Nota
Ley ómnibus en Diputados: “Así, no sale”

Comenzó en la Cámara de Diputados el tratamiento de la ley ómnibus. En representación del gobierno el Procurador del Tesoro Rodolfo Barra dijo que “si hay crisis económica, no va a haber Constitución vigente”, frase que en el mejor de los casos parece destinada a empujar a los diputados a aprobar la ley y –en el peor– puede estar conteniendo una profecía o una amenaza. El misterio de lo que ocurrirá, los insultos presidenciales sobre coimeros e idiotas útiles, las ironías para redes, la defensa de la toga, la referencia del diputado Maximiliano Ferraro de Coalición Cívica a lavaca (“así, no sale”). Y lo que empieza a agitarse debajo de lo que se dice al micrófono.
Por Sergio Ciancaglini
Hubo tantos diputados que los sillones negros del salón no alcanzaron y tuvieron que buscarles sillas del sector de periodistas para que se instalaran. Había movileros de traje y zapatillas blancas, un empate técnico en las mesas entre termos metálicos y los de plástico y vidrio, y mucha botella térmica con agua. Diputadas y diputados llevaban además sus apuntes, ayudamemorias y en algunos casos versiones impresas de la ley (351 páginas).
El proyecto se llama “Bases y puntos de partida de la libertad de los argentinos”, y en la práctica se trata de una mega ley que busca reformar más de 360 leyes vigentes y miles de artículos, además de reclamar la delegación de poderes legislativos al poder ejecutivo, lo cual tiende a romper justamente la división de poderes, además de convertir al Congreso en un mero adorno urbano.

Fantasmas y la crisis
En las más de 7 horas de sesión hubo encontronazos, bromas, gritos, réplicas, intervenciones de 10 minutos que se hicieron cortas en unos casos, interminables en otros.
El diputado Sergio Palazzo de UxP y dirigente sindical de La Bancaria, provocó el primer sacudón de la tarde. “Quiero hacer una pregunta a los tres presidentes de las tres comisiones: ¿Alguno de ustedes tres o alguno de los miembros, autoridades de las tres comisiones recibieron pedido de coima de alguna diputada o diputado? Quiero que me contesten para que quede registrado, ya que el presidente (Javier Milei) dice que le piden coima, quiero que ustedes como presidentes de las comisiones donde han sido girada esta ley, me informen si han recibido pedido de coimas”.
Milei había declarado que los diputados que no aprueban velozmente los proyectos están esperando coimas. Agregó Palazzo: “Yo no tengo ninguna denuncia en mi vida ni ningún procesamiento para que me venga a tratar de coimero un presidente de la Nación”.
Presidió la reunión el diputado y empresario cordobés Gabriel Bornoroni, intentando calmar las cosas frente a una oposición que tuvo sus puntos más picantes en Unión por la Patria y el Frente de Izquierda. Miryam Bregman, a quien Bornoroni llamó “Berman” en un momento, calificó a la ley ómnibus como “tren fantasma”. Preguntó además si Federico Sturzenegger “es otro fantasma, como Conan”, en referencia al perro que Milei ha clonado. La frases sonaron dirigidas a redes sociales para lograr impacto. También cruzó Bregman a José Luis Espert por su lema “Cárcel o bala” y recordó que Darío Santillán fue asesinado en 2002 justamente por una bala. Espert la miraba con media sonrisa.
Volviendo a Sturzenegger, se trata del autoproclamado autor del proyecto de ley ómnibus, no tiene cargo alguno en el gobierno, y se lo supone a la espera de ingresar al gabinete luego de alguna renuncia o crisis ministerial. Participó en la elaboración del “megacanje” que ayudó a hundir a Fernando De la Rúa en 2001, y en la conferencia de prensa del Día de los Inocentes de 2017 (como presidente del Banco Central) que fue el principio del fin del gobierno de Mauricio Macri. Según el discurso oficial, no es considerado parte de la casta.
