un femicidio, porque Villarreal abusó, drogó y abandonó a la víctima por ser mujer”, dice Petersen.

Facundo y Marisa reclaman: “Nuevamente la justicia señala como responsable  a la víctima. Exigimos que no de lugar a esta última sentencia donde se quiere condenar a Villarreal por homicidio culposo con una pena de cuatro años de prisión. Siendo así, está la posibilidad que este femicida quede libre en junio. Le exigimos a la Corte Suprema que de lugar a la figura de femicidio, que fue presentada por la nueva letrada de la causa”.

Es por esta razón que este miércoles convocan a movilizar a las puertas de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires (Calle 7, entre 56 y 57) en La Plata, sede judicialbonaerense, desde las 11 horas.

Exigirán así una vez más lo que el Estado debería hacer por sí mismo: que no perpetúe la impunidad.

La mala víctima

En la presentación, la presentación plantea además que la construcción que hicieron los jueces del Estado de un imaginario social en torno a la “mala víctima” es moneda corriente en los femicidios territoriales, al igual que ocurrió en el caso de Lucía Pérez, como en otros menos mediatizados.

“A 4 años del femicidio de nuestra hija, tenemos que estar lidiando con la justicia, con todo nuestro dolor encima”, dice Facundo. Desde el mismo día que mataron a su hija, Marisa y Facundo no pararon de luchar: «Si bien en el juicio se habló de la diferencia de edad, de la vulneración de Luna, no se vio la figura del femicidio. La defensa apeló a Casación y le dieron homicidio culposo y ya está saliendo. Pasaron 4 años y tenemos que estar luchando con esto además del dolor. Hablamos con los jueces pero mucho no nos escucharon, revictimizaron a Luna todo el tiempo”.

En el juicio y con el dolor de ya no tener a Luna con ellos, Marisa y Facundo tuvieron que escuchar que “Luna no tenía límites, culpándonos a nosotros como familia. La única que me levantó fue Marta, la mamá de Lucía Pérez, que tuvo que pasar por momentos como éste”, dijo Marisa a lavaca.

Marisa y Facundo apelaron a la Corte Suprema y Casación tiene que expedirse “a ver si nos da lugar a nosotros para ir a la Corte o si se le da lugar a la defensa y Villarreal podría quedar libre en junio”, dicen a dúo.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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