#NiUnaMás
Mostrar para curar: arte contra la violencia femicida
La instalación El Cuarto de Lucía, la muestra Cuando cambia el mundo y la obra de teatro El virus de la violencia: tres experiencias en las que el arte aparece como forma de combatir la impunidad, construir justicia y desactivar los mecanismos de la violencia patriarcal. La potencia creadora para exigir respuestas urgentes y para sanar heridas sociales con reflexión y abrazo. Por María del Carmen Varela.
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La cama tendida, una tabla de surf, el atrapasueños, dibujos y escritos pegados en las paredes. Una mesa de luz, una lámpara, un libro, un par de zapatillas en el piso. La habitación de una adolescente es lo que tenemos ante nuestros ojos.
La certeza: la joven de rastas y dulce sonrisa no va a regresar.
Lo que falta: justicia.
La idea de replicar el cuarto de Lucía Pérez, de 16 años, asesinada el 8 de octubre de 2016 en Mar del Plata, surgió en una caminata compartida por Marta Montero, su madre, y la periodista y escritora Claudia Acuña. Una manera de trasladar un lugar privado a un espacio público donde quedará expuesto el dolor de una familia. La intimidad de su habitación, el ámbito de los sueños, su mundo personal, al que podemos ingresar porque Lucía no está ahí. La instalación se inauguró en la rambla marplatense, en la recova de ingreso al teatro Auditorium, el pasado 14 de febrero, día en que Lucía hubiera cumplido 21 años. Un televisor emite de forma ininterrumpida el juicio oral a los asesinos, que fueron condenados por venta de drogas, pero no por el femicidio de Lucía. En abril la muestra se trasladó al Museo de Bellas Artes Emilio Petorutti de La Plata y el día de la apertura la Comisión Bicameral de la Legislatura Bonaerense presentó una acusación formal contra los jueces Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas (Aldo Carnevale pidió la jubilación anticipada por lo que no fue alcanzado en el proceso), que absolvieron a los asesinos de Lucía: Juan Pablo Offidiani, Matías Gabriel Farías y Alejandro Maciel. Ese juicio había sido anulado en agosto de 2020 por el fallo vergonzoso que emitieron los jueces. En agosto de este año, la instalación estuvo en la Manzana de las Luces, en CABA y en noviembre se trasladó nuevamente a La Plata, al Museo de Arte y Memoria, hasta el 24 de noviembre pasado. Un día antes, los jueces Gómez Urso y Viñas fueron suspendidos, se les quitó un 40 % de sus sueldos y se resolvió que serán juzgados. Es decir: habrá dos juicios. El de los jueces, y se aguarda la fecha del nuevo juicio a los asesinos de Lucía, porque después de cinco años, el femicidio que originó el primer Paro de Mujeres, todavía sigue impune. El recorte de sus ojos aparece cada vez que la instalación se monta en un nuevo lugar, su mirada es un reclamo ineludible de justicia y la exigencia de #NiUnaMás.
El Observatorio que lleva su nombre registra los femicidios, travesticidios y transfemicidios, en una cartografía de la violencia patriarcal. Un trabajo autogestivo que se actualiza en forma cotidiana.
La instalación incluye también una enorme pared en donde se escriben a mano los nombres de las asesinadas. No son cifras, son personas a quienes el entramado de la violencia machista les arrebató la vida
Marta Montero reflexiona sobre la instalación que reproduce el cuarto de su hija Lucía: “Es una manera diferente de mostrar algo real sin dar un golpe bajo y duro. El cuarto te interpela y te das cuenta de que ese cuarto es de todas, es un cuarto como el tuyo, como el de tu hija, tu sobrina. Buscar justicia y tener derechos nos corresponde a todos. No es solamente festejar 38 años de democracia, cuando en esa democracia han quedado 2.200 mujeres muertas. A esta altura del año llevamos contabilizadas cerca de 300. Cuando vemos esos paneles llenos de nombres, cada espacio que ocupa ese nombre era una persona. Eso te pone los pies en la tierra y decís: Yo de acá salgo diferente, tengo que luchar por estas mujeres, ser su voz. Planteátelo, pensá y vas a salir distinta, porque esa Lucía también te pertenece a vos y ese cuarto también te pertenece a vos y vos no querés que ese cuarto esté vacío. El arte lo muestra de una manera cálida y genuina. Poder decir: ‘no quiero que esto me suceda a mí, ni a mi hermana, ni a mi prima, que no haya una Lucia más’. Que nos ayude a pensar y a ver las cosas de otra manera, desde el amor. Y desde ese amor podremos construir algo mejor”.