Los funcionarios presentes fueron Eduardo Rodríguez Chirillo, ex funcionario menemista y actual secretario de Energía que no fue a responder sobre Energía sino sobre aspectos generales de la reforma del Estado, que tampoco se llama así en el proyecto sino “reorganización administrativa”. Junto a Rodríguez Chirillo (que ya anunció la reducción y eliminación de los subsidios al gas y la luz, con aumentos que aún no se sabe hasta dónde alcanzarán) comenzó a hablar un señor calvo y de barba, desconocido para los diputados que vociferaban para saber quién era: José Rolandi, jefe de Gabinete de Chirillo.
En el centro de esa cabecera se ubicó con saco blanco el Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, o sea el abogado del Estado ante cualquier juicio que se le presente. Margarita Stolbizer recordó que durante el gobierno de Carlos Menem fue secretario de Obras Públicas, luego viceministro, secretario del Ministerio del Interior, miembro de la Corte Suprema de Justicia, Convencional Constituyente durante la reforma de 1994, ministro de Justicia y presidente del Directorio del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos. Renunció como ministro en 1996 cuando se conoció su antigua vinculación con el grupo pro nazi Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios. En 1999 Fernando de la Rúa lo instaló como presidente de la Auditoría General de la Nación. “Y tal vez hasta me quedé corta” terminó Stolbizer.
En una de sus intervenciones Barra justificó la delegación de poderes planteada desde el Ejecutivo diciendo: “Si hay crisis económica, no va a haber Constitución vigente, si la crisis nos lleva a los extremos que podemos temer”. La frase queda repiqueteando, el tiempo dirá más sobre su significado y su relevancia.
Lo que se habla y lo que se hace
Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, reclamó que se presenten también ante el parlamento el ministro de Economía Luis Caputo, el jefe de Gabinete Nicolás Posse, y Federico Sturzenegger, “aunque no sabemos bien qué hace, quién le paga sueldo”. Si la crisis es tan meteórica como plantea el oficialismo, es curioso que no envíe al ministro Caputo ni a Posse (quien no se conoce que haya hablado en público para tres personas o más) a defender las supuestas reformas.
La Coalición Cívica está integrada al bloque Hacemos Coalición Federal, que tiene ya 32 integrantes. El presidente de CC Maximiliano Ferraro cuestionó a Barra y el espíritu de permanencia en el poder que hay detrás del planteo de “emergencia”. Explicó: «Creo que el oficialismo y el Poder Ejecutivo tienen que fijar una hoja de ruta, definir claramente cuáles son los temas a resolver en la urgencia que hoy atraviesa la Argentina y en el resto de los temas no ir a las patadas con la no celeridad que puede tener elParlamento y ponernos a trabajar seriamente en los otros temas que tienen competencia en un sinfín de comisiones de esta Cámara de Diputados. Me gustaría que el Procurador General me pueda explicar, no solamente a mí, sino a todos, cuáles son esos conceptos que esgrime en términos de urgencia política y cuáles son los problemas de celeridad que le preocupan a la hora de la sanción y formación de las leyes».
Luego de su intervención Ferraro brindó a lavaca su impresión sobre el futuro del proyecto: “Así, no sale. Es muchísimo lo que hay que cambiar y arreglar. Creo que la UCR también está en la posición de poner límites”.
Eduardo Valdés, de UxP dijo a lavaca que percibe en la UCR más espíritu opositor a la ley que el que parece manifestar el jefe del bloque, Rodrigo de Loredo. De Loredo dijo en la sesión, mirando a la cabecera oficialista: «Va a contar con la expresión de la Unión Cívica Radical como ha contado siempre la República Argentina cuando los momentos son delicados. Tenemos plena conciencia de que las herramientas justas y necesarias que necesita un gobierno para llevar adelante lo que eligió la sociedad argentina, las va a tener”. Pero luego manifestó su perplejidad. “Estamos profundamente influenciados por un interrogante: ¿Estamos siendo usados para una estrategia que nada tiene que ver con el futuro del país? Por momentos estamos desconcertados”. Agregó, mirando a quienes a su vez lo observaban con la habitual cara de póker de estos casos: “Quieren que se aprueben estas herramientas legislativas?”
