Nota
Aníbal Fernández: la versión del ministro
El actual ministro del Interior Aníbal Fernández declaró que recién tuvo ingerencia en la política sobre la protesta social después del 26 de junio. «Antes me había apartado porque no estaba de acuerdo con la posición del gabinete social. Soy un político de raza y creo que estos problemas se solucionan hablando», explicó y señaló al ex jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, como el abanderado de las políticas más duras que pretendían «ignorar» a los grupos de desocupados. Las cenas con Castells, las expresiones de deseos de Eduardo Duhalde y la semblanza que trazó sobre Darío Santillán.
No podía ser de otra manera. Aníbal Fernández ingresó a los tribunales de Lomas de Zamora por el sector K. Solícito, allí contestó las preguntas de todos los periodistas antes de que se inicie la 47ª audiencia del juicio oral y público por la Masacre del Puente Pueyrredón. Vengo a colaborar con la justicia. No tengo por qué no venir a testimoniar, aunque no tengo demasiado para aportar, anticipó el Ministro del Interior, quien en su declaración judicial hizo gala de la verborragia política para esquivar el puñado de preguntas interesantes que le formularon los abogados querellantes.
Con gesto adusto, Fernández ingresó al recinto y comenzó por aclarar como para evitar responsabilidades- que el 26 de junio de 2002 llegó desde el exterior a las 15 horas, es decir después de que ocurrieran los hechos que se investigan en este juicio. Había partido dijo- el 14 de ese mes. Primero asistió a un reunión de cancilleres en Barbados, después viajó a Nueva York para participar del Comité de Descolonización por Malvinas en la ONU y por último acompañó a Sudáfrica a Martín Redrado, por entonces secretario de Relaciones Económicas Internacionales.
Fernández recordó que no bien aterrizó en Ezeiza se subió a un helicóptero -donde le informaron que dos manifestantes habían muerto- que lo transportó a la Quinta Presidencial de Olivos. Allí mantuvo una reunión a solas con el entonces presidente Eduardo Duhalde y otra con todo el gabinete. El presidente me pidió que tome contacto con los distintos grupos de desocupados, porque yo los conocía de cuando era ministro de Trabajo. Quería que encausara la situación, cosa que creo prosperó. Yo fui el primer funcionario en mantener un diálogo con los piqueteros, se ufanó.
El ministro aseguró que el 26 de junio por la tarde, los funcionarios desconocían los autores y las razones de las muertes de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Recién al día siguiente aparecen las imágenes de lo que había sucedido, dijo. Nadie le preguntó quién hizo rodar la falsa versión de que las muertes se habían producido por un enfrentamiento entre piqueteros.
La abogada Claudia Braccamonte, patrocinante de la familia Kosteki, quiso saber por qué el ministro había declarado tres días después de la masacre que había una vocación formal para que sucediera lo que sucedió. Fernández contestó que, como tenía diálogo con distintos grupos piqueteros, algunos le comentaron que había organizaciones dispuestas a cruzar el Puente Pueyrredón. Después, el ministro negó haber estado al tanto de documentación sobre un supuesto complot piquetero para derrocar al gobierno. También dijo desconocer los archivos secretos que la SIDE elaboró sobre este tema.
– ¿Y por qué en declaraciones periodísticas hizo mención a ese complot y a la lucha armada? inquirió Braccamonte.
– Hubo una reunión en el gimnasio Gatica, de Avellaneda que se habló de la lucha armada. Esa es la referencia periodística que hice. Lo que pasó allí me lo hicieron saber personas que estuvieron en el lugar y me acercaron un casete- contestó Fernández sin precisar a qué grupos se refería. (Tal vez sea oportuno recordar que un informe sobre esa reunión apareció en los archivos desclasificados por la SIDE para ser incorporados en esta causa)
–¿Y por qué hace unos días declaró que conoce elementos no revelados sobre este tema durante el gobierno de Duhalde? repreguntó la abogada
-Fue una respuesta a declaraciones de la mujer de Eduardo Duhalde, que había dicho que ella nunca había tenido relación con los piqueteros. Desde el 26 de junio, cuando yo me hice cargo de la relación con esos grupos, comencé a charlar con ellos e informar a su marido. Algunos fueron llevados por mí al living de su casa, como Raúl Castells. Lo llevé yo, para morigerar la situación. Yo estuve tres veces con Darío Santillán, a Castells lo invité a cenar y estuve en su casa.- respondió Fernández en uno de los tantos tramos de su declaración que sazonó con algún bocadillo de campaña electoral.