La ausencia
Una silla negra, otra detrás, y otra y otra. Son casi trescientas. En una sala de paredes blancas y piso de madera, hay una maniquí con peluca vestida de camisa blanca y jeans, sostiene en sus manos rígidas un cartel escrito a mano que dice un número que aumentó con el correr del tiempo (por eso el cartel tuvo que ser reemplazado aproximadamente cada treinta horas) y continúa con: “…sillas vacías, una por cada femicidio ocurrido en 2021”. Al comienzo fueron ubicadas de forma espiralada, luego la sala quedó chica y las sillas invadieron la sala contigua. La instalación estuvo desde marzo hasta noviembre en el Centro Cultural Kirchner y formó parte de Cuando cambia el mundo-Preguntas sobre arte y feminismos. Reunió a varies artistas internacionales y fue curada por la doctora en Historia del Arte, escritora, investigadora y docente Andrea Giunta. La artista española radicada en París, Esther Ferrer –quien el 19 de diciembre cumple 84 años– explora la performance desde su juventud y afirma que gracias a ella “te lo inventas todo: la técnica, la definición, la teoría (si la necesitas). Es el arte más democrático que existe”. Hace algunos años Esther volvía a su casa de madrugada, estaba cansada, encontró una silla en la vereda y se sentó. A la mañana siguiente se topó nuevamente con la silla y se la llevó a su casa. Muchas de sus performances e instalaciones fueron con esa y otras sillas. En 2015 realizó una sobre los femicidios sucedidos en España. Por cada ausencia, una silla. La acción se trasladó al CCK durante este año y el padrón del Observatorio Lucía Pérez fue consultado para agregar cada nueva silla. “Esther ha sido una cronista de este año, de lo que hemos experimentado –afirma Andrea Giunta– y de nuestra posibilidad como sociedad de crear instrumentos para contribuir a que este problema se vaya diluyendo, vaya perdiendo esta monstruosidad”. Andrea se interesó en la instalación de Ferrer y buscó actualizarla en el contexto local. “Trabaja con la silla desde los años 70, es un objeto absolutamente cotidiano, para ella se convirtió en una estructura, una arquitectura, un elemento conceptual. Antes de hacer esta obra, tenía una larga trayectoria trabajando en torno a la silla, también por eso la obra es más impactante, muy poderosa. Da una visibilidad a un problema que no hemos podido resolver, no hay una movilización por esto: la silla representa una estructura social, una comunidad que comienza en la casa y que llega al espectáculo público porque las sillas están desde lo privado, lo doméstico, hasta lo masivo”
¿Dónde reside la potencia de ver esa fila de sillas? “Podríamos pensar en sacar esas sillas de ahí y ponerlas en el medio de la calle, en una larga hilera y ver cuánto lugar ocupa. Son una ausencia presente, para mi es una de las obras que entran dentro del carácter de ‘obra monumento’: en un sentido es el monumento de todas las vidas que hoy no están, a lo largo de este año. Es una forma de contar un proceso socialmente doloroso, irresuelto. Estas mujeres no son desaparecidas porque sus cuerpos aparecieron, pero son las víctimas de una forma de genocidio por goteo, poco a poco. Es una obra que se convierte en una forma de memorial, de recuerdo, homenaje, esos cuerpos ausentes juntos”.
¿Cuál es el rol del arte en estos temas que nos atraviesan como sociedad? “El arte no tiene que probar nada, entonces esa posibilidad de tener un campo de pensamiento desregulado es también una zona importante porque te permite imaginar soluciones”, considera Andrea.
“El arte es la condensación de un proceso social, pero al mismo tiempo una obra interviene un contexto social y esa es una faceta interesante. Una obra es como una crisálida, tiene una vida que le va dando forma, que es la vida social, es la vida del artista y también es un prisma o una forma fractal que irradia, impacta en el mundo exterior”.