De Loredo no logra entender que con tan buena disposición radical, el presidente Milei continúe tratándolos como “idiotas útiles”. Tampoco los mecanismos enrevesados de funcionarios anunciados para ir a discutir, luego intercambiados con otros, que a su vez muchas veces no responden lo que los diputados preguntan. La duda de De Loredo implica una hipótesis: si el gobierno no logra que salga la ley (o según esta teoría: si logra que no salga) culpará a los legisladores aunque eso sea falso, y así abrirá la puerta a un llamado a plebiscito o a alguna acción más densa todavía, según lo insinuado por Barra en su discurso.
Germán Martínez, comentó luego a lavaca: “Creo que el oficialismo con todo esto está haciendo tiempo para ver si consigue los votos suficientes para aprobar el proyecto. Así que estos días hay que ver qué es lo que ocurre más allá de lo que se dice”.
Otro diputado de UxP, Juan Marino, explica qué imaginan para el futuro cercano: “Tenemos 102 diputados y diputadas; el FIT tiene 5, somos 107 los que ya decimos que estamos en contra. Para poder frenar esto necesitamos más diputados, 129. Esos votos pueden venir de los sectores de la oposición que dicen que están de acuerdo con algunas cosas y otras no: UCR, el bloque de Pichetto o diputados de gobernadores provinciales. Ellos dicen que quieren negociar en distintos puntos, y después ves a Milei que los tilda de idiotas útiles, coimeros, entonces un presidente desconectado de la realidad es muy probable que no logre los consensos. Es muy probable que esos bloques frente a una agresión de esa naturaleza tomen la decisión de hacer valer la constitución: que no haya un Presidente que se arrogue todas las facultades desde el inicio del mandato. Ese es el planteo que le hacemos a la oposición, en público y en privado. Tienen que tomar una decisión. Va a ser inevitable si el gobierno fuerza una votación en el plenario de comisiones la semana que viene, para llevarla a recinto la otra semana que es lo que vienen diciendo que quieren. Si eso ocurre, va a ser el momento en el que el resto de los bloques opositores van a tener que tomar una decisión”.
Arrepentidos
En la puerta del Anexo suele estar Roxana, una jubilada, que llegó con un cartel que dice “la patria no se vende”, lema que le repite en la cara a cada diputado y diputada que entra camino a la sesión. “Vine para que los diputados piensen en el pueblo, porque el pueblo no es la casta”, explica. “La casta es otra cosa”.

Dice Roxana que se le mintió al pueblo, que es jubilada de la mínima, y que cae el apoyo social a Milei: “Si no, no haría todo mediante esta ley ómnibus. Para eso están estos diputados que también hemos votado: su deber es defender al pueblo. La patria no se vende, y la democracia tampoco. Porque ojo, la democracia está en riesgo y hay que defenderla”.
¿Conoce gente que votó a Milei? Sí, y ahora está arrepentida. Mucha. Porque ellos dicen que les mintió. Este tipo tuvo la gran hazaña de meterse en las redes y los jóvenes con mentiras: que iba a sacar a la casta, que eran los políticos… y nuestros jóvenes compraron eso, compraron lo de la dolarización… les dieron ese teatrito. Pero ya eso está cayendo”.

Frente al Congreso había camiones celulares policiales y una señora (1) con una cacerola y una bandera argentina.
Golpetea a solas ante el edificio. Pasan los autos y tocan bocina alentándola. La mujer dice a lavaca: “Estoy acá porque sé muy bien cómo entregan el culo los diputados”. También en este caso el tiempo revelará el alcance de semejante pronóstico.
Nota
Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

Tiempo, emoción y galletitas. Memoria, humor y lucidez. Esos fueron algunos ingredientes de una reunión histórica y nutritiva ocurrida en 2010 entre Hebe de Bonafini y María Isabel Chicha Mariani. Una charla para recordar un día como hoy, 4 de diciembre, en el que Hebe cumpliría años, porque cuenta parte del nacimiento de un inédito tipo de movimiento social conformado por mujeres desesperadas ante la desaparición de sus hijas e hijos, nietas y nietos, tras el golpe del 24 de marzo de 1976. ¿Por qué recordar? Porque quienes olvidan todo o tienen amnesia, no saben quienes son hoy, en este momento.