Fernández recordó que durante el gobierno de Eduardo Duhalde ocupó el cargo de secretario General de la Presidencia. Explicó que sus funciones consistían en asistir en líneas generales al presidente y participar y ofrecer políticas públicas. Sin embargo, aseguró, no intervino en reuniones vinculadas a las cuestiones de la seguridad interior. En los primeros tiempos del gobierno la intención era ordenar a través del diálogo político el alto grado de conflictividad de fines de 2001. Después, el gobierno fue trocando y yo me aparté, hasta la noche del 26 de junio. Había una visión distinta del gabinete social de la que yo tenía. Soy un político de raza y creo que estos problemas se resuelven hablando y no desafiando posiciones. Rodrigo Borda, abogado de uno de los heridos de bala, quiso saber cómo era la otra posición. El ministro señaló: Era más dura, consistía en no prestar atención. La idea era ignorar a estos grupos. Mi visión era otra, cuando no hay posibilidad de diálogo, hay más expresiones públicas. Yo creo que hay que hablar para morigerar. Fernández se explayó y nadie le recordó que en algún momento reciente declaró que a la protesta callejera había que correrla con el Código Penal en la mano.
El ministro identificó al entonces jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, como el abanderado de la posición más dura frente a la protesta social, algo que ya habían hecho otros funcionarios en el juicio, como los ex ministros de seguridad bonaereneses Juan Pablo Cafiero y Luis Genoud. Sin embargo, Fernández se preocupó por despegar a Duhalde: En la primera reunión de gabinete nos dijo: ´No puede haber más muertos´.
–¿Cómo se transformó ese mandato en una directiva concreta? quiso saber Borda.
– No era una directiva, era una expresión de deseos. La Argentina tenía al 54 por ciento de la población debajo de la línea de pobreza y había que poner paños fríos.
–¿Pero qué medida concreta se tomó para transformar esa expresión de deseos en realidad? insistió Borda.
-No es una medida concreta, es una gestión de gobierno. El Plan Jefas y Jefes de Hogar, por ejemplo, buscaba atacar las causas y no los efectos- se enojó Fernández y comenzó a dar un discurso sobre qué entiende que es la política.
–Yo le estoy preguntando en materia de seguridad. ¿Qué medidas concretas tomó el gobierno?
– Eso es simplificar. Además, no lo sé porque no tenía ingerencia en esa área concluyó Fernández con ayuda de la presidenta del Tribunal, Elisa López Moyano, que cortó el debate argumentando que la pregunta ya había sido respondida.
Antes de retirarse, Fenández quiso dejar una semblanza sobre Darío Santillán, uno de los asesinados el 26 de junio. Muchas veces lo puse como ejemplo. Una vez vino a mi despachó junto al cura Alberto Spagnolo y me plantearon que querían poner tres hornos en distintos barrios, que necesitaban un subsidio de 1200 pesos. Yo llamé al gobernador Felipe Solá y me garantizó que iba a salir. Entonces, le anticipé 400 pesos de mi bolsillo para destrabar la situación. Por supuesto que pensaba que era dinero perdido. Pero cuando el subsidio se hizo efectivo, vino Darío Santillán y me devolvió la plata.
A continuación de Fernández, declaró Nicolás Becerra, que por entonces era el Procurador General de la Nación. El otrora jefe de los fiscales declaró que por aquellos tiempos existían mensajes informales desde el gobierno para que sus subordinados acompañaran a las fuerzas de seguridad en los operativos callejeros. Siempre lo deseché de plano dijo-, porque los fiscales deben actuar ex post facto. Cuando hay un hecho delictivo, debe comenzar su labor. Además, muchos de ellos decían que no querían ir junto a las fuerzas de seguridad porque sería legitimar posibles actos irregulares de la policía. Nadie le preguntó a Becerra por qué los fiscales desconfiaban.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: sus vecinos, familiares y amigos enfermaban y morían.

Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”.
En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, Mary precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes (EPOF). Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary… ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados; denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Se solicitaban medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero fue ignorado, archivado y judicialmente ninguneado: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia:
“Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer´”. Igual se sacaron esta hermosa foto compartiendo.
Ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos estaban enfermaban- se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza de Mayo. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
Jubilados Insurgentes prepara un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
Nota
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Docente:
Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




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