La otra pandemia
En plena cuarentena del 2020, comenzó a gestarse la obra de teatro El virus de la violencia. La actriz Romina Pinto y el actor Iván Steinhardt –pareja en la vida real y miembrxs de la Compañía Teatral El Vacío Fértil– comenzaron los ensayos a través de la pantalla de la laptop. De un lado elles en su departamento y del otro, la dramaturga y directora Marina Wainer desde España. En marzo de este año pudieron estrenar esta obra que marca con contundencia un hecho puntual: ocurre un femicidio. ¿Qué pasó antes? Una pareja de recién casados se va de luna de miel, irrumpen la pandemia y sus consecuencias. La violencia machista se instala y actúa. Cuando la obra termina, Romina e Iván permanecen en el escenario y sostienen la larga cartulina negra en la que pegaron los papeles blancos con los nombres de las mujeres, travestis y trans asesinadas. Los escriben a mano antes de cada función, con los datos del Observatorio Lucía Pérez. “Tenemos que hacer algo”, dicen e invitan a la reflexión y a la acción. “Desde que comenzamos con las funciones de la obra los nombres se han ido incrementando en cantidad y eso de alguna manera muestra lo descarnada que puede ser la realidad aún llevada al plano de la ficción, en función de la actualización de esos datos. De hecho con la Compañía vamos anotándolos a mano y para nosotros es como una suerte de ritual de redención, de reivindicación. En la primera función, el 6 de marzo, eran 57 femicidios y 212 al domingo de la última función, es abrumador” asegura Iván. “Lo que hacemos es consultar el listado del Observatorio, vamos escribiendo cada nombre y luego lo incorporamos en lo que sería el panel que va a estar expuesto en la obra”, agrega Romina, y continúa: “Es muy emocionante hacerlo porque nos ponemos delante del padrón y empezamos a escribir nombre por nombre y no hay forma de que no conectemos emocionalmente con la situación de cada persona que ya no está. Lo leemos minutos antes de salir y nos carga de emoción para poder dar todo lo que podemos en el escenario”. Iván: “De esa manera nos alejamos de las estadísticas, para no olvidar que no son un número. Son personas que ya no están”.
Una vez terminada cada función, Romina e Iván hablan con el público. Hay quienes se acercan para exponer una experiencia conocida, o para contarles sus propias vivencias y pedir ayuda. Iván sostiene que “el arte puede funcionar como un espejo, se puede tener incluso hasta otra capacidad de reflexión. Es una herramienta más. Nuestro pequeño rol es ofrecer esta arista. El arte puede ayudar a realizar una catarsis, especialmente cuando determinado tipo de situaciones dan desde vergüenza social hasta miedo de hablar de eso. A lo mejor esa conexión con el arte permite que se haga una proyección interna más profunda y animarse a dar un siguiente paso, como mínimo, ayuda a que sea más leve”.
Tres formas de visibilizar el horror.
Tres maneras de señalar las ausencias y que esa falta sea un grito y ese recuerdo un reclamo, porque sin justicia no puede haber paz.
El arte también pone el dedo en la llaga, echa luz donde hay oscuridad, revuelve los escombros de lo irresuelto y tira de la soga de lo posible.
El arte es movimiento y ningún cambio nació de la quietud.
Es el cristal desde el que se mira y cambia la óptica de lo que se percibe.
No hace milagros, pero planta la semilla de la transformación.
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Conmovedora acción contra los femicidios en el estadio Maradona
Todas las luces del Estadio Diego Armando Maradona se apagaron. Minutos antes del partido de Argentinos Juniors contra Barracas Central, solo se encendió un reflector: el que iluminaba las butacas de la platea Francis Cornejo. Cada una de las butacas con un nombre.
Tamara
Vanesa
Sheila
Abril
Rocio
Elena
Ana
Los nombres en las butacas del estadio de Argentinos Juniors. Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org.
Aquí se puede ver la imagen de cómo fue ese momento.
Fue el modo que se utilizó para mostrar los 277 nombres de víctimas de femicidios y travesticidios en lo que va de este año hasta hoy: 25 de noviembre, Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer.