Este encuentro de 2010 ocurrió en La Plata entre dos vecinas: Hebe (fallecida en 2022, quien era presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo) y Chicha (quien fallecería en 2018, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo). Estaban distanciadas desde hacía 29 años, y la propuesta de nota en MU permitió reunirlas. ¿Qué nos dicen sobre el presente los primeros tiempos en la historia de lucha por la aparición de sus hijos y nietos? Los viajes, las gestiones, las anécdotas, la causa de la pelea, sus reflexiones e intercambios, en los principales tramos de esta conversación inolvidable.
Por Sergio Ciancaglini
A las 6 de la tarde sonó el timbre, con una puntualidad de los tiempos en que vida o muerte podían depender de la exactitud de las citas de madres, abuelas y familiares de desaparecidos. En la casa de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani, Chicha, había una mesa con tetera, tazas y medialunas, que por un rato desplazaron expedientes judiciales, recortes de diarios y denuncias de su creación más cercana, la Asociación Anahí. A esa casa de la calle 47 de La Plata, llegó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con masas, un huevo de Pascua (enviado por Alejandra, su hija) y galletas dietéticas.
Besos, abrazos. Chicha ha perdido casi totalmente la vista. Por eso es Hebe la que dice: “Nos vestimos igual. Estamos en la misma murga”. Las risas ayudaron a sobrellevar la emoción de este encuentro en el que cada palabra y cada silencio tuvieron una carga que mejor que adjetivar, es conocer.
Chicha tiene 86 años, Hebe 81, y ambas una lucidez sin edad.
Se habían distanciado hace 29 años. Se volvieron a ver en marzo, en una exposición sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha busca desde noviembre de 1976. Hebe fue a esa muestra en Canal 7, y del reencuentro fugaz nació la idea de una charla con MU. Con tiempo, té y galletitas.

La reunión en casa de Chicha, después de 29 años distanciadas. Foto: lavaca.org
Sonrisas junto al paraíso
Hebe tiene dos hijos desaparecidos, Jorge y Raúl. A Enrique Mariani, el hijo de Chicha, lo mataron en 1977. En noviembre de 1976, un ataque de la Bonaerense bajo órdenes de Ramón Camps reventó literalmente la casa donde había al menos cinco personas que fueron acribilladas, entre ellas la nuera de Chicha, Diana Teruggi. Allí estaba Clara Anahí, tres meses de edad.
Hebe y Chicha se conocieron en noviembre de 1977, con la llegada a Buenos Aires de Cyrus Vance, enviado del presidente norteamericano James Carter, que iba a participar en un acto en Plaza San Martín. Chicha: “Yo había conocido a Licha (Alicia De la Cuadra, un hijo y una hija embarazada desaparecidos) y me dijo que podíamos ir a darle un ‘testimonio’ a Vance. Yo era una bruta, daba clases de Artes Visuales en el Liceo de La Plata pero no sabía viajar a Buenos Aires. Aprendí que un testimonio era un papel con mi caso. Cuando llegué me quedé paralizada. Estaban los funcionarios, todo lleno de milicos armados, los perros, en otro lugar había mujeres. Todas empezaron a gritar. Y se pusieron los pañuelos que tenían escondidos. Y yo sin saber qué hacer, con el papelito apretado contra el pecho. Vino una mujer corriendo, me dijo: ‘Dame el testimonio’, y se lo llevó a Cyrus Vance. Era Azucena Villaflor, la fundadora de Madres”.
