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Diccionario mediático argentino

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Por Pablo Marchetti.

Bolsillo 

Accesorio para guardar cosas que tienen algunas prendas, como pantalones, sacos, abrigos, camperas, vestidos o polleras. Por ser el lugar donde se guarda la billetera, en macroeconomía casera sirve para hacer referencia a tener dinero. Es así como surgen expresiones como “la gente vota con el bolsillo” o “es necesario ponerle plata a la gente en el bolsillo”. “La víscera más sensible del hombre es el bolsillo”, decía un ex presidente argentino, creador de un movimiento político que lleva su nombre y que gobernó el país durante muchos años, muchos de ellos luego de su muerte. “El órgano más sensible del ser humano no es el corazón: es el bolsillo”, aseguró un ex presidente uruguayo, un ex guerrillero que estuvo preso unos 15 años y que cuando accedió a la presidencia legalizó el aborto y el consumo y la venta de cannabis. Las palabras del uruguayo bien podrían ser una actualización bastante literal de lo dicho antes por el argentino. Lo cierto es que el estado del bolsillo suele ser clave para definir los resultados en las elecciones, por más que el tema no forme parte de los debates de campaña. Y es por eso que a veces suele utilizarse al bolsillo como símbolo de la frialdad resultadista de la economía frente al sentimiento lírico de la política. Es muy recordado el momento en el que un ministro de economía, al denunciar un golpe de mercado por parte de grupos económicos concentrados, se sintió traicionado luego de enviar una propuesta y aseguró: “Les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo”. Dejando en claro que existe un bolsillo de “la gente” y otro tipo de bolsillos, acaso más abultados. Según parece, el tamaño del bolsillo sí importa. Y no sirve de mucho el consuelo de tener un bolsillo “chiquito, pero juguetón”. 

Cambio climático

Alteración en los principales indicadores del tiempo que, a lo largo de los años, va produciendo sobre la Tierra el accionar contaminante del ser humano. Los pronósticos de los especialistas son apocalípticos al respecto. Se habla de suba del nivel del agua de los mares, lo cual podría ocasionar el fin de varias ciudades tal cual las conocemos. Se trata de uno de esos temas que hasta hace no mucho no formaba parte (ni remotamente) de los que interesan en la agenda periodística del día a día. Pero que con los años tuvo un cambio de recepción. E ingresó a la opinión pública, sobre todo a partir de los reclamos callejeros en movimientos que suelen ser internacionales y transversales. Esto hace que no sólo se pida por cosas que ocurren en el país, sino que se amplíe el reclamo a cosas que ocurren en otras partes del mundo. Y, por otro, que tanto sectores del oficialismo como de la oposición, marchen junto a gente que está cuestionando tanto las políticas oficiales, como el accionar opositor, en una idea de oposición que incluye tanto a la oposición nacional como al oficialismo provincial o distrital. El cambio climático es un tema que precupa. Preocupa tanto que entre las preocupaciones aparece la posible formación de una burocracia que se autoperciba dirigencia autosustentable y no sea más que discurso plástico no compostable.

Casta política

Idea clave en sectores de ultraderecha para presentarse como gente fuera de la política. Por más que esta presentación sea para participar en unas elecciones a puestos políticos. Es decir, para transformarse en la dirigencia que es parte de esa casta a la que supuestamente denuncian. La denuncia de la ultraderecha es absurda. Pero hay que reconocer que parte de un lugar común que, por remanido y berreta, no deja de tener argumentos válidos. O al menos, atendibles. Es cierto que no existen dirigentes políticos que tengan los problemas económicos que suelen tener la mayoría de los integrantes de la clase media. Y que muchas veces dejan de hablar de estos problemas para no hacerse cargo de que no los sufren, mientras la mayoría de la gente sí. Es ridículo pensar que si los dirigentes se rebajan los sueldos se solucionarían los problemas de mucha gente o se lograría una mayor distribución de la riqueza. Para ello es necesario tocar otro tipo de intereses, que incluye gente mucho más poderosa y sumas mucho más grandes de dinero. Pero la falta de registro que a veces muestran algunos dirigentes no hacen más que agrandar el imaginario en torno al mito de “la casta política”. 

Embarazo

En la política, suele significar un momento digno de explotar, por la ternura que transmite la gestación de un hijo o de una hija. Esto vale tanto para la dirigente embarazada, como para un dirigente cuya pareja está embarazada y esperando un hijo suyo. Se trata de un caso muy notorio de difusión de la vida privada para sacar un provecho propio. Que un presidente sea padre durante su mandato puede ser una excelente ocasión para relanzar una carrera política que viene en picada, o para pensar en la reelección y en un nuevo mandato, si las cosas van un poco mejor. Claro que no se puede apostar todo a un embarazo. Sí, es verdad que puede servir para llamar la atención y hasta para humanizar alguna percepción. Pero nada alcanza por si sólo para ganar una elección. Y mucho menos un embarazo. Por más que algunos dirigentes tengan el ser madre o padre de alguna criatura como único signo de identidad política, y se aferren a la ternura fotogénica de sus hijos para pretender seguir en carrera en una hipotética contienda electoral. 

Piantavotos 

Temas de los que conviene no hablar durante las campañas electorales, porque hacerlo significa perder sufragios. Durante mucho tiempo se consideró a la legalización del aborto como uno de esos temas. Hasta que se formó un colectivo amplio y multitudinario para reclamar por ese derecho. Y terminó aprobándose. Claro que la movilización masiva a favor generó también una movilización masiva en contra. De modo que, como ocurre con cualquier tema controversial que atraviesa de manera transversal al pensamiento de los referentes de los grandes partidos capaces de acceder al gobierno, pasó a ser considerado nuevamente como posible piantavotos. Cuando un tema pasa a ser considerado piantavotos, enseguida trata de esconderse. No importa si hay problemas más urgentes para discutir, como aquellos que tienen que ver con la economía y, sobre todo, con una distribución más equitativa de la riqueza. Básicamente, con mayor inclusión social. Como existe una mayor dificultad para resolver estos temas, se pone el eje en otro tipo de discursos, más sencillos de cuestionar y con gran llegada a la opinión pública. Temas que llenan espacio en medios, redes sociales y memes, y que por su enorme cobertura y atención, bien podrían pasar por esenciales o capaces de cambiarnos la vida, más allá del discurso. Por más disparatado que parezca el planteo.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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