En la oscuridad absoluta la voz del estadio dijo desde todos los parlantes: “Esas butacas vacías, cada una con el nombre de una víctima de femicidio, son un recordatorio doloroso: en lo que va del año 277 mujeres han sido asesinadas por el solo hecho de ser mujer. No son solo cifras, son historias, son ausencias”.
Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org.
Y un aplauso conmovedor y sincero inundó todo el estadio.
La acción fue impulsada por Secretaría de Género de Argentinos Juniors junto al Observatorio Lucía Pérez para visibilizar la violencia machista en nuestro país.
Las integrantes de la Secretaría de Géneros de Argentinos Juniors y del Observatorio Lucía Pérez. Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org.
“La idea fue dejar un espacio vacío de la tribuna con los nombres de las mujeres asesinadas durante este año, y mostrar así la falta, que ellas hoy no están pudiendo venir a la cancha. Tomamos el mensaje del Observatorio: no son solo cifras, sino que detrás de cada uno de estos nombres , hay una historia”, dice a lavaca Mariel Alonso en la previa al partido mientras se repartían volantes con la invitación a visitar la web de la Secretaría del club y conocer la acción que se estaba por llevar a cabo.
Las camisetas de los jugadores adaptadas para el evento programado por la Secretaría de Géneros del club. Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org.
Las butacas vacías se iluminaron luego de la entrada en calor de los jugadores, que minutos después salieron a la cancha con un parche en la camiseta oficial que dice 25N, en homenaje a este día. Los suplentes salieron al campo con una remera especialmente diseñada para hoy que en la espalda tenía un dibujo que entre mujeres y banderas dejaba ver dos mensajes: “25N” y “Rompamos el silencio”.
Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org.
“Hacer estas acciones en un club es fundamental”, explica Vanina Sánchez, secretaria de Géneros de la Asociación Atlética Argentinos Juniors. “Los clubes de fútbol no son solamente de fútbol, son también espacios donde las mujeres y los hombres venimos a pasarla bien, a alentar por nuestros colores, y son lugares donde estas batallas hay que darlas. Es súper importante que como institución deportiva podamos dar un mensaje: el de que es importante involucrarnos, defender nuestros derechos, y pedir también justicia por todas las mujeres que ya no están”.
Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org.
El Observatorio Lucía Pérez, que lleva el nombre de la joven asesinada en Mar del Plata, es una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca con el objetivo de generar el primer padrón autogestionado y público de femicidios y travesticidios de Argentina. Toda la información está disponible y es de libre acceso con el objetivo de que aporte así a encontrar una solución frente a la violencia. Toda la info se puede ver acá: https://observatorioluciaperez.org/
Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org.
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No son cifras
La cifra de violencia contra las mujeres registró un nuevo salto: 277 femicidios y travesticidios se produjeron hasta hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, según la información del Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado sobre violencia patriarcal. Por esa razón la Secretaría de Género de la Asociación Atlética Argentinos Juniors impulsa junto al Observatorio una acción para visibilizar la violencia machista en nuestro país. Esta noche Argentinos juega a las 21.15 en su estadio Diego Armando Maradona contra Barracas Central.
Se dejarán 277 butacas vacías de una de las tribunas para poner el foco así en todas las mujeres que nos faltan. Además los jugadores saldrán a la cancha con un parche en su camiseta que recuerda la importancia de seguir reclamando por el fin de estos crímenes.
La investigación cotidiana del Observatorio Lucía Pérez elevó el registro de femicidios y travesticidios en lo que va del año a 277 hasta hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer. Además, a raíz de esos crímenes, quedaron 161 huérfanxs. Como respuesta hubo 288 marchas y movilizaciones en búsqueda de justicia.
El Observatorio Lucía Pérez, que lleva el nombre de la joven asesinada en Mar del Plata en 2016, es una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca con el objetivo de generar el primer padrón autogestionado y público de femicidios y travesticidios de Argentina.
Mediante una docena de padrones que se actualizan diaria y mensualmente se construye una cartografía de la violencia y la descripción de cómo opera el Poder Judicial, la policía y las pocas medidas de protección con la que cuentan las víctimas antes de ser asesinadas.
De los 277 femicidios y travesticidios:
- 25 habían realizado denuncias previamente.