Con Licha ya habían resuelto encontrarse allí mismo con otras mujeres que buscaban a sus nietos. “Nos juntamos abajo de un paraíso, frente al Colegio Militar. Nos debían estar filmando desde adentro. Conocí a Ketty (Beatriz Neuhaus) y me llevé una sorpresa: me saludó con una sonrisa. Y Eva Castillo, lo mismo. Pensé que no tenía que andar con esa cara de desgraciada, si ellas intentaban que el encuentro no fuera tan ingrato”.
Así, el 21 de noviembre, nacía Abuelas. Hebe, intencionadamente: “¿No era el 22 de octubre, entonces?” La diferencia de fechas es parte tal vez de las distancias nacidas con la salida de Chicha de Abuelas, en 1989. “Hubo cosas que no me gustaron y siguen sin gustarme, pero no quiero hablar de eso. No quiero que nada demore el trabajo de buscar a mi nieta”. Hebe: “Pero tu trabajo fue fundamental, y en los momentos más difíciles con vos al frente, fue que lograron recuperar a los primeros 60 chicos. Todos lo sabemos. Y por eso te quiero decir que todas las Madres te mandan un beso grande, te apoyamos totalmente en lo que necesites”.
Chicha se emociona, y me cuenta: “Pero aquel día, cuando me iba a volver, la veo a Hebe que dice: ¿quién va para La Plata? Cuando me acerqué, no me preguntó si quería que fuéramos juntas. Directamente me dijo: ¡vamos!” Se ríen y Hebe agrega datos no descartables: “Los pañuelos eran en realidad los viejos pañales que guardábamos para nuestros nietos. Los habíamos usado primero en octubre, para poder reconocernos en una marcha a Luján. Las que nunca los usaron fueron Azucena, y Esther Careaga, porque decían que parecíamos monjas”. Azucena, Esther y Mary Bianco desaparecieron poco después, en diciembre de 1977, operativo de la ESMA alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz, merced a la infiltración de un falso hermano de desaparecidos, que en realidad era Alfredo Astiz.
Madre de la bombacha roja
Los viajes de estas dos mujeres recién comenzaban. Chicha empieza a reírse, recordando uno de sus regresos en colectivo, desde Quilmes.
Hebe: Yo iba con la carpeta de denuncias, paraguas, piloto, fiambres y chorizos.
Chicha: Y yo llevaba salamines, lo hacíamos medio para disimular, y para hacer algún mandado de paso.
H: Cuando llegamos, me paro, se me cae la pollera, y quedo en bombacha.
C: Escuché la risotada de Hebe, que para no largar los chorizos no se subía la pollera. No la veía bien porque yo iba agarrada a los salamines. Pensé que tenías combinación.
H: ¡No! Para mi las enaguas eran cosa de vieja, y para colmo me habían regalado una bombacha roja y era justo la que llevaba puesta. Más trola imposible.
Otra ronda de té. Chicha toca la mano de Hebe.
C: Pero te quiero recordar algo más, también por el 77 o 78. Un día apareciste con vestido celeste, planchadito. La noche anterior se había escuchado un tiroteo. Viniste a avisarme que ibas a ver qué pasaba. Y llevabas una canastita con comida por si había alguien que necesitara algo. Te pregunté si querías que fuera con vos, dijiste que no. Fue una prueba de coraje. Yo no me atrevía a ir.
H: Esas cosas nacen pensando en que si tu hijo está en esa situación…
C: El tema es cómo superar el miedo sin paralizarse.
H: Las mujeres lo sabemos. Es como parir. No pensás en vos, ni en quedarte quietita, pensás que tenés que hacer fuerza para que nazca y sea sano. Pero además, se llevan a tu hijo ¿Hay algo peor, más horrible? Así que nada: hay que seguir.
C: Yo pensaba que si me llevaban no iba a aguantar ni dos minutos en la mesa de torturas. Soy muy sensible al dolor. Mi ilusión era morirme enseguida. Qué tonta, ¿no?
H: Una piensa estupideces. Yo andaba siempre con cepillo de dientes, calzoncillos y pañuelitos en una bolsita, por si encontraba a mis hijos. Todos éramos muy inocentes. Hasta los chicos. Un día entro al cuarto del mayor y estaba con unos amigos, todos atándose. ¿Qué hacen? “Practicamos cómo desatarnos por si nos agarran”. Creían que les iban a dar tiempo.