- 70 de ellas tenían hijxs, lo que provoca la cifra de 161 huérfanxs. En muchos casos sus hijxs presenciaron el crimen, como en el femicidio de Rosa Vanesa Mamani Vargas, asesinada el primer día del año; o el de Ramona Isabel Morínigo, asesinada en febrero frente a su hijo de 15 años; o el de Analía Celeste Oliva, cuyos hijos de 11 y 15 años fueron quienes encontraron el cuerpo.
- Tres de ellas estaban embarazadas.
- 30 estuvieron desaparecidas antes de confirmarse que habían sido asesinadas.
- 24 eran menores de edad.
Cada una de ellas no es una cifra, son madres, hijas, hermanas, vecinas, amigas, compañeras, hinchas por las que pedir justicia.
Por eso que en este día la Secretaría de Género de Argentinos Juniors impulsa junto al Observatorio Lucía Pérez una acción para visibilizar la violencia machista en nuestro país. Esta noche, en el partido contra Barracas Central, se dejarán 277 butacas vacías de una de las plateas para poner el foco así en todas las que nos faltan. Además los jugadores saldrán a la cancha con un parche en su camiseta que recuerda la importancia de seguir reclamando por el fin de estos crímenes.
Toda la información generada por el Observatorio Lucía Pérez está disponible y es de libre acceso con el deseo de que aporte así a encontrar una solución frente a la violencia. Se puede ver acá: https://observatorioluciaperez.org/
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Jury a los jueces Gómez Urso y Viñas: sin culpa y con cargo
Absolvieron a los jueces responsables del fallo del primer juicio (2018) por el femicidio de Lucía Pérez, que fue luego anulado por el Tribunal de Casación por la falta de perspectiva de género y la re victimización de Lucía (16 años) y obligó a un segundo juicio realizado en 2023. Ese nuevo proceso, con otros magistrados, sí condenó por el femicidio ocurrido en octubre de 2016 a Matías Farías y Juan Pablo Offidani, quienes además vendían droga en la puerta de la escuela a la que concurría Lucía. Detalles de lo ocurrido hoy y la voz de Guillermo Pérez, el padre de la víctima: “Mensaje más mafioso que este no se me ocurre”.
Por Anabella Arrascaeta
Terminó hoy el juicio político a los jueces Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas quienes fueron absueltos de la acusación de “negligencia, incumplimiento de deberes inherentes del cargo y parcialidad manifiesta” por su actuación en el primer juicio por el femicidio de Lucía Pérez. En esa oportunidad ambos –junto al juez Aldo Carnevale que evitó el proceso al jubilarse anticipadamente– firmaron un fallo vergonzoso en 2018 que, en resumen, victimizó a Lucía de su propio femicidio, y absolvió a los acusados. Esa sentencia fue anulada por el Tribunal de Casación, que ordenó un nuevo juicio realizado en 2023 en el que finalmente se condenó a los autores del femicidio.
La llegada a este jury (más allá de su resultado) sienta un precedente histórico sobre el control social y político al Poder Judicial.
El Tribunal que analizó el caso fue encabezado por el presidente de la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Soria, y conformado por integrantes del Poder Legislativo.
No hubo audiencia sino un comunicado leído por el secretario del jury Ulises Giménez de modo virtual, y en contacto con las partes.
La familia de Lucía Pérez tuvo que ver la lectura de la sentencia por YouTube, al igual que los abogados de la querella. No se difundieron tampoco los fundamentos, que se darán a conocer mañana y se enviarán por mail a las partes.
Solo se informó la decisión unánime de absolver a los jueces y de solicitar a su vez a la Suprema Corte “la posibilidad de optimizar la capacitación en materia de género”.
El voto de absolución incluye al propio Daniel Soria y a los legisladores:
- Senador Gustavo Soos (Unión por la Patria).
- Senadora Gabriela Demaría (Unión por la Patria).
- Diputada Maite Milagros Alvado (Unión por la Patria).
- Senador Ariel Martínez Bordaisco (UCR).
- Diputada Susana Haydee González (Unión por la Patria).
Hacia el final, antes de que desconectaran la transmisión, la ex diputada Araceli Ferreyra, una de las impulsoras del juicio político, hizo oír su voz de repudio: “Lucía Pérez, presente, ahora y siempre”.
La familia: “Mensaje mafioso”
Guillermo Pérez, el padre de Lucía, habló desde Mar del Plata con lavaca:
Su primera reflexión: “Estamos asumiendo el cachetazo. Esto no es un mensaje para nosotros, es para la sociedad. Lo veo así. Ahora vamos a aclarar la cabeza, apagar los celulares, intentar dormir un poco. Todavía no hablamos con nuestro abogado”.
Sobre la absolución: “Pienso que los legisladores tienen que pagar el precio político. Los legisladores tanto como el presidente de la Corte estuvieron cuando a los jueces se los suspendió, ahí también fue por unanimidad, y ahora dicen otra cosa. Todavía no sabemos los fundamentos. Pero mensaje más mafioso que este, no se me ocurre”.
La contradicción: “Los legisladores tienen que pagar un costo. ¿Qué tengo que hacer, ir a verlo a Milei? ¿Qué tenemos que hacer? Es una contradicción este fallo, dice que tienen que hacer capacitación sobre violencia y los absuelven. Todavía no alcanzo a entender, quisiera saber los fundamentos de la sentencia”.
Otra reflexión: “Podemos tomar la sentencia, pero políticamente todo tiene un costo porque traicionaron a una sociedad. No nos traicionaron solo a nosotros. Ahora ¿quién les va a creer?”
El fallo
El fallo se dictó de manera virtual –dado que hoy se conmemora aniversario de la ciudad de La Plata y se dispuso asueto administrativo– y se siguió colectivamente en distintos puntos de Mar del Plata, La Plata, y CABA.
La familia de Lucía escuchó la sentencia rodeada de quienes la acompañan en la búsqueda de justicia en La Casa de Lucía, un espacio de encuentro y aprendizaje destinado a prevenir las violencias.
El fallo se dio a conocer un día antes de que se cumplan 35 años de la Convención sobre los Derechos de los Niños, y a menos de una semana del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
“Narcofemicidio“
El jury había comenzado el pasado lunes 11 de noviembre (https://lavaca.org/ni-una-mas/lucia-perez-asi-comenzo-el-juicio-politico-a-los-jueces-que-buscaron-dejar-impune-el-femicidio/).
Durante dos días hubo audiencias presenciales en el salón “Nunca Más” del Senado bonaerense donde desfilaron testigos convocados tanto por la acusación como por la defensa.
Los primeros argumentaron sobre el mal desempeño de los jueces Gómez Urso y Viñas, detallando momentos del juicio en los que atacaron a la familia y a sus testigos, así como los extractos del fallo que, según el representante del Ministerio Público Fiscal, Marcelo Lapargo, “desobedecieron leyes y normativas nacional e internacionales”.
Expusieron también Guillermo Pérez y Marta Montero, los padres de Lucía, quienes describieron el calvario en el que convirtió su vida tras la muerte de su hija y también tras la primera sentencia: “El primer juicio fue una tortura”, resumió Guillermo. Luego declaró Matías Pérez, hermano de Lucía, quien dijo con lágrimas en los ojos: “Lo único que sigo viendo es como se nos sigue pasando la vida pidiendo justicia”.
Luego fue el turno de Gustavo Melmann, papá de Natalia, asesinada, violada y torturada cuando era una niña de 14 años; María Elena Naddeo, ex presidenta del Consejo de los Derechos de lxs Niñxs; Laureana Malacalza que en el momento del juicio era Coordinadora del Observatorio de Género de la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires; Natalia Gauna que en el momento del juicio trabajaba en la Defensoría y fue veedora de todas las audiencias; Fernando Fernández y Alejandro Agote, ambos trabajadores judiciales de Mar del Plata.