C: Nunca imaginaron la perversión.
H: Habían preparado todo para saltar a lo del vecino. Pobres. A uno de mis hijos lo encontraron por mi vecina, que dijo que había reuniones en la casa y pasaba algo raro.
C: Pensar que tanta gente pudo ayudar, pero se calló. No sé qué tenemos adentro. El enano fascista.
H: Pero fijate al revés: otro vecino salió a avisarle a mi hijo que lo esperaba la policía, y entonces se lo llevaron a ese vecino. Después lo soltaron, pero el tipo no quería ni verme. Es difícil juzgar.
C: Sí, pero yo veo que tenemos raíces. Hace mucho quiero hacer un libro, la Historia de la Infancia Argentina. Desde los españoles que llevaban chicos y chicas indígenas como esclavos y sirvientes, después los terratenientes con derecho a hacerles hijos a las mujeres campesinas y apropiarse de ellos. El derecho de pernada, que todavía existe, del patrón sobre la primera noche de cada niña. Hagamos un salto: llegan los militares, se llevan a los chicos, y mucha gente lo ve bien. Yo creo que es todo ese residuo ancestral, que produjo la enorme vergüenza de un pueblo que se supone culto, pero no abrió la boca, no tomó la defensa de ningún niño. Me atrevo a decirlo porque es mi pueblo. Pero no puede ser que haya parecido normal que los chicos sean secuestrados y apropiados.
H: Hacé el libro. Nosotras lo podemos imprimir.
C: Te cuento algo más. El secretario de Pío Laghi, monseñor Celli, les dijo a dos abuelas, Elba Ford y Delia Penela: “Dejen de molestar, imagínense los chicos están con familias que pagaron 4.000 pesos por cada uno, eso les dice que los van a cuidar bien”.
Hebe da un respingo. “Tengo una información muy importante que contarte cuando estemos solas”.
Les propongo apagar el grabador. “No, totalmente solas. Encerradas en el baño”, dice Hebe, entre las carcajadas de Chicha. ¿El baño es un lugar para intercambiar datos? Hebe: “Claro. Hay cagadas, pero de otra clase”. Chicha: “Me estoy divirtiendo. Mirá, cada una habrá hecho o dicho cosas. Pero somos leales”. En una época engañaron a Chicha diciéndole que podría recuperar a su nieta. “Le hice a Hebe un poder para que cuidase a mis padres por si yo tenía que irme al exterior. Todavía lo tengo guardado”.
El día que se distanciaron
Siguen las cataratas de diálogos:
C: ¿Te acordás cuando estuvimos con Sandro Pertini? (Presidente de Italia)
H: Estábamos en un departamentito vacío, con dos camas y dos colchones. Como éramos cuatro (con Elida Galetti y María Del Rosario Cerrutti) nos turnábamos: cama sin colchón, o colchón en el piso. Calentábamos agua en una jarrita para poder bañarnos.
C: Salimos de compras y vos llevabas la comida en una bolsita.
H: Comprar era un lío, como no sabíamos italiano, tenía que hacer el gesto de limpiarme el que te dije para que entendieran de queríamos papel higiénico.
C: Y de repente nos avisan que vayamos urgente al Quirinale, que Pertini nos iba a recibir. Salieron los del protocolo, agarraron nuestros tapados pero Hebe no quería darles el tapadito ni la bolsa de comida.
H: ¡Con lo que nos costaba la comida, mirá si se las voy a dar! Además yo había salido así nomás, con ropa medio feona, no quería sacarme el tapado. Pertini lloró con nosotras, denunció a la dictadura. No lo reconoció a Videla. Fue de los pocos.
C: Pero cuando salimos, en esos salones principescos, había un sillón de terciopelo con la bolsita de nuestra comida.
¿Cuándo se distanciaron?