En esta crónica, la descripción de sus aportes e intervenciones en el jury: https://lavaca.org/ni-una-mas/lucia-perez-asi-comenzo-el-juicio-politico-a-los-jueces-que-buscaron-dejar-impune-el-femicidio/
Flavia Delmas, ex Secretaria de Políticas contra las Violencias por Razones de Género de la Provincia de Buenos Aires, sintetizó en una nota su responsabilidad en el proceso: “Estos jueces, Viñas y Gómez Urso, tuvieron que discernir qué había sucedido entre una niña adolescente de 16 años, estudiante secundaria, y dos personas mayores –uno de 23 años y otro de 41 años– que vendían estupefacientes en la puerta de su escuela. Es decir, dos hombres pertenecientes a una banda criminal que buscaba captar niñas adolescentes para el consumo. La invisibilidad de lo evidente, el afán de extirpar las jerarquías y los estatus que se desplegaron en esas apenas 24 horas previas al femicidio, es una de las principales operaciones de poder que se han producido en el juicio acontecido en Mar del Plata en 2018. Sin lugar a dudas este caso es paradigmático ya que devela un tipo de femicidios que nada tienen que ver con los más extendidos en nuestro país: los de violencia doméstica. Esto implicaba un desafío para los jueces: producir la distinción de un fenómeno creciente, que es el NARCO FEMICIDIO”. Y concluyó: “Ante este desafío, los jueces acusados en el jury tomaron el atajo corto: culpar a la víctima”.
Por su parte, la defensa convocó a tres abogados: al ex abogado de la familia de Lucía, al abogado Esteban Viñas, primo de uno de los jueces imputados e integrante de la Red de Jueces Penales; y a la abogada de Matías Farías, condenado por el femicidio de Lucía Pérez.
El proceso
El jury político que culminó hoy representa un hito de cómo luchar frente a las injusticias. La familia de Lucía Pérez, tras su femicidio, logró la anulación del primer juicio (2018) y realizar un nuevo proceso a cargo de otro Tribunal, en el que Matías Farías fue condenado a cadena perpetua por el femicidio y Juan Pablo Offidani a 15 años de prisión, considerado “partícipe secundario”. Este fallo contrastaba con el primero, que los había condenado solo a 8 años de prisión por la venta de drogas en la puerta de la escuela a la que concurría Lucía.
En el segundo juicio, llevado a cabo en 2023, los jueces Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone determinaron por unanimidad que estaba acreditado el abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes del que fue víctima Lucía Pérez. Y en el fallo ponderaron a su vez su doble rol de víctima mujer y niña amparado por normativa internacional y nacional y por los parámetros de perspectiva de género.
Nada de esto había sido considerado en el primer juicio. Por eso, el 22 de mayo de 2019 en la Cámara de Diputados de la Nación se anunció la presentación del pedido de destitución a los jueces del Tribunal en lo Criminal N°1 de Mar del Plata: Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Aldo Carnevale, quien finalmente pidió la jubilación anticipada.
Dos años más tarde, en abril de 2021, la Comisión Bicameral de Normas de Procedimiento para el Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios bonaerenses resolvió acusar a los jueces Viñas y Gómez Urso por “negligencia, incumplimiento de deberes inherentes del cargo y parcialidad manifiesta”. Desde ese momento fueron preventivamente destituidos y dejaron de cobrar el 40% de sus honorarios.
En paralelo, la Corte Suprema bonaerense aprobó este mismo año una Guía Práctica para que jueces y juezas apliquen la perspectiva de género que justamente cita ese fallo. La guía señala: “La estereotipación debe ser desarticulada” porque “trae como consecuencia la negación de un derecho, la imposición de una carga mayor o degradación, provocando de ese modo la perpetuación de prácticas que entrañan violencia y discriminación desde el Poder Judicial, pudiendo caer en violencia institucional”.
Los argumentos para la destitución de los jueces eran varios. Por parte del Ministerio Público Fiscal, el fiscal Marcelo Lapargo sostuvo en su pedido de destitución: “Si en vez de discriminar por la conducta sexual previa de Lucía, lo hubieran hecho porque Lucía era negra, judía o evangélica, estaría clarísimo, no estaríamos ni discutiendo. El tema es que la conducta sexual parece algo en lo que estamos autorizados a meternos (…) Discriminar no es un hecho menor. Discriminar a una niña, a una menor de edad, no es un hecho menor. Tratar de entender que su valía se ser amparada por las leyes se define por los hallazgos de una autopsia, no es un hecho menor”. Y dijo después a modo de conclusión: “En definitiva los magistrados causaron una grave ofensa a la familia y un grave desprestigio al poder judicial”.
Nada de esto fue tenido en cuenta para la absolución de hoy, que además reintegra a ambos jueces a sus cargos y les restituye la totalidad de sus salarios.
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