C: Capaz que ni te diste cuenta. Yo me enojé con vos en la Catedral de Quilmes. Las Madres la habían tomado. Yo las acompañaba. Seríamos 20 entre todas. Hiciste un comentario de esos que hacés vos, fuerte. Yo dije: “No podemos seguir discutiendo”, y me abrí.
H: Ya me acuerdo, fue en 1981, después de la primera Marcha de la Resistencia. Claro, lo querían mucho al obispo (Jorge Novak) y yo le decía de todo. Fue así: terminó la Marcha y nos fuimos para Quilmes. Teníamos termos, frazadas, hasta walkie talkie (en la era pre-celulares y pre-Internet). Estábamos comiendo heladito en la plaza, todas separadas para que nadie se diera cuenta. Juanita Pergament se encargaba de la prensa. Pero llegó antes de tiempo con los periodistas, tiramos los helados y nos metimos corriendo antes de que nos cerraran la Catedral. Se armó un quilombo padre. Y ya ni sé qué le habré dicho al viejo ese. Me decían: “Claro, tomás la Catedral del que sabés que no te va a echar”. Y claro, no iba a ir a una donde nos rajaran. El ayuno duró 12 días, hasta Navidad. Pero es cierto, siempre fui una desbocada. Ella no (señalando a Chicha). Ella lo que tuvo es el rigor, la prolijidad para investigar todo. Impresionante.
C: Mi desesperación era encontrar a Clara Anahí. Todo lo que fuera distraer esa búsqueda para discutir, me sacaba de quicio. Pelear con Hebe no tenía sentido. Además, te acordás que una vez en tu casa te dije: mi hijo está muerto. Mi búsqueda es diferente. Las Abuelas tenemos que recurrir a la justicia. Las Madres tienen otro reclamo. Fue bueno que cada una fuera por su lado.
La hora del secreto
Hebe cuenta que a pedido de su hijo Raúl una vez sacó a una mujer y a un chiquito al Brasil, todos con documentos falsos, en plena dictadura. “Lo llevaba en brazos yo, porque si agarraban a la mamá, por lo menos se salvaba la criatura”. Chicha tuvo lo suyo, pero en democracia: “Con Mirta Baravalle, una valiente, llevamos a un chiquito a Brasil, donde tenía familia. La mamá había muerto ese día en el ataque a La Tablada (enero de 1989). Lo hicimos en secreto. Nunca supe de él”.
¿Cuáles son las claves para actuar en estas situaciones donde todo parece en contra?
C: Hay que aprender a mirar para afuera de uno, de la casa, captar todo lo que hay alrededor. Aprender todo lo que quepa en el cerebro, en el cuerpo y en la memoria.
H: Es cierto. No pensar en uno. El otro soy yo. Lo que le pasa al otro me pasa a mí. Y no parar. Como hizo Chicha. Lo que está haciendo ahora es muy importante con la Asociación Anahí. Hay que conocer eso. Porque ella tiene un modo especial que le llega mucho a la gente. Hoy como funciona la política, no sirve. Hay que cambiar el estilo. A nadie le interesa hablar de marxismo, trotskismo ni peronismo. No te dan bola. Funciona que haya gente como Chicha, o las cosas que hacemos nosotros con el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, en la ex ESMA), con la Universidad, la radio y todo lo demás”.
Sobre el presente, Chicha dice: “El gobierno hizo avances, pero para mí falta que apuren a las fuerzas militares para que digan qué pasó con los desaparecidos y los chicos apropiados. Lo saben, tienen el material. Entonces, que digan la verdad”.
Hebe: “¿Te digo lo que te tengo que contar”. Chicha le responde “vamos” y zarpan las dos tras una puerta vaivén. La reunión no fue en el baño, sino en la cocina de la casa de Chicha. Vuelven, sin apiadarse del cronista.
Hebe: No sabés lo que te perdiste.
Chicha: Ya lo sabrás alguna vez.
Hebe: Ella sabe unas cosas. Yo sé otras. Es lo que hicimos siempre. Juntar lo que cada una sabe, y armar el mapa, para saber dónde estamos paradas